Paisaje con Ascanio asaeteando el ciervo de Silvia es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 120 cm de alto y 150 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de 1682, el año de fallecimiento del autor, por lo que fue una de sus últimas obras. Se encuentra en el Ashmolean Museum de Oxford.
Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Este paisaje fue un encargo del príncipe Lorenzo Onofrio Colonna (1637-1689), príncipe de Paliano y condestable de Nápoles, para el que pintó otros ocho cuadros.2 El cuadro está firmado CLAVDIO. I, V, F, A ROMAE 1682 Come. Ascanio saetta il. Cervo di Silvia figliuola di. Tirro lib. 7 Vig. («Cómo Ascanio asaetea el ciervo de Silvia, hija de Tirro, libro 7 de Virgilio»). Más abajo hay otra firma cubierta parcialmente por el marco: CLAVDIO ROM. Según el catálogo de la subasta Ottley, realizado en 1801, tenía en el reverso la inscripción Quadro per l'Illmo et excellmo Sig. Contestabile Colonna questo di 5 Ottobre 1681, actualmente desaparecido.3
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Vista de Cartago con Dido, Eneas y el séquito de ambos saliendo de caza (1676, Kunsthalle de Hamburgo).4 Fue propiedad de la familia Colonna hasta 1783. En 1798 fue adquirido por William Young Ottley y llevado a Londres. Entre 1801 y 1826 perteneció a la familia Porter; posteriormente pasó a los Stratton y los Baring, y a los Northbrook entre 1866 y 1919; luego fue propiedad Buttery y Weldon, hasta que fue adquirido por el Ashmolean Museum.3
Descripción[editar]
Se trata de una escena mitológica extraída de la Eneida de Virgilio(libro VII, 483-499): tras la llegada a Italia del héroe Eneas, su hijo Ascanio participó en una cacería donde, a instancias de la diosa Juno, mató a un ciervo que era muy apreciado por los habitantes de la región, lo que desencadenó una guerra entre los troyanos y los latinos. Tras la victoria de los recién llegados, Eneas fundó el reino del que surgiría posteriormente el Imperio romano.2
Esta obra fue una de sus últimas realizaciones, en el mismo año de su fallecimiento. En los últimos años de su carrera trabajó especialmente en temas religiosos y mitológicos, interpretados con sencillez. La Eneida pasó a ser su principal fuente de inspiración, con una serie de obras de gran originalidad y vigor, mostrando paisajes majestuosos que escenifican lugares míticos ya desaparecidos: Palanteo, Delfos, Cartago, el Parnaso.5 La figura humana se reduce, se convierten casi en simples marionetas, dominadas completamente por el paisaje que las envuelve. Así, en esta obra la pequeñez de las figuras queda patente al situarlas junto a una arquitectura grandiosa que, junto a la infinitud del paisaje, las reduce a la insignificancia.6
En esta composición predomina el paisaje, de exuberante vegetación, dividida en dos por un río en la parte central. En el lado izquierdo aparece Ascanio apuntando con su arco, a punto de disparar; tras él aparecen unos soldados con perros para la caza. Tras ellos se encuentran unas imponentes ruinas de estilo clásico y, en segundo término, un templo de tipo tholos. En el lado derecho se ve al ciervo, girado hacia Ascanio; al fondo hay una montaña sobre la que se alza un castillo. Las figuras humanas son alargadas e incorpóreas, como es usual en sus últimas obras. La composición general tiene un aire algo etéreo, con colores de reflejos plateados y formas difuminadas, como se percibe en los árboles casi transparentes.7 En esta obra Claudio aunó magistralmente la solidez estructural de la arquitectura y el paisaje, que denotan unas cuidadas proporciones, con una gran finura en los detalles tan solo perceptible en algunas de sus últimas obras, como El Parnaso (1680, Museum of Fine Arts, Boston).3
Para esta obra el pintor hizo dos dibujos preparatorios (1678, Colección Chatsworth, Devonshire; 1682, Ashmolean Museum, Oxford). En ellos se percibe la conexión con el cuadro La costa líbica con Eneas de caza(1672, Musées Royaux des Beaux-Arts, Bruselas), con una composición estructurada a través de la continuidad entre los árboles y las nubes del cielo, y entre los elementos vegetales y la arquitectura.3
Esta no obra figura en el Liber Veritatis, el cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras para evitar las falsificaciones, probablemente porque murió antes de consignarlo.
