San Carlos Lwanga | ||
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Carlos Lwanga (en el centro) y sus 21 compañeros en una pintura de Albert Wider (1962).
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Mártir | ||
Nacimiento | 1860 o 1865 Buganda, Uganda | |
Fallecimiento | 3 de junio de 1886 Namugongo, Uganda | |
Venerado en | Iglesia católica. | |
Beatificación | 1920, por el papa Benedicto XV. | |
Canonización | 18 de octubre de 1964 | |
Principal santuario | Iglesia Basílica de los Mártires de Uganda, Namugongo. | |
Festividad | 3 de junio | |
Patronazgo | De la Juventud cristiana de África, de las víctimas de tortura. | |
San Carlos Lwanga o Luanga, también conocido como Carl Lwanga, Charles Lwanga o Karoli Lwanga (1860 o 186512 - 3 de junio de 1886) fue un catequista católico de Uganda mártirpor su fe y venerado como santo en la Iglesia católica. Había nacido en el reino de Buganda, en la parte sur de la moderna Uganda, y sirvió como paje en la corte del rey Mwanga II.
El rey Mwanga comenzó una severa campaña para que los cristianos, recién convertidos por los Padres Blancos, abandonaran su fe, y ejecutó a muchos anglicanos y católicos entre 1885 y 1887. Muchos de ellos eran funcionarios de la corte del rey o muy cercanos a él, como es el caso de Lwanga.
Después de una masacre de anglicanos perpretada en 1885, Joseph Mukasa, sacerdote católico residente en la corte, reprochó al rey su acción. Mwanga decapitó a Mukasa y se detuvo a todos sus seguidores. Lwanga asumió las funciones de Mukasa, bautizando en secreto a los catecúmenos el 26 de mayo de 1886.
Por esa acción, Carlos Lwanga y otros 11 católicos fueron quemados vivos el 3 de junio. Otro católico, Mbaga Tuzinde, fue golpeado hasta la muerte por negarse a renunciar al cristianismo, y su cuerpo fue arrojado al horno para ser quemado junto con Lwanga y sus 11 compañeros.3 Al parecer, una de las razones que exasperaron al rey contra los cristianos fue su negativa a participar en actos sexuales con él, habituales en la corte.4
Carlos Lwanga y sus 21 compañeros fueron canonizados en 1964 por el papa Pablo VI. Aunque los mártires anglicanos no fueron, lógicamente, canonizados, su martirio fue también reconocido por el papa.5
En Namugongo existe la Basílica de los Mártires de Ugandaconsagrada a todos los mártires ejecutados por orden de Mwanga II.
Carlos Lwanga y 12 compañeros, Santos
Memoria Litúrgica, 3 de junio
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Los Padres Blancos habían llegado a Uganda hacia 1880, y desde un principio sus misiones tuvieron un gran éxito, porque no aceptaban el comercio de esclavos que se practicaba en el país, por esta razón fueron expulsados del territorio (1882), dejando a una comunidad nativa totalmente solos. Dos años más tarde regresaron llamados por el mismo rey Mwanga, que luego se convirtió en su más feroz perseguidor.
Por: Cristina Huete García | Fuente: hagiopedia.blogspot.com
Mártires en Uganda
Martirologio Romano: Memoria de los santos Carlos Lwanga y doce compañeros, todos ellos de edades comprendidas entre los catorce y los treinta años, que perteneciendo a la corte de jóvenes nobles o al cuerpo de guardia del rey Mwanga, de Uganda, y siendo neófitos o seguidores de la fe católica, por no ceder a los deseos impuros del monarca murieron en la colina Namugongo, degollados o quemados vivos († 1886).
Fecha de canonización::8 de octubre de 1864, junto a otros 9 mártires de Uganda (un total de 22 mártires), por el S.S. Pablo VI
Breves Biografìas
Los Padres Blancos habían llegado a Uganda hacia 1880, y desde un principio sus misiones tuvieron un gran éxito, porque no aceptaban el comercio de esclavos que se practicaba en el país, por esta razón fueron expulsados del territorio (1882), dejando a una comunidad nativa totalmente solos. Dos años más tarde regresaron llamados por el mismo rey Mwanga, que luego se convirtió en su más feroz perseguidor.
