jueves, 16 de abril de 2015

anatomía humana



Cavidad oral

Se denomina hueso alveolar al hueso de los maxilares que contiene o reviste las cuencas o alvéolos, en las que se mantienen las raíces de los dientes. Es un hueso fino y compacto con múltiples y pequeñas perforaciones, a través de las cuales pasan los vasos sanguíneos, los nervios y los vasos linfáticos.
Es, por tanto, hueso alveolar aquel hueso ya sea del maxilar superior o de la mandíbula que contiene las raíces de los dientes. Si fuese posible mirar un cráneo que ha estado perdiendo dientes, se vería que los huesos maxilares no son sólo planos óseos horizontales. Dentro del hueso hay pequeños cráteres que marcan el lugar donde los dientes deben insertarse. Estos espacios son los alvéolos (también alvéolos) y sus paredes se llaman procesos alveolares. Conforme el diente va saliendo a través de laencía, el proceso alveolar se desarrolla alrededor de los dientes para ayudar a sostenerlos dentro de los maxilares.
Las enfermedades periodontales forman un grupo de cuadros clínicos, de carácter infeccioso, localizados en la encía y periodonto.
Estos cuadros pueden ser lesiones inflamatorias reversibles o también poseer una elevada capacidad destructiva local.
periodontoPara poder entender su causa, inicio, evolución y tratamiento de las enfermedades periodontales necesitamos primero conocer las características anatómicas de los tejidos donde se producen. El periodonto está formado por los tejidos que protegen, rodean y soportan a los dientes:
• Encía
• Hueso alveolar
• Ligamento periodontal
• Cemento radicular.

Periodonto

El periodonto está dividido en dos compartimientos bien diferenciados, y las fibras conectivas supracrestales quedan en medio:
  1. El compartimiento coronal: está formado por el epitelio gingival, el epitelio del surco, el conectivo gingival y el epitelio de inserción. Su función es proteger a los tejidos periodontales profundos y se encuentra en permanente situación de alerta. Llegado el caso también defiende a los tejidos frente a la presencia de una masa bacteriana incompatible con la salud del periodonto.
  2. El compartimiento apical: está formado por el hueso alveolar, el cemento y el ligamento periodontal, los cuales pueden destruirse si se produce una agresión bacteriana que destruya los límites del compartimiento coronal. Además este compartimiento tiene una protección externa (epitelio gingival y mucosa alveolar).

Ligamento periodontal

El ligamento periodontal se encuentra en el espacio que hay entre el hueso alveolar y la raíz del diente (unos 0.3mm). Esto quiere decir que, a diferencia de otras especies animales, nuestros dientes no están unidos al hueso de forma anquilosada. En el espacio periodontal existen además, vasos y nervios, y células capaces de diferenciarse y dar origen a fibroblastos, cementoblastos y osteoblastos. Nuestras técnicas de regeneración periodontal se basan en esta capacidad neoformadora.
Los tratamientos de ortodoncia se basan en los mecanismos que hacen que el diente pueda movilizarse dentro del seno alveolar, y éste, a su vez, es también capaz de ensancharse o estrecharse de acuerdo con las presiones/tensiones que se ejerzan sobre el diente. Estos mecanismos se dan gracias a que el ligamento periodontal está formado por fibras conectivas que unen el diente con el hueso alveolar.

Cemento radicular

El cemento radicular es un tejido parecido al hueso y su función principal es anclar de manera sólida (pero no rígida) el diente al hueso alveolar, a través de las fibras de tejido conectivo del ligamento periodontal. En general, el cemento que está en la raíz, es acelular y fibrilar. Aunque en ocasiones puede contener células y fibras en su seno.

Hueso Alveolar

El hueso alveolar forma parte de los maxilares, y existe como consecuencia de la presencia de los dientes. Está formado por:
  1. Una cortical externa vestibular y otra lingual-palatina.
  2. Una cortical interna, a la cual llamamos lámina dura, y la podemos ver en una imagen radiográfica rodeando la raíz dentaria. Constituye el alvéolo donde se aloja el diente.
  3. El hueso trabecular: está entre ambas corticales. La cresta alveolar es el límite coronal del hueso alveolar. El contorno del hueso alveolar a nivel de la cresta sigue el contorno correspondiente de la línea amoelocementaria de los dientes y está genéticamente determinado, por lo que su remodelado durante la cirugía periodontal no tiene mucha razón de ser.

Hueso alveolar

El proceso alveolar de los maxilares ocupa el borde inferior del hueso, mientras que el homólogo mandibular ocupa el borde superior del cuerpo, debido a que el hueso alveolar en general es dependiente de la existencia de los dientes. El hueso con el cual se continúa se denomina hueso basal, si bien no existen límites morfológicos y funcionales precisos entre uno y otro.
Observado en un corte frontal, el proceso alveolar tiene forma piramidal de cono truncado; presenta dos caras (vestibular y lingual), una base y un vértice (Fig. 13.1).
Vértice. El vértice corresponde al borde libre, donde emergen los dientes, y se encuentra cubierto por la encía en los espacios interdentarios. Si se pierden dientes, se incrementa el área cubierta por la encía. En relación con la base ocupa una posición inferior en el maxilar y superior en la mandíbula. La forma del vértice, luego de la pérdida de dientes, se modifica y adopta diferentes formas.
Caras. La cara vestibular (designada así pues está orientada hacia el surco vestibular) se puede subdividir en una zona anterior o labial, relacionada con la mucosa de los labios, y otra posterior, relacionada con la mucosa de la mejilla (bucca). La cara lingual o interna se encuentra relacionada con la cavidad bucal propia, y particularmente en la mandíbula se denomina lingual por su mayor relación con la lengua; en el maxilar se acostumbra a nombrarla cara palatina por su relación con la bóveda palatina. No obstante, se denomina indistintamente de una u otra forma. La superficie de las caras está formada por hueso compacto.
Entre las tablas o corticales vestibular y lingual y la pared propia del alvéolo se encuentra un hueso de naturaleza esponjosa, que varía de espesor de un lugar a otro y presenta cavidades medulares ocupadas por médula ósea. Las corticales del hueso alveolar son más gruesas y densas en la mandíbula que en los maxilares, lo cual es de importancia clínica para la aplicación de técnicas anestésicas y para el abordaje quirúrgico de las raíces dentarias de dientes retenidos, además de otras aplicaciones.

Fig. 13.1. Corte vértico-frontal de la mandíbula: tablas vestibular (externa) e interna (lingual)
Fig. 13.2. Mandídula desdentada, con resorción del hueso alveolar que deja al descubierto el canal mandibular y el agujero mentoniano situado a nivel del reborde residual. Destaca la resorción en la base de la espina mentoniana

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