El Palacio de Justicia de Lima es la sede principal de la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú y símbolo del Poder Judicial del Perú.
Se encuentra ubicado en el cercado de Lima frente al Paseo de los Héroes Navales, en una de las plazas más grandes e importantes del Perú, lugar donde se encuentra la sede de uno de los poderes del Estado.
Historia
La obra fue propuesta durante el gobierno de Augusto Leguía en su política de modernización y occidentalización de la capital y fue finalizada e inaugurada el 5 de diciembre de 1939 por el entonces presidente Óscar R. Benavides.1 Fue terminado un año después del actual Palacio de Gobierno.
En su pórtico existen dos leones de mármol que, según lo que señala la tradición popular, pertenecieron a una serie de felinos pétreos (más de doce) que adornaban el balneario de Chorrillos y que, después de la Guerra del Pacífico, sólo quedaron unos pocos que fueron reubicados en el Paseo Colón del centro de Lima.2
Con el paso de los años, dichas esculturas fueron deterioriándose hasta sólo quedar dos, que fueron ubicadas en la escalinata de acceso, a ambos lados de la puerta principal. Es por ello que existe un marcado contraste entre el blanco del mármol de las esculturas y el gris del granito del resto del inmueble.
Descripción
El edificio, de fachada de estilo neoclásico, fue obra del arquitecto polaco Bruno Paprowsky quien se inspiró en el Palacio de Justicia de Bruselas (obra de Joseph Poelaert) de estilo ecléctico,3 con elementos greco-romanos y con cúpula, no obstante este monumento arquitectónico carece de ella aunque en los planos originales figuraban una cúpula y una torre.
En este sentido, fue acuñada una medalla conmemorativa de bronce en 1939 en la cual se puede observar el Palacio previsto según los planos originales, aunque después del golpe militar que derrocó a Augusto Leguía en 1930, los planes cambiaron. Guarda también cierta similitud con el Palacio del Congreso de la Nación Argentina en Buenos Aires.3
Función judicial
Si bien en un momento fue pensado para alojar a todos los órganos jurisdiccionales con competencia en la ciudad de Lima, así como a la Corte Suprema de Justicia. El crecimiento de la metrópoli ha causado que actualmente la mayoría de los órganos jurisdiccionales se ubiquen en otros edificios. Incluso antes, el Palacio de Justicia alojaba en su sótano a los Registros Públicos y al Colegio de Abogados de Lima.4
Actualmente sólo aloja a la Corte Suprema, las Salas Penales de la Corte Superior de Justicia de Lima y algunos cuantos juzgados penales. De la misma manera en su sótano acoge a la Carceleta del Poder Judicial, centro de detención preventiva de personas sobre las que pende un pedido de detención o de personas detenidas en flagrante delito y que esperan ser puestas a disposición del Juez de turno.
El Palacio Municipal de Lima es un edificio público que sirve de sede principal de la Municipalidad Metropolitana de Lima. Se encuentra ubicado en la calle Portal de Escribanos,nota 1 cuadra 3 del jirón de la Unión, y con frente a la Plaza Mayor del centro histórico de Lima.
Historia
Virreinato
Según el primer libro del Cabildo de Lima, la ciudad a los cuatro días de su fundación, tenía dos alcaldes: Nicolás de Ribera y Juan Tello de Guzmán. Al principio el cabildo funcionó en la Casa de Pizarro pasando luego a la residencia de los Oidores Andrés de Cianca y Pedro Maldonado, posteriormente el local de la Municipalidad, en las últimas semanas de octubre de 1535, se instaló en un terreno de propiedad del veedorGarcía de Salcedo, donde actualmente se encuentra el Palacio Arzobispal de Limapero, debido a que se precisaba de más espacio para que la Catedral de Lima sea más grande, fue trasladado en 1548 al terreno que fue propiedad de Hernando Pizarro, donde estaba la huaca del cabildo que tenía un corral de llamas, y que es donde se encuentra el edificio municipal actual.
La edificación del ayuntamiento colonial era sencilla y la historia de su construcción ha sido accidentada. El maestro Diego de Torres fue el encargado de levantar el primer edificio del Cabildo de Lima y en 1549 comenzó aceleradamente la obra, junto a dos esclavos negros adquiridos especialmente para reforzar su trabajo, porque debía terminarse antes de la llegada de Antonio de Mendoza y Pacheco, segundo virrey del Perú, que estaba prevista para el 23 de septiembre de 1551. Las casas del cabildo construidas por el maestro Diego de Torres fueron hechas con moldura de ladrillo y altos de madera al uso de España.
Poco después, en 1555, Cristóbal Garzón y Diego de Amaro tomaron a su cargo el nuevo edificio. En los años siguientes continuaron algunos arreglos menores como el enmaderado y cobija. José de la Riva Agüero afirmó que para entonces el edificio se había desplomado por haberse construido mal. Los miembros del cabildo presenciaron, desde los antiguos balcones del ayuntamiento colonial, procesiones, corridas de toros y autos de fe.