El rey Mwanga, tenía un primer ministro que aborrecía a los cristianos porque éste había atentado contra el monarca y había sido descubierto por la fidelidad de los neófitos, siempre leales al rey. La cosa se agravó cuando el mismo rey intento abusar carnalmente de sus pajes, además se añadía que los cristianos se oponían a su pingüe beneficio de la venta de esclavos. Hizo matar primero a un cierto número de sus súbditos, junto con el obispo anglicano Hannington, acusado de espionaje; luego hizo decapitar y quemar al jefe de la servidumbre, José Mukasa, junto con otros pajes, acusados de ser aquellos que "rezaban" (es decir, leían las oraciones de un libro). Fueron martirizados entre el 1885 y el 1887. José Mukasa, Mayordomo del rey Mwanga de Uganda que ordenó su muerte y ajusticiado en Kampala. Fue la primera víctima de la persecución. -Dionisio Ssebuggwawo. Siervo del rey Mwanga de Uganda; el rey lo traspasó con una lanza porque le encontró enseñando el catecismo a su propio hijo y heredero. Fue la segunda víctima de la persecución ugandesa.
Carlos Lwanga (1861 - 1886). Nació en Buddu, Uganda. Pertenecía al clan del Antílope y había entrado en la corte del rey Mwanga, cuando tenía 20 años. Por su inteligencia, porte atlético, fue el jefe de los pajes en la corte real, había sido bautizado en 1884 por san José Mukasa. Desde entonces, consciente de la lujuria del rey, buscaba el modo de que estuviesen lejos del monarca todos los pajes. El rey le tomo ojeriza por ello, pero la buena conducta de Carlos le impidió destituirlo; cuando fueron detenidos preparó a sus doce más fieles al martirio. Como eran catecúmenos decidió bautizarlos, así bautizó a Kizito, Gyavira, Mugagga, Mbaya Tuzinde.
Mbaya Tuzinde (1869 - 1886). Era natural de Busiro, pertenecía al clan Ngege y tenia 17 años. Mukajianga, el jefe de los verdugos, lo quería y trataba como a un hijo, por un pacto de sangre entre el abuelo de Mbaga y él. Era paje del rey Mwanga. Atraído a la fe y catecúmeno, fue bautizado por Carlos Lwanga en la choza el día ante del arresto.
Su padre quiso que apostatase o al menos que huyera. El joven se negó a ambas cosas. En el lugar del martirio pudo resistir a las suplicas de su familia hasta el mismo momento de su ejecución, su negativa a la apostasía fue heroica. Fue quemado vivo en Namungogo, aunque su padre dio la orden de que lo desnucasen antes de que lo quemasen vivo.
Bruno Sserunkuma (1856 - 1886). Era natural de Buddu y pertenecía al clan del Carnero; era hijo del guerrero Namunjulirwa. Cuando era niño comenzó a servir en el palacio del rey Suna y siguió haciéndolo con sus sucesores, llegando a guardián del palacio real. Soldado del rey Mwanga de Uganda. Tuvo un carácter hosco hasta que se bautizó y refrenó la aspereza de su natural. Fue bautizado en 1884. Estaba encargado de los esclavos y a raíz de su bautismo les dio un trato apacible.
Apresado con los demás servidores del rey y llevado hacia Namungongo para el suplicio pasó por casa de su hermano Bosa que, para calmarle la sed, le ofreció un vaso de cerveza, pero recordó que Jesús había rehusado beber estando en la cruz y no quiso beberla.
Jaime Buzaalilyawo (1851 - 1886). Natural de Nawokota, pertenecía al clan Ngeye, y tenía 35 años. Era hijo del encargado del aparato hidráulico y la maquinaria del palacio real, de las fuentes de agua de la corte y su hermana era una de las esposas del rey, era soldado del rey Muanga de Uganda y era asistente del jefe de la banda real, san Andrés Kaggwa; fue bautizado en el 1885, y había intentado convertir al rey cuando éste era príncipe. Fue arrestado y confesó su condición de cristiano y le dijo al rey que iba al paraíso a rogar por él.
Kizito (1872 - 1886). Nació en Bulemezi, en la tribu Baganda y pertenecía al clan Bulemezi. Fue regalado por su padre a Nyika, el jefe de tribu, el cual lo llevó a la corte y logró que el rey Mutesa lo aceptara como paje. Paje de 13 años, era el más joven. Había sido atraído por la fe por san Andrés Kaggwa. El rey lo miraba con ojos lascivos y Carlos Lwanga lo protegía. Fue bautizado en la cabaña por la noche antes de su arresto, sin que se sepa el nombre cristiano que se le dio.
Ambrosio Kibuka (1868 - 1886). Natural de Ssingo, Uganda, pertenecía al clan Scaly. Joven, robusto y apuesto fue paje del rey Mwanga de Uganda, desde niño. Era una persona que veneraba los fetiches, amuletos e ídolos propios de la religión tradicional de su país hasta que conoció el cristianismo. Fue bautizado en 1885, y quemó todos sus amuletos que antes había adorado. Realizó un activo apostolado, hasta que fue detenido con los demás pajes y llevado a Namugongo.
