viernes, 9 de febrero de 2018

Santos por meses y días

santos del 2 de febrero

San Juan Teófano Venard (Jean-Théophane Vénard, M.E.P.) (Saint-Loup-sur-ThouetPoitiersFrancia21 de noviembre de 1829 - TonkinVietnam2 de febrero de 1861) fue un misionero y mártir católico francés en Indochina. Fue miembro de las Misiones extranjeras de París. Fue beatificado junto a 33 otros católicos (la mayoría nativos de Tonkin, (Cochin-China). El Papa Juan Pablo II lo canonizó junto a 19 mártires más en 1988.

Biografía[editar]

Venard estudió en el Colegio de Doué-la-FontaineMontmorillonPoitiers, y de allí pasó al Seminario de la Sociedad de Misiones extranjeras de París en el que ingresó como subdiácono. Ordenado sacerdote el 5 de junio de 1852, partió hacia el lejano Oriente el 19 de septiembre. Después de quince meses en Hong Kong, llegaría a su misión de Tonkin (norte de Vietnam) en un tiempo donde el proselitismo era ilegal en aquel país.
Poco después de la llegada del Padre Vénard, se decretó un edicto contra los cristianos, y obispos y sacerdotes tuvieron que esconderse. Por contra, el padre Vénard continuó ejerciendo su ejercicio evangelizador por la noche. El 30 de noviembre de 1860, fue traicionado y capturado. Rechazó apostatar y fue sentenciado a ser decapitado. Estuvo cautivo hasta el 2 de febrero de 1861. Durante ese cautiverio, escribió a su familia transmitiéndoles paz y júbilo por su muerte pía. Su obispo, Monseñor Retord, escribió al mismo tiempo: "Pese a las cadenas, es feliz como un pajarillo".
Después de ser ejecutado, su cabeza fue expuesta en un madero hasta que fue rescatada por los cristianos y sus restos son hoy venerados en Tonkin. Su cuerpo descansa en la cripta de la Sociedad de misiones extranjeras de Paris. La causa de su beatificación fue introducida en 1879. Fue beatificado el 2 de mayo de 1909 por San Pio X y canonizado el 19 de junio de 1988 por Juan Pablo II.

Theophane Venard.jpg
Nacimiento21 de noviembre de 1829
Saint-Loup-sur-ThouetPoitiersFrancia
Fallecimiento2 de febrero de 1861
TonkinVietnam
Venerado enIglesia católica
Beatificación2 de mayo de 1909 por el Papa San Pio X
Canonización19 de junio de 1988 por el Papa Juan Pablo II
Festividad2 de febrero


