domingo, 11 de febrero de 2018

Santos por meses y días

santos del día 12 de febrero

Santa Eulalia (llamada también Olaya, Olalla, Eulària o Laia) (Barcelona, h. 290-ibídem12 de febrero de 303) fue una mártir cristiana. Es considerada santa tanto por la Iglesia católica como por la ortodoxa.


Eulalia de Barcelona
1905-02-11, Blanco y Negro, Santa Eulalia, Ricardo Bellver (cropped).jpg
Santa Eulalia por Ricardo Bellver
Virgen y mártir
NombreEulalia
Nacimientoc. 290
BarcinoHispaniaImperio Romano
Fallecimiento12 de febrero de 304
BarcinoHispaniaImperio Romano
Venerada enIglesia católicaIglesia ortodoxa
Canonización633
Festividad12 de febrero
AtributosCruz Xestaca y paloma
PatronazgoBarcelonaPerpiñánSanta Eulalia del CampoRiudecolsRibas de la ValduernaVillagarcía de la VegaPallejáLes Roquetes del Garraf


Leyenda[editar]

Vida y martirio[editar]

La leyenda, de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 dC), Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino para recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.
Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva.
El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada.
Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa. Según la leyenda, durante su cruxifición se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio salir de su boca volando hacia el cielo una paloma blanca.

Otras leyendas[editar]

A lo largo de los siglos, otras leyendas y mitos han surgido sobre la santa. En 878 los restos de la santa, que estaban enterrados en Santa María de las Arenas, fueron trasladados a lo que hoy es la Catedral. Según la leyenda, cuando la comitiva que llevaba el arca llegó a la puerta de la ciudad, el sarcófago se volvió tan pesado que resultaba imposible moverlo. En ese instante, apareció un ángel que señaló con el dedo a uno de los canónigos de la procesión. Este, arrepentido, confesó que se había quedado un dedo del pie de la santa como reliquia. Una vez restituido el dedo mutilado, los restos pudieron cruzar las murallas.
Desde 1868 Santa Eulalia comparte el p de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.1

Historicidad[editar]

Existen serias dudas sobre la historicidad de la vida y martirio de Eulalia de Barcelona, 2​ pudiendo tratarse de una versión local de la Santa Eulalia de Mérida. Cabe destacar que las referencias más antiguas de la santa emeritense se remontan al siglo V, mientras que el primer testimonio escrito que se conoce del martirio de Eulalia de Barcelona es el himno Fulget hic honor sepulcri del Obispo Quirico de Barcelona fechado, aproximadamente, en 660, tres siglos después del tormento. En este sentido, la leyenda de Barcelona reproduce, además del nombre, múltiples hechos y tormentos de la santa de Mérida, pudiendo tratarse de una duplicación de personalidad hagiográfica. Esta duplicidad fue estudiada por Ángel Fábrega Grau, quien en 1958 publicó Santa Eulalia de Barcelona, revisión de un problema histórico, y por bolandistas en su Analecta Bollandistae, sin llegar a una resolución concluyente.
Eulalia de Barcelona fue canonizada en 633 y se convirtió en patrona de la capital catalana, donde se encuentran sus restos. Tras largo tiempo desaparecidos, los restos de Santa Eulalia fueron localizados en 878 por el obispo Frodoino en la iglesia de Santa Maria de las Arenas -que hoy es la Basílica de Santa María del Mar-, organizándose un solemne traslado a la catedral. En el siglo XIII las reliquias pasaron a la cripta de la Seo, reposando dentro de un nuevo sarcófago gótico de estilo pisano.3

Presencia de Santa Eulalia en Barcelona[editar]

Como histórica patrona de Barcelona, la capital catalana conserva múltiples referencias a Santa Eulalia.

