jueves, 21 de mayo de 2015

anatomía humana


Aparato digestivo

El colon descendente de los humanos se encuentra localizado en la región abdominal, específicamente a nivel del hipocondrio, flanco y fosa lumbar izquierda, junto al borde lateral del riñón izquierdo. A nivel de la porción final del riñón izquierdo, el colon se hace medial hacia el borde lateral del músculo psoasiliáco, y entonces desciende a nivel del ángulo que se forma entre el psoas y el cuadrado lumbar hacia la cresta ilíaca donde se convierte en el colon sigmoideo. Además de que manda las heces fecales hacia el recto.
El peritoneo cubre la cara anterior y lados del colon descendente, por lo cual esta porción del colon es considerada retroperitoneal (a diferencia del colon transverso y sigmoideo, los cuales son intraperitoneales). Su porción posterior se comunica a través de tejido conectivo con la porción más baja y lateral del riñón izquierdo, la aponeurosis del músculo transverso del abdomen, y con el cuadrado lumbar.
Tiene un lumen pequeño y está ubicado más profundamente que su análogoascendente.

Colon descendente
ColonDiscendente.png
Dibujo del colon. Vista frontal. Colon descendente coloreado.
Gray1223.png
Abdomen, vista frontal. Colon descendentevisible al centro a la derecha, en azul.

Complejo motor migrante

Cuando el estómago y las porciones anteriores del intestino delgado están libres de alimentos (período interdigestivo), la motilidad gastrointestinal consiste en una serie de ciclos que se denominan complejos mioeléctricos migratorios (CMM, o complejo motor migrante). Un CMM está compuesto de tres fases. La fase I o fase de quiescencia, en la que no se produce ninguna salva de potencial (potencial de acción en las fibras de músculo liso gastrointestinal) sobre las ondas lentas correspondientes al ritmo eléctrico básico(REB), y por lo tanto no se producen contracciones. Le sigue la fase II o fase de actividad irregular, en la cual algunas ondas lentas presentan salvas de potencial y otras no, con lo que se producen contracciones, pero de forma aislada que se propagan poco. Por último, la fase III o fase de actividad regular, en la que todas las ondas lentas llevan salvas de potencial. Esta última es la fase propulsiva, y consiste en un tren de contracciones peristálticas sucesivas que se propagan aboralmente a lo largo de la mayor parte del intestino delgado y a veces lo llegan a recorrer entero. La velocidad de propagación es la misma que la de las ondas lentas.
Este ciclo se repite sucesivamente hasta la toma de alimento (período posprandial), en la que se interrumpe. La duración del ciclo y de cada una de sus fases es variable en función de la especie. No obstante, en términos generales, cada ciclo se repite cada 60-120 minutos, y la duración relativa de las fases I, II y III es de 20, 75 y 5 % respectivamente.


El conducto biliar común o colédoco es un conducto de la vía biliar originado de la fusión del conducto hepático común con el conducto cístico y que desemboca en la segunda porción del duodeno. Se llama así porque conduce (-doco) la bilis (cole-) alintestino.- ..................................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=2e4a7e73eb6951c6a0b60c914c20d5a8659988e0&writer=rdf2latex&return_to=Conducto+col%C3%A9doco
El colédoco es un conducto biliar a través del cual la bilis producida en el hígado o la almacenada en la vesícula es conducida hasta el duodeno (intestino delgado), favoreciendo la digestión y absorción de las grasas.

¿QUÉ ES LA COLEDOCOLITIASIS?
La coledocolitiasis hace referencia a la ocupación total o parcial del conducto (colédoco) por cálculos ("piedras"), produciendo obstrucción del mismo.

¿CÓMO SE PRODUCEN LOS CÁLCULOS?
La mayoría de los cálculos que encontramos en el colédoco se han formado inicialmente en la vesícula (vesícula: un saco con forma de pera localizado debajo del hígado donde se almacena y concentra la bilis producida en el hígado, necesaria para la digestión y absorción de las grasas). Desde la vesícula, los cálculos alcanzan el colédoco mediante un mecanismo de migración. No obstante, una pequeña parte de los cálculos del colédoco pueden también formarse en el propio conducto (colédoco), sobre todo en pacientes que anteriormente han sido operados de la vesícula (colecistectomizados) o en los que años atrás se les ha realizado la extracción de cálculos del colédoco mediante endoscopia (esfinterotomía).

¿POR QUÉ SE PRODUCEN LOS CÁLCULOS?
Existen factores que aumentan el riesgo de formar cálculos como el sexo (más frecuente en mujeres), la edad (el riesgo aumenta con la edad), la historia familiar y genética, o diferentes condiciones como: embarazo, obesidad, toma de estrógenos, pérdida rápida de peso, diabetes, cirrosis, o ciertas medicinas.

¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE LA COLEDOCOLITIASIS?
Si bien la coledocolitiasis puede cursar sin síntomas (si la obstrucción del colédoco es muy leve), lo habitual es que la obstrucción del conducto produzca dolor tipo cólico (un dolor similar al típico cólico de vesícula) en la parte alta y derecha del abdomen acompañado de ictericia (coloración amarillenta de la piel y de los ojos), y coluria (coloración oscura de la orina). Si la obstrucción del conducto condiciona además una contaminación bacteriana, aparecerá una colangitis (infección de la bilis) que generalmente provocará mal estado general, fiebre, escalofríos y tiritona.
En ocasiones la coledocolitiasis produce un cuadro de inflamación del páncreas (pancreatitis). La inflamación del páncreas se origina cuando el cálculo obstruye también el conducto del páncreas antes de ser expulsado al duodeno.

¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA COLEDOCOLITIASIS?
Ante los síntomas y signos descritos anteriormente, debemos realizar una exploración física y unos análisis de sangre (hemograma, pruebas bioquímicas hepáticas, amilasa) que mostrarán alteraciones sugestivas de obstrucción del conducto biliar, infección o sospecha de pancreatitis. Como complemento, necesitamos una prueba de imagen que nos muestre signos de obstrucción del colédoco o, mejor, que nos evidencie cálculos en el colédoco. Para ello, la prueba más sencilla, inocua y relativamente barata es la ecografía de abdomen, que en un porcentaje significativo nos confirma el diagnóstico. Sin embargo, esta prueba puede pasar por alto el diagnóstico y, si tenemos la sospecha clínica de que exista una coledocolitiasis, debemos optar por la realización de alguna de estas 2 exploraciones:
 Resonancia magnética de la vía biliar: permite prácticamente en todos los casos confirmar el diagnóstico. Esta prueba es más cara y precisa de una mayor colaboración del paciente al realizarla.
 Ecoendoscopia: en esta prueba se obtiene la imagen del colédoco mediante un endoscopio especial que realiza una ecografía desde el interior del estómago y duodeno, permitiendo visualizar el colédoco y la existencia de coledocolitiasis de forma nítida, sin interferencias. Esta exploración, al tener un componente endoscópico, es invasiva, molesta y requiere sedación del paciente.

TRATAMIENTO DE LA COLEDOCOLITIASIS
La coledocolitiasis requiere un tratamiento relativamente urgente según la forma de presentación y evolución, principalmente si está presente el componente de infección (colangitis). Hoy en día está establecido que la CPRE (una técnica endoscópica combinada con radiología) es el tratamiento de elección ya que permite, en un elevadísimo porcentaje de pacientes, extraer los cálculos del colédoco sin necesidad de cirugía. Esta técnica permite acceder mediante un endoscopio al duodeno y después al colédoco. Mediante la realización de una esfinterotomía (corte y ampliación del orificio por donde el colédoco desemboca en el duodeno) se extraen los cálculos con una alta tasa de éxito y escaso porcentaje de complicaciones. Cuando la coledocolitiasis no se puede extraer, podemos optar por ampliar la desembocadura del colédoco en el duodeno con balones que dilatan el conducto y favorecen la extracción, emplear utensilios que fragmenten los cálculos (litotriptores), o valorar una extracción mediante cirugía.

¿QUÉ PUEDE OCURRIR DESPUÉS DE LA EXTRACCIÓN DE LA COLEDOCOLITIASIS?
Tras la extracción de la coledocolitiasis es posible que, a largo plazo, un pequeño porcentaje de pacientes puedan volver a tener coledocolitiasis. Esta posibilidad disminuye si a aquellos que tienen cálculos en la vesícula se les realiza posteriormente una colecistectomía (extirpación quirúrgica de la vesícula). La extirpación de la vesícula está indicado realizarla, salvo que el paciente sea muy anciano o presente un alto riesgo quirúrgico.






Es una estructura elipsoide anecogénica situada a lo larga de un eje formado por la unión del segmento medial del lóbulo izquierdo y el lóbulo derecho que corresponde a la cisura hepática mayor.
El grosor de la pared vesicular nunca puede ser mayor a 3 mm y en la vesícula biliar contraida se observa una pared con tres capas: la externa hiperecogénica, la interna hipoecogénica y la medial anecogénica.




Tamaño
Cuando está distendida su longitud puede ser de 7 a 10 cm y la anchura de 2 a 3 cm.

Variantes de la normalidad
Se pueden observar en un tanto por ciento elevado vesículas biliares con pliegues en su interior, así como la llamada vesícula en forma de gorro frigio que es un pliegue en el fondo vesicular.

 

   
En el interior del parénquima hepático las vías biliares siguen el mismo curso que las venas portas y las ramas de la arteria hepática formando como habíamos comentado en anteriores lecciones la Triada Portal. La visualización ecográfica de esta parte de la vía biliar solo será posible si esta dilatada por algún proceso colestasico.

En situaciones normales solo podremos ver el conducto hepático común, el cístico y el colédoco, aunque generalmente es difícil de distinguir que parte de la vía estamos viendo, por lo que generalmente denominaremos  conducto hepático común a la porción de la vía biliar localizada por encima de la vesícula biliar en un corte sagital y colédoco a la porción situada caudalmente.

Medidas de la vía biliar:
  • Conducto hepático común: se considera normal con un diámetro menor de 5 mm , considerándolo patológico cuando supera los 6 mm de diámetro.
  • Colédoco: se considera normal con un diámetro inferior a 6 mm considerándose patológico diámetros superiores a 8 mm.  



via biliar normal
via biliar normal

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