viernes, 19 de junio de 2015

historia natural

Distribución geográfica de los animales.

1. Las áreas de dispersión. Cada especie animal y cada grupo taxonómico poseen un área de distribución o de dispersión fuera de la cual no se les encuentra. Así, por ejemplo, el ornitorrinco solo se halla en Australia e islas próximas; los monos platirrinos, en América del Sur; el gorila, en África central; etc., etc. La extensión de estas áreas es muy diferente. Hay animales que viven localizados dentro de un pequeño distrito, como la mayoría de los habitantes de las islas oceánicas, y, en cambio, hay otros de dispersión casi cosmopolita, como la mosca común. Se distinguen dos tipos de áreas de dispersión: las coherentes y las disjuntas. Entre estas últimas merecen mención la de los marsupiales, que viven en Australia y América del Sur; la de los tapires, en América del Sur y en la India; la de los elefantes, en la india y África; la de los dipnoos, en África, Sudamérica y Australia; la de los bisontes, castores, etc., en Europa y América del Norte; etc. Como por ejemplo de áreas coherentes citaremos la de las llamas (Andes Peruanos), camellos (zona desérticas africanoasiática), colibríes (América), etc., etc.
2. Factores zoogeográficos. Los factores que influyen en la distribución geográfica de las distintas especies y grupos de animales son tres:
1. º EL MEDIO AMBIENTE. La más superficial observación nos dice ya que los factores del medio ambiente, tanto los climáticos, singularmente la temperatura, como los biológicos, principalmente el mundo vegetal, han de ejercer la más grande influencia en la distribución de los animales. A veces un factor metereológico puede trazar el límite del área de dispersión determinada especie. Piénsese, por ejemplo, en los animales polares, en los alpinos y en los de las zonas tropicales.
2. º LAS BARRERAS GEOGRÁFICAS. Es imposible, sin embargo, explicar la distribución de los animales por los solos factores apuntados. Es de conocimiento vulgar que países de clima semejante albergan especies y aun grupos taxonómicos diferentes que podrían habitar perfectamente en ambos. Bien claro lo indica la difusión de animales domésticos europeos en América y Oceanía, la del conejillo de Indias y el pavo en Europa, etc., etc.
Estos y otros casos hallan cumplida explicación en la existencia de barreras geográficas que impiden la expansión de los animales. Entre estas barreras figuran el mar y sobre todo los grandes océanos, los desiertos, las grandes cordilleras y las selvas tropicales.
3. º LOS FACTORES DEL PASADO. No basta, empero, la consideración de las barreras geográficas para aclarar la actual distribución de los animales, pues quedan sin explicación racional las áreas disjuntas: por ejemplo, las existencias de los marsupiales en Australia y Sudamérica, la de los tapires en Sudamérica y la India, la de los osos en las distintas montañas europeas y en las regiones polares, etc. Estas consideraciones han llevado a los zoólogos a descubrir que en la distribución actual de los animales han desempeñado un papel preponderante los factores del pasado: 1 º, la distribución anterior de los animales; 2 º, las emigraciones realizadas por ciertas especies; 3 º, la repartición geográfica de los continentes y océanos en las épocas pasadas, y 4º, los acontecimientos paleoclimáticos, singularmente los acaecidos en el período cuaternario (época glaciar).
Echando mano de estos factores recibe una plausible explicación uno de los hechos zoogeográficos más curiosos, como es la composición de la fauna australiana, que carece de mamíferos placentarios y es muy rica en marsupiales. Se sabe que al final de la Era secundaria, cuando no habían aparecido aún los placentarios, Australia estaba relacionada con el resto de los continentes, y existía en todos ellos una fauna marsupial. Por aquel entonces se separó Australia del resto de las tierras firmes e hicieron su aparición en ellas los mamíferos placentarios. Estos se desarrollaron durante el terciario prodigiosamente, acabando con la fauna marsupial, mientras Australia la conservaba a causa de su aislamiento. Los marsupiales sudamericanos son una reliquia de la antigua fauna marsupial cosmopolita, conservada quizás gracias a que ese continente es mucho más pobre que los otros en mamíferos con placenta.