Paisaje con el descanso durante la huida a Egipto es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 113 cm de alto y 156 5 cm de ancho, y está pintado al óleo sobre lienzo. Data de 1661 y se encuentra en el Museo del Hermitage de San Petersburgo con el número de catálogo 1235.
Historia[editar]
Claudio de Lorena fue un pintor francés establecido en Italia. Perteneciente al período del arte Barroco, se enmarca en la corriente denominada clasicismo, dentro del cual destacó en la pintura de paisaje. En su obra reflejó un nuevo concepto en la elaboración del paisaje basándose en referentes clásicos —el denominado «paisaje ideal»—, que evidencia una concepción ideal de la naturaleza y del propio mundo interior del artista. Esta forma de tratar el paisaje le otorga un carácter más elaborado e intelectual y se convierte en el principal objeto de la creación del artista, la plasmación de su concepción del mundo, el intérprete de su poesía, que es evocadora de un espacio ideal, perfecto.1
Este cuadro fue un encargo de un ciudadano de Amberes, Henri van Halmale.2 En 1738 pasó a ser propiedad del landgrave Guillermo VIII de Hesse-Kassel. Fue confiscado en 1806 por el general Joseph Lagrange, quien lo regaló a la emperatriz Josefina. En 1814 pasó al zar Alejandro I de Rusia y, posteriormente, al Museo del Hermitage.3
Este paisaje formaba pareja (pendant) con Paisaje con Tobías y el Ángel (1663, Museo del Hermitage, San Petersburgo).4
El cuadro está firmado bajo la figura de la Virgen: CLAVDIO. IVF. ROM[AE] 1661.3 Figura en el Liber Veritatis, un cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras para evitar las falsificaciones, con el número 154. Junto a este dibujo hay dos inscripciones: la primera corresponde a este cuadro, «pour Anvers mrh[...]» (Halmale);3 la segunda, «Audy 6 mars 1675io facto le meme A monr Canse en petit toile», hace alusión a una copia elaborada en 1675 para el funcionario apostólico Francesco Canser, actualmente perdida.5
Descripción[editar]
Esta obra pertenece al período de madurez del artista. En los años 1660 Claudio abandona la severidad clasicista y se interna en un terreno más personal y subjetivo, reflejando un concepto de la naturaleza que algunos estudiosos califican de romántico avant-la-lettre.6
Se trata de una pintura religiosa, que narra un episodio de la infancia de Jesús tomado del evangelio de Mateo (2, 13-15): tras el nacimiento del Mesías un ángel se apareció en sueños a José y le ordenó que huyera a Egipto junto con la Virgen María y el Niño Jesús, pues el rey Herodes lo estaba buscando para matarle —episodio conocido como la matanza de los inocentes—. Tras una estancia en el país del Nilo, una vez muerto muerto ya Herodes pueden regresar.7 Este tema ha sido tratado con frecuencia en el arte, por artistas como Giotto, Duccio di Buoninsegna, Fra Angelico, Cranach, Durero, Tintoretto, Carpaccio, Gerard David, Patinir, El Greco, Caravaggio, Elsheimer, Rembrandt, Jordaens, Rubens, Poussin, Murillo, etc.
El paisaje domina la casi totalidad del lienzo. En primer término, en la parte inferior derecha, se ve a José, la Virgen y el Niño con el ángel que los guía; junto a ellos el burro que los trasporta aparece pastando y, junto a él, varias cabras y ovejas. En la parte central del término inferior hay un puente sobre un río, cruzado por un pastor con un perro. En el lado izquierdo hay unas columnas de orden corintio en ruinas. En un segundo plano, en el centro del cuadro, sigue el curso del río, con un vado por el que cruzan varias reses y, más al fondo, otro puente, tras el que se percibe un paisaje montañoso. En el plano superior se alzan varios árboles de gran altura a izquierda y derecha, y tras ellos un cielo surcado de nubes.