Tradiciones culturales[editar]

Anualmente, coincidiendo con la semana del 12 de febreroBarcelona celebra las Fiestas de Santa Eulalia. A los actos litúrgicos e institucionales, cuya celebración se remonta al siglo XVIII, se han añadido, desde los años 1980, múltiples festejos populares en las calles, que han convertido esta celebración en fiesta mayor de invierno de la ciudad. La mayoría de actos, que se concentran en Ciutat Vella, son de tipo tradicional, como correfocspasacalles, bailes de sardanas o castellers.14
En el marco de estas fiestas, el 12 de febrero tiene lugar la Procesión de las Laias, un desfile por las calles del barrio en el que participan gigantas de la ciudad. Entre ellas, las bautizadas en honor a la patrona, como la Eulàlia, de los Gegantons Vells del Pi, cuyo origen se remonta a 1780,5​ o la Gegantona Laia, que reproduce la iconografía de la mártir.4
Asimismo, con motivo de esta festividad, se iza en el balcón principal de la Casa de la Ciudad de Barcelona la histórica Bandera de Santa Eulalia de Barcelona

Referencias monumentales[editar]

La representación de Santa Eulalia está presente en varios monumentos y edificios barceloneses, así como en espacios urbanos vinculados a su tradición y leyenda, entre los que se encuentran los siguientes:
  • La Catedral de Barcelona, que se encuentra bajo advocación de esta santa. En su cripta reposan las reliquias de la santa, siendo su sepulcro una obra maestra de la escultura gótica (1327-1339). La Catedral atesora varias obras de arte dedicadas a Santa Eulalia
  • La calle de la Baixada de Santa Eulalia fue donde, según la leyenda, la joven fue lanzada rodando, dentro de un tonel con clavos. Actualmente, en el número 9 de esta calle hay una imagen de la Santa, acompañada de unos versos de Jacinto Verdaguer que evocan este tormento.
  • Otras versiones, como la que recoge el cronista Víctor Balaguer en su obra Las calles de Barcelona, sitúan la crucifixión en la explanada del Llano de La Boquería.6​ En el siglo XII, con la construcción de la nueva muralla, se ubicó aquí una puerta de acceso a la ciudad, conocida como Portal de Santa Eulalia, por estar junto a una ermita dedicada a la Santa. En 1843 donde se alzaba la ermita se instalaron los Almacenes Santa Eulalia, tienda de moda y sastrería de alta costura.789​ Desde 1900 una estatua de Santa Eulalia, obra de Eduard Alentorn, recuerda la ermita desaparecida.
  • La calle del Arco de Santa Eulalia debe su nombre a que, según la leyenda, aquí se encontraba la prisión donde fue encerrada la Santa.106
  • La calle de Santa Eulalia se encuentra, desde 1900, en el barrio de Gracia.11​ Con anterioridad, muchas otras vías barcelonesas llevaron el nombre de la patrona, entre ellas la que hoy es la calle del Bisbe, junto a la Catedral.12​ En el nomenclátor de la ciudad figuran también la Plaza de Santa Eulalia y el Pasaje de Santa Eulalia, en Nou Barris, y la calle Nueva de Santa Eulalia y el Paseo de Santa Eulalia en Sarriá-San Gervasio.
  • La Plaça del Ángel debe su nombre al ángel que, según la leyenda, se apareció aquí a la comitiva que trasladaba las reliquias de Santa Eulalia a la Catedral. En 1456 se colocó en esta plaza una imagen de la Santa que presidía el arco de acceso a la calle Baixada de la Llibreteria, entonces llamada Portal de Santa Eulalia. En 1618 se instaló en la plaza un obelisco coronado por un ángel de bronce, obra de Felip Ros, cuyo brazo señalaba a la imagen de la Santa.13​ Ambas figuras se eliminaron en el siglo XIX, aunque en 1966 una réplica del ángel fue ubicada en un balcón de la plaza. El original se conserva el el Museo de Historia de Barcelona
  • La calle del Desert es donde, según la tradición, nació y vivió Eulalia de Barcelona. Aquí hubo una capilla dedicada a la Santa (documentada en 1463), hoy desaparecida, que da nombre a la calle, ya que el término catalán desert se refiere a una ermita ubicada en un terreno despoblado.14











