Paisaje con el entierro de Santa Serapia es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 212 cm. de alto y 145 cm. de ancho, y está pintado al óleosobre lienzo. Data de los años 1639-1640.
Fue un encargo del rey de España Felipe IV para decorar el Palacio del Buen Retiro (en concreto para la Galería de Paisajes), formando parte de una serie pictórica en la que también participaron otros grandes pintores de la época, como Nicolas Poussin, Herman van Swanevelt, Jan Both, Gaspard Dughet y Jean Lemaire. De la colección real pasó al Museo del Prado de Madrid, donde se expone actualmente (nº de catálogo 2252).
Lorena realizó ocho cuadros monumentales para el Buen Retiro, en dos grupos: cuatro de formato longitudinal (1635-38: Paisaje con las tentaciones de San Antonio, Paisaje con San Onofre, Paisaje con Santa María de Cervelló y un cuarto desconocido) y cuatro de formato vertical (1639-41: Paisaje con Tobías y el Arcángel Rafael, Paisaje con el embarque en Ostia de Santa Paula Romana, Paisaje con Moisés salvado de las aguas del Nilo, Paisaje con el entierro de Santa Serapia). El programa iconográfico, tomado de la Biblia e Historias de los Santos, fue elegido por el conde-duque de Olivares, que dirigía las obras.
Descripción[editar]
Se trata de una escena religiosa: Santa Serapia era sirviente de Santa Sabina, una romana de alcurnia, a la que convirtió al cristianismo, hecho por el que fueron martirizadas durante el reinado de Adriano. Este hecho ocurrió en la ciudad de Vindena, que aunque está cerca de Terni, en el siglo XVII, cuando se pintó el cuadro, se creía que correspondía con el Aventino, una de las siete colinas de Roma; por ese motivo se construyó en ese lugar la Basílica de Santa Sabina. En el cuadro, sobre la tapa del sarcófago, figura la inscripción SEPVLTVRA.S.SABIN (a)... SEPELIR(e) IVBET.C.SANCTAE SERAPI(ae).
Claude refleja el momento de la sepultura de la santa, en un escenario plagado de ruinas clásicas, como referencia al hecho de que la basílica cristiana fue erigida sobre el antiguo templo de Juno Regia. Sin embargo, la escena no se corresponde con el momento cronológico del martirio de la santa, sino que las ruinas son las coetáneas a la época del artista, en que el lugar era conocido como Campo Vaccino, debido a que las vacas pastaban en ese lugar. Al fondo se ve el Anfiteatro Flavio, más conocido como el Coliseo, y en lontanaza se divisa el río Tíber.
El artista lorenés despliega en esta obra una de sus composiciones típicas, donde la figura humana está reducida al mínimo y solo es un pretexto para otorgar un asunto a la obra, mientras que el protagonismo lo adquiere el paisaje, un vasto panorama majestuoso y bucólico, evocador de un pasado esplendoroso, donde juega un papel fundamental el intenso cromatismo y los efectos lumínicos y atmosféricos.
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Paisaje con Moisés salvado de las aguas del Nilo, también en el Prado: mientras Moisés representa el nacimiento, Santa Serapia significa la muerte, simbolizando el paso del tiempo.
Esta obra figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 48.
Paisaje con el padre de Psique ofreciendo sacrificios en el templo de Apolo es un cuadro realizado por el pintorfrancés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 174 cm de alto y 220 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de 1663 y se encuentra en la colección Fairhaven, perteneciente al National Trust, en la abadía de Anglesey, Lode (Cambridgeshire).
Historia[editar]
Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Este cuadro fue un encargo de Angelo Albertoni, un rico prohombre romano. Fue padre de Gasparo Albertoni, quien se casó con Laura Altieri, sobrina del papa Clemente X, quien lo nombró gobernador del Castel Sant'Angelo. Gasparo encargó en 1675 otro cuadro a Claudio para hacer de pareja (pendant) del anterior, Paisaje con el desembarco de Eneas en el Lacio, conservado igualmente en la actualidad en el National Trust en la abadía de Anglesey. Por ello estos dos cuadros son conocidos globalmente como los Altieri.2
El cuadro y su pareja pertenecieron a la familia Altieri hasta 1799, fecha en que fueron adquiridos por el coleccionista William Thomas Beckford por 6 500 guineas, quien a su vez los vendió en 1808 a Richard Hart Davis por 12 000 guineas, casi el doble, el récord hasta entonces por la venta de unas obras de arte.3 Posteriormente fue propiedad de la familia Miles hasta 1884, de la familia Brassey hasta 1940 y del duque de Kent hasta 1947, fecha en que pasó a la colección Fairhaven.2
El cuadro está firmado sobre la escalera de la izquierda: CLAVDIO GILLEE IV. FECIT. ROMA 1663.2 Figura en el Liber Veritatis, un cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras para evitar las falsificaciones, con el número 157, donde se halla la inscripción «quadro faict per il sigr Angelino».2
Descripción[editar]
Esta obra pertenece al período de madurez del artista. En los años 1660 Claudio abandona la severidad clasicista y se interna en un terreno más personal y subjetivo, reflejando un concepto de la naturaleza que algunos estudiosos califican de romántico avant-la-lettre.4
El tema está extraído de las Metamorfosis de Apuleyo (libro IV): Psique, personificación del alma, era la más bella de las hijas de un rey de Anatolia, pese a lo que no encontraba marido. Su padre se dirige entonces al oráculo del templo de Apolo en Delfos —momento aquí representado—, que le conmina a vestir a su hija para una boda y abandonarla en una roca, donde sería tomada por un monstruo horrible. Una vez allí y tras encontrarse sola es llevada por el viento al jardín del palacio de Eros (Cupido) y ambos se enamoran mutuamente.5 Este tema ha sido tratado por otros artistas, como Rafael (Villa Farnesina) o Bernardo Castello (palacio Giustiniani, Udine).2
Como es habitual en la producción de Claudio, esta obra presenta un idílico paisaje de la campiña romana con algunos elementos arquitectónicos y figuras humanas de pequeño tamaño. En el lado izquierdo aparece el templo de Apolo en Delfos, de factura más bien renacentista, frente al cual se sitúa un altar en el que el padre de Psique ofrece sacrificios junto a otros personajes. Un poco más lejos se ve un tholos, un templo de planta circular, aparentemente en ruinas. En el lado derecho, a los pies de unos altos y majestuosos árboles, hay unos pastores observando la escena, mientras que en la parte inferior del cuadro aparecen unas reses pastando. En el fondo, en la parte central del cuadro, se ve un río atravesado por un puente, tras el cual se suceden los campos hasta un paisaje montañoso en lontananza. En la parte superior se ve el cielo surcado de nubes.
