miércoles, 29 de abril de 2015

Terminología filosófica



Apatheia (en griegoἀπάθεια) según el estoicismo es el estado mental alcanzado cuando una persona está libre de alteraciones emocionales. Puede entenderse como ecuanimidad o indiferencia. Apatheia no es equivalente a apatía puesto que la primera tiene una connotación positiva mientras la segunda no.
Aristóteles afirmaba que la virtud se encontraba en media dorada, entre excesos y carencias de emoción (metriopatheia). Los estoicos, de otro lado, buscaban la liberación de toda pasión (apatheia). Se buscaba eliminar las respuestas emocionales a eventos externos y que están fuera del control de la persona. Para los estoicos constituía la respuesta racional óptima puesto que para un individuo no es posible controlar eventos originados en la voluntad de otros o por la naturaleza; únicamente controla su propia voluntad. Esto no implica la pérdida de todo sentimiento o cortar con sus relaciones con el mundo. Un estoico que hace juicios y actos virtuosos experimenta felicidad eudaimonia y buenos sentimientos(eupatheia).
Los escépticos pirrónicos también buscaban la eliminación de sentimientos cuando una alteración depende de una creencia, pero permitía un sentimiento moderado basado en sensaciones tales como el dolor. El término sería adoptado por Plotino en su doctrina Neoplatonismo como la libertad de emoción del alma cuando alcanza la purificación.
El término forma parte del cristianismo primitivo donde apatheia significa libertad de necesidades e impulsos indomables. El monasticismo ortodoxo aún emplea el término en este sentido.

Apatheia en la filosofía estoica se refiere a un estado mental en el que no se altera por las pasiones. Se traduce mejor por la palabra ecuanimidad en lugar de indiferencia. La palabra apatheia tiene un significado muy diferente a la apatía Inglés moderno, que tiene una connotación negativa. Según los estoicos, apatheia era la calidad que caracteriza el sabio.
Mientras que Aristóteles afirmaba que la virtud se encontraba en el justo medio entre el exceso y la deficiencia de la emoción, los estoicos buscaron la libertad de todas las pasiones. Eso significaba erradicar la tendencia a reaccionar emocionalmente o egoístamente a eventos externos - las cosas que no podemos controlar. Para los estoicos, era la respuesta racional óptima para el mundo, porque no podemos controlar las cosas que son causadas por la voluntad de los demás o por la naturaleza, sólo podemos controlar nuestra propia voluntad. Esto no significa una pérdida de la sensibilidad o la desconexión total con el mundo. El estoico que realiza juicios y acciones en el marco del orden mundial experiencias alegría y buenos sentimientos correctos.
El dolor es leve si la opinión no ha añadido nada a ella; ... al pensar que ligero, que hará que sea ligero. Todo depende de la opinión, la ambición, el lujo, la codicia, se remontan a la opinión. Es de acuerdo a la opinión que padecemos. ... Así que vamos a ganar también el camino a la victoria en todas nuestras luchas, - para la recompensa es ... virtud, firmeza de alma, y una paz que se ganó para siempre. -Séneca, Epístolas, lxxviii. 13-16
Los escépticos pirronianos también buscaron la erradicación de sentimientos cuando perturbación depende de la creencia, pero permitieron sólo una moderación de sentir cuando se basan en sensaciones como el dolor. El término fue adoptado más adelante por Plotino en su desarrollo del neoplatonismo, en el que apatheia era la libertad del alma de emoción logra cuando alcanza su estado purificado.
El término pasó a la enseñanza cristiana, por el que apatheia significaba la ausencia de impulsos o compulsiones rebelde. Todavía se utiliza en este sentido en el monacato ortodoxo.




Apófansis (del griego ἀπόφανσις, substantivo derivado de ἀποφαίνω, «mostrar»1 ) es, según Aristóteles, una oración o un discurso en los que se da la verdad o la falsedad. Se distinguen por ello de otro tipo de oraciones, como la plegaria, que no puede ser verdadera o falsa.2
Toda oración apofántica debe poseer un verbo en alguna inflexión, por lo que Aristóteles la define también como "sonido significativo acerca de si algo se da o no se da, con arreglo a la división de los tiempos".3
La oración apofántica puede ser una afirmación (catáfasis), es decir, una manifestación de algo unido a algo; o una negación (apófasis), la manifestación de algo separado de algo.4 La relación entre estos dos tipos de oraciones, cuando se refieren a lo mismo, recibe el nombre de "contradicción" (antífasis).

