Un socarrón mesonero
dijo a un giboso al revés:
- No me neguéis esta vez
que cargasteis delantero.
El gibado, a estas razones
replicó: - Es muy importante
llevar la carga delante
quien se halla entre ladrones.
dijo a un giboso al revés:
- No me neguéis esta vez
que cargasteis delantero.
El gibado, a estas razones
replicó: - Es muy importante
llevar la carga delante
quien se halla entre ladrones.
Yace en esta losa dura
una mujer tan delgada
que en la vaina de una espada
se trajo a la sepultura.
Aquí el huésped notifique
dura punta o polvo leve,
que al pasar no se la lleve,
o al pisarla, no se pique.
una mujer tan delgada
que en la vaina de una espada
se trajo a la sepultura.
Aquí el huésped notifique
dura punta o polvo leve,
que al pasar no se la lleve,
o al pisarla, no se pique.
«¿Qué es cosa y cosa, Constanza?»
«Diréis vos, que yo no sé.»
«Desta vez cogido os he.
¿No es muy buena adivinanza?»
«Pero vos, en conclusión,
¿me la dais?» «Cosa es forzosa.
Pues digo que cosa y cosa,
Constanza, dos cosas son. »
«Diréis vos, que yo no sé.»
«Desta vez cogido os he.
¿No es muy buena adivinanza?»
«Pero vos, en conclusión,
¿me la dais?» «Cosa es forzosa.
Pues digo que cosa y cosa,
Constanza, dos cosas son. »
Dos galanes pelearon
sobre Constanza una tarde:
Mirad, así Dios nos guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y aún tres a necesidad.
sobre Constanza una tarde:
Mirad, así Dios nos guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y aún tres a necesidad.
De la que a nadie despide y al que la pide a las nueve a las diez ya no le debe nada de lo que la pide: De la que así se comide como si no hubiera tarde Dios nos guarde De la que no da esperanza, porque no consiente medio entre esperanza y remedio, que el uno al otro no alcanza; de quien desde su crianza siempre aborreció dar tarde Dios nos guarde De la que en tal punto está que de todo se adolece, y al que no la pide ofrece lo que al que le pide da; de quien dice al que se va sin pedirla, que es cobarde, Dios nos guarde. De la que forma querella de quien en su tierna edad le impidió la caridad y los ejercicios de ella; de la que si fue doncella no se acuerde por ser tarde, Dios nos guarde
Tratando estoy de qué modo podría escribir ahora vuestro nombre, mi señora, y el don en un verso todo. Sale el efecto diverso, porque por sílabas salen la “señora doña Valen”, y el “tina” sobra del verso. Pues si entrare el verso con mi “señora Valentina”, no es razón ni cosa dina, porque al nombre falta el “don”. Y quitárselo al desgaire por medir el verso justo, es un donaire sin gusto, y un peligroso donaire.Cierto día un estudiante al revisar su ropilla, se encontró en la pantorrilla, un enorme interrogante. Siguió el pobrete adelante, y al ver que en puntos hervía su calceta, maldecía diciendo: "¡Cuán bueno fuera si más estambre tuviera y menos ortografía!"Este nombre, Pedro, es bueno, por la memoria estimado del Pontífice nombrado sucesor del Nazareno.Pero si queréis quitalle la cuarta letra y dejalle, se resuelve en un suspiro que ninguno habrá que a tiro de arcabuz os esperalle.
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