2. Las regiones faunísticas.

Por la composición de sus faunas se distinguen cinco regiones zoogeográficas terrestres y seis marinas. Estas últimas no tienen apenas interés, así que estudiaremos tan sólo las primeras.
1.ª Región oriental o índica. Comprende el Asia, al sur del Himalaya (es decir la India, Indochina y China meridional), más la Insulindia. Se caracteriza por la riqueza y variedad de su fauna, a la que dan rasgos característicos la profusión de murciélagos, aves y reptiles; la riqueza en ungulados y monos, y la existencia de fieras, desdentados (pangolines, fig. 347) y prosimios. Sus animales típicos son: el elefante asiático, los rinocerontes unicornios, el tapir malayo, numerosos cérvidos, el orangután, el gibón, los pavos reales, numerosos faisanes, los gaviales y la serpiente de anteojos. La fiera característica es el tigre, pero existen también leones, hienas y chacales.
2. ª Región etiópica. Comprende África, desde el Sahara al Cabo de Buena Esperanza, Madagascar y el sur de Arabia. Faltan en ella los siervos y los osos. Por lo demás, concuerda con la región anterior por abundancia de monos y de ungulados y la existencia de fieras, prosimios y desdentados.
Sus animales característicos son: la jirafa, las cebras, los antílopes, el hipopótamo, el rinoceronte africano, el elefante africano, el gorila, el chimpancé, el cerdo hormiguero, el avestruz y los camaleones. Aunque no exclusivos de esa región, son muy abundantes en ella el león, la pantera y el cocodrilo.
En las selvas ecuatoriales del Congo y de la Guinea abundan los animales de bosque, muchos de ellos arborícolas, como los monos, entre ellos el gorila y el chimpancé, pangolines de cola prensil, las ardillas, roedores volantes y aves trepadoras y prensoras.
En la región de las estepas y sabanas abundan los animales corredores: elefante, jirafa, grandes antílopes, cebras, rinocerontes, hipopótamos, cabras, monteses, avestruz, león, pantera, hiena, y gran número de pequeños animales de costumbres subterráneas: roedores, insectívoros, desdentados y termites.
Madagascar tiene rasgos especiales y constituye una subregión diferente. Faltan allí elefantes, rinocerontes, cebras, antílopes, búfalos, jirafas, hienas y simios, y, en cambio, abundan extraordinariamente los prosimios, los insectívoros y los camaleones.
3.º Región neotropical. – Comprende Sudamérica, Centroamérica y la mayor parte de Méjico. Se caracteriza por la posesión de mamíferos y aves exclusivas de ella, como los marsupiales del grupo de las zarigüeyas; los monos platirrinos; los desdentados oso hormiguero (fig. 344), perezosos y armadillos; las llamas; los vampiros; los tapires americanos; las fieras pumas, jaguar y ocelote; los colibríes (400 especies); los tucanes; los preciosos quezales; el hermoso pájaro sol; los pintados guacamayos; los ñandúes o avestruces de América, y el cóndor. Entre los vertebrados inferiores merecen mención las serpientes boa y de cascabel, los caimanes, las iguanas, las tortugas terrestres gigantes y el curioso sapo cururú (Pipa americana).
Carece la fauna sudamericana de monos catarrinos, semimonos, insectívoros, antílopes, óvidos, bóvidos, proboscídeos, etc.
4. º Región holártica. – Abarca todos los países extratropicales del hemisferio boreal, es decir, la totalidad de Europa; Norteamérica, a excepción de la mayor parte de Méjico; África del Norte hasta el Sahara, y Asia, al norte del Himalaya. No hay en esta región ningún orden de animales que le sea exclusivo y faltan en él varias órdenes y muchas familias importantes, como, por ejemplo, marsupiales, desdentados, proboscídeos, prosimios, rinocerontes, tapires, jirafas, cebras, aves corredoras, colibríes, cocodrilos y serpientes gigantes del tipo de las boas. Sus animales característicos son bisontes, carneros monteses, ciervos, alces, renos, castores, linces, osos, etc. Por lo demás, la fauna holártica del Nuevo Mundo difiere lo suficiente de la del Mundo Antiguo para que sea conveniente su división en dos subregiones: la paleártica o del Viejo continente, y la neártica o norteamericana.
La subregión paleártica tiene como animales característicos los camellos, los corzos, las gamuzas o rebecos, el antílope saiga, el yak, los tejones, varias especies de osos y las perdices. Además, han invadido esa subregión algunos animales de las regiones limítrofes, por lo que posee algunos rasgos de ellas. Se parece a la región etiópica por tener puercoespines, erizos, buitres y avutardas, amén de aves emigrantes que van de Europa a África y viceversa. Tiene de común con la región oriental el tigre, que llega hasta Manchuria, el almizclero y los faisanes.
Se distinguen varias provincias de las cuales nos interesan dos: la mediterránea y la eurasiática.
La PROVINCIA MEDITERRÁNEA, que comprende los países que circundan el mar Mediterráneo, se caracteriza por el gamo, la gamuza y la salamanquesa, y por la abundancia de elementos etiópicos, entre ellos la gineta, el camaleón, el galápago, el escorpión y muchos insectos. Al sur del mediterráneo hay grandes antílopes, avestruces, leones, panteras y hienas.
La PROVINCIA EURASIÁTICA comprende la zona boreal de Europa y Asia y está caracterizada por el gran número de aves acuáticas y mamíferos de pelo, como se corresponde a su clima frío y húmedo. Son animales característicos, el reno, el bisonte europeo (fig. 386), la marta cibelina, el armiño y los verdaderos pingüinos. Existen también el oso y el zorro árticos.
Bisonte europeo (Bison bonanus) con su cria. (Subregión paleártica).
Figura 386. Bisonte europeo (Bison bonanus) con su cria. (Subregión paleártica)..
Toro almizclero (Ovidos moschata). Subregión neártica.
Figura 387. Toro almizclero (Ovidos moschata). Subregión neártica.
La subregión neártica comprende Groenlandia y la América del Norte, con exclusión de la mayor parte de Méjico. Se distingue de la paleártica por carecer de cabras monteses, de rebecos o gamuzas y de erizos, y por poseer zorrinos (un grupo especial de carnívoros) y tres notables rumiantes, entre ellos el toro almizclero (fig. 387) y el berrendo.
En la parte sur ofrece ciertos rasgos neotrópicos, como son la existencia de la zarigüeya, el armadillo, el jaguar, el pavo común y el pájaro sinsonte. En el norte (provincia canadiense) vive una fauna parecida a la de la provincia eurasiática (reno, alce, oso blanco, castor (fig. 376) y zorro ártico).
5. º Región australiana. – Comprende Australia y el resto de la Oceanía, con excepción de la Malasia. Su límite de separación con la región oriental es la llamada línea de Wallace, que pasa al oeste de las Molucas y Flores. Es una región faunística completamente distinta de las demás. Sus animales característicos son los monotremas, que son exclusivamente de ella, y los marsupiales, de los que hay una gran variedad (ocho familias de las diez conocidas) y que, aparte de los existentes en Sudamérica, no se encuentran en el resto del Globo. Las aves son curiosísimas. Las más interesantes son: las cacatúas, el ave del paraíso, el pájaro lira y las notabilísimas corredoras casuario y kiwi (fig. 300). Entre los vertebrados inferiores merecen mención el esfenodonte o hatteria, reptil de aspecto de lagarto, pero de caracteres muy primitivos, y el notable dipnoo llamado barramunda (Neoceratodus forsteri, fig. 267). Típicamente faltan en la región australiana los mamíferos placentarios. Los pocos que existen -casi todos murciélagos y pequeños roedores- han llegado a ella por emigración; alguno que otro ha sido introducido por los malayos. Últimamente los europeos han aclimatado allí los animales domésticos (carnero, conejo, etc.).

