martes, 13 de diciembre de 2016

Historia - Geología histórica


Los tres deslizamientos de Storegga figuran entre los mayores deslizamientos conocidos. Se produjeron bajo el agua, en el borde de la plataforma continental noruega (Storegga significa en noruego «el gran borde»), en el mar de Noruega, 100 kilómetros al noroeste de la costa Møre, causando un gran tsunami en el océano Atlántico Norte. Este colapso afectó, según estimaciones, a unos 290 km de la plataforma costera, con un volumen total de 3.500 km³ de detritos.1 Este sería el volumen equivalente a un área del tamaño de Islandia cubierto con una profundidad de 34 m.
Según la datación por radiocarbono del material vegetal recuperado de sedimentos depositados por el tsunami, el último incidente ocurrió alrededor del 6100 a.C.2 En Escocia, se han registrado restos del tsunami posterior, gracias al descubrimiento de sedimentos depositados en la cuenca de Montrose y en el fiordo de Forth, hasta 80 km tierra adentro y 4 m por encima de los niveles actuales de la marea normal.
Como parte de las actividades preparatorias del yacimiento de gas natural de Ormen Lange, el incidente ha sido minuciosamente investigado. Una de las conclusiones resultantes de este estudio —hecho público en el año 2004— fue que el deslizamiento se ocasionó por el material acumulado durante la edad de hielo anterior, y que sólo sería posible que se repitiese después de una nueva edad de hielo.1 Anteriormente, se concluyó que el desarrollo del campo de gas Ormen Lange no aumentaría significativamente el riesgo de desencadenar un nuevo deslizamiento, que desencadenaría un gran tsunami que sería devastador para las zonas costeras en el mar del Nortey el mar de Noruega.
Los números amarillos indican la altura de la ola del tsunami según los sedimentos recientemente estudiados.3

Posible mecanismo

Terremotos, junto con gases (por ejemplo metano) liberados por la descomposición de los hidratos de gas, se consideran los mecanismos probablemente desencadenantes de los deslizamientos. Otra posibilidad es que los sedimentos se volvieron inestables y colapsaron, quizás bajo la influencia de un terremoto o de las corrientes oceánicas.1

Impacto en las poblaciones humanas

En el momento, o poco antes, del último deslizamiento de Storegga, existía un puente de tierra, conocido por los arqueólogos y geólogos como Doggerland, que unía Gran BretañaDinamarca y los Países Bajos a través de lo que hoy es el sur del mar del Norte. Se cree que esta área poseía un litoral con lagunaspantanosmarismas y playas, así como que era un territorio rico en caza, aves y pesca poblado por culturas humanas del Mesolítico.4 5 6 Aunque Doggerland fue sumergida físicamente a través de un aumento gradual en el nivel del mar, se ha sugerido que los litorales de Gran Bretaña y Europa continental —incluidas zonas ahora sumergidas— habrían sido inundados por un tsunami originado por el deslizamiento de Storegga. Este acontecimiento habría tenido un impacto catastrófico sobre la población mesolítica contemporánea y habría separado las culturas de Gran Bretaña y las del continente europeo.
Mapa de los deslizamientos de Storegga.

Un enorme tsunami hace 8.150 años diezmó poblaciones de la Edad de Piedra que vivían en Noruega y Escocia después de que regresaron a las regiones costeras en preparación para el invierno.
El tsunami, que los científicos han dicho previamente creó una "Atlántida del Mar del Norte" llamada Doggerland, fue el resultado de uno de los más grandes deslizamientos submarinos jamás registrados.
El deslizamiento de tierra, conocido como el Storegga Slide, tuvo lugar frente a las costas de Noruega y generó olas de unos 40 metros de altura. Se han encontrado depósitos del tsunami en el noreste de Inglaterra, Escocia, Groenlandia y Noruega. En términos de tamaño, el tsunami fue similar al observado en el Océano Índico en 2004.
deslizamiento submarino de Storegga
Los científicos han descubierto ahora en qué época del año ocurrió el tsunami, constatando que si hubiera tenido lugar tan sólo unos meses atrás, las poblaciones hubieran estado a salvo de la devastación que causó.
En su estudio, publicado en la revista Geology, Knut Rydgren y Stein Bondevik, del Sogn og Fjordane University College, en Sogndal, Noruega, examinaron muestras de musgo para averiguar cuándo se produjo el evento.
"En aquel tiempo, hace más de 8.000 años, la gente de la Edad de Piedra se moverían hacia las montañas para cazar renos y alces en el verano, y luego al final del otoño muchos de ellos regresaban a la costa a establecerse para el invierno", dijo Rydgren.
"Si hubiera ocurrido en el verano, muchas de estas personas no habrían sido golpeadas por el tsunami. Si sucedió a finales del otoño, cuando regresaron, la mayoría de ellos se habrían visto afectados".
Los depósitos del tsunami de Storegga contienen muestras del musgo Hylocomium splendens. Algunos de ellos conservan su color verde y la clorofila que sugiere que fueron enterrados vivos. El musgo tiene un ciclo de crecimiento en nuevos segmentos que ramifican el crecimiento del año anterior.
musgo Hylocomium splendens
"Las mediciones de clorofila intacta indican que los musgos verdes estaban vivos y fueron muertos y enterrados en cuestión de horas por el tsunami golpeando la tierra en lugar de ser depositados de nuevo", dijo el estudio. "El repentino entierro y la posterior deposición de lodo marino impermeable deben haber protegido el material vegetal de la luz y el oxígeno que de otro modo habrían destruido la clorofila".
El análisis del musgo mostró que los segmentos eran más maduros que los que se encuentran generalmente en julio y agosto, con niveles de madurez similares a las que se aparecen a partir de octubre a diciembre.
"Al examinar y comparar los patrones de crecimiento del musgo descubrimos que sucedió a finales de octubre. La población fue diezmada probablemente", dijo Rydgren.
Mientras que no se sabe con exactitud cuántas personas vivían en las zonas afectadas en aquel momento, se piensa que las costas noruegas y escocesas eran "áreas principales" para los seres humanos de la Edad de Piedra: "Numerosas excavaciones muestran que los asentamientos estaban situados en o cerca de las antiguas costas. Grabados rupestres representan la caza y la pesca desde embarcaciones, y los asentamientos en islas lejanas sugieren avanzadas habilidades marítimas", escribieron los autores.