San Antonio «Cauleas», obispo
fecha: 12 de febrero
†: 901 - país: Turquía
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En Constantinopla, san Antonio, llamado «Cauleas», obispo, que en tiempo del emperador León VI trabajó denodadamente para asegurar la paz y la unidad en la Iglesia.
San Antonio Cauleas nació cerca de Constantinopla, en un lugar donde sus padres se habían retirado por temor a la persecución iconoclasta. Después de que su madre murió, Antonio, de sólo doce años, entró en un monasterio en la capital del imperio bizantino, del que pronto se convirtió en abad bajo el nombre de «Antonio II Cauleas» (al haber sido precedido por Antonio I Cassimatas, 821-837). El padre de Antonio entró más tarde también él al monasterio, y recibió el hábito religioso directamente de manos de su hijo.
En esa época la Iglesia de Oriente vivía en un estado de gran confusión, después de que el emperador había expulsado al legítimo Patriarca de Constantinopla, san Ignacio y en el 867 había impuesto en el solio episcopal al célebre Focio. Incluso éste, sin embargo, se vio obligado a dejar la silla patriarcal en 886, probablemente impulsado por el nuevo emperador León VI, que quería establecer a su propio hermano Esteban. Focio no ofreció resistencia y se retiró a un monasterio, mientras que los seguidores de Ignacio no reconocieron la legitimidad de la elección de Esteban, ordenado diácono por Focio. En este contexto, a la muerte de Esteban en 893 Antonio fue elegido Patriarca de Constantinopla. Su trabajo se caracterizó inmediatamente por los múltiples esfuerzos para pacificar a las dos facciones, consiguiendo finalmente convencer al Metropolitano Stiliano Mapas, jefe de los ignacianos, para poner fin al cisma. Un punto a favor de Antonio fue el haber sido ordenado en tiempos no sospechosos, y por lo tanto la indiscutible validez de su ministerio, cosa que no había ocurrido con su su inmediato predecesor, Esteban.
No queda históricamente claro si la intervención del obispo de Roma fue necesaria para resolver la controversia, o si Roma sancionó en un segundo momento la solución ya alcanzada por Antonio. El hecho es que tanto la iglesia de Roma como la de Constantinopla reconocieron a «Ignacio, Focio, Esteban y Antonio» como una auténtica y válida sucesión de patriarcas en la sede bizantina. La paz se concluyó oficialmente en 899 y Anthonio murió poco después, quizás alrededor del 901.
Además de este particular rol en la historia universal de la Iglesia que hemos descrito, poco se conoce de otra información sobre la vida de Antonio, pero sus contemporáneos nos han transmitido sobre su espíritu de mortificación, de oración y de penitencia. Fundó un magnífico monasterio donde quiso ser enterrado, que más tarde, en su honor, se llamó «Tou koulea, o tou kyr Antoniou». El Martirologio Romano conmemora a san Antonio Cauleas como consolidador de la paz y la unidad de la Iglesia.

Antonio II Kauleas (en griegoΑντώνιος Β΄ Καυλέας, Antōnios II Kauleas) fue patriarca de Constantinopla desde 893 hasta 12 de febrero de 901.

Biografía[editar]

Después de que su madre muriera a los doce años, Antonio Cauleas se convirtió en sacerdote y posteriormente monje de una abadía cuyo nombre se desconoce. Llamó la atención de Stylianos Zautzes, el gran ministro del emperador León VI. Antonio apoyó a León contra el patriarca Focio, y contribuyó a la pacificación de la iglesia logrando un compromiso entre los seguidores de Focio e Ignacio. El emperador eligió Antonio patriarca después de la muerte de su propio hermano, Esteban I en 893.
El patriarca Antonio II fue un hombre piadoso que generalmente donaba dineros a fundaciones monásticas y refundó el monasterio Kaulea con el apoyo del emperador. Fue canonizado por la iglesia católica y ortodoxa y su festividad es conmemorada el 12 de febrero.