Elogio: En Hanoi, en Tonkin, san Juan Teófano Vénard, presbítero de la Sociedad de Misiones Extranjeras de París y mártir, que tras pasar seis años de trabajos ministeriales en la clandestinidad y en medio de grandes dificultades, fue encerrado en una jaula y condenado a muerte en tiempo del emperador Tu Duc, marchando serenamente a consumar su martirio por decapitación.
San Teófanes Vénard (se lo menciona casi siempre por su segundo nombre, no por el de Juan) era un joven francés que, desde pequeño, había soñado con el martirio y que dio su vida por Cristo en Tonkín, a los treinta y un años de edad. Su historia es el mejor ejemplo de la diabólica crueldad que prevalecía en aquellas regiones y de las penalidades a las que él y sus compañeros hicieron frente gozosamente por Jesucristo. El tierno afecto que profesaba a su familia le llevó a escribir numerosas cartas. Además del tono de sinceridad de cada una de sus palabras, la correspondencia de sus compañeros de misión confirma plenamente sus declaraciones.
Teófanes recibió el subdiaconado en diciembre de 1850 y pidió ser admitido en el colegio de Misiones Extranjeras de París, pues lo consideraba como el mejor camino para alcanzar el martirio. El beato comenzaba así una carta a su hermana, escrita cuando acababa de tomar esa decisión:
«Mi querida hermanita: ¡Cómo lloré al leer tu carta! Sí, ya sabía perfectamente la pena que mi decisión iba a causaros a todos, especialmente a ti, hermanita mía. Sábete que este paso me costó lágrimas de sangre, por el dolor que os produciría. Nadie quiere más que yo a la familia y la vida en familia. Toda mi felicidad aquí en la tierra era precisamente eso. Pero Dios, que nos ha unido con los lazos del más tierno afecto, quería de mí ese sacrificio.»
Teófanes había sido siempre de salud delicada, y una grave enfermedad estuvo a punto de retrasar su ordenación. En septiembre de 1852, ya sacerdote, partió para Hongkong. Allí pasó quince meses estudiando el idioma. En 1854, fue enviado al Tonkín occidental. El nuevo misionero y su compañero, que llevaba ya algún tiempo en la misión, llegaron sanos y salvos, pero no sin haber tenido que luchar con la enfermedad y con una violenta persecución. El P. Teófanes trabajó incansablemente durante cinco años en un distrito en el que había diez mil fervorosos cristianos. A propósito de aquella fanática persecución, escribía:
«Se ha dado la orden de capturar a todos los cristianos y darles muerte por el método que aquí se llama "lang-tri". Es una tortura lenta, que consiste en ir cortando sucesivamente los pies, las piernas, los dedos de la mano, los brazos, etc., hasta que sólo queda el tronco mutilado. Mons. Melchior, O.P., vicario apostólico del distrito oriental de Tonkín, fue capturado y sufrió esa horrible muerte en agosto.»
El santo da muchos detalles de la situación desesperada en que se encontraban él y los otros misioneros:
«¿Qué pensáis de nuestra situación? Somos tres misioneros, uno de los cuales es obispo. Vivimos, día y noche, el uno pegado al otro, en un recinto de menos de un metro y medio por lado. La luz y el aire penetran por tres agujeros no más anchos que un dedo, abiertos en el muro de adobe. La buena mujer que nos da asilo se encarga de cubrirlos por fuera con haces de paja.»
El 30 de noviembre de 1860, el P. Teófanes cayó prisionero. Pasó dos meses encerrado en una jaula; pero su bondad impresionó a los perseguidores, que no le torturaron. En una de las cartas que escribió desde la jaula, decía:
«Paso apaciblemente mis últimos días de prisión. Todos los que me rodean son corteses y respetuosos, y muchos de ellos me quieren bien. Desde el gran mandarín hasta el último de los soldados lamentan que las leyes del país me condenen a muerte. No me han torturado como a mis hermanos.»
Sin embargo, la escena de su ejecución fue brutal, debido a la crueldad del verdugo, y es interesante y significativo leer lo que sigue en el relato de un testigo: «En cuanto los soldados partieron, la multitud se precipitó con trapos, pañuelos y trozos de papel, a empaparlos en la sangre del mártir. Lo hicieron con tal fervor, que no quedó en ese sitio ni una brizna del pasto manchado con la sangre». El martirio del P. Teófanes tuvo lugar el 2 de febrero de 1861.






Obispo

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Martirologio Romano: En Milán, en Italia, beato Andrés Carlos Ferrari, obispo, que trabajó en favor de las tradiciones religiosas de su pueblo y abrió nuevos cauces para dar a conocer en el mundo el amor de Cristo y de la Iglesia (1921).

Fecha de beatificacion: 10 de mayo de 1987 por el Papa Juan Pablo II.
Andrés Ferrari nació en Lalatta, diócesis de Parma el 13 de agosto de 1850. En 1861 fue aceptado en el Seminario de Parma, donde completó los cinco años de gimnasio, el trienio de liceo y el cuadrienio de estudios teológicos. El 20 de diciembre de 1873 fue ordenado sacerdote, con el compromiso de hacerse santo para llevar almas a Cristo. El 21 del mismo mes, en el santuario mariano de Fontanellato cantó su primera misa, imploró a la Virgen luz y fuerza para ser un verdadero pastor de almas.

Por algún tiempo prestó su servicio pastoral como vice‑párroco en Mariano y después en Fornovo Taro, donde se dio todo a todos para llevarlos a todos a Dios. En el otoño de 1875 fue llamado al seminario como vicerrector y profesor de física y matemáticas. En 1877 fue hecho Rector del mismo seminario, donde enseñó teología. El 29 de mayo de 1890 fue elegido obispo de Guastalla. El 29 de mayo de 1891 fue trasladado a la sede de Como, donde se distinguió por su celo pastoral. 

