miércoles, 14 de diciembre de 2016

Evangelios - los canónicos

evangelio de mateo

La parábola del trigo y la cizaña, también conocida como parábola de la cizaña o parábola de la mala hierba, es una de las parábolas de Jesús de Nazaret, recogida por el Evangelio de Mateo (13, 24-30) y también por el evangelio apócrifo de Tomás (dicho 57). Es la decimosegunda parábola narrada en el Nuevo Testamento, y en el evangelio de Mateo se halla después de la parábola del sembrador y justo antes de la parábola de la semilla de mostaza.



Narración

"Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.".
El texto de la parábola, según aparece en la Biblia de Jerusalén, es el siguiente:
Otra parábola les propuso, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y produjo fruto, apareció entonces también la cizaña. Los siervos del amo se acercaron a decirle: "Señor, ¿no sembraste semilla buena en tu campo? ¿Cómo es que tiene cizaña?" El les contestó: "Algún enemigo ha hecho esto." Dícenle los siervos: "¿Quieres, pues, que vayamos a recogerla?" Díceles: "No, no sea que, al recoger la cizaña, arranquéis a la vez el trigo. Dejad que ambos crezcan juntos hasta la siega. Y al tiempo de la siega, diré a los segadores: Recoged primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo recogedlo en mi granero."».
Mateo 13, 24-301 (Biblia de Jerusalén 2009).
La versión de esta parábola según el evangelio apócrifo de Tomás es la siguiente:
Dijo Jesús: "El Reino del Padre se parece a un hombre que tenía una buena semilla. Vino de noche su enemigo y sembró cizaña entre la buena semilla. Este hombre no consintió que ellos, los jornaleros, arrancasen la cizaña, sino que les dijo: No sea que vayáis a escardar la cizaña y con ella arranquéis el trigo; ya aparecerán las matas de cizaña el día de la siega, entonces se las arrancará y se las quemará".
Tomás 57.2

Interpretación

Satán esparciendo semillas, de Felicien Rops.
La explicación de esta parábola la da también Jesús, según aparece en la Biblia cristiana:
Respondiendo Él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga».
Mateo 13, 37-433 (Reina-Valera1960).
La cizaña es bien parecida al trigo durante las primeras fases de crecimiento.4 También, la ley romana de entonces prohibía sembrar cizaña entre el trigo de alguna persona,4 5 lo cual sugiere que la historia es realista.6

Tolerancia

Esta parábola ha sido mencionada como ejemplo de la tolerancia que hay que tener sobre todo a personas con una religión distinta a la propia.
En su "Carta al obispo Roger de Chalons", el obispo Wazo se basó en la parábola para argumentar que "la iglesia debe dejar que la disidencia crezca con la ortodoxia hasta que venga el Señor para separarlos y juzgarlos."7

Martín Lutero predicó un sermón en el que dijo que sólo Dios puede separar a los falsos creyentes de los verdaderos y señaló que matar herejes o no creyentes es acabar con su oportunidad ser salvados:
"[...] Deseamos forzar a otros a creer; a los turcos con la espadas, a los herejes con el fuego, a los judíos con la muerte, y así desenraizar la cizaña por nuestro propio poder, como si fuéramos nosotros los que pudiéramos reinar sobre los corazones y los espíritus, y volverlos piadosos y rectos, lo cual sólo la palabra de Dios debe hacer. Pero matando, separamos a las personas del mundo, por lo que es imposible eso que pueda funcionar sobre ellos y traemos así, con un golpe, un doble asesinato sobre nosotros mismos, pues recae sobre nuestro poder, podemos decir, en que matamos el cuerpo de por vida y el alma por la eternidad, y luego decimos que hicimos un servicio a Dios mediante nuestras acciones, y deseamos ameritar algo especial en el cielo."
El enemigo sembrando cizaña(1540), Heinrich Füllmaurer, pieza de un altar en Montbéliard.
Concluye diciendo que "aunque la cizaña estorba al trigo, también la hace más hermosa de contemplar".8
Roger Williams, un teólogo bautista y fundador de Rhode Island, usaba esta parábola para apoyar la tolerancia del gobierno hacia toda la "cizaña" (herejes) en el mundo, ya que la persecución civil daña frecuentemente también al "trigo" (los creyentes). Williams creía que es deber de Dios el juzgarnos al final, no del hombre. Esta parábola se prestó también para apoyar posteriormente la filosofía de Williams de separar la iglesia y el Estado, como describió en su libro The Bloody Tenent of Persecution(1644).9
En su tratado Areopagítica (1644), John Milton se refirió a esta parábola y la parábola de la red (ambas hallada sólo en Mateo 13) exigiendo libertad de expresión y condenando el intento del Parlamento de sólo permitir la imprenta mediante una licencia:10
"No es posible separar el trigo de la cizaña, el buen pez del alevín; ese debe ser el ministerio de los ángeles al final de las cosas mortales".