San Benito de Aniano, abad
fecha: 12 de febrero
n.: c. 750 - †: 821 - país: Alemania
otras formas del nombre: Benito de Aniane
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En el monasterio de San Cornelio de Indam, en Germania, tránsito de san Benito, abad de Aniano, que propagó la Regla benedictina, confeccionó un Consuetudinario para uso de monjes y trabajó con empeño en la instauración de la liturgia romana.
Benito fue hijo de Aigulfo de Maguelone; servía de escanciador al rey Pipino y a su hijo Carlomagno. A la edad de veinte años resolvió buscar el Reino de Dios con todo su corazón. Tomó parte en la campaña de Lombardía, pero, después de haberse casi ahogado en Tesino, cerca de Pavía, tratando de salvar a su hermano, hizo voto de abandonar el mundo por completo. A su vuelta a Languedoc, confirmó su determinación por consejo de un ermitaño llamado Widmar, y fue a la abadía de Saint-Seine, a veinticuatro kilómetros de Dijon, donde lo admitieron como monje. Pasó allí dos años y medio aprendiendo la vida monástica y llegó al dominio de sí mismo por medio de severas austeridades. No satisfecho con guardar la regla de san Benito, practicaba otros puntos de perfección que encontró prescritos en las reglas de san Pacomio y san Basilio. Cuando el abad murió, los hermanos estaban dispuestos a elegirlo para que lo substituyera, pero no quiso aceptar el cargo, porque sabía que había monjes que se oponían a todo lo que fuera reforma sistemática.
Con este motivo, Benito abandonó Saint-Seine y, al regresar a Languedoc, construyó una pequeña ermita junto al arroyo Aniane, en sus propias tierras. Aquí vivió algunos años en privación voluntaria, orando continuamente a Dios para que le enseñara a hacer su voluntad. Algunos ermitaños, de los cuales uno era el santo Widmar, se pusieron bajo su dirección. Ganaban su sustento con el trabajo manual, vivían a pan y agua, excepto los domingos y grandes fiestas, cuando añadían un poco de vino o leche, si se los daban de limosna. El superior trabajaba con ellos en los campos y algunas veces se dedicaba a copiar libros. Cuando el número de sus discípulos aumentó, Benito dejó el valle y construyó un monasterio en un sitio más espacioso. Amaba tanto la pobreza, que por mucho tiempo utilizó cálices de madera o vidrio o peltre para celebrar la misa, y si le daban ornamentos valiosos de seda, los obsequiaba a otras iglesias. Sin embargo, posteriormente, cambió su modo de pensar sobre este punto, y construyó un claustro y una majestuosa iglesia adornada con pilares de mármol, y la dotó de cálices de plata, ricos ornamentos; además compró libros para la biblioteca. En breve tuvo muchos religiosos bajo su dirección. Al mismo tiempo, llevaba al cabo la inspección general de todos los monasterios de Provenza, Languedoc y Gascuña, y llegó a ser, con el tiempo, el director y supervisor de todos los monasterios del imperio; reformó a muchos con tan buen tino, que no encontró gran oposición. El que principalmente recibió su influencia fue el monasterio de Gellone, fundado por san Guillermo de Aquitania en 804.
Para tenerlo a la mano, el emperador Luis el Piadoso obligó a Benito primero a habitar en la abadía de Maurmünster, en Alsacia, y después, como todavía quería tenerlo más cerca, construyó un monasterio en el Inde, conocido más tarde como Cornelimünster, a unos 11 kilómetros de Aquisgrán, residencia del emperador y su corte. Benito vivió en el monasterio, pero continuó ayudando a la restauración de la observancia monástica por toda Francia y Alemania. A él se debe principalmente, la redacción de los cánones para la reforma de los monjes del concilio de Aquisgrán en 817. En ese mismo año presidió la asamblea de abades para poner en vigor el restablecimiento de la disciplina. Su estatutos, los Capitula de Aquisgrán, fueron añadidos a la regla de san Benito e impuestos a todos los monjes del imperio. Benito también escribió el «Codex Regularum» (Códice de Reglas), una colección de todas las reglas monásticas existentes en su tiempo; compiló asimismo un libro de homilías para uso de los monjes, sacado de las obras de los Padres de la Iglesia; pero su obra más importante fue la «Concordia Regularum» (Concordancia de Reglas), en la cual compara las reglas de san Benito de Nursia con las de otros patriarcas de la observancia monástica para mostrar su semejanza. Este gran restaurador del monasticismo en el occidente, agotado por las mortificaciones y fatigas, sufrió mucho de continuas enfermedades en sus últimos días. En 821 murió tranquilamente, en Inde, a la edad de setenta y un años. Grande como era la energía e influencia de san Benito de Aniano, hay que admitir que su plan para una revolución pacífica de la vida monástica no pudo ser llevado al cabo como él había proyectado. De acuerdo con Edmund Bishop, la idea que tenía Benito y su patrono, el emperador Luis, era ésta: Todas las casas habían de reducirse a una uniformidad absoluta de disciplinas, observancia, y aun hábito, de acuerdo con el modelo de Inde; se nombrarían visitadores para que vigilaran la observancia de la regla según las constituciones. El nuevo plan sería lanzado en la asamblea de abades en Aquisgrán en 817. «Pero planear es una cosa» -agrega Bishop- «y llevar al cabo es otra. Es claro que en la asamblea general de abades, Benito, respaldado como estaba por el emperador para conservar la paz y poder llevar a cabo reformas substanciales, tuvo que renunciar a muchos detalles de observancia que él estimaba mucho. Parece que esto mismo afirma su biógrafo y amigo Ardo, quien había observado todo personalmente. Sin embargo, los decretos de esta asamblea, de la cual era Benito al mismo tiempo autor, alma y vida fueron un punto decisivo en la historia de los benedictinos, porque éstos formaron la base de la legislación y práctica posterior. Después del gran fundador, Benito de Nursia, ningún otro hombre ha influido tanto en el monasticismo occidental como lo hizo el segundo Benito, el de Aniano» («Liturgia Histórica», 1918, pp. 212-213).
Pocos de los entendidos en esta materia tienen tanto derecho para opinar sobre la historia monástica del siglo nueve, como Edmud Bishop. Estas palabras suyas forman un tributo notable a la obra que el gran reformador monástico llevó al cabo; pero, como ha señalado Dom David Knowles, su influencia fue bastante diferente de la de Benito de Nursia: «Benito de Aniano nunca fue un guía espiritual para monjes».