Desde el siglo xviii este cuadro se ha agrupado tradicionalmente junto a otros tres llamados en conjunto Las cuatro horas del día: la Mañana sería Paisaje con Jacob, Raquel y Lía junto al pozo (1666); el Mediodíacorrespondería al Paisaje con el descanso durante la huida a Egipto; la Tarde sería el Paisaje con Tobías y el Ángel (1663); y la Noche cuadraría con Paisaje con Jacob luchando con el Ángel (1672), todos ellos en el Museo del Hermitage. Sin embargo, según Doretta Cecchi esta interpretación es errónea, ya que los cuadros en cuestión son dos parejas de pendants (Paisaje con el descanso durante la huida a Egipto y Paisaje con Tobías y el Ángel, y Paisaje con Jacob, Raquel y Lía junto al pozo y Paisaje con Jacob luchando con el Ángel), realizados con varios años de diferencia sin un programa iconográfico común. Por otra parte, es difícil precisar en estos lienzos de Lorena la hora exacta del día y él no dejó indicación alguna.3
De esta obra existen tres dibujos preparatorios, conservados en el Museo Boijmans Van Beuningen de Rotterdam, en el British Museum de Londres y en la Biblioteca Albertina de Viena. También existe una copia del cuadro elaborada por Ranucci en 1812, que se conserva en la Gemäldesammlung de Maguncia.
Paisaje con el embarque en Ostia de santa Paula Romana, o más simplemente El embarque de santa Paula es un cuadro realizado por el pintor francés del Barroco Claudio de Lorena. Mide 211 cm. de alto y 145 cm. de ancho, y está pintado al óleosobre lienzo. Data de los años 1639-1640.
Fue un encargo del rey de España Felipe IV para decorar el Palacio del Buen Retiro (en concreto para la Galería de Paisajes), formando parte de una serie pictórica en la que también participaron otros grandes pintores de la época, como Nicolas Poussin, Herman van Swanevelt, Jan Both, Gaspard Dughet y Jean Lemaire. De la colección real pasó al Museo del Prado de Madrid, donde se expone actualmente (nº de catálogo 2254).
Lorena realizó ocho cuadros monumentales para el Buen Retiro, en dos grupos: cuatro de formato longitudinal (1635-38: Paisaje con las tentaciones de San Antonio, Paisaje con San Onofre, Paisaje con Santa María de Cervelló y un cuarto desconocido) y cuatro de formato vertical (1639-41: Paisaje con Tobías y el Arcángel Rafael, El puerto de Ostia con el embarque de Santa Paula Romana, Paisaje con Moisés salvado de las aguas del Nilo, Paisaje con el entierro de Santa Serapia). El programa iconográfico, tomado de la Biblia e Historias de los Santos, fue elegido por el conde-duque de Olivares, que dirigía las obras.
Descripción[editar]
Se trata de una escena religiosa. La historia que cuenta es el momento en que Santa Paula (siglo IV) se despide de sus hijos y se embarca en el puerto romano de Ostia, marchando a Palestina, donde vivirá como ermitaña con San Jerónimo. Pero el tema religioso es más bien un pretexto para pintar un paisaje. Claudio repitió el tema de santa Paula en otras dos obras, una conservada en la colección del duque de Wellington (Strathfield Saye House) y otra en el Museo de los Vosgos (Épinal).
Es una de las obras más conocidas de Claudio de Lorena, y muy representativa del tipo de paisaje que realizaban los grandes maestros del clasicismo barroco como Poussin y el propio Claudio, con arquitecturas monumentales o ruinas enmarcando una naturaleza casi siempre idílica y apacible. Es característica de Claudio la luz dorada del sol en el horizonte y la pequeñez de las figuras en el ambiente grandioso que las rodea.
La composición del cuadro está compuesta de un punto de fuga central (donde se sitúa el sol), al que conduce el escenario dispuesto en forma de coulisse, de bastidores teatrales en forma de arquitecturas situadas a ambos lados de la escena. Dicha arquitectura es anacrónica respecto a la escena representada, ya que en vez de pertenecer a época romana se corresponde estilísticamente con la arquitectura renacentista.
Este cuadro formaba pareja (pendant) con Paisaje con Tobías y el Arcángel Rafael, también en el Prado: mientras Santa Paula representa el amanecer, Tobías está situado al atardecer, simbolizando el paso del tiempo.
El cuadro tiene dos inscripciones: IMBARCO S PAVLA ROMANA PER TERRA Sta (abajo a la derecha) y PORTUS OSTIENSIS A(ugusti) ET TRA(iani) (delante sobre una piedra).
Esta obra figura en el Liber Veritatis (cuaderno de dibujos donde Claudio dejaba constancia de todas sus obras, para evitar las falsificaciones) con el número 49.
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