lunes, 12 de febrero de 2018

POESÍA POR AUTOR

Margarita Abella Caprile

DOS AÑOS...

A Enriquito

Es tu vida tranquila y placentera
Sin dolor, ni tristeza, ni recelo;
Es tu mundo un jardín maravilloso
De moradores misteriosos lleno.


Y te entretienes cándido y dichoso
Con el más inocente pasatiempo;
Y en tu jerga infantil, llena de encanto
Relatas, inconclusos, muchos cuentos...


Y tu gracia infantil sin pliegue alguno
Es luz, que al derramar su dulce encanto
Ilumina los tristes corazones
Y despeja la frente al preocupado.

Y cuando el Sol, sus postrimeros rayos
Tras los montes altísimos exhala;
Y que la Luna, con ligero paso
Suave estela, de luz tras sí derrama,


Entonces, con la paz de la inocencia
Vas al mundo del sueño, y semejante
Es tu rostro, al de un ángel primoroso;
Con su sonrisa indefinible y suave...
..........................................
Mas, tu niñez encantadora y tierna
Muy pronto ha de acabar, y quiera el cielo
No mancille tus blancas vestiduras
El polvo de este mundo traicionero.


Y ruego a Dios que en su bondad inmensa
Te conserve feliz, por muchos años,
Y no quemen con lágrimas tu rostro
Prematuros y tristes desencantos.


Y ya cuando más grande, niño amado,
Escucha este consejo que ha dictado
A mi alma lo profundo del cariño:


En las borrascas de tu vida entera
Conserva tu candor, tu fe sincera,
Enrique, escúchame ¡sé siempre niño!










EL MAR

Esas olas rugientes y agitadas
Que ruedan sobre el mar, donde estremecen
Los profundos abismos, cual cascadas
De fuerza poderosa, ¿no parecen


Mil bridones bebiéndose los vientos
Que asustados, piafantes, galoparan;
Que acortando su marcha por momentos
Deteniéndose al fin, se revolcaran?....


Y es a veces su faz grande, serena
Cuando gime la ola como un rezo,
Cuando deja estampada, por la arena
La glacial impresién de un frío beso...

Yo siento que es grandioso, y que en el alma
Poco a poco se infiltra esa grandeza;
Sentimiento ideal, lleno de calma
Nunca exento de un dejo de tristeza...








IDEAL

Hacia Occidente mi alma, como e1 ave
Que cruza el aire con su largo vuelo,
Llegar quisiera hasta la blanca y suave
Estrellita de luz, su dulce anhelo...


Yo sé que es infantil, el ansia mía
De llegar hasta el astro refulgente
Y traerlo, y de luz y de armonía
Irradiar su fulgor sobre mi frente...


Y que soy como el niño de aquel cuento
Que con el cesto de juntar las flores,
Del arco-iris en pos, corría atento
Para cortar su luz y sus colores...

Mas qué queréis, adoro la blancura
Que sabe a incienso y a rumor de alas;
Amo la cándida, azucena pura
Por el albor sublime de sus galas;


Y es blanca, esté muy alta, es esplendente
La dulce estrella que mis pasos guía,
Que tímida se eleva en Occidente
Cuando muriendo el Sol termina el día!










LA MUERTE DEL CISNE

Como el cisne que cruza la laguna,
Atraviesas la escena lentamente,
Con la luz misteriosa de la Luna
Que ilumina tus brazos y tu frente...


Con tu suave plumaje, leve manto
Que dibujan los líquidos espejos,
Toda ilusión, pareces un encanto
Que llegara, divino, de muy lejos...


Mas de pronto, veloz, certera bala
Te hiere mal; y trágica armonía
De la orquesta, resuena por la sala
Como un grito de angustia y de agonía.

Y tentando un esfuerzo sobrehumano
Unos pasos caminas vacilante,
Mas presto te detienes, porque en vano
Intentas proseguir más adelante.


Y la música llora tu amargura
Con sus notas tristísimas y graves,
Al ver como a tu inmensa desventura
Caes por tierra en movimientos suaves.


Y ya sin fuerzas, al dolor rendida,
Sucumbes al dolor del fiero embate,
Como sufriendo en realidad la herida,
La herida cruel que tu existencia abate.


Y así quedas, la faz entre las alas,
Inmóvil, con el cuerpo reclinado,
Como pierde también sus blancas galas
El lirio que los vientos han tronchado.


Y el vestido sutil de gasa leve
Sobre el negro color del escenario,
Se asemeja al primer copo de nieve
Caído en el camino solitario...










PRIMAVERAL

A Mamita.

Para tu fiesta, la porción florida
Del año, reaparece en los verjeles;
Bellas flores recobran nueva vida
Y el rocío sus límpidos caireles...


Y en la calma que reina en el ambiente,
De las más ignoradas lejanías,
Al oído nos llegan vagamente
Los rumores de dulces melodías...


Mas, al volver el frío y las heladas
Primavera se irá con sus primores,
Cual se trocan las dichas esperadas,
En un mar de dolor y sinsabores.

Pero tu amor, indisoluble lazo,
Ese afecto a la vez sublime y tierno,
¡Es primavera que no tiene ocaso,
Templados días, sin helado invierno!









PAISAJE

 Cerca del lago, donde el sauce llora,
 Junto a una suave, natural pendiente,
 Un rancho se alza, y su techumbre dora
 Radiante el Sol de luz resplandeciente.


 Por entre el campo, de color variado
 Cruza un camino que cual sierpe ondea;
 Como el giro sin fin, que inusitado
 Toma en la mente una grandiosa idea.


 Mas lejos, en el fondo del diseño,
 Un caballo, en espera de su dueño,
 Con ojos soñolientos mira al suelo;


 Se desliza un arroyo por su cauce;
 Y antítesis luciente de aquel sauce
 Con blancas nubes nos sonríe el cielo.

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