El 18 de mayo de 1894 fue creado cardenal y el 21 de mayo del mismo año fue nombrado arzobispo de Milán. Entonces fue cuando a su nombre de Andrés, añadió el de Carlos, en honor de San Carlos Borromeo. En marzo de 1895 inició la primera visita pastoral de la arquidiócesis, que repitió cinco veces, sin omitir las parroquias alpinas. Durante las visitas muchas veces dirigía la palabra a los fieles, hacía el examen de la doctrina cristiana a los niños, administraba la confirmación, distribuía la Eucaristía, visitaba a los enfermos, consagraba nuevas iglesias. Tres veces celebró el sínodo diocesano, en 1906 reunió un concilio juvenil, en 1895 celebró el Congreso Eucarístico nacional.

También se interesó por los problemas sociales, en homenaje a la gran encíclica «Rerum Novarum» de León XIII. En el seminario instituyó la cátedra de economía social, encomendándola al profesor José Toniolo. Bajo su impulso el clero se dedicó con entusiasmo a las obras sociales. También la prensa católica tuvo un notable impulso. Durante la campaña anti‑modernista, el Cardenal, tan obsecuente a las directivas de la Santa Sede, fue injustamente acusado de desviacionismo. 

El se encerró en el silencio y en la oración esperando humildemente que pasaran las tinieblas y llegase la hora de la luz y de la verdad. En el período de la primera guerra mundial, el Cardenal con dinamismo se dedicó a la caridad hacia los huérfanos, las viudas, las familias desavenidas, los soldados, los prisioneros y en busca de los dispersos. El dolor visitó al arzobispo y lo redujo al lecho. El pueblo de Milán peregrinó a su casa para escuchar de nuevo su voz de exhortación y su bendición. El 2 de febrero de 1921, a los 71 años de edad murió serenamente. Amó a San Francisco y el franciscanismo, apreció la carismática figura del P. Lino Maupas, y animó al Padre Agustín Gemelli en la fundación de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán. Se había hecho terciario franciscano el 30 de junio de 1876 y un año después hizo su profesión. En 1965 fueron exhumados sus restos y se encontraron aún intactos.









Beato Esteban Bellesini, presbítero

Febrero 3

Nació en Trento (Italia), el 25 de noviembre de 1774.Trento es la ciudad donde se celebró el Concilio más largo de la historia de la Iglesia (1545-1563) que puso en marcha la reforma católica. Esteban, hijo de una familia acomodada, hizo el noviciado en Bolonia y, posteriormente, fue trasladado a Roma y nuevamente a Bolonia. Ordenado sacerdote en 1797, vivió un tiempo en el convento de San Marcos de Trento hasta su cierre en 1809.
Suprimidas por el gobierno las casas religiosas en su región, su vocación pedagógica le llevó a abrir en su propio domicilio una escuela infantil gratuita. Al reconocimiento de la población se sumó la autoridad civil nombrándole Inspector de educación del territorio de Trento. En uno de sus escritos, sentencia el P. Esteban:“Estudiar la religión no es otra cosa que estudiar a Jesucristo”. Consideraba la pedagogía como una misión que sólo se puede fundamentar y sostener con una espiritualidad atenta a las necesidades de los otros. Cuando ya había abandonado la docencia para mantenerse fiel a su profesión religiosa, fue llamado a Roma por el Padre General de la Orden y desempeñó durante algunos años el cargo de maestro de novicios.
En 1826 fue enviado a Genazzano donde dedicó los últimos años de su vida al ministerio parroquial. Fue amigo de Dios, de los niños, de los ancianos, de los libros y del libro por antonomasia, la Biblia. Maestro ejemplar y celoso párroco, contrajo la peste atendiendo a sus fieles enfermos. Murió el 2 de febrero de 1840. Sus restos reposan en el Santuario de la Virgen del Buen Consejo de Genazzano. En el convento se conserva la habitación y algunos efectos personales utilizados por el beato. El P. Esteban goza de popularidad en toda la región de Lazio. Fue proclamado beato por el Papa Pío X el 27 de diciembre de 1904.
En 2004 – con ocasión del I Centenario de la beatificación del P. Bellesini (1904 – 2004) – el arzobispo de Trento Mons. Luigi Bressan, escribía: “El beato Esteban Bellesini se revela a través de sus obras un precursor de modernidad, no sólo por haber promovido la escolarización de todos, sino por el concepto de educación que él desarrolló: por eso su pensamiento reviste una sorprendente actualidad para el noble arte de la pedagogía”.

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