Equinodermos
1. Organización. Los equinodermos difieren de todos los otros animales celomados por su simetría radiada y por ciertos detalles importantes de su organización, que pueden estudiarse en las estrellas de mar.
Figura 225. Echinaster sentus vista por la cara oral. O, boca. Af, pies ambulacrales. Según Agassiz.
El cuerpo de la estrellamar (Fig. 225) se compone de un disco central y de cinco brazos radiales. En la figura 226 se ha representado un corte radial por el disco y uno de los brazos. En el centro de la cara inferior (cara oral) del disco se halla la boca (b); en el polo opuesto (polo o cara aboral) se abre el ano (o), El estómago (e) ocupa el centro del disco y emite a los brazos sendos pares de ciegos glandulares (c), que representan al hígado. Los tegumentos de la estrellamar, como los de todos los equinodermos, ofrecen tres rasgos muy característicos. a) La presencia de calcificaciones dérmicas en forma de placas, corpúsculos, etcétera; b) el estar erizados de espinas calizas (equinos = espina), fijas o móviles y c) el poseer unos diminutos apéndices especiales, llamados pedicelarios, que terminan en pinza didáctila o tridáctila (Fig. 227) y sirven para limpiar el caparazón. Pero lo que verdaderamente caracteriza a los equinodermos es el llamado aparato ambulacral, del que carecen los demás animales. Se compone de un conjunto de tubos por los que circula agua de mar.
Figura 226. Estrella de mar seccionada a lo largo de un brazo. b, boca. e, estómago. o, ano. c, ciegos intestinales. m, placa madreporica. h, canal hidróforo. k, canal anular. r, canal radial. v, vesículas ambulacrales. p, pies ambulacrales. s, ojo.
Figura 227. Pedicelarios de erizo de mar. Según Boas.
La parte central es un canal anular (Fig. 226, a), que rodea al esófago. De él parten cinco canales radiales (r) que corren a lo largo de la cara oral de los brazos. El agua ingresa del exterior por un conducto llamado canal hidróforo (h), que va del canal anular a una placa especial, denominada placa madre-pórica (m), la cual se halla perforada por una porción de los orificios. Los canales radiales (r) dan infinidad de pies ambulacrales (p): especies de tentáculos huecos que hacen saliente al exterior y pueden ponerse eréctiles al inyectarles agua unas vesículas ambulacrales (v) con ellos relacionadas. Los pies ambulacrales terminan en ventosa y sirven al animal para la locomoción rastrera. En conjunto forman, a lo largo de un surco ambulacral que presentan los brazos en su cara inferior, una banda o ambúlacro (Fig. 225 Af).
Todos los equinodermos están constituidos de modo semejante a la estrella de mar: la simetría radiada pentámera, que determina la falta de un extremo anterior diferenciado en cabeza; las formaciones tegumentarias especialísimas (placas, espinas, pedicelarios); el aparato ambulacral, y la estructura radiada de los órganos internos, hacen a estos animales inconfundibles con los demás. Todos son marinos y la mayoría fijos y reptadores.
2. Reproducción. Los equinodermos tienen reproducción sexual con separación de sexos. Algunos (ciertas holoturias) son vivíparos, pero los restantes ovíparos. El desarrollo se realiza con interesantes metamorfosis: las larvas tienen una perfecta simetría bilateral y nadan activamente mediante una corona de cirros vibrátiles (algo así como las de muchos moluscos y gusanos anélidos). Esto es indicio para muchos autores de que lo equinodermos derivan de los gusanos (como los artrópodos, moluscos y vertebrados) y de que su simetría radiada tiene un origen secundario.
Muchos equinodermos ofrecen notable poder de regeneración. La estrella de mar regenera en breve tiempo los brazos perdidos, y muchas de ellas pueden reproducirse asexualmente destacando espontáneamente sus brazos (Fig. 15) o por escisión (figura 20) .
Figura 228. Larvas de estrela de mar (Asterias). 1, de frente. 2, de perfil. O, boca. A, ano. D, intestino. Wr, (en negro), cinturón vibrátil. Según Agassiz.
3. Clasificación. Los equinodermos se reparten en cinco Clases: Asteroideos, Ofiuroideos, Equinoideos, Holoturioideos, y Crinoideos.
Clase I Asteroideos. Son las estrellas de mar (Fig. 225). Sus brazos son triangulares y se sueldan por su base unos con otros, por cuya razón el disco no está bien delimitado.
Clase II Ofiuroideos. Difieren de los anteriores por sus largos brazos serpentiformes y claramente separados del disco. El animal anda gracias a sus enérgicas contracciones (Fig. 20).
Clase III Equinoideos. O erizos de mar. Se caracterizan por su cuerpo globoso y erizado de espinas. El del erizo de mar común es perfectamente regular y está cubierto de numerosas placas calizas pentagonales, soldadas intimadamente entre sí en diez pares de filas meridianas de dos clases (Fig. 229). Cinco pares alternantes constan de placas pequeñas y perforadas por los orificios de salida de los pies ambulacrales: son las filas radiales o ambulacrales. Los otros cinco pares se componen de placas anchas: son las filas interradiales o interambulacrales. Todas las placas tiene unos mamelones sobre los que se articulan los móviles púas a las que el animal debe su nombre. La boca se abre en la cara inferior. En el polo opuesto se abren en el ano, el canal hidróforo y los conductores genitales (Fig. 229).
Figura 229. Caparazon de un erizo de mar regular (Strongylocentrotus lividus) en vista apical (polo aboral). En el centro el campo anal, a su alrededor, las cinco placas genitales interradiales (la de arriba es la placa madrepórica). De Claus.
Figura 230. Caparazón de un erizo de mar irregular del grupo de los Espatangoides. En el centro se ven cuatro poros genitales y una placa madrepórica. Abajo el ano. De Claus.
Figura 231. Holoturia (Cucumaria planci). T, tentaculos. Af, pies ambulacrales. De Claus.
Figura 232. Comátula (Comatula mediterranea) vista de perfil. Según Boas.
Figura 233. Larva de comátula. Según Tonson.
Clase V. Crinoideos. Tienen forma estrella (Fig. 232), pero difieren considerablemente de los demás equinodermos por su organización. El disco (llamado cáliz) tiene la forma de un cono invertido llevando en su base la boca y el ano. Los brazos son cinco, bifurcados desde las raíces y a veces ramificados. A lo largo de sus bordes salen, cual las barbas de una pluma, unos prolongamientos llamados pínnulas. Casi todos los Crinoideos actuales viven en los grandes fondos marinos, fijos al suelo por un largo pedúnculo implantado en el polo aboral. Únicamente las pocas formas litorales, como la Comátula mediterránea, son nadadoras. No obstante, éstas pueden fijarse accidentalmente a las rocas por medio de unos zarcillos situados en el polo aboral (Fig. 232), y sus larvas pasan por una fase pedunculada (Fig.233).
Los Crinoideos pedunculados fueron abundantísimos en las Eras primaria y secundaria.
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