San Ludano, peregrino
fecha: 12 de febrero
†: 1202 - país: Francia
canonización: culto local
hagiografía: Abel Della Costa
Elogio: En el lugar de Northeim, junto al río Ill, en Alsacia, san Ludano, el cual, oriundo de Escocia, descansó en el Señor mientras peregrinaba a la basílica de los Apóstoles.
Escocés, hijo del príncipe Hildebold, encontramos su nombre componiendo el de la abadía alsaciana de Andlau. Vino a morir el 12 de febrero de 1202 en Nordhouse, a pocos kilómetros de la iglesia de San Jorge. Había dejado su lejana patria, después de haberse dedicado al servicio de los enfermos y de haber construido hospitales y orfanatos. Con los años, libre de fatigas, recorrió las rocosas laderas de las zonas rurales, pobre y mendigo como tantos otros en la época, y pasó al continente, de Santiago a Roma, tal vez a Jerusalén. A la vuelta de esta larga peregrinación, se acuesta, agotado, bajo un árbol de tilo, cerca de la aldea de Nartz (hoy Nordhouse) a morir.
Tal como lo cuenta la tradición oral, y como se plasma en un mural del siglo XVIII en el coro de la iglesia de San Ludano, un ángel descendió del cielo y le dio, en la soledad nevada, el Santo Viático, el cuerpo de Cristo resucitado. Entonces, según la antigua tradición, las campanas de las iglesias que rodean el lugar comenzaron espontáneamente a moverse y sonar. Los lugareños acudieron a rodear el cuerpo. En el conjunto pictórico anónimo de 1760 pueden seguirse el proceso de traslado del cuerpo: a la derecha, los pastores de las dos parroquias entonces existentes en Nordhouse, Saint Martin y Saint Michel, se disputan el derecho de enterramiento, ya que habían encontrado en entre sus cosas la acreditación de su origen principesco. El abad de la célebre abadía de Ebersmunster arbitra en la controversia y propone atarlo a en un carro a un caballo salvaje que lleve el cuerpo donde el santo desee que sea su entierro. El caballo se detuvo en Scheerkirche, al lado del río del mismo nombre, conocido hoy como Saint Ludan.
De todos estos datos no hay propiamente "Actas", hay una tradición cúltica ininterrumpida en el lugar; se mencionan unos «campos de san Ludano» ya en 1336, en un acta de venta de terrenos en la zona. Quizás detalles como que construyó hospitales y orfanatos contenga datos más bien convencionales, pero de ninguna manera improbables, ya que encaja perfectamente en la manera de vivir la fe en esos siglos, donde encontramos abundantes ejemplos de gente de buena cuna que profundiza en la piedad aplicándose al servicio concreto de los pobres, e incluso más de uno llegaba a dejarlo literalmente todo, en busca de una radicalidad de vida en Dios aun mayor... ¡es la misma época del Pobre de Asís!

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