El Díptico de la Virgen con Maarten van Nieuwenhove es una obra del pintor alemán Hans Memling. Está realizado en óleo sobre tabla, y fue pintado en 1487. Se trata de dos tablas, midiendo ambas 52 cm de alto y 41,5 cm de ancho. La tabla que representa la «Virgen con Niño» se guarda en el Museo Memlingde Brujas (Bélgica), mientras que el «Retrato de Maarten van Nieuwenhove», está en el Hospital de San Juan (Sint-Janshospitaal) de la misma ciudad.
Referencias[editar]
- Rynck, Patrick de: Hans Memling, «Díptico de la Virgen con Maarten van Nieuwenhove», en las pp. 74-75 de Cómo leer la pintura, 2005, Grupo Editorial Random House Mondadori,
La Virgen de Melun o Virgen con el Niño y ángeles forma parte de un díptico elaborado por el pintor francés Jean Fouquet. Es una pintura al óleo sobre tabla, y fue pintado hacia 1450. Mide 91 cm de alto y 81 cm de ancho. Se exhibe actualmente en el Real Museo de Bellas Artes de Amberes(Bélgica).
Historia de la obra[editar]
Fue encargada por Étienne Chevalier, caballero de la corte del rey Carlos VII de Francia. Fouquet acababa de regresar de un viaje a Italia en el que conoció la obra de Fra Angelicoy Piero della Francesca. En esta misma época, el noble francés le encargó un "Libro de Horas". El Díptico se dispuso en la capilla funeraria de Agnès Sorel en la colegiata de Melun, con la intención de facilitar la entrada de la misma en el Reino Celestial.
Durante la Revolución francesa, los dos paneles se separaron y se vendieron. Actualmente, la tabla izquierda se encuentra en la Gemäldegalerie de Berlín, mientras que la de la derecha se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Amberes. Del díptico procede también un pequeño tondo con el autorretrato del artista, ahora en el Louvre.
Análisis de la obra[editar]
La tabla derecha del díptico es la Virgen con el Niño que se conserva en Amberes.
Aparece como una mujer muy hermosa y elegante, de piel blanca y perfecta, frente muy ancha y con corona de perlas y pedrería sujetando un velo transparente. Lleva una capa de armiño y un traje de seda gris, mostrando el pecho izquierdo perfectamente esférico, imagen que tiene que ver con el papel de María como nodriza de la humanidad. Sostiene al niño desnudo sobre su rodilla izquierda. El trono sobre el que se sienta está decorado con ágatas, perlas y piedras preciosas. Rodean el trono nueve ángeles, dispuestos de forma que cada rostro está en posición diferente, los azules son querubines y los rojos son serafines, según decían los Padres de la Iglesia; se considera que la elección de estos colores para los ángeles es influencia de Fra Angelico.
Se supone que la Virgen de esta obra es Agnès Sorel, amante del noble comitente, así como del rey Carlos VII, y de la que Chevalier era el albacea testamentario. Se decía que era la mujer más hermosa de Francia.
En la mitad izquierda está retratado Étienne Chevalier con su santo patrón, san Esteban. Esta otra tabla mide 93 x 85 centímetros. San Esteban aparece vestido de diácono. Sobre el libro, San Esteban lleva una piedra puntiaguda, símbolo de su martirio por lapidación.
Para tratarse de un cuadro religioso, resulta marcadamente profano. La coloración es viva y la iluminación potente. La forma en que las figuras ubican en el espacio obedece a la influencia italiana. El interés con que capta las telas, los mármoles, las perlas, las gemas y el oro, así como la piel de tinte marfileño es de influencia flamenca de Jan Van Eyck.
Es más realista la parte izquierda, en la que aparece el donante, que la derecha, en la que está la Virgen en una composición muy idealizada que parece irreal.
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