Aufheben [ˈʔɑ͡ʊ̯fhebm̩] o Aufhebung1 [ˈʔɑ͡ʊ̯fhebʊŋ] es una palabra alemana con varios significados aparentemente contradictorios, entre ellos "levantar", "abolir", o "sublimar".2 El término ha sido definido también como "abolir", "preservar" y "trascender". En la filosofía, aufheben es utilizado por Hegel para explicar lo que sucede cuando una tesis y unaantítesis interactúan, sobre todo a través del término "sublimar".
La revista marxista británica Aufheben tomó su nombre de este concepto.
Aufheben
Aufheben es una palabra alemana, crucial para el pensamiento hegeliano y marxista, para la que no existe un equivalente Inglés.
Aufheben se puede traducir como a sublate , a abolir , para trascender o para suplantar o incluso "a recoger", "levantar", "guardar", "preservar", "hasta el final" o "anular". Literalmente y originalmente, aufheben significaba "bolsillo", como cuando alguien se embolsa su pago, pero sigue trabajando para usted.
Algo está Aufheben cuando es reemplazado por otra cosa. "Sustituyen" y "trascender" no llevan la misma connotación sin embargo, como "abolir", en el que lo viejo está realmente terminado y se deshizo de por la que se sustituye; "Superación" lleva la connotación de "incluyendo" el viejo en el nuevo, pero es del todo demasiado platónico y no alcanza la sensación de "abolir".
Engels autorizó el uso de "suprimir" en la traducción en Inglés de El Manifiesto Comunista , donde se habla de la aufheben de la familia; esto, sin embargo da libertad de acción para aquellos que simplemente prohibir las instituciones de la religión, o descartar la existencia misma de las necesidades espirituales. Los traductores de la Introducción a la Crítica de la filosofía del derecho de Hegel diversamente utilizado "abolir" y "sustituyen", según el contexto.
En términos generales, al leer traducciones al inglés de Marx y Engels, las palabras "abolir", "sustituyen" y "sublate" son más probables las traducciones de aufheben , y deben entenderse en ese sentido, como algo que se hizo obsoleto por medio de la resolución de la problemas que dieron origen a ella de alguna manera nueva.
El aufheben hegeliano y la dialéctica de la vida
“Con el haiku
de la nada
nada desaparece
de la nada
nada desaparece
con el haiku
de la muerte
todo desaparece”.
de la muerte
todo desaparece”.
(Haikú anónimo encontrado en la red)
Toda situación vital implica un desafío: el de abandonar algo que se estaba haciendo y asumir una tarea nueva. La vida es un continuo desfile de adversidades, cambios, perdidas, emergencia de situaciones nuevas o desconocidas y sobre todo contradicciones. El mundo laboral y el familiar son los entornos donde nos encontramos a diario con la contradicción, con ese tipo de conflictos donde hemos de lidiar con antagonismos o conflictos de atracción-evitación como dicen los psicólogos cognitivistas.
Nos exigen pero no nos dan las herramientas para conseguir tal meta, nos prohiben o nos menosprecian por nuestras elecciones amorosas, sexuales o profesionales, nos comparan con otros o nos endosan el destino de otro, nos socavan la fe en nosotros mismos a través de críticas, humillaciones o tareas imposibles de llevar a cabo y nosotros mismos nos forzamos en ocasiones a satisfacer esas exigencias cuando proceden de objetos amados, temidos o simplemente admirados. En el peor de los casos nos explotan, nos abandonan, nos abusan o somos objeto de crianzas presididas por la negligencia, la incoherencia o la locura familiar.
Nuestro cerebro es un especialista en encontrar soluciones creativas a este tipo de problemas, más abajo volveré sobre cómo hacemos las personas para eludir las consecuencias de estas contradicciones.