Mugagga (1869 - 1886). Era natural de Mawokota, perteneciente al clan Ngo. Fue educado por el real fabricante de vestidos de Uganda. Era paje real, encargado de hacer los recados al rey. Convertido por Carlos Lwanga ingresó en el catecumenado.
El rey lo odiaba porque le había negado sus solicitudes sexuales. Bautizado por san Carlos Lwanga la noche anterior al arresto, no se sabe su nombre cristiano.
Gyavira (1869 - 1886). Era natural de Segguku, miembro del clan Mamba. Hijo de una familia acomodada, era hijo del guardián del templo del dios Mayanja, desde pequeñó fue paje de la corte y mensajero de la corte. Atraído por el cristianismo se inscribió en el catecumenado. Fue bautizado por Carlos Lwanga en la choza la noche antes de la detención. Se le conoce como "el buen mensajero".
Había tenido una riña con el paje Mukasa Kiriwawanvu, también catecúmeno, había sido encarcelado. Cuando caminaba hacia Namugongo, Mukasa fue llevado para unirlo al grupo de cristianos, y al verlo llegar Gyavira se destacó del grupo, le saludó cordialmente y le dijo que se alegraba de verlo, y así ambos se reconciliaron, partiendo juntos para el martirio.
Aquiles Kiwanuka (1869 - 1886). Era natural de Ssingo, Uganda y pertenecía al clan Scaly y era primo de san Ambrosio Kibuka. Desde niño entró como paje en la corte del rey Mutesa de Uganda y siguió en la del rey Mwanga. Convertido al cristianismo, fue bautizado en 1885. Quemó a su padre todos sus ídolos y amuletos enfriándose por ello su relación con él; fue monaguillo. Apresado con los otros pajes, fue quemado vivo a fuego lento envuelto en una estera en Namugongo.
Adolfo Mukasa Ludigo (1861 - 1886). Nació en la tribu de los mutoros y pertenecía al clan Balaya en Uganda. Tenía 25 años, fue entregado como rehén de pequeño y llegó a ser paje de la corte. Conoció el cristianismo y se bautizó en 1885, y fue un joven devoto y ejemplar dedicado a preparar la comida de los catecúmenos. Tras confesar su fe fue enviado a Namugongo.
Mukasa Kiriwawanvu (1861 - 1886). Era natural de Kyaggwe, miembro del clan de Ndiga y tenía 25 años. Servía la mesa del rey Mwanga de Uganda, como paje. Era catecúmeno gracias a Carlos Lwanga, estaba detenido por un altercado habido con el paje Gyavira.
Se recordó que era cristiano y se le propuso la apostasía. Como se negó, fue enviado con el grupo de los que iban a Namugongo. San Gyavira, se destacó del grupo y se reconcilió con él. Se cree que la noche previa al martirio fue bautizado con sus compañeros en Kampala.
Anatolio Kiriggwajjo (1866 - 1886). Venía de una tribu de pastores, los bunyoros; pertenecía al clan Basita. Fue esclavo del rey Mutesa y era uno de los jóvenes pajes del rey Mwanga de Uganda. Fue convertido al cristianismo por san Carlos Lwanga y bautizado en 1885. No ascendió en la corte porque se negó a secundar los deseos impuros del rey, y por ello fue señalado para el arresto y la condena a muerte.
Lucas Banabakintu (1851 - 1886). Era natural de Gomba y pertenecía al clan de Siluro y tenía 35 años. Su condición era la de esclavo de Mukwenda, pero ejercía como jefe del poblado y hombre de confianza, además de encargado de las embarcaciones reales. Llegó al cristianismo por la influencia de san Matías Kalemba. Fue bautizado en el 1882. Fue conocido en los ambientes cristianos y paganos por su bondad y por su integridad. Era catequista en la zona de Mityana.
Fue arrestado junto a Matía Kalemba en 1886, pasando toda la noche atado de tal modo que no se podía mover. Al día siguiente lo llevaron ante el juez de Mengo, ante el cual confesó su fe. Se despidió de Matías y fue conducido a Namugongo, con los otros cristianos, a los que informó de la muerte de Matías y su esperanza de morir con ellos.