En la historia del Santo Oficio Limeño se recuerda el auto de fe realizado el domingo 5 de abril de 1592, para el cual el cabildo construyó un estrado de madera. Hacia 1628, el historiador y sacerdote Bernabé Cobo describió en su Historia de la Fundación de Lima el aspecto del cabildo limeño y apuntó:
«Debajo de estos portales caen la cárcel de la ciudad, con su capilla que es tan grande y bien adornada y servida que se puede llamar iglesia, y los oficios de los escribanos, en especial del cabildo en cuya puerta hacen audiencia los alcaldes ordinarios.»
El edificio del cabildo se caracterizó, entre los años 1596 - 1604 (periodo de gobierno del virrey Luis de Velasco y Castilla), por su galería abierta en el segundo piso, sobre los portales de escribanos. Según noticias de Manuel de Odriozola, la noche del 11 de febrero de 1696 se desplomó el puente sobre el río Rímac, causando una inundación en la Plaza Mayor y como los protocolos los tenían en el suelo, y no en estantes por lo escasa y cara que era la madera, se pudrieron instrumentos de imposiciones y fundaciones de capellanías y mayorazgos, cuya reposición fue muy difícil y costosa. Pero los destrozos más grandes que sufrió el cabildo colonial los causó el terremoto del 28 de octubre de 1746, que destruyó el 90% de las edificaciones civiles coloniales.
República
Los viajeros del siglo XIX dan pocas noticias sobre el modestísimo Cabildo de Lima; ellos estuvieron tal vez deslumbrados por la suntuosa arquitectura religiosa que podía verse, en la época de la declaración de la independencia, en julio de 1821, la edificación del cabildo limeño debió parecerle muy asiática al viajero inglés Alexander Caldcleugh quien la describió así:
«El cabildo ocupa la tercera parte de la plaza con su arquitectura que imita a la arquitectura china.»
El viajero francés Gabriel Lafond (1822) y el viajero británico Robert Proctor (1823) describieron el portal del cabildo cubierto de tiendas y cajones de comercio que dificultaban el tránsito. El edificio municipal varias veces fue reconstruido debido a los terremotos y las transformaciones que tuvo la Plaza Mayor de Lima. A lo largo del siglo XIX ostentó, primero un frontón triangular, que sería reemplazado en 1871 aproximadamente por una estructura más elaborada cuya pieza central era un reloj. A la citada estructura se le agregaría, posteriormente, una mansarda.
El 3 de noviembre de 1923 ocurrió un incendio en el local de la Municipalidad de Lima, situado en la parte alta del Portal de Escribanos, aunque el edificio sufrió muchos daños afortunadamente el archivo no se afectó, salvándose valiosos documentos como el Acta de Fundación de la Ciudad, el reparto de solares que hizo el fundador de Lima Francisco Pizarroy el Acta de la Independencia.
Este siniestro provocó el traslado de sus oficinas al local del Palacio de la Exposición (actual Museo de Arte de Lima), ubicado en el Paseo Colón, hasta que en 1939, siendo alcalde de Lima Eduardo Dibós Dammert y presidente de la república Óscar R. Benavides dispuso la construcción del palacio municipal actual. Encargado el Ministerio de Fomento de la obra, se convocó a un concurso de arquitectos y obtuvo el primer premio el proyecto presentado por los arquitectos Emilio Harth Terré y José Álvarez Calderón, pero el proyecto ganador sería modificado al momento de su ejecución.
Al arquitecto polaco Ricardo de Jaxa Malachowski, se le encargó la distribución interna y ornamentación. El local del nuevo palacio municipal se construyó entre 1943 y 1944 y fue inaugurado el 2 de julio de 1944, siendo alcalde de Lima Luis Gallo Porras. Su fachada es de estilo arquitectónico neocolonial y conserva su estructura básica; es decir, portales en la planta baja y galerías, habiéndosele adicionado balcones neocoloniales grandes, de dos pisos y hechos de madera. Los balcones y las galerías son de naturaleza puramente arbitraria y totalmente incompatibles con la tradición local. En el segundo piso se inauguró el 29 de junio de 1945 la Biblioteca Municipal.
Sus recintos interiores, de estilo renacentista francés, son suntuosos, como, por ejemplo, la escalera que lleva al segundo piso y que está hecha en mármol blanco, abierta en dos tramos bajo una gran farola de vitrales que ilumina a todo el conjunto. En las galerías se observa una gran cantidad de cuadros peruanos del siglo XIX y comienzos del XX, perteneciendo, la mayoría de ellos, a Ignacio Merino y Daniel Hernández, pintores académicos. Exhibe una columna de mármol cipelino, obsequiada en 1976 por la ciudad de Roma y que debido a sus características probablemente perteneció a la suntuoso palacio de verano del Emperador Nerón, en este lugar se encuentran igualmente copias en mármol de diversas esculturas, realizadas por artistas renombrados.