La vida nos somete constantemente a la necesidad de echar mano de la dialéctica a fin de resolver ese tipo de problemas que en lo psiquico se manifiestan como conflictos, el interjuego entre personalidad y situación se nos muestra con una mayor riqueza que la que nos ofrecen las interpretaciones causales de la enfermedad y podemos considerar la patología psiquiátrica como el resultado de un fracaso en ese alcanzar un orden nuevo emergente de la contradicción. Cualquier crisis puede interpretarse como una síntesis malograda de contradicciones de particular magnitud que hicieron explotar la estructuraantes de que pudiera configurarse una conciliación renovadora de los términos de contradicción dialéctica (Otto Dorr 1990)
La palabra aufheben [eliminar] tiene en el idioma (alemán) un doble sentido: significa tanto la idea de conservar, mantener, como, al mismo tiempo, la de hacer cesar, poner fin. El mismo verbo “conservar” ya incluye en sí el aspecto negativo, en cuanto se saca algo de su inmediación y por lo tanto de una existencia abierta a las acciones exteriores, a fin de mantenerlo. De este modo lo que se ha eliminado es a la vez algo conservado, que ha perdido sólo su inmediación, pero que no por esto se halla anulado.
Hegel reconstituyó -como todo el mundo sabe- las leyes de la dialéctica y le añadió el concepto que hoy mantenemos yendo más allá de la identificación entre diálogo y busqueda de la verdad que procede de la epoca clasica. Para Hegel la dialéctica es:
El acto mismo del conocimiento es la introducción de la contradicción. El principio del tercero excluido, algo o es A o no es A, es la proposición que quiere rechazar la contradicción y al hacerlo incurre precisamente en contradicción: A debe ser +A ó -A, con lo cual ya queda introducido el tercer término, A que no es ni + ni – y por lo mismo es +A y -A. Una cosa es ella misma y no es ella, porque en realidad toda cosa cambia y se transforma ella misma en otra cosa. Esto significa la superación de la lógica formal y el establecimiento de la lógica dialéctica.
Todas las cosas son contradictorias en sí mismas y ello es profundo y plenamente esencial. La identidad es la determinación de lo simple inmediato y estático, mientras quela contradicción es la raíz de todo movimiento y vitalidad, el principio de todo automovimiento y solamente aquello que encierra una contradicción se mueve.
La imaginación corriente capta la identidad, la diferencia y la contradicción, pero no la transición de lo uno a lo otro, que es lo más importante, cómo lo uno se convierte en lo otro. (Tomado de la wikipedia).
Para Hegel dialéctica es el movimiento mediante el cual la vida se abre paso a través de las contradicciones: todo conocimiento contiene el germen de la contradicción, lo que se nos oculta son las transiciones , el cómo resolvemos esta tensión entre contrarios.
Hegel adelanta en su Lógica que este proceso de superación de los contrarios tiene tres tiempos, tres fases que están contenidas misteriosamente en el verbo aufheben:Suspender, conservar y elevar. Vamos a verlos más de cerca.
Necesitamos suspender (dejar de hacer o empeñarse en) aquello viejo, obsoleto que ya no nos sirve y sustituirlo por algo nuevo. Pero lo viejo no se destruye, se conserva de una u otra forma. La transición de lo nuevo a lo viejo se realiza para encontrar un nivel de definición nuevo que pueda abarcar lo que se suspendió y lo que se conservó (lo suspendido), algo asi es el metabolismo alimentario: unas cosas se aprovechan, otras se guardan y otras se deshechan.
Piense en este dilema muy frecuente en la vida de todos nosotros: una mudanza. Usted compra un piso nuevo porque puede permitírselo económicamente, porque su familia se ha ampliado o simplemente porque ha cambiado de ciudad. La mudanza, es una traslación emocional que puede contemplarse desde el punto de vista dialéctico. Lo viejo es abandonado o vendido (pero no destruido o aniquilado), lo viejo dejará huellas emocionales en su memoria y usted podrá conservarlo o no dependiendo de sus recuerdos. Pero usted se ha mudado para vivir mejor (u obligado por las circunstancias en caso de ser un menor), para mejorar aun sabiendo que quizá echará de menos a sus vecinos. Esta es la evaluación que solemos hacer cuando nos mudamos de domicilio, estamos felices porque ese cambio de vida nos eleva hacia un lugar supuestamente más feliz, cómodo o amplio que el anterior, pero no somos demasiado conscientes de ciertas operaciones que también hacemos en nuestro intus psicológico y sobre las que podemos aprender si contemplamos la interioridad de las depresiones por mudanza (descritas por Lange en 1934).