A la mañana siguiente, tras aprobar el consejo real que los cristianos fuesen ajusticiados, Carlos y sus compañeros, los pajes cristianos, fueron llevados ante el rey e invitados a apostatar. Carlos fue el primero en decir que no, seguido de Kiziko y por todos los demás pajes. En medio de un gran silencio el rey les preguntó si estaban dispuesto a ser cristianos, a lo que contestaron todos a una que sí, que hasta la muerte, entonces el rey pronunció la sentencia de muerte. Después de la sentencia de condena a muerte, fueron llevados a Namugongo, al lugar del martirio.
Tras la espera de los días necesarios para la preparación del lugar del suplicio -algunos pajes ya habían muerto durante el trayecto-, los prisioneros fueron encadenados. Cuando se dirigían el martirio los vio el padre Lourdel, que con profunda emoción vio como sus cristianos eran llevados a la muerte sin que ninguno de ellos hubiera apostado. Todos lo saludaron con la mirada. Quiso obtener una audiencia con el rey para que parara la ejecución pero no se le permitió.
A los pajes se les agregó el soldado Jaime Buzabaliawo, conocido cristiano. Luego de varias horas de andar por el sol, llegaron a Kampala, habiéndoseles unidos otros mártires por el camino, y en esta ciudad les pusieron una canga a cada uno de ellos para evitar su huida. Allí tuvo lugar la ejecución de san Gonzaga Gonza.
Llegados a Namugongo, fueron encerrados, separándolos por grupos. Al día siguiente, todos se alegraron de verse de nuevo y se pidieron perdón. Fueron enrollados con esteras. El primero que fue quemado en la hoguera fue Carlos Lwanga que les repetía: "Amigos hasta la vista, nos encontraremos en el cielo". Por ser el animador del grupo, Carlos fue quemado a fuego lento. Después los otros fueron asados vivos. A esta legión de mártires se completó cuando el 27 de enero de 1887 fue degollado san Juan María “Muzeo” por orden del rey. Terminado el martirio, Uganda conoció un gran florecimiento misional como no lo ha tenido ningún país de África. Pío XI lo proclamó patrono de la juventud africana en 1934 y Pío XII, protector de la Acción Católica africana.
San Juan Grande Román, O.H. (Carmona, provincia de Sevilla, 6 de marzo de 1546-Jerez de la Frontera, Cádiz, 3 de junio de 1600), religioso, patrón de la Diócesis de Asidonia-Jerez.
Juan Grande Román | ||
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Nacimiento | 6 de marzo de 1546 Carmona, Sevilla | |
Fallecimiento | 3 de junio de 1600 Jerez de la Frontera, Cádiz | |
Venerado en | Iglesia católica | |
Beatificación | 1853 por Pío IX | |
Canonización | 2 de junio de 1996 por Juan Pablo II | |
Orden religiosa | Orden Hospitalaria de San Juan de Dios | |
Festividad | 3 de junio | |
Patronazgo | Diócesis de Asidonia-Jerez |
Juan Grande Román nació en Carmona, Sevilla, España, el sábado 6 de marzo de 1546. Sus padres fueron Cristóbal Grande e Isabel Román, matrimonio muy cristiano, y fue bautizado por el párroco Andrés Muñoz en la Parroquia de San Pedro de Carmona. Su padre, artesano de oficio, falleció cuando Juan tenía 11 años.
Recibió una esmerada educación cristiana, primero en el seno familiar, y desde los siete años como "niño de coro" de su parroquia.
Su formación humana y profesional la completó en Sevilla aprendiendo el oficio de pañero o tejedor. A los 17 años volvió a su casa y se dedicó al comercio como vendedor de telas. Poco tiempo después el mismo oficio le hizo entrar en una profunda crisis espiritual.
Opción por Dios[editar]
Dejó su familia, y se retiró a la Ermita de Santa Olalla, en Marchena, población cercana de Carmona, donde pasó un año en retiro, tratando de conocer su verdadera vocación. Decidió entonces dedicarse totalmente a Dios: dejó su ropa y se vistió de un hábito de jerga; renunció al matrimonio y adoptó el sobrenombre de " Juan Pecador".
Inició al mismo tiempo la experiencia de atender a un matrimonio anciano que encontró en abandono: los llevó a su habitación, les cuidaba en sus necesidades y pedía limosna para ellos. Con ello entendió que su nueva vocación era el servicio a los pobres y necesitados.
Opción definitiva por los pobres[editar]
Con sólo 19 años, Juan Pecador se trasladó a la ciudad de Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz, y empezó una nueva vida: atendía personalmente a gente necesitada, a los presos de la "Cárcel Real", y a otros enfermos convalecientes e incurables, que encontraba abandonados. Para ayudarles pedía limosna por la ciudad.