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Abre tu biblia en Mateo 13: 24-30, 36-43
La parábola de la cizaña es contada por Jesús para describir a que se asemeja el reino de los cielos.

Resumen de la parábola del Trigo y la cizaña 

La historia trata de un hombre que siembra buena semilla (trigo) en su campo. Sin embargo, un enemigo viene y siembra mala semilla en ese mismo campo(Cizaña).
Los siervos del hombre se dan cuenta de las malas hierbas que crecen con el trigo y dicen: “Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña?” (Mateo 13:27)
El padre dice: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos?” (Mateo 13:28)
Sin embargo, el hombre responde diciendo: “No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. (Mateo 13:29)
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero” (Mateo 13: 29-30).

Jesús explica la parábola de la cizaña (Mateo 13:36-43)

Jesús es el que siembra la buena semilla.
El campo es el mundo
La buena semilla son los hijos del reino de Dios.
Sin embargo,
La mala hierba son los hijos del diablo,
El diablo fue el que sembró la mala hierba.
La siega es el fin del mundo
Los segadores son los ángeles.
Jesús dice: “Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de diente” (Mateo 13: 41-42)
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga!” (Mateo 13:43)

Información Adicional

Jesús contó esta historia para señalar que hay personas en la iglesia que se han infiltrado en nuestras filas. No solamente hay trigo sino también cizaña. No sabemos quién es quién. Los encontrará sentados lado a lado en un banco, respirando el mismo aire, y cantando las mismas canciones. Uno puede ser un creyente, mientras que el otro puede ser un incrédulo. Uno puede ser de trigo, y uno puede ser una Cizaña.
Siempre vamos a tener Ananías y Safiras, judas, plantas venenosas que socavan la Palabra de Dios. Cuando el trigo y la cizaña van en su primera etapa de crecimiento, es difícil diferenciarlas ya que son parecidas(PERO NO IGUALES) La diferencia entre los creyentes verdaderos y los falsos no siempre es evidente. (ojo) Un falso creyente puede parecerse a un verdadero creyente. 
Sin embargo, no es nuestro trabajo querer eliminarlos, echarlos del templo como hacen muchos. Llegará el tiempo en que Dios recogerá la cosecha de Trigo(sus fieles) y sacara la cizaña y la echará en el fuego.
Mateo 7:15-20 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?  Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”
Muchos falsos cristianos se presentarán delante de Jesús y Él les dirá “NO LO CONOZCO”, Por lo tanto, es necesario examinarnos delante de Dios.
En Mateo 07:22, “…Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?  Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” 
2 Corintios 13: 5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?”

La buena noticia

Lo bueno de todo es que podemos elegir si crecemos como buenas semillas que se convierten en el trigo, o malas semillas que se convierten en malezas.
La Palabra de Dios es como una semilla plantada en nuestro corazón, y tiene la capacidad de crecer y dar fruto en nuestras vidas.
Se nos ha dado la oportunidad de determinar nuestros destinos.
Jesús nos ha advertido, pero depende de nosotros elegir obedecer o desobedecer.

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