miércoles, 29 de abril de 2015

Terminología filosófica



El argumento ad antiquitatem (también llamado apelación a la tradición) es una falacia lógica que consiste en afirmar que si algo se ha venido haciendo o creyendo desde antiguo, entonces es que está bien o es verdadero.
Esta falacia asume que las causas que dieron lugar al comportamiento en la antigüedad continúan siendo válidas; sin embargo, si las circunstancias han cambiado el razonamiento no es válido.
Algunos ejemplos son:
  • La sociedad siempre se ha desplazado montada a caballo. No hay por qué viajar ahora en coche. (Refutación: Hoy en día hay que hacer viajes largos y los caballos no serían adecuados para recorrer esas distancias)
  • Debe ser una mala idea porque nadie lo ha hecho antes. (Refutación: El que no se haya hecho antes no quiere decir que la idea vaya a fracasar)
  • Estas leyes se han estado aplicando durante 100 años. No hay razón para cambiarlas. (Refutación: Pueden haberse producido cambios relativamente importantes que aconsejen su cambio)
  • Las mujeres deben quedarse en casa porque así se ha hecho siempre. (Refutación: Debido a desigualdades sociales antiguamente las mujeres tenían pocas opciones de encontrar un trabajo fuera de casa. Eso no es cierto hoy día)
Hay una famosa historia que ejemplifica el absurdo implícito de la apelación a la tradición. En esa historia hay una mujer que, cada vez que cocina jamón empieza cortando un extremo del mismo y tirándolo. Cuando un amigo o un miembro de la familia le pregunta por este comportamiento, ella admite que lo hace solamente porque su madre lo hacía de esa manera. A la mujer le entra la curiosidad y le pregunta a su madre que por qué cortaba el jamón de esa manera, pero ella a su vez le dice que lo hace porque así es como su madre lo hacía. Cuando van las dos a preguntar a la abuela ésta dice que cortaba el extremo del jamón únicamente porque de otra forma no cabía en su cacerola. Hay diversas variantes de esta historia.
La falacia opuesta a ésta es la apelación a la novedad, que afirma que algo es bueno sólo por ser nuevo.

Retazos de Lógica: Argumentum Ad Antiquitatem

Una de las más desgastadas formas de argumentar de los defensores de lonew age (y en general, de los políticamente correctos) es apelar a la tradición.
Este falso razonamiento es conocido como argumentum ad antiquitatem y consiste básicamente en decir que algo es bueno, conveniente o verdadero por el simple hecho de que es tradicional y se ha venido haciendo desde hace tantos siglos.

Acostumbrado al pensamiento crítico, este tipo de afirmaciones son para mí como patadas en el hígado, sin embargo son muy comunes.

¿No crees en la homeopatía? ¡¡Pero si se lleva haciendo por más de 200 años!!

He ahí un ejemplo lo más de práctico.

Otro, es el que afirma que algo debe funcionar en la acupuntura por ser una tradición milenaria china, o los intentos de defensa de las medicinas ancestrales de los aborígenes americanos. ¡¡Toma ya, relativista cultural!!

No. Una medicina funciona cuando se ha probado que funciona más allá del efecto placebo con toda la rigurosidad y las condiciones de observación propias del método científico. Y lo bueno, verdadero o conveniente de cualquier práctica no tiene nada que ver con si tiene la edad de la Tierra o acaba de ser inventado.

De la misma forma, la antigüedad no hace más ciertos ni verdaderos a dios, Jesús, Yavéh, Alá, Shiva o Vishnu.

Qué tan vieja es una tradición, creencia, idea o cultura sólo sirve para saber eso: qué tan vieja es. No más. No menos.






El argumento ad novitatem (también llamada apelación a la novedad) es una falacia lógica que sostiene que una idea es correcta o mejor simplemente por ser más moderna.
Este tipo de falacia es muy efectiva en el mundo actual en el que las novedades tecnológicas han ayudado a mejorar nuestras vidas y todo el mundo aspira a estar a la última.
Algunos ejemplos serían:
  • Para tener un sistema más estable es mejor bajarse la última versión de este programa.
  • Para perder peso es mejor seguir la última dieta.
  • La empresa funcionará mejor ahora que ha sido reformada.
La apelación a la novedad es muy utilizada en publicidad, asegurando que un producto es mejor por el mero hecho de ser nuevo.
La apelación a la novedad se basa en el razonamiento de que la gente en general tenderá a esforzarse para corregir sus fallos. Así, por ejemplo, una compañía que lanza un producto nuevo habrá revisado el anterior para mejorar su factura. Esto, sin embargo, puede ser falso por diversas razones, las más notables de las cuales son: El producto nuevo puede ser idéntico al anterior pero con un nuevo empaquetado, puede ser un diseño antiguo que se haya relanzado como nuevo o puede que el producto anterior haya sido diseñado por un experto y el nuevo por un principiante.
La falacia opuesta es la apelación a la tradición, que sostiene que las ideas son mejores por el hecho de ser más antiguas.

