martes, 20 de diciembre de 2016

Cuadros por estilo

cuadros del barroco
Betsabé con la carta de David (o Betsabé en su baño) es una pintura de Rembrandt realizada en 1654 y que se encuentra en el Museo del Louvre en París.

Tema

La obra está firmada y fechada "REMBRANDT F. 1654” y en ella se representa a Betsabé recibiendo la carta en la que el rey David la invita a su palacio. Es una escena extraída del relato bíblico de Segundo libro de Samuel.1 2
Un díscípulo de Rembrandt, Willem Drost, realizó una obra de la misma temática.

Descripción de la obra

En la pintura, en la que Rembrandt usa como modelo a Hendrickje Stoffels,3 se percibe claramente la huella de maestros como Tiziano y Tintoretto.4
Se refleja en la expresión la angustia en la mujer por los problemas ante la Ley de Moisés, al tener que tomar una decisión, ya sea para permanecer fiel a su marido Urías, que se hallaba en la guerra, o para obedecer al rey.
El pintor refleja en la obra algunos síntomas del cáncer de mama como las tumoraciones en la axila o una invaginación en la piel.






Bodegón con cacharros es un óleo sobre lienzo del pintor barroco español Francisco de Zurbarán. Mide 46 centímetros de alto por 84 cm de ancho. Está datada hacia del año 1650 y se encuentra en el Museo del Prado de Madrid (España).1
Se trata de una sencilla pero ejemplar composición con cuatro objetos de la vajilla tradicional y la luz como únicos protagonistas.nota 1 Tres vasijas muy alfareras y otras tres piezas de metal —una copa trabajada y dos bandejas.2 El pintor, seducido por "la pura técnica pictórica, las texturas y el goce estético",3 los ha colocado sobre una repisa, bien alineados y enmarcados por un fondo neutro. Se considera obra ejemplar entre los pocos bodegones conservados del pintor extremeño, apreciándose la conjunción magistral del crudo realismo y la ternura por las pequeñas cosas cotidianas, que dan como resultado un misticismo rústico y de hermosa solidez. Otra versión del cuadro, casi idéntica y catalogada también como autógrafa, se conserva en el MNAC de Barcelona.

Elementos intrínsecos

  1. TécnicaÓleo sobre lienzo.
  2. Tema y géneroBodegón compuesto por tres cacharros de cerámica, una copa de metal y dos bandejas, también metálicas.nota 2 De las tres piezas alfareras, dos blancas, del tipo de jarra alcarraza fabricado en los talleres trianeros sevillanos, y un búcaro de barro rojizo, cuyo diseño aún podía rastrearse en el siglo XX en Salvatierra de los Barros.4
  3. Forma y estilo: Al margen de su pericia pictórica, Zurbarán sentía una capacidad excepcional para apreciar y reflejar lo cotidiano de la manera más simple.nota 3 Todas las características propias de Zurbarán parecen presentarse aquí:
    1. La composición es muy simple: las cuatro piezas se alinean sobre un plano, individualizadas, autónomas unas de las otras. Se ha buscado el equilibrio de las formas y tonalidades; apenas hay lugar para la perspectiva o la riqueza cromática.
    2. Las texturas permiten al pintor experimentar los diferentes modos de responder cada una de las piezas a la iluminación y a los reflejos.
    3. Colorido pobre, en consonancia con la austeridad general, se reduce a varias tonalidades parduscas, pero vibrantes a causa de la iluminación.
    4. La luz, de estilo tenebrista, intensa, contrastada y dura, hace resaltar vivamente los objetos sobre un fondo oscuro. Luz y color armonizan sin esfuerzo, haciendo protagonista al silencio.
  4. Otros aspectos: Los bodegones españoles del Siglo de Oro contrastan en su austeridad con los opulentos, casi opresivos, bodegones flamencos de la misma época, como los de Claesz o de Heda.

Elementos extrínsecos

  • La obra: datada hacia 1650, está expuesta en el Museo del Prado (número de catálogo 2803), donada en 1940 por Francesc Cambó.5Este mismo coleccionista obtuvo un segundo ejemplar de la composición, que se halla en el MNAC de Barcelona. Algunos especialistas han propuesto que en ella colaboró el hijo menor del pintor, Juan de Zurbarán. Pertenece a un período de bonanza para el pintor, anterior a su crisis (iniciada con la muerte de su esposa en 1639) y la aparición en la escena pictórica sevillana de Murillo.












El Bodegón con cardo, francolín, uvas y lirios de Felipe Ramírez es buena muestra de la permanencia en el tiempo de los modelos creados por Juan Sánchez Cotán, de quien copia tanto la disposición general, ubicando las piezas en el interior de una fresquera o cantarera de la que sólo se dibuja la mitad inferior, como la iluminación tenebrista y la figura del cardo, imitada hasta en sus mínimos detalles del que aparece en el Bodegón de caza, hortalizas y frutas del maestro toledano. La rica copa dorada con los lirios es, sin embargo, ajena a todo lo que de Sánchez Cotán se conoce, aunque hay noticias de que pintó también algunos cuadros de flores perdidos, en tanto los racimos de uvas colgados recuerdan los pintados por Juan Fernández, el Labrador, quien se haría célebre por ellos. La composición se completa con una pieza de caza, un francolín, ave representada también por Sánchez Cotán en alguna ocasión, que contrapone su verticalidad a la curva descrita por el cardo.
El bodegón, pintado al óleo sobre lienzo, está firmado y fechado Philipe Ramírez / fa. 1628, e ingresó en el Museo del Prado de Madrid en 1940, adquirido con fondos del legado del conde de Cartagena. Anteriormente había sido citado por Juan Agustín Ceán Bermúdez, quien pudo verlo en una colección privada madrileña, y reapareció en 1936, al ser incautado durante la guerra civil cuando pertenecía a la colección Vera en Torrelaguna.
Del autor no se conoce ningún dato biográfico y únicamente existe otra obra firmada por él: un Cristo Varón de Dolores, fechado en 1631, en colección privada de Bélgica, copia casi literal de un lienzo anónimo del siglo XVI conservado en la Catedral de Toledo.


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