Al mismo tiempo frecuentaba la iglesia de los Padres Franciscanos, donde se recogía para su oración y se aconsejaba con uno de los Padres.
Fundación del Hospital de la Candelaria[editar]
Juan Pecador era seguido con admiración por los habitantes de Jerez en su generosa vida de caridad.
En enero de 1574, se generalizó una grave epidemia en Jerez y entonces dirigió un memorial al Cabildo urgiendo la asistencia de tantos enfermos tirados por la calle. Él se multiplicaba ante tanta necesidad, y al fin optó por fundar su propio Hospital, que poco a poco lo fue ampliando: lo dedicó a la Virgen y llamó de Ntra. Sra. de la Candelaria.
Unión a San Juan de Dios[editar]
La razón de ser y actuar de Juan Pecador era Dios expresado mediante el servicio a los pobres, y sostenido por su intensa vida de fe y oración.
Tuvo mientras tanto conocimiento de la Institución fundada por Juan de Dios en Granada. La visitó en 1574 y decidió unirse a ella, acogiéndose a sus reglas y aplicando en su hospital la misma forma de vida profesada.
Con su nuevo planteamiento, su testimonio y entrega ejemplar se derivó el que se le fueran uniendo compañeros, que formó según " los Estatutos de Juan de Dios ".
Esto le dio oportunidad para ampliar su acción con otras fundaciones en Medina Sidonia, Arcos de la Frontera, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda y Villamartín.
La Reducción de los Hospitales[editar]
La asistencia a los enfermos más pobres en Jerez dejaba mucho que desear, mientras se multiplicaban los pequeños centros. Las autoridades ante ello determinaron la reducción de los Hospitales, pretendiendo una mayor eficacia hospitalaria; pero la medida lesionaba los intereses de no pocos, apegados a los centros no tanto por servir a los enfermos, cuanto por ser medio de beneficios personales. Por eso mismo no habían de faltar críticas, resistencias y entorpecimientos.
La medida también afectaba al Hospital de Juan Pecador. Él, como los demás, presentó a las autoridades su "Memorial" sobre cómo se atendía a los enfermos en su hospital.
Ante la decisión, el arzobispo de Sevilla, Cardenal Rodrigo de Castro, encargó tan delicada misión a Juan Pecador, como la persona más apta y mejor capacitada para ello, por su espíritu, vocación y experiencia en hospitalidad. Juan Grande se enfrentó a la reducción con valor y amor, y ante los no pocos ni pequeños sinsabores, demostró su especial sensibilidad, capacidad, buen temple y no pequeña virtud.
De su Hospital se había presentado el informe de que la asistencia hospitalaria se cumplía en el mismo "con diligencia, cuidado y mucha caridad, haciéndose muy buena obra y servicio a Dios nuestro Señor, porque él y sus hermanos de hábito son hombres virtuosos y profesan esta caridad de curar los pobres enfermos".
Actualidad de Juan Grande[editar]
Junto a su intensa vida interior, Juan Pecador se dedicó en cuerpo y alma a la tarea externa de buscar, cuidar y servir a los pobres y enfermos, preocupándose por todo lo que entonces era más grave y urgente: encarcelados, enfermos convalecientes e incurables, mujeres prostituidas, soldados enfermos desechados, niños abandonados, etc. En verdad, practicó todas las obras de misericordia.
En Juan Grande vemos a un hombre del bien hacer desde el ser, poco hablador y eficientemente práctico, servidor misericordioso del "Evangelio de la Vida", buen samaritano, organizador de hospitales y de la asistencia hospitalaria, conciencia crítica ante las injusticias, abusos y carencias. En definitiva, fue un profeta y apóstol de la asistencia sanitaria.
Epidemia de peste y muerte[editar]
Contando Juan Grande 54 años y viviendo plenamente dedicado a su comunidad y al hospital, se presentó en Jerez una terrible epidemia de peste. Juan se prodigó por todas partes con todas sus fuerzas y generosidad, pero al fin contagiado, murió el sábado 3 de junio de 1600.
Glorificación[editar]
Fue beatificado en 1853 por Pío IX, y canonizado por Juan Pablo II el 2 de junio de 1996. Proclamado Patrón de la nueva Diócesis de Asidonia-Jerez en 1986, sus restos son venerados en el Santuario Diocesano San Juan Grande, en Jerez, dentro del hospital de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de igual nombre.2
En 1999, Don Rafael Bellido Caro, primer obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, erigió en la zona sur de Jerez la Parroquia de San Juan Grande y Nuestra Señora de la Candelaria.
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