La composición del cuadro repite de forma invertida la de Vista de Delfos con una procesión (1650, Galería Doria-Pamphili, Roma). Para la crítica en general es una de las obras maestras de Claudio y, junto a su pareja, son los primeros exponentes de un estilo más sereno del artista en la fase final de su trayectoria.6
De esta obra existen cuatro dibujos preparatorios, conservados en el British Museum de Londres, en el Ashmolean Museum de Oxford, en el Gabinete Nacional de Estampas de Roma y en el Museo Bonnat de Bayona.
Paisaje con la boda de Isaac y Rebeca, también conocido como Paisaje con figuras danzando y El molino, es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 149 cm de alto y 197 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de 1648 y se encuentra en la National Gallery de Londres.
Historia[editar]
Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Esta obra fue realizada para el cardenal Camillo Pamphili, sobrino del papa Inocencio X, pero poco antes de su entrega se produjo el escándalo de su renuncia a los hábitos para casarse con Olimpia Aldobrandini, hecho por el cual tuvo que exiliarse durante cuatro años, por lo que finalmente el cuadro fue vendido al duque de Bouillon, general de la armada pontificia.2 Este cuadro formaba pareja (pendant) con Puerto con el embarque de la Reina de Saba (1648, National Gallery, Londres).3
Poco después el ex-cardenal encargó una segunda versión del cuadro (Paisaje con figuras danzando, 1648, Galería Doria-Pamphili, Roma), junto a otro titulado Vista de Delfos con una procesión (1650, Galería Doria-Pamphili, Roma).4
El cuadro estuvo en posesión de la familia Bouillon hasta 1803, excepto durante la Revolución francesa, período en que fue requisado; luego fue propiedad de la familia Erard en Londres y, posteriormente de la familia Angerstein, hasta que fue adquirido por la National Gallery en 1824.5
El lienzo incluye una inscripción original con el título MARI[AGE] DISAC AVEC REBECA y está firmado CLAVDIO. G.L.I.N. V. ROMAE 1648 F.5 Figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 113. Este dibujo tiene la inscripción «quadro faict per l'excellentmo sig principe Panfil».5
Descripción[editar]
Este paisaje pertenece al período de madurez del artista. Por entonces Claudio era uno de los más famosos paisajistas de Europa, honrado por soberanos como Urbano VIII y Felipe IV. En los años 1640 recibió la influencia de Rafael —a través de los grabados de Marcantonio Raimondi—, especialmente en las figuras,6 así como de Annibale Carracci y Domenichino, como se denota en sus obras Paisaje con San Jorge y el dragón (1643), Paisaje con Apolo custodiando los rebaños de Admeto y Mercurio robándoselos (1645) y Paisaje con Agar y el ángel (1646).7
El paisaje domina la casi totalidad de la composición, una típica estampa de la campiña romana que solía representar Claudio en sus obras. El tema representado, la boda entre Isaac y Rebeca, es un mero pretexto para situar figuras humanas en el paisaje plasmado por Lorena, que era su verdadero interés, algo usual en su producción pictórica. En primer término, en la parte inferior derecha del cuadro, aparecen los novios bailando, rodeados de los demás asistentes a la boda. En el lado izquierdo un pastor conduce sus rebaños. En el centro hay un río surcado de barcas de pescadores, al fondo del cual hay un puente. En segundo plano, a la izquierda, se vislumbra tras una arboleda un grupo de edificios entre los que se distingue un molino de agua, coronados por una alta torre de forma redonda; junto al molino se distinguen unas lavanderas que lavan ropa en el río. En un segundo plano a la derecha, tras los altos árboles que dominan el lado derecho del cuadro, se distingue una ciudad en lontananza. El fondo superior del cuadro está dominado por un límpido cielo azul, surcado por algunas nubes.8
Sobre la iconografía, sostiene Doretta Cecchi que la escena original debía estar probablemente inspirada en la mitología clásica —en cuyo caso su pareja, el Embarque de la Reina de Saba, habría sido más probablemente un Embarque de Cleopatra—, en consonancia con el gusto del comitente, como se comprueba en otras obras encargadas por el cardenal Pamphili a Claudio: Paisaje con Apolo custodiando los rebaños de Admeto y Mercurio robándoselos (1645, Galería Doria-Pamphili, Roma), Paisaje con Céfalo y Procris reunidos por Diana(1645, Galería Doria-Pamphili, Roma) y Paisaje con pastores (1646, Szépművészeti Múzeum, Budapest). Así pues, habría sido probablemente la nueva adquisición por parte del duque de Bouillon la que habría motivado el cambio de título a un tema religioso.5
Según Anthony Blunt la composición del cuadro denota una clara influencia de Domenichino, mientras que algunos detalles, como los recipientes de la derecha, están inspirados en Poussin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario