Matías el Apóstol
Matías el Apóstol | ||
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San Matías el Apóstol | ||
Apóstol | ||
Venerado en | Iglesia católica, Iglesia copta | |
Festividad | 14 de mayo | |
Patronazgo | ||
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Según los Hechos de los Apóstoles, fue elegido apóstol después de la muerte de Jesucristo para sustituir a Judas Iscariote. Su elección se realizó por sorteo.- ...........................................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=fb28665497f42bce51adf627e564c1038cb59166&writer=rdf2latex&return_to=Mat%C3%ADas+el+Ap%C3%B3stol
San Matías, Apóstol y compatrono
Fecha:
14 de Mayo
A Matías, como a Pablo y a Bernabé, les reconoce la iglesia el título de apóstoles, aun sin haber pertenecido al grupo prepascual de los Doce. La información neotestamentaria sobre este apóstol —cuyo nombre, apócope de Matatías, significa Don de Dios— es mínima. Solo se le menciona con motivo de su elección para ocupar la vacante producida por la defección de Judas Iscariote.
Pero esta anécdota tiene gran interés histórico y teológico. Ella nos confirma la impresión que nos deja el cuarto evangelio, y también algunos pasajes sinópticos, de que, además de los Doce, Jesús tuvo otros seguidores y seguidoras (cf. Lc 8,1-3; Mc 15,41) más o menos permanentes, a los que se concederá un rango especial en los orígenes de la iglesia.
La importancia teológica de la elección de Matías radica en su cooperación a un hecho simbólico: Pentecostés es, para el autor de Hechos, el momento del nacimiento de la iglesia; ahora bien, esta iglesia, nuevo pueblo de Dios, debe apoyarse en los nuevos Doce Patriarcas. Después de Pentecostés, en cambio, no se experimenta tal necesidad, de modo que, cuando desaparezca Santiago, el hijo de Zebedeo (cf. Hch 12,2), no se procede a elegirle un sustituto.
En la persona de Matías concurren todas las características del auténtico apóstol: siguió y escuchó a Jesús, por intervención divina fue integrado en el grupo de los Doce y vivió la comunión con ellos, y se entregó a dar testimonio de la resurrección del Señor.
Como sucede con varios de los Doce, tampoco sobre el futuro ministerio de Matías tenemos información segura. A partir de la Historia Eclesiástica de Eusebio (siglo IV), se considera que predicó el cristianismo en Etiopía, si bien su sepulcro se venera en la iglesia de la abadía benedictina de Tréveris (Alemania), llamada precisamente Abadía de San Matías, a donde habría sido trasladado su cuerpo por orden de santa Helena. Pero esta tradición no está documentada antes del siglo XI. En dicho sepulcro se le elogia en estos términos: «fue doctísimo en la ley del Señor, limpio de cuerpo y prudente de espíritu, agudo en solucionar problemas bíblicos, consejero previsor, predicador insigne, realizador de numerosos milagros, devolvió su espíritu a Dios sufriendo el martirio con las manos elevadas al cielo» (1, p. 152).
El P. Fundador, un tanto hastiado de quienes buscaban dignidades y beneficios eclesiásticos apoyándose en valedores humanos, frecuentemente en el poder de influencia del propio Claret, hace este curioso comentario a la elección de Matías: «Dos eran los sujetos propuestos, en quienes, según el juicio de todos, concurrían las cualidades necesarias para ser elevados al apostolado, José y Matías. José, llamado por sobrenombre el Justo, era pariente de Jesús, y sin embargo la suerte cayó no sobre él, sino sobre Matías. Dios, quien según las Escrituras, gobierna y dirige las suertes de todos, quiso dar a entender con esto que las dignidades eclesiásticas no deben darse por razón de parentesco ni amistad, sino según los méritos y talentos del candidato» (3, p. 215).
El 24 de febrero
El 14 de mayo
San Matías
Apóstol
San Matías es el apóstol póstumo de Jesús, que se incorpora al grupo después de la Ascensión del Señor. De varios apóstoles apenas sabemos más que el nombre. De Matías sólo sabemos su nombre y su elección. Es el único apóstol no elegido por Jesús. San Matías el sustituto, podíamos decir.
