Clavus annalis era un clavo de bronce que el pretor, los cónsules y los dictadores fijaban todos los años en Roma el día 13 de setiembre (idus de septiembre), dies natalis del templo de Júpiter Capitolino, en el lado derecho del altar, para señalar el número de los años que transcurrían.12
Cuando los romanos adquirieron mayor ilustración, este uso se convirtió en una ceremonia religiosa con la que creían poder alejar las calamidades públicas. Primeramente se confirió el honor de clavar el clavo al gran pretor, Major o Urbanus, después a los cónsules y finalmente a los dictadores, que se creaban únicamente para esta importante ceremonia.3
Aunque tanto Livio como Festo afirmaban que era una manera de contar los años, es imposible determinar con certeza si la ceremonia fue originalmente un ritual de purificación o apotropaico ligado al comienzo del año consular, aunque es posible que pudiera haber sido el caso.4
Para Livio, la ceremonia del clavo era de origen etrusco. Los volsinienses designaban el número de años por los clavos existentes en el templo de Nortia, la diosa etrusca del destino y la fortuna.
fastos son calendarios romanos, por lo común grabados en piedra. En tiempos de Cayo Mario y Sila se llamó fasti a unas listas con el nombre de los cónsules, además de unas listas relativas a fiestas.
El calendario romano se dividía en dies fasti (los días aptos para que el pretor administrara justicia) y dies nefasti(aquellos en que se prohibía celebrar actos judiciales y que se dedicaban a divinidades superiores o infernales). Después de su elaboración cada año, se daba a conocer al pueblo romano pegándolo en los muros de diversos edificios como la Regia (sede del Colegio de pontífices) o en los Rostra del Foro Romano. De esta manera informaban al pueblo sobre los días disponibles para negocios, reuniones electorales, fiestas, mal agüero y fiestas móviles.
Los días del mes se calculaban a partir de tres referencias: calendas, nonas e idus y siempre dando marcha atrás a partir de estas fechas: "3 días antes de los idus de abril", "4 días antes de las nonas de mayo", etc.
Los fasti consulares eran listas de hechos históricos relevantes, apuntados anualmente por los cónsulesdurante su gobierno. En estas listas se apuntaban todos los hechos y los acaecimientos considerados importantes para la historia de Roma y del imperio durante el año consular, incluyendo la elección de nuevos magistrados. Los cónsules estaban obligados a mantener estas escrituras y a presentarlas año con año al senado.
Fasti triumphales[editar]
Se trataba de listas anuales de triunfos obtenidos por los magistrados. Fueron publicados en el año 12 a. C. Contenían la lista de los generales victoriosos desde la fundación de Roma hasta el principado de Augusto. Se conservan en una amplia inscripción en los Museos capitolinos de Roma.
Los idus de marzo1(en latín, Idus Martii o Idus Martiae) en el calendario romano correspondían a los días 15 del mes de Martius.
Los idus eran días de buenos augurios que tenían lugar los días 15 de marzo, mayo, julio y octubre, y los días 13 del resto de los meses del año.
Aunque marzo (Martius, mes consagrado al dios Marte) era el tercer mes del calendario juliano, en el calendario romano más antiguo era el primer mes del año. Los días de fiestaobservados por los romanos desde el primero de los idus reflejan su origen como celebraciones del año nuevo. Los idus de marzo, en los calendarios más antiguos, habrían sido los días correspondientes a la primera luna llena del año nuevo.
Los idus de marzo en la cultura[editar]
Estos idus de marzo eran los más famosos de los idus por estar marcados por varias observancias religiosas y por haberse producido en esa fecha el asesinato de Julio Césaren 44 a. C., considerado un punto de inflexión en la historia de la Antigua Roma, marcando la transición del período histórico conocido como República romana al Imperio romano.3
Según el escritor griego Plutarco, César habría sido advertido del peligro, pero había desestimado la advertencia:
Lo que es más extraordinario aún es que un vidente le había advertido del grave peligro que le amenazaba en los idus de marzo, y ese día cuando iba al Senado, Julio César encontró al vidente y riendo le dijo: «Los idus de marzo ya han llegado»; a lo que el vidente contestó compasivamente: «Sí, pero aún no han acabado».Plutarco
Aunque el calendario romano fue sustituido por los días de la semana modernos alrededor del siglo III, los idus se siguieron usando coloquialmente como referencia durante los siglos siguientes. Shakespeare en su obra Julio César en 1599 los citaba al escribir la famosa frase:
- «¡Cuídate de los idus de marzo!».