Barack Obama defiende el aborto con una falacia lógica: el argumento ad novitatem

Sab 27·4·2013 · 19:21  15
A pesar del silencio mediático, a los medios abortistas de Estados Unidos les ha estallado en las manos el caso de Kermit Gosnell, propietario de un abortorio que asesinó a más de 100 recién nacidos. En medio de un escándalo que está haciendo que mucha gente conozca la crueldad del aborto, ayer Obama acudió en auxilio del mayor lobby abortista del país, Planned Parenthood,fundado por la ideóloga racista Margaret Sanger.
Cuando la moda entre el progresismo abortista era defender el racismo
Como ya comenté aquí en 2011Sanger era una persona que mostraba sin rodeos su desprecio por los negros, los enfermos y los débiles. En un artículo titulado “Birth Control and Racial Betterment” publicado en el número de diciembre de 1917 (pág.7) de la revista abortista Birth Control Review, Sanger escribió: “en nuestra caridad, nuestros actos de compensación, nuestras pensiones, hospitales, e incluso nuestro drenaje y aparatos sanitarios tienden a mantener vivo el enfermo y el débil, se les permite propagarse y, a su vez producir una raza de degenerados”. En el capítulo V de su libro “La mujer y la nueva raza” (1920), Sanger escribió: “Lo más misericordioso que una familia grande puede hacer por uno de sus miembros más pequeños es matarlo”.
La militancia eugenésica y racista de esta mujer -dos tendencias ideológicas entonces muy de moda incluso en medios considerados progresistas- le llevó a dar charlas ante agrupaciones de la rama femenina del Ku Klux Klan, y tuvo una de sus más siniestras plasmaciones en una carta que envió a Clarence Gamble el 10 de diciembre de 1939, ya iniciada la Segunda Guerra Mundial: “No queremos que se corra la voz de que queremos exterminar a la población negra”. En la actualidad, organizaciones de la comunidad afroamericana de Estados Unidos como la National Black Prolife Coalition señalan a Planned Parenthood denunciando que “el 78% de sus clínicas están en comunidades minoritarias”, y advierten: “Los negros constituyen 12% de la población, pero el 35% de los abortos en Estados Unidos.” Ocultando las controvertidas opiniones racistas y eugenésicas de su fundadora, hoy en día Planned Parenthood cita a Sanger en su web como “una de los grandes héroes del movimiento”, presentándola como una valiente luchadora progresista, e incluso da su nombre a los premios anuales de ese lobby.
Planned Parenthood apoyó la reelección de Obama con un gran donativo
Desde luego, es preocupante ver a Obama pontificando sobre lo que es “avanzado” o deja de serlo mientras apoya a una organización fundada por una militante racista y simpatizante del Ku Klux Klan. Hablamos de un lobby abortista que en 2008 fue pillado aceptando donativos con fines racistas, y que el año pasado fue sorprendido aceptando abortos selectivos de niñas, una práctica queincluso rechazan medios abiertamente partidarios del aborto, pero que Obama decidió apoyar en 2012 después de que Planned Parenthood anunciase que respaldaría su campaña para la reelección con un donativo de 1,7 millones de dólares.
¿Lo moderno es negar derechos humanos por motivos de edad?
En su intervención de apoyo a ese lobby abortista, y a propósito de las 42 leyes estatales que hay en EEUU para limitar el aborto y ofrecer más amparo a la vida de los niños por nacer, Obama afirmó:“Cuando lees acerca de estas leyes quieres mirar el calendario y asegurarte de que estás viviendo en 2013″. En referencia a las políticas providas, el actual presidente declaró: “Después de décadas de avances todavía hay personas que quieren hacer retroceder el reloj a políticas más adecuadas a la década de 1950 que al siglo XXI”. Es decir, que para Obama ofrecer amparo a los miembros más débiles de nuestra sociedad es un retroceso y algo impropio de 2013. El mandatario estadounidense no ha hecho girar ninguna de sus reflexiones en torno a la irrefutable humanidad de las víctimas del aborto, ni en torno a la evidencia científica de que la vida se inicia con la concepción. Tampoco se ha cuestionado el hecho de que haya vidas humanas a las que se les niega, en nombre del progreso, la merecida protección que merece todo ser humano por el hecho de serlo, con independencia de su raza, nacionalidad, sexo o edad.
Negar la realidad de la vida humana prenatal: un negocio muy rentable