Doggerland es el nombre dado por arqueólogos y geólogos a una antigua masa de tierra en el sur del mar del Norte, que conectaba la isla de Gran Bretaña al continente europeo durante y después de la última Edad de Hielo. Se mantuvo emergida hasta 6500 o 6200 a. C., aunque poco a poco fue tragado por el aumento del nivel del mar. Estudios geológicos han sugerido que Doggerland fue una gran área de tierra seca que se extendía desde la costa este británica y frente a la actual costa de los Países Bajos hasta las costas occidentales de Alemania y Dinamarca.2fue probablemente un hábitat rico con asentamientos humanos en el período mesolítico.
Mapa que muestra las hipotética dimensiones de Doggerland (c. 8000 a. C.). Proporcionaba un puente de tierra entre la isla de Gran Bretaña y la Europa continental.

Marco teórico

El potencial arqueológico de la zona se planteó a principios del siglo XX, pero el interés se intensificó en 1931, cuando un barco de arrastre faenando entre los bancos de arena y bajíos de los bancos Leman y Ower al este de The Wash sacó a relucir una elegante cornamenta de púas que data de una época en que la zona era una tundra. Con posterioridad, otros barcos han extraído restos de mamuts y leones, entre otros restos de animales terrestres, y un pequeño número de herramientas prehistóricas y armas que fueron utilizadas por los habitantes de la región.

Desaparición

Como los niveles de los mares y océanos subieran después del fin de la última etapa glacial de la era de Hielo actual , Doggerland comenzó a sumergirse en el mar del Norte, aislando la península británica de Europa continental, aproximadamente 6500 a. C.4 El Banco Dogger, el cual era una tierra alta de Doggerland, se cree que se mantuvo como isla hasta el 5000 a. C.4Antes de inundarse completamente, Doggerland fue una planicie ondulante con sistemas de ríos con meandros asociados a canales y lagos. Etapas claves se creen ahora que incluyeron la evolución gradual de bahías con una gran marea entre Inglaterra y el banco Dogger oriental en el 7000 a. C., con un aumento rápido del nivel del Mar produciendo que el Banco Dogger se convirtiera en una Isla y que Gran Bretaña finalmente se desconectara del continente.5 Este aumento coincide con la inundación del Ponto Euxino.
Una hipótesis más reciente es que gran parte de las tierras costeras restantes, ya muy reducidas en tamaño de la superficie original, fueron inundadas por un tsunami alrededor de 6200 a. C. (aproximadamente 8200 AP), causado por un corrimiento de tierra submarino costa afuera de Noruega conocido como el Corrimiento Storegga. Esta teoría sugiere que el tsunami derivado de este corrimiento de tierra fue devastador para cualquier población mesolítica costera. Después del tsunami de Storegga parece que Gran Bretaña finalmente se separó del continente y cada uno siguió su propio Mesolítico.

