Anastasio II (¿? — 16 de noviembre de 498) fue el Papa n.º 50 de la Iglesia católica de 496 a 498.1 Trató de acabar con el Cisma acaciano intentando una reconciliación con los monofisitas que dominaban la Iglesia oriental.2 Para ello envió, en 497 una delegación a Constantinopla encabezada por el diácono Fotino que le valió fuertes reproches de los autores del Liber Pontificalis y que Dante Alighieri lo situara en el Infierno (exactamente en el sexto círculo del infierno) Divina Comedia.
Durante su pontificado Clodoveo I se convirtió al cristianismo con lo que el pueblo franco fue el primero de los germánicos que se hizo cristiano.
Anastasio II | ||
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Papa de la Iglesia católica | ||
24 de noviembre de 496-16 de noviembre de 498 | ||
Predecesor | Gelasio I | |
Sucesor | Símaco | |
Información personal | ||
Nombre | Anastasio | |
Nacimiento | Roma (Italia) | |
Fallecimiento | 17 de noviembre de 498jul. Roma, Italia |
San Anastasio II, Papa
Noviembre 19
Noviembre 19
50 -Anastasio II: Roma; Noviembre 24, 496 - Noviembre 19, 498. Nació en Roma. Elegido el 24.XI.496, murió el 19.XI.498. Intervino en la conversión de Clodoveo, rey de los Francos y de su pueblo. Fue débil con los cismáticos y fue acusado de herejía. Dante Alighieri lo puso en el Infierno.
(496-498) Nació en Roma. Débil de carácter y demasiado conciliador, y deseando poner fin al cisma se mostró proclive a hacer concesiones a la Iglesia de Oriente, muy próxima a la posición monofisita de Eutiques. Este comportamiento le valió muchas antipatías por parte del clero y del pueblo.
No estuvo a la altura de Gelasio, sobre todo en lo que se refiere a mantener alto el prestigio y la autoridad de la sede de Roma.
Siendo él mismo acusado de herejía, pasó a la historia acompañado por esta fama, hasta tal punto que se mereció un lugar en el Infierno de Dante. Durante su pontificado se convirtió al Cristianismo Clodoveo, rey de los Francos.
Legado de San Anastasio II: Rompió el mito de no poder intervenir en una converasación con Clodoveo, rey de los francos. Fue acusado de hereje.
Fue elegido el 29 de diciembre de 418 cuando era un hombre ya viejo y muy enfermo.
Al mismo tiempo un grupo de diáconos que estaban descontentos ya desde tiempos del papa Zósimo, eligieron a Eulalio quién se instaló en el palacio Laterano como antipapa.
Finalmente el emperador Flavio Honorio resolvió la cuestión a favor de Bonifacio I,2 quien permaneció como papa legítimo. Con esta acción, la iglesia da su anuencia a la intervención de la autoridad civil en asuntos eclesiásticos.
Bonifacio I dio su apoyo a Agustín de Hipona y los obispos africanos en su campaña contra el pelagianismo. Murió el 4 de septiembre de 422.
San Bonifacio I | ||
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Papa de la Iglesia católica | ||
29 de diciembre de 418-4 de septiembre de 422 | ||
Predecesor | Zósimo | |
Sucesor | Celestino I | |
Información personal | ||
Nombre | Bonifacio | |
Nacimiento | ¿?, Roma (Italia) | |
Fallecimiento | 5 de septiembre de 422jul. Roma, Italia | |
Papa San Bonifacio I
Elegido el 28 diciembre del 418; falleció en Roma, el 4 de septiembre del 422. Poco se conoce de su vida previa a su elección. El "Liber Pontificalis" lo llama un romano, e hijo del presbítero Jocundus. Se cree que fué ordenado por el Papa Damasus I (366-384) y que fué representante de Inocencio I en Constantinopla (c. 405).
A la muerte del Papa Zosimus, la Iglesia Romana entró en el quinto de sus cismas, con el resultado de dobles elecciones papales que perturbaron su paz durante las primeras centurias. Poco después de las exequias de Zosimus, el 27 diciembre, 418, una facción del clero romano formada principalmente por diáconos, tomó la basílica de Lateran y eligió como papa al Archidiácono Eulalius. El alto clero intentó entrar, pero fué violentamente rechazado por una chusma de partidarios de Eulalian.