En esto Obama sintoniza con los esfuerzos de Planned Parenthood por ocultar la realidad sobre los seres humanos que mueren víctimas del aborto. En 2011 Catalina Adair, antigua empleada de ese lobby, escribió un revelador artículo en el diario The Washington Examiner en el que desvelaba las malas prácticas y los engaños de Planned Parenthood: “los trabajadores de la clínica evitaban de forma deliberada proporcionar información sobre el desarrollo fetal, lo que el niño parecía, el desarrollo anatómico del niño y el dolor que él o ella podría sentir. Me recordaban continuamente que en lo referido al bebé, la terminología adecuada era “grupo de células” o “el contenido del útero”.Según Aldair, “la misión de Planned Parenthood es presionar a tantas mujeres como sea posible a tener un aborto. Los responsables saben que eso no se puede lograr si se refieren al niño como un “bebé”. En ese caso la mujer sabría lo que estaba realmente creciendo en su interior: una pequeña persona con un corazón que late, un sistema nervioso en funcionamiento, pequeñas manos y pies. El niño es totalmente ignorado. No hay orientación, ni cuidado, ni espera ni discusión. Una vez que el embarazo se confirma, hay que acabar con él.” Aldair también advirtió los enormes beneficios que consigue ese lobby abortista a costa de los contribuyentes: “Se gasta millones de dólares cada año para asegurarse de que el contribuyente estadounidense va a seguir subsidiando sus servicios de aborto. El año pasado, las obras de Planned Parenthood percibieron una cifra récord de 363 millones de dólares en fondos del gobierno. Eso se genera en buena medida haciendo falsas declaraciones sobre cómo la financiación pública reduce el número de abortos.”
¿El aborto es bueno porque es moderno? La falacia ad novitatem
Las declaraciones de ayer de Obama se enmarcan en una tendencia sistemática de la ideología progresista a recurrir a una falacia lógica, el argumento ad novitatem, según el cual algo es bueno o correcto por el mero hecho de ser nuevo o moderno. Obvia decir que el mero hecho de que algo sea novedoso no lo convierte en bueno o justo, y en consecuencia una cosa no es mala ni incorrecta por el mero hecho de ser antigua. De hecho, existen normas que penalizan el homicidio y el robo desde tiempos históricos muy remotos. ¿Mantener miles de años después normas que penalizan el homicidio y el robo será para Obama algo impropio de 2013?
La palabra moderno procede del latín modernus, que designa lo reciente, lo novedoso. A modo de ejemplo, en el siglo XX aparecieron cosas entonces tan novedosas -es decir, hasta entonces nunca vistas- como las dictaduras comunistas, los fascismos, los campos de concentración y de exterminio, el uso de la bomba atómica, etc. Si aceptamos la tesis progresista de que lo correcto es lo nuevo y lo actual, ¿en 1939 lo correcto en Alemania era ser nazi?
Respetar la vida humana es lo correcto, sea algo moderno o no
Frente a esa falacia hay que plantear la necesidad de examinar la corrección o bondad de los actos humanos no por su novedad, sino en base a criterios de razón, de respeto por los derechos fundamentales de todo ser humano, de ética y de moral. Exterminar a seres humanos usando Zyklon B era muy novedoso en 1940, cuando se probó por primera vez para liquidar a niños gitanos, e incluso seguía siéndolo un año después, cuando se empezó a usar ese gas para exterminar a los judíos en campos de concentración. Por supuesto, usar Zyklon B es una monstruosidad pero no porque hayan pasado muchos años de aquello y ahora se considere un crimen: ya lo era entonces, cuando resultaba algo novedoso. Y es que matar a seres humanos inocentes e indefensos es un crimen, es un acto perverso -es decir, inmoral y contrario a la ética más elemental-, y justificarlo mermando o ninguneando la humanidad de las víctimas es, además, un insulto a la ciencia y a la razón. Lo era en 1940 y lo sigue siendo en 2013.
En la actualidad la ciencia y la tecnología han convertido en algo irrefutable que las mujeres conciben seres humanos, y que ya lo son desde el momento de la fecundación, que es cuando cada uno de nosotros adquiere la identidad genética que nos acompañará hasta la muerte. Es en ese momento cuando se inicia ese desarrollo continuo que es nuestra vida, cuyas distintas etapas reciben distintos nombres: embrión, feto, bebé, niño, adolescente, joven, adulto y anciano. Negar que en algunas de esas etapas seamos humanos es un postulado irracional y anticientífico. Es realmente perverso negarlo, a sabiendas de que está faltando a la verdad, para justificar que sea legal matar y descuartizar a los miembros más indefensos de nuestra sociedad. Hacer eso, además, recurriendo a una falacia lógica ya es el colofón de la falta de argumentos válidos y de escrúpulos morales de la que adolecen abortistas militantes como Obama.

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