Un lugar llamado Doggerland

Los arqueólogos denominan ese terreno desa­parecido Doggerland, por el banco de arena del mar del Norte conocido como Dogger. Antes considerado como un puente de tierra entre la actual Europa continental y Gran Bretaña, un lugar de paso en su mayor parte deshabitado, hoy se cree que Doggerland estuvo poblado du­­rante miles de años por gentes del mesolítico, hasta que fueron expulsadas por la crecida im­­placable del mar. A ese período le sucedió otro de convulsiones climáticas y sociales hasta que, a fines del mesolítico, Europa ya había perdido una parte importante de su masa continental y su aspecto era más o menos el que tiene hoy.
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Muchos expertos ven en Doggerland la clave para entender el mesolítico en el norte de Europa, y en el mesolítico, un referente que debemos tener en cuenta en una época de cambio climáti­co como la actual. Gracias a un equipo de arqueólogos de la Universidad de Birmingham dirigido por Vince Gaffney, tenemos una idea del aspecto que debió de tener ese territorio. Basándose en datos sísmicos del subsuelo del mar del Norte, ellos han reconstruido digitalmente 46.620 kilómetros cuadrados del paisaje sumergido.
En el Centro de Tecnología Visual y Espacial IBM de la universidad, Gaffney proyecta imágenes de esta tierra ignota sobre inmensas pantallas en color. En una esquina del mapa, el Rin y el Támesis se unían y fluían hacia el sur hasta lo que actualmente es el canal de la Mancha. Habría otros sistemas fluviales para los cuales no tenemos nombre. En el clima de aquella época –quizás un par de grados más cálido que el de hoy– los contornos de la pantalla se traducirían en suaves colinas onduladas, valles arbolados, exuberantes pantanos y lagunas. "Era un paraíso para los cazadores-recolectores", dice.
La publicación en 2007 de la primera parte del mapa permitió a los arqueólogos "ver" por prime­ra vez el mundo mesolítico, e identificar la probable ubicación de algunos asentamientos, con vistas a una posible excavación. El elevado coste de la arqueología submarina y la escasa visibilidad del mar del Norte han mantenido esos yacimientos fuera de nuestro alcance. Pero los arqueólogos también disponen de otros medios para desvelar quiénes fueron los habitantes de Doggerland y cómo respondieron al inexorable avance del mar sobre sus tierras.
En primer lugar están los tesoros atrapados en las redes de los pescadores. Además de la mandíbula humana, Glimmerveen ha acumulado más de 100 piezas: huesos de animales con marcas de despiece y herramientas de hueso y de asta, entre ellas un hacha con un motivo en zigzag. Al conocer las coordenadas de estos descubrimientos, y dado que los objetos no suelen desplazarse demasiado sobre el lecho marino, puede determinar que muchos provienen de la zona meridional del mar del Norte que los neerlandeses llaman De Stekels (las espinas), caracterizada por sus abruptas crestas del fondo marino. "El yacimiento o yacimientos debían de estar cerca de un sistema fluvial –dice–. Quizá vivían en dunas fluviales."
Otra línea de investigación sobre Doggerland son las excavaciones en aguas someras o en zonas intermareales cercanas de una antigüedad similar. En las décadas de 1970 y 1980, en un ya­­cimiento llamado Tybrind Vig, a pocos cientos de metros de la costa de una isla danesa del mar Báltico, se hallaron indicios de una cultura pesquera del mesolítico tardío sorprendentemente avanzada. Entre los objetos figuran remos decorados con elegancia y varias canoas largas y estrechas, una de ellas de más de nueve metros.
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Más recientemente, Harald Lübke, del Centro de Arqueología Báltica y Escandinava en Schleswig, Alemania, y sus colegas han excavado una serie de yacimientos submarinos en la bahía de Wismar, en la costa alemana del Báltico, de entre 8.800 y 5.500 años de antigüedad. Los yacimientos documentan de manera ostensible un cambio en la dieta de sus habitantes, que pasaron de comer pescado de agua dulce a consumir especies marinas a medida que la subida del nivel del mar transformaba sus tierras; con el paso de los siglos los lagos interiores rodeados de bosques se transformaron en marismas cubiertas de juncos, más tarde, en fiordos y finalmente, en la bahía abierta que hay en la actualidad.
Una transformación similar tuvo lugar en Goldcliff, en el estuario galés del Severn, donde el arqueólogo Martin Bell, de la Universidad de Reading, y su equipo llevan excavando 21 años. Durante el mesolítico el Severn estaba encajado en un valle estrecho, pero a medida que el mar fue subiendo, se desbordó sobre los lados del valle y se extendió, creando el actual estuario.
Un día de agosto, durante una marea excepcionalmente baja en Goldcliff, seguí a Bell y sus colaboradores por la fangosa llanura mareal hasta dejar atrás enormes troncos negros de robles prehistóricos que el lodo ha preservado. Teníamos menos de dos horas antes de que la marea volviese a subir. Llegamos a una pequeña elevación que 8.000 años atrás era el litoral de una isla. Un miembro del equipo echó agua a presión, y de pronto surgió el relieve de 39 huellas dejadas por tres o cuatro individuos en ambas direcciones a lo largo de la orilla. "Debían de salir de su campamento para examinar las trampas para peces en un canal cercano," dice Bell.

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