Es en esta apófansis donde su afirmación, negación y contradicción se funden en una insólita lectura en contra del sentido consuetudinario de la imagen. Gracias a esta fenomenología, libre de prejuicios convencionales, la luz nos muestra: no lo que ya conocíamos, sino lo que está por descubrir. Una poiesis que se expresa a través de la ontología del objeto, pues sólo en ella está la significación. No quiere significar forzosamente algo, ni intenta mostrarnos aquello que no debería ser.




El término aporía (del griego ἀπορία, dificultad para el paso), a veces escrito como aporima, hace referencia a los razonamientos en los cuales surgen contradicciones oparadojas irresolubles; en tales casos las aporías se presentan como dificultades lógicas casi siempre de índole especulativa.1
Debe observarse que muchas especulaciones que en su momento fueron consideradas aporías, es decir, paradojas irresolubles, luego han sido resueltas merced a los avances cognitivos o a los cambios de paradigma, de cosmovisión o de episteme.- ........................................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=767127985c417dfb320f570c4fe86874ec051ce7&writer=rdf2latex&return_to=Apor%C3%ADa

Aporía significa dificultad, camino sin salida, duda de difícil solución racional.
Desde el punto de vista filosófico, se trata de una proposición sin base lógica, un problema que no se puede superar, un razonamiento cuya conclusión es un juicio contradictorio que se puede identificar con la antinomia o la paradoja.

A veces se usa el término paradoja como equivalente a antinomia, pero más apropiadamente se estima que las antinomias son una clase de paradoja.
En sentido kantiano, una antinomia es algo que deriva de aplicar la razón pura a la realidad, principalmente a las proposiciones cosmológicas; en tanto que la paradoja es la dificultad lógica y semántica que surge de una proposición, que luego de afirmarse se contradice a sí misma.
En una teoría, una aporía es la afirmación que contradice el fundamento de dicha teoría.

Una contradicción con frecuencia es un principio ontológico – es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo –; otras veces es considerado como un principio lógico en amplio sentido; y también como un principio psicológico.
Ejemplos de aporía son los argumentos de Zenón de Elea sobre su proposición sobre el movimiento.
Dice Zenón de Elean, el movimiento no existe, es una ilusión; y para probarlo utiliza la aporía de Aquiles y la tortuga.
Esta aporía formula que si se realizara una supuesta carrera entre Aquiles, que es el hombre más veloz; y una tortuga, considerada el animal más lento que existe; aún cuando al iniciar la competencia Aquiles le otorgue a la tortuga un metro de ventaja, cuando Aquiles haya recorrido ese metro de distancia la tortuga habrá superado un decímetro de ese metro; cuando Aquiles recorra ese decímetro, la tortuga estará un centímetro más adelante y cuando éste recorra ese centímetro, aquella habrá recorrido un milímetro más; y así sucesivamente, de tal manera que Aquiles jamás podrá alcanzar a la tortuga, aunque se encuentre a una distancia infinitamente pequeña.
Con este ejemplo, Zenón de Elea defiende la teoría de Parménides que negaba el movimiento real y afirmaba que todo movimiento es ilusorio; porque aunque Aquiles alcance a la tortuga éste sería un hecho fenoménico que no afecta la aporía.
Para Bertrand Russell, la serie de puntos de la línea, como la serie de momentos temporales son continuos matemáticos y no hay otros momentos que se interpongan entre dos momentos dados hasta el infinito.
Aristóteles distingue entre lo infinito en potencia y lo infinito en acto.
Desde el punto de vista potencial, tal línea o el intervalo de tiempo son infinitamente divisibles, pero desde la perspectiva del acto son indivisibles o sea que pueden ser actuados.
Bergson en cambio, sostiene que Zenón especializa el tiempo. La aporía no se podría solucionar si el tiempo se reduce al espacio, pero si se considera que el tiempo fluye en forma indivisible y que no se puede concebir en forma análoga a los puntos espaciales, Aquiles le ganaría a la tortuga.
Según Bergson, esta dificultad radica en aplicar al tiempo el concepto de ser y al movimiento el concepto de cosa, en lugar de otorgarles los conceptos de fluencia y de acto.


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