Al día siguiente, ellos se reunieron en la iglesia de Theodora y eligieron como papa, contra su voluntad, al anciano Bonifacio, un sacerdote muy estimado por su caridad, conocimientos, y buen carácter. El domingo 29 diciembre, fueron consagrados los dos, Bonifacio en la Basílica de San Marcelo, apoyado por nueve obispos provinciales y unos setenta sacerdotes; Eulalius en la basílica de Lateran en presencia de los diáconos, unos pocos sacerdotes y el Obispo de Ostia que fue convocado desde su lecho de enfermo para ayudar en la ordenación. Los dos procedieron a actuar como papas, y Roma comenzó a vivir en una tumultuosa confusión por el ruido producido por las facciones de ambos rivales. El Prefecto de Roma, Symmachus, hostil a Bonifacio, informó el problema al Emperador Honorius de Ravenna, y aseguró la confirmación imperial de la elección de Eulalius. Bonifacio fue expulsado de la ciudad. Sus partidarios, sin embargo, lograron hacerse oír por el emperador que convocó a un sínodo de obispos italianos en Ravenna para reunir a los papas rivales y discutir la situación (febrero, marzo, 419). Incapaz de alcanzar una decisión, el sínodo tomó unas pocas decisiones prácticas pendientes hasta un concilio general de obispos italianos, galos y africanos, a ser convocados en mayo para solucionar la dificultad. Pidió que ambos demandantes dejaran Roma hasta que se alcanzara una decisión, y prohibió el retorno bajo pena de condenación. Como Pascua, el 30 de marzo, estaba acercándose, Achilleus, Obispo de Spoleto, fue delegado para encabezar los servicios pascuales en la vacante sede romana. Bonifacio fue enviado, aparentemente, al cementerio de Santa Felicitas en la Vía Salaria, y Eulalius a Antium. El 18 marzo, Eulalius volvió audazmente a Roma, reunió a sus partidarios avivando nuevamente la disputa, y rechazó con desprecio las órdenes del prefecto para dejar la ciudad; tomó la basílica de Lateran el sábado Santo (29 marzo), decidido a presidir las ceremonias pascuales. Las tropas imperiales fueron convocadas para deponerlo y hacer posible para Achilleus dirigir los servicios. El emperador, profundamente indignado con estos procedimientos, se negó a considerar nuevamente las demandas de Eulalius reconociéndose a Bonifacio como papa legítimo (3 de abril, 418). Este último volvió a Roma el 10 abril y fué aclamado por el pueblo. Eulalius fue designado Obispo de Nepi en Toscana o de alguna sede en Campania, según los contradictorios datos de las fuentes del "Liber Pontificalis". El cisma había durado quince semanas. A comienzos de 420, la crítica enfermedad del papa, animó a los partidarios de Eulalius a hacer otro intento. Ya recuperado, Bonifacio pidió al emperador (1o. de julio, 420) prever alguna manera de evitar un nuevo cisma en el caso de su muerte. Honorius promulgó una ley estableciendo que, en el caso de elecciones Papales disputadas, no debe reconocerse ningún candidato, y debe efectuarse una nueva elección.