Después de la Ascensión de Jesús a los cielos, los apóstoles, dóciles a su mandato, descendieron del monte Olivete y se encerraron en el cenáculo. Jesús les había dicho que no se alejaran de Jerusalén y que esperaran allí la venida del Espíritu Santo. Con los apóstoles esperaban también algunas mujeres, y María la madre de Jesús.
Estaban encerrados. Orar era la única actividad. Orar y esperar. No tenían fuerzas para más, hasta que les llegara el aliento de lo alto. Sólo una iniciativa se tomó. Jesús había elegido doce apóstoles y les había dicho que, a su regreso glorioso, los doce se sentarían sobre doce tronos para regir las doce tribus de Israel. Y ahora faltaba un hombre para un trono. Judas Iscariote había apostatado. Había que buscarle un sustituto.
El número doce tenía un alto significado místico en la Biblia. Doce como las doce fuentes de Elim. Como los doce panes de la proposición. Como las doce puertas de la Jerusalén celestial. Como los doce hijos de Jacob. Como los doce cimientos de la muralla de Jerusalén. Como las doce piedras preciosas del pectoral sacerdotal: una sardónica, un topacio y una esmeralda. Un rubí, un zafiro y un diamante. Un ópalo, un ágata y una amatista. Un crisólito, un ónice y un jaspe. Doce, número sagrado en Israel.
Los Hechos de los Apóstoles nos ofrecen la primera alocución pontificia del primer Papa. Pedro se levantó y dijo: "Hermanos míos, era preciso que se cumpliese lo que el Espíritu Santo profetizó en la Escritura por boca de David acerca de Judas, el que guió a los que prendieron a Jesús... En el libro de los Salmos está escrito: Que su campamento quede desierto y no haya nadie que lo habite. Y también: Que otro ocupe su cargo".
Luego continuó: "Hermanos, es preciso que entre los que están en nuestra compañía desde el principio, es decir, desde el bautismo de Juan hasta el día en que el Señor Jesús nos dejó para subir a los cielos, escojamos uno para que sea testigo de su resurrección".
Puestas estas condiciones, entre las 120 personas que allí se encontraban, dos hombres parecían cumplirlas perfectamente. Y fueron presentados los dos: José, apellidado Barsabá, por sobrenombre Justo, y Matías.
Había que encomendar la elección a Dios. Y como se trataba de dos cosas buenas, siguiendo una costumbre de Israel, recurrieron a la suerte también. Y rezaron así: "Señor, Tú que conoces los corazones de los hombres, muéstranos a cuál de estos dos has elegido para ocupar en el ministerio del apostolado el puesto dejado por Judas para irse a su lugar. Echaron suertes sobre ellos, y cayó la suerte sobre Matías y fue uno de los Doce".
Nada más dicen los Hechos de Matías. Matías fue fiel a la elección. Algunos escritores antiguos nos lo presentan predicando en Jerusalén, en Judea, en las orillas del Nilo y en Etiopía, hasta sellar sus palabras con su sangre.
*Los años bisiestos, se fiesta ese Santo el 25 de Febrero.
Según cuenta la tradición cristiana San Onesíforo, en el estrecho de Galípolis, fue discípulo de los Apóstoles, y hace mención de él San Pablo escribiendo a Timoteo, en su segunda carta, capítulo I:
"Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas, sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró. Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor."
Según dicha tradición acompañó a San Pablo en España, pero a su vuelta padeció martirio juntamente con San Porfirio, siendo cruelmente azotado por mandato del procónsul Adriano, y después arrastrado por caballos, en cuyo tormento entregó su alma a Dios.
6 de septiembre
SAN ONESIFORO,
Mártir
SAN ONESIFORO,
Mártir
Enséñanos, buen Señor, a servirte como mereces:
a dar sin contar el costo, a luchar sin contar las heridas,
a trabajar y a no buscar descanso, a laborar sin pedir
recompensa excepto saber que hacemos tu voluntad(San Ignacio de Antioquia).
a dar sin contar el costo, a luchar sin contar las heridas,
a trabajar y a no buscar descanso, a laborar sin pedir
recompensa excepto saber que hacemos tu voluntad(San Ignacio de Antioquia).
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