Obras de Gian Lorenzo Bernini : El rapto de Proserpina. Es un escultura realizada por Gian Lorenzo Bernini entre los años 1621 y 1622 perteneciente, por lo tanto, alBarroco.1
Fue encargada por Scipione Borghese, que se la cedió al Cardenal Ludovico Ludovisi en 1622, quien la llevó a su villa. Permaneció allí hasta1908, cuando el Estado italiano la adquirió y la devolvió a la Galleria Borghese.
Es una gran estatua de mármol, perteneciente a un grupo escultórico ejecutado por el artista. Representa a Proserpina (Perséfone en la mitología griega) siendo raptada por Plutón (Hades en la mitología griega), soberano de los infiernos.
La posición, un contraposto retorcido, es una reminiscencia del Manierismo, y permite una observación simultánea del rapto (según se mira desde la izquierda) con Plutón tratando de mantener a Proserpina sujeta; de la llegada al Hades (mirando de frente, parece llevar en brazos a su víctima); y de la petición de Proserpina a su madre de regresar durante seis meses a la Tierra (si contemplamos desde la derecha, con las lágrimas de la mujer, el viento sobre su pelo y el Can Cerbero ladrando).
Es notable la representación de los detalles: Proserpina empuja la cabeza de Plutón estirando su piel, y los dedos de este aprietan cruelmente la carne de Proserpina tratando de inmovilizarla.
La Verdad es una escultura realizada por Bernini en 1645. Su idea original, atestiguada por bocetos iniciales, era realizar una escultura con el tema La Verdad descubierta por el Tiempo donde este último, en forma de un torbellino, desnudaba violentamente a la primera. Finalmente, quedó la imagen de la Verdad desnudada con violencia pero no la representación del Tiempo. Además incluye una especie de sol que la Verdad sostiene entre sus manos y que simbolizaría la verdad que es descubierta.
La elaboración de esta estatua está ligada al período posterior al pontificado de Urbano VIII en que la corte pontificia pasó a ser contraria al legado de ese Papa y, por ende, a su protegido, Bernini. Así, tuvo que ver cómo era derribado el campanario que había mandado levantar para la Basílica de San Pedro, según se arguyó, por problemas de estabilidad.
Dado que este trabajo fue realizado por Bernini sin que alguien se lo hubiera pedido, lo dejó en la puerta de su casa y añadió una inscripción quejándose por las arbitrariedades de que se creía objeto. Menciona también esta obra en su testamento:
Y como que, de todas mis obras, he guardado cerca de mí la Verdad descubierta por el Tiempo, quiero que quede en la casa donde habite el primogénito de mi propiedad para que mis descendientes tengan de esta suerte un perpetuo recuerdo de mi persona y siempre presente el pensamiento de que la Verdad es la más bella virtud del mundo y que es preciso trabajar con ella porque termina siempre por ser descubierta por el TiempoCirici Pellicer (1963:138)
Hasta 1924 se mantuvo con la familia Bernini, pero ese año fue trasladada a la Galería Borghese.
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