El reino de Bonifacio fué marcado por el gran celo y actividad en organizar la disciplina y la autoridad. Revirtió la política de su predecesor de dotar a ciertos obispos Occidentales con poderes extraordinarios del vicariato papal. Zosimus había dado a Patroclus, Obispo de Arles, extensa jurisdicción en las provincias de Viena y Narbonne, y lo había hecho intermediario entre estas provincias y la Sede Apostólica. Bonifacio disminuyó estos derechos primados y restauró los poderes metropolitanos de los obispos principales de provincias. Así él respaldó a Hilary, Arzobispo de Narbonne, en su elección de un obispo de la sede vacante de Lodeve, contra Patroclus que intentó designar a otro (422). Así, también, insistió para que Maximus, Obispo de Valencia, fuera juzgado por sus supuestos crímenes, no por un primado, sino por un sínodo de obispos galos, y prometió sostener su decisión (419). Bonifacio tuvo éxito en las dificultades de Zosimus con la Iglesia africana con respecto a las apelaciones a Roma y, en particular, en el caso de Apiarius. El Concilio de Cartago, habiendo escuchado las presentaciones de los delegados de Zosimus, envió a Bonifacio el 31 mayo, 419, una carta en respuesta al commonitorium de su predecesor. Declaraba que el concilio había sido incapaz de verificar los cánones que los delegados habían citado como de Nicena, pero que más tarde resultaron ser de Sardican. Estaba de acuerdo, sin embargo en observarlos hasta que pudiera efectuarse la comprobación. Esta carta se cita a menudo para ilustrar la actitud desafiante de la Iglesia africana ante la Sede Romana. Un estudio imparcial de la misma, sin embargo, debe llevar a una conclusión no más extrema que la de Dom Chapman: "fué escrita con considerable irritación, aunque en un muy estudiado tono moderado"(Revisión de Dublín. Julio, 1901, 109-119). Los africanos estaban irritados ante la insolencia de los delegados de Zosimus y se indignaron por ser instados a obedecer leyes que pensaron no tenían una consistente fuerza en Roma. Esto ellos se lo manifestaron a Bonifacio directamente; todavía, lejos de repudiar su autoridad, le prometieron obedecer las leyes sospechosas, mientras que reconocieron la función del papa como guardián de la disciplina de la Iglesia. En 422 Bonifacio recibió la apelación de Anthony de Fussula que, a través de los esfuerzos de San Agustín, había sido depuesto por un sínodo provincial de Numidia, y decidió que debía ser restaurado en el caso de que su inocencia se estableciera. Bonifacio apoyó ardientemente a San Agustín en su combate contra el Pelagianismo. Habiendo recibido dos cartas de Pelagian que calumniaban a Agustín, se las envió. En reconocimiento de esta lealtad Agustín dedicó a Bonifacio su respuesta, contenida en "Contra das Epistolas Pelagianoruin Libri quatuor".
En el Este, mantuvo celosamente su jurisdicción sobre las provincias eclesiásticas de Illyricurn, sobre las que el Patriarca de Constantinopla estaba intentando afianzar el mando a causa de volverse una parte del imperio Oriental. El Obispo de Thessalonica había sido constituido vicario papal en este territorio, mientras ejercía su jurisdicción por encima de los metropolitanos y obispos. Por las cartas a Rufus, el titular contemporáneo de la sede, Bonifacio vigiló estrechamente los intereses de la iglesia de Illyrian e insistió en la obediencia a Roma. En 421, el descontento expresado por ciertos obispos, a causa de la negativa del papa para confirmar la elección de Perigines como Obispo de Corinto a menos que el candidato fuera reconocido por Rufus, sirvió como pretexto para que el joven emperador Theodosius II concediera el dominio eclesiástico de Illyricurn al Patriarca de Constantinopla (14 julio, 421). Bonifacio protestó ante Honorius por la violación de los derechos de su sede, y prevaleció sobre él, que instó a Theodosius para que rescinda su promulgación. La ley no fue promulgada, pero permaneció en los códigos de Theodosian (439) y Justiniano (534) y causó muchos problemas a los papas subsiguientes. Por una carta del 11 marzo, 422, Bonifacio prohibió la consagración en Illyricum de cualquier obispo que Rufus no hubiera reconocido. Bonifacio renovó la legislación del Papa Soter, prohibiendo a las mujeres tocar los sagrados linos o intervenir en el quemado de incienso. Dió fuerza a las leyes que prohibían a los esclavos ser clérigos. Fué enterrado en el cementerio de Maximus en la Vía Salaria, cerca de la tumba de su favorito, St. Felicitas en cuyo honor y en gratitud por su ayuda, le había erigido un oratorio encima del cementerio que lleva su nombre. La Iglesia guarda su fiesta el 25 octubre.
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