Lo que les sucede a estos pacientes es que se deprimen después de haberse mudado y quedan presos de una especie de perplejidad pues ellos mismos no comprenden su estado de ánimo, reconocen que han mejorado y sin embargo están deprimidos. Esta es una de esos tipos de depresión que no pueden ser explicados a través del duelo entendido como pérdida sino de ganancia. En mi opinión se han dado explicaciones muy exóticas a este fenómeno que para mi tiene sólo una explicación: la dificultad del depresivo en desprenderse de lo viejo y su tendencia a conservar lo inservible.
Un desprenderse de lo viejo distinto a lo que sucede en el sindrome de Diógenes o en el TOC donde está dificultad parece más bien relacionada con objetos, aqui la dificultad parece que está relacionada con lo simbólico, el depresivo acapara basura, colecciona trastos inservibles en el sentido de que es incapaz de dejar de hacer algo que hizo durante mucho tiempo tal vez porque es incapaz de mudar de deseo. Se trata de un desprendimiento al que nosotros, los seres humanos comunes ni siquiera codificamos puesto que los tres tiempos de la dialectica en realidad transcurren en un mismo momento dialéctico.
Es bien sabido que los depresivos toleran muy mal la ambigüedad lo que es lo mismo que decir que carecen de resistencia frente a las contradicciones dialécticas, mostrándose por lo general incapaces de integrar el episodio anterior, es por eso que los ataques depresivos suelen ser recurrentes con o sin alternancia maníaca. El depresivo parece no haber aprendido nada de su crisis y es precisamente este hecho el que perpetua la oscilación tímica hasta el infinito.
Tal y como comenté en este post tanto la pena como la alegria se seleccionaron -evolutivamente hablando- porque funcionan como relés -conmutadores- de nuestro psiquismo señalando hacia tareas conclusas o recompensas a compartir. Decia alli que:
La euforia de la manía es una averia del hemisferio derecho que es el que trajina con la deshinbición, una actitud fundamentalmente adaptativa y que surgió para compartir, como un modo de comunicar al resto del grupo social la euforia por el hallazgo de comida, seguridad o haber alcanzado un determinado objetivo comunal. También para propiciar la promiscuidad sexual y fortalecer los vínculos sociales en el clan, dotando a los sujetos de una energia suplementaria y de una sensación de poder hacer cualquier cosa. Es lógico que una emoción asi fuera seleccionada positivamente.
La tristeza por su parte es tambien muy adaptativa (aunque no lo parezca), pues es necesaria como marcador emocional para reconocer las pérdidas y más importante aun:para no seguir invirtiendo recursos en proyectos destinados al fracaso. La tristeza o la pena es pues una emoción muy importante pues nos permite -cuando es adaptativa- despegarnos de la rutina, del pasado o de vínculos imposibles de recuperar. Es una emoción de hemisferio izquierdo y seguramente apareció más tardíamente en la evolución tal y como conté en este post.
El objetivo de la alegria es aumentar la sociabilidad y es por eso que la logorrea, la desinhibición, el hipererotismo, la disminución de la necesidad de dormir y la expansividad forman parte del cluster de síntomas de toda mania. El objetivo de la depresión es la retirada o escape social social (withdrawal) tal y como comenté aqui a propósito de la hipótesis del rango social de Price (1967) y es por eso que síntomas como inhibición psicomotora, anhedonia, abulia, quietud y desinterés forman parte del cluster de sintomas de la depresión, una conducta que viene a decir algo asi como “Yo ya no compito, dejadme en paz”.
Las tres partes o tiempos del proceso dialéctico son pues el mismo proceso y se encuentran gobernados por emociones arcaicas seleccionadas por la evolución por su cualidad de señalamiento y reconocimiento de tareas que implican inversión de recursos y gasto. Es necesario reconcer que nuestros esfuerzos en una determinada tarea están destinados al fracaso para que dejemos de empeñarnos en esa tarea y la sustituyamos por otra nueva.
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