El Tratado de Andelot (o el Pacto de Andelot ) se firmó en Andelot-Blancheville en 587 entre el Rey Guntram de Borgoña y la Reina Brunhilda de Austrasia . Basándose en los términos del acuerdo, Brunilda aceptó que Guntram adoptara a su hijo Childebert II como su sucesor y se aliara con Childebert contra los leudes rebeldes . Gregorio de Tours escribió en su Historia Francorum que en el año trece de Childebert, fue a una embajada para el rey de Metz a Chalon.para reunirse con Guntram, quien alegó que las promesas anteriores se estaban rompiendo, especialmente con respecto a la división de Senlis . Significativamente para Gregory, el tratado provocó la cesión de Tourspor Guntram a Childebert. Se proporcionó un acuerdo por escrito y Gregory conserva el texto del tratado en su historia.
El Tratado de Dara , también conocido como la paz de cincuenta años, fue un tratado de paz celebrado entre los imperios bizantino (romano oriental) y sasánida (persa) en la ciudad fronteriza de Dara en lo que hoy es el sur de Turquía en 562. El tratado, negociado por Pedro el patriciopara el emperador bizantino Justiniano I e Izadgushasp para el rey sasánida, Khosrau I, terminó la guerra de 20 años sobre el reino de Lazica en el Cáucaso . [1]
Los sasánidos se comprometieron a evacuar a Lazica, pero el estado del país vecino de Suania quedó poco claro para convertirse en una futura fuente de desacuerdo. Los Sassanids recibirían un subsidio anual de 30,000 nomismata de oro , con los primeros siete años pagaderos de inmediato. A los cristianos en el Imperio Sassanid se les prometió la libertad de religión. El tratado de paz duraría 50 años, pero solo estuvo vigente hasta 572, cuando los dos imperios entraron en otra guerra .
La Paz Perpetua ( ἀπέραντος εἰρήνη [1] ), firmada en 532 entre el Imperio Romano Oriental (Bizantino) y Sassanid Persia , fue un tratado de paz de duración indefinida, que concluyó la Guerra Ibérica (527-531) entre las dos potencias. Anunciaba un período de relaciones relativamente cordiales, pero duró solo hasta 540, cuando se reanudaron las hostilidades sobre el control de Lazica .
Historia [ editar ]
La guerra ibérica , que había sido provocada por el levantamiento de los iberos contra los persas en 524/5, había sido en gran medida indecisa: los persas aplastaron rápidamente la revuelta, pero no pudieron ganar nada en el territorio bizantino, excepto por dos fuertes, Scanda y Sarapanis , en Lazica . Los bizantinos se habían recuperado de algunos reveses tempranos para infligir dos derrotas importantes a los persas en 530 en Dara y Satala . En sus consecuencias, ganaron los dos fuertes fronterizos de Bolum y Pharangium en Persarmenia , pero fueron derrotados a su vez en Callinicum.en 531. A lo largo de estos conflictos, los períodos de tregua y las negociaciones se intercalaron con las campañas, pero no dieron resultados concretos. [2]
Sin embargo, con la muerte de la persa shahanshah Kavadh I (r. 488–531) a finales de 531, y el acceso de su tercer hijo, Khosrau I (r. 531–579), la situación cambió: la posición interna de Khosrau era insegura, mientras en el lado bizantino, el emperador Justiniano I (r. 527–565) tal vez ya estaba más centrado en recuperar la mitad occidental perdida del Imperio Romano que en perseguir la guerra contra Persia. [3] Los enviados bizantinos Rufino, Hermógenes , Alexander y Thomas encontraron a Khosrau en una disposición más conciliadora que su padre, y pronto se llegó a un acuerdo. Justiniano pagaría 110 centenaria(11,000 libras) de oro, aparentemente como una contribución a la defensa del Cáucaso pasa contra los bárbaros que viven más allá, y la base de la dux Mesopotamiae sería retirada de la fortaleza de Dara a la ciudad de Constantina . Los dos gobernantes se reconocerían una vez más como iguales y prometieron asistencia mutua. [3] [4]Khosrau inicialmente se negó a devolver las dos fortalezas laicas, mientras exigía el regreso de las otras dos fortalezas que los bizantinos habían capturado en la Armenia persa. Justiniano al principio estuvo de acuerdo, pero pronto cambió de opinión, lo que provocó la ruptura del acuerdo. Sin embargo, en el verano 532, una nueva embajada de Hermogenes y Rufinus logró persuadir a Khosrau para un intercambio completo de los fuertes ocupados, así como para permitir que los rebeldes ibéricos exiliados permanecieran en el Imperio Bizantino o regresaran a sus hogares sin ser molestados. [5]
Los próximos años estuvieron marcados por una atmósfera y una cooperación notablemente cordiales entre las dos grandes potencias de Oriente Medio . Durante ese tiempo, sin embargo, cuando Justiniano concentró su energía y sus recursos en sus guerras de reconquista contra los vándalos y en Italia contra los godos , se descuidaron las defensas de Oriente. Esto presentó una oportunidad de oro para Khosrau, quien, instigado por enviados góticos y ansioso por llenar sus cofres estatales agotados con botín, comenzó una nueva guerra en el verano 540.
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