las anfetaminas :
ANFETAMINAS |
ANFETAMINAS DEFINICIÓN: La anfetamina o d, l-anfetamina es un agente adrenérgico, simpaticomimético de acción central. Estimulante potente del SNC. HISTORIA: La anfetamina fue sintetizada por primera vez en 1887 por el químico alemán L. Edeleano que la designó como fenilisopropilamina. Las acciones sobre el SNC se reportan en 1933. El uso médico experimental de las anfetaminas comenzó en el decenio de 1920 para combatir fatiga e incrementar alerta. En 1927 aparece el inhalador benzedrina, aumenta la T.A., produce vasoconstricción, es broncodilatador. La anfetamina se ha usado para mejorar el rendimiento físico e intelectual. Se convirtió en droga de abuso y adicción. En EE.UU. la producción pasó de media tonelada en 1990 a más de nueve toneladas en 2000 (Anfetamina Wikipedia). ESTRUCTURA QUÍMICA: La molécula anfetamínica es una fenilisopropilamina, las anfetaminas derivan de la feniletilamina. Es derivado químico de la efedrina. Es una molécula quiral. Existen tres formas estructurales (enantiómeros) activas de la anfetamina, que se diferencian por la posición del carbono asimétrico, forma racémica (d, l-anfetamina), dextroanfetamina y levoanfetamina. La forma racémica es una mezcla equimolar de ambos isómeros ópticos. La dexanfetamina es responsable casi en su totalidad de la actividad farmacológica del compuesto. También derivados de la fenilisopropilamina son la fenmetracina, la metanfetamina y el dietilpropión. La dextroanfetamina es cuatro veces más estimulante que la levoanfetamina, y dos veces más que la forma racémica; la metanfetamina es algo superior a la dextroanfetamina. (Bueno J. y col. 1985). CLASIFICACIÓN: La expresión anfetamina tiene varias acepciones posibles:
FARMACOCINÉTICA: Las anfetaminas se ingieren por vía oral en forma de sulfato o de clorhidrato; se absorben rápidamente por la mucosa del intestino delgado; son liposolubles, lo que permite su penetración al SNC; la concentración máxima plasmática se alcanza alrededor de los 100 minutos después de ingerida. Del 20 al 50% del fármaco se excreta sin modificaciones, con una vida media de 6 a 12 horas, la excreción aumenta al acidificar la orina. Los alimentos no deterioran la absorción de estos medicamentos (Dulcan M. 1990). La semivida de la dextroanfetamina es relativamente corta. Su acción se inicia después de 30 minutos de haber sido administrada, el efecto máximo entre la primera y la segunda hora, la acción finaliza antes de las cinco horas (Wikinski S. Jufe G. 2006). FARMACODINÁMICA. MECANISMOS DE ACCIÓN: La dextroanfetamina incrementa la neurotrasmisión de dopamina y noradrenalina. La anfetamina se une a receptores presinápticos de NA y DA en el SNC y los activa, induce la liberación de NT de las vesículas de los terminales nerviosos, aumenta la salida de DA nuevamente sintetizada a la hendidura sináptica, inhibe la recaptación presináptica de estos trasmisores, también inhibe la actividad de la MAO (Dulcan M. 1990). Tiene una acción débil agonista serotoninérgica. Los psicoestimulantes actuarían canalizando la infra o la supraestimulación, la sobre o la infraenfocada atención, la incrementada o disminuida actividad autonómica; los psicoestimulantes pueden incrementar la estimulación basal cerebral, mientras que incrementan la inhibición cortical y la atención selectiva. Aunque la respuesta cualitativa es semejante a los normales, los muchachos hiperactivos evidencian una respuesta cuantitativa mayor a los estimulantes. También los niños pueden reportar sentimientos de tristeza, mientras que los adultos reportan euforia, lo que sugiere que hay diferencias relacionadas con la edad en la respuesta a los estimulantes (Dulcan M. 1990). Según Groves, el mecanismo de acción de las anfetaminas en el tratamiento del niño hiperquinético depende del estímulo de células dopaminérgicodependientes, que inhiben el sistema motor subcortical, y que utilizan al GABA como neurotrasmisor (Groves P. 1983 citado por Bueno J. 1985). Recomiendo ver mecanismo de acción en la sección de metilfenidato. EFECTOS SECUNDARIOS: Las drogas simpaticomiméticas, particularmente las anfetaminas, exacerban los trastornos psicóticos, tanto que pueden causar psicosis paranoides en gente aparentemente sana. Han sido reportados cuadros confusionales y paranoides, al suspender el uso prolongado de aminas simpaticomiméticas como dextroanfetamina y dietilpropion (Deveaugh-Geiss J. and Paudurangi A. 1982). La administración de dosis bajas de anfetamina o de metilfenidato, ha sido reportada como exacerbante de los síntomas psicóticos en pacientes esquizofrénicos (Angrist B. et al. 1980, citados por Van Kammen D. 1982). Como efectos adversos frecuentes de corta duración deben mencionarse: anorexia, pérdida de peso, aumento de peso, irritabilidad, dolor abdominal, insomnio y disforia. También son comunes rebote conductual