3. La fauna ibérica

La fauna de nuestra península está muy mal conocida por faltar estudios monográficos sobre gran número de grupos zoológicos. No se pueden dar de ella más que algunos rasgos generales e indicar un boceto de división en regiones.
Desde luego, pertenece nuestra fauna a la provincia mediterránea del Reino holártico, subreino paleártico (véase antes), contando con gran número de especies, variedades y formas propias. La zona septentrional recibe la influencia de la fauna centroeuropea y posee bastantes especies comunes con Francia y el resto de Europa, entre ellas la víbora Vipera berus, algo diferente a la víbora peninsular o Vipera latastei, descubierta por Boscá. Por el sur recibe la influencia africana, con el camaleón y buen número de aves y mamíferos iguales o parecidos a los de Marruecos. En las altas montañas hay islotes de fauna ártica y alpina, representada por ciertas aves, como el gallo silvestre (Tetrao urogallus), por algunos micromamíferos, como la almizclera (Galemys pyrenaicus) y por rebaños de cabras monteses (Capra pyrenaica) y de rebecos (Rupicapra pyrenaica). En las lagunas de toda la Península abundan, sobre todo en invierno, numerosas aves emigrantes palmípedas y zancudas, entre ellas el flamenco (Phaenicopterus roseus).
Entre los animales más notables de la Península merece destacarse la mona de Gibraltar (Inus sylvanus), que es el único simio europeo.

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