Observancias religiosas[editar]
Los idus de cada mes estaban consagrados a Júpiter, el dios supremo de los romanos. El Flamen Dialis, sumo sacerdote de Júpiter, llevaba la "oveja de los idus" (ovis Idulius) en procesión por la Vía Sacra hasta el Arx, donde era sacrificada.4
Además de este sacrificio mensual, en los idus de marzo también se celebraba la Fiesta de Anna Perenna, una diosa del año (en latín, annus), cuya festividad originalmente concluía con las ceremonias del nuevo año. Este día era celebrado con entusiasmo por el pueblo con comidas en el campo, bebida y mucha diversión.5 Una de las fuentes de la antigüedad tardía también sitúa las Mamuralias en los idus de marzo.6 Esta celebración, que tiene aspectos de chivo expiatorio o de antiguos rituales pharmacos griegos, implicaba dar una paliza a un anciano vestido con pieles de animales y probablemente se le llevaba fuera de la ciudad. Este ritual podía haber formado parte de la fiesta de año nuevo, representando la expulsión del viejo año.7
En el período imperial tardío, los idus comenzaban una "semana santa" de fiestas8 de Cibeles y Attis. Los idus eran los días del Canna intrat ("El junco entra"), cuando Atis nació y fue expuesto (abandonado) cuando era todavía lactante entre los juncos de un río de Frigia.9 Atis fue descubierto, dependiendo de la versión del mito, por pastores o por la diosa Cibeles, que también era conocida como la Magna Mater, "Gran Madre".10 Una semana después, cada 22 de marzo, los días de la fiesta del Arbor intrat ("El árbol entra") se conmemora la muerte de Atis bajo un pino piñonero. Un colegio de sacerdotes llamados los "portadores del árbol", los dendróforos (dendrophoroi) cortaban un árbol,11 lo engalanaban y suspendían de él una imagen de Atis,12 y lo transportaban al templo de la Magna Mater en medio de lamentaciones.
Finalmente, el día fue formalizado como parte del calendario oficial romano en tiempos de Claudio.13 Y le hicieron seguir un período de tres días de duelo,14 que culminaría con el renacimiento de Atis, el 25 de marzo, fecha del equinoccio de primavera en el calendario juliano.
Las fiestas o juegos acciacos eran fiestas que celebraban cada tres años en honor de Apolo y cuyo nombre tomaban también del promontorio de Accio.
Consistían en fiestas y danzas y se mataba en ellas un buey que se abandonaba luego a las moscas bajo la persuasión de que hartas de su sangre huían y no volvían a aparecer más. Augusto, vencedor de Marco Antonio, renovó las fiestas o juegos acciacos y si bien hasta entonces no se habían celebrado más que en Accio cada tres años, este príncipe las introdujo en Roma, disponiendo que se celebrasen cada quinquenio.
Juegos Capitolinos (en latín: Ludi Capitolini) fueron los juegos sagrados anuales (ludi), celebrados en octubre e instituidos por Marco Furio Camilo en el 387 a. C., en honor de Júpiter Capitolino, y en conmemoración de que no se hubiese tomado el Capitolio por los galos ese mismo año.1 Los juegos duraban dieciséis días.
Según Plutarco, una parte de la ceremonia implicaba a pregoneros públicos vendiendo etruscos en pública subasta. También utilizaban a un anciano que llevaba una bulla (amuleto) de oro alrededor del cuello, de la misma forma que lo utilizaban los niños para preservarlos del mal de ojo, y así era sometido al escarnio público. Festo decía que le vestían con una toga praetexta y le colgaban una figura de un toro alrededor del cuello, no como lo pudiera llevar un niño, sino como un ornamento que llevaban los reyes de Etruria.1
Los juegos Capitolinos originales cayeron en desuso, pero fueron instituido unos nuevos por Domiciano en el año 86, basados en el modelo de los Juegos Olímpicos Antiguos griegos. Cada cuatro años, a principios del verano, se congregaban contendientes de diferentes naciones para participar en múltiples competiciones. Se otorgaban a poetas recompensas y coronas que eran colocadas en la cabeza por el propio emperador. Pero las fiestas no sólo eran para los poetas, sino también para los campeones de las competiciones, oradores, historiadores, humoristas, magos, etc. Estos juegos llegaron a ser tan célebres, que cambiaron la forma de contabilizar el tiempo y en lugar de lustros (períodos de cinco años) se empezó a contar por juegos Capitolinos, de la misma forma que lo habían hecho los antiguos griegos con sus Juegos Olímpicos.
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