Salones
Salón Atahualpa
El Salón Atahualpa se encuentra ocupado por el Comité de Damas de la Municipalidad. Su nombre se debe a que había conservado en su interior, y por muchos años, el cuadro del pintor Luis Montero Los Funerales de Atahualpa, que actualmente se encuentra en el Museo de Arte de Lima. Entre las pinturas notables que existen en este salón de la municipalidad, está el cuadro de Daniel Hernández Pizarro a Caballo.
Sala de los Espejos
Llamada así por la presencia de enormes espejos ubicados en el muro principal, prolongando visualmente la perspectiva del gran Salón de Recepciones. Aquí se exhibe un juego de reloj y candelabros en bronce dorado, de estilo rococó.
Salón de Recepciones
Concebido como un salón de baile, con tribunas para orquestas, guarda algunos cuadros de Ignacio Merino, quien donó su colección a la Municipalidad Metropolitana de Lima.
Salón de Sesiones
Es un amplio recinto de aspecto solemne donde se reúne, para deliberar, el cuerpo de Regidores, presidido por el alcalde. Desde aquí se administra la ciudad. Sobre el estrado principal existe un retrato del fundador de Lima, Francisco Pizarro, obra del español Julio Vila y Prades, rodeado por otras pinturas de algunos de los personajes más importantes de la vida nacional. Un relieve en madera policromada muestra la efigie de Nicolás de Ribera, quien fue el primer alcalde de la ciudad de Lima. También encontramos el Escudo Real de Armas de Lima, blasón otorgado por Real Cédula fechada en Valladolid el 7 de diciembre de 1537 por el Emperador Carlos V y su madre, la Reina Juana I.
Biblioteca Municipal
Se encuentra totalmente decorada con madera tallada en estilo barroco. Su colección bibliográfica es de aproximadamente 15,000 volúmenes. Es notable el detalle de la escalera de caracol, cuyo eje aparece decorado con ciento cincuenta figuras diferentes totalmente realizadas en madera. La biblioteca municipal guarda el facsímile del Acta de la Fundación de Lima, ocurrida el 18 de enero de 1535, y el Acta de la Independencia, el 28 de julio de 1821.
Asimismo en ella se hallan las llaves de la ciudad, en diseño del siglo XVIII; presenta, además, una magnifica colección de pinturas peruanas y fotografías de la Lima antigua. La documentación del archivo histórico municipal fue salvada del saqueo que sufrió el local municipal en 1881, durante la invasión de Lima por las tropas chilenas, gracias a la intervención del General César Canevaro que escondió los libros en una hacienda suya cercana a la ciudad.
El Palacio de Goyeneche es una de las construcciones civiles más conocidas y turísticas de Arequipa. Situada en la confluencia de las Calles de la Merced y del Palacio Viejo, sobre un solar que figuraba en la primitiva traza urbana que, antes de la fundación de Arequipa, aprobó Francisco Pizarro.
Construyó esta casona el arquitecto Gaspar Báez en el siglo XVIII sobre las ruinas de un antiguo palacete (palacio viejo) construido en 1558 por Bernardino de Ávila. Sin embargo, el terremoto de 1782 dañó enormemente su estructura.
En situación de casi derribo, el predio fue adquirido por Juan de Goyeneche y Aguerrevere, quien lo restaura para residencia de su familia. Años más tarde, el Arzobispo Goyeneche, Obispo de Arequipa desde 1818 y más tarde Arzobispo de Lima, encarga al famoso Lucas Poblete en 1837 la tarea de reedificar la casona tras haberle confiado la traza de la Iglesia Catedral de Arequipa. En 1840 queda terminada la mansión.
El Obispo Goyeneche permaneció en este palacio hasta 1858, año en que pasó a ser Arzobispo de Lima y Primado del Perú. En este tiempo esta mansión se convirtió en una de las más importantes residencias de Arequipa. La familia del obispo la adornó con decenas de obras de arte, dos pinturas de Goya, fino mobiliario, la primera biblioteca privada de la ciudad y uno de los más importantes archivos documentales de América, referido principalmente a la época de la Emancipación.
Desde la adquisición y remodelación del palacio por los Goyeneche, el edificio tuvo dos plantas, amplios patios, un juego de columnas en la fachada y un pórtico y zaguán "con altura necesaria para que pudiera entrar sin desmontar un caballero armado con lanza francesa erguida" como mandaba la antigua prescripción que era a la vez indicación arquitectónica y señal de nobleza y prestancia para la edificación. La portada tiene un balcón horizontal que ocupa todo el ancho de su frente con barandillas de hierro forjado. Posee una hermosa escalera de caracol construida en sillar y que permite el acceso a la segunda planta, que muestra además balcones de antepecho, puertas y ventanas de la época colonial y una soberbia fuente de piedra negra en el patio principal. El interior está formado por salones de grandes bóvedas que, a pesar de la dispersión que existió en los años cuarenta del siglo XX, albergan aún pinturas coloniales de la Escuela Cusqueña, artísticos enrejados, imágenes sacras talladas en madera así como antiguos retratos de la familia Goyeneche.
Ya en el siglo XX el palacio pasó a manos del Banco Central de Reserva del Perú, a quien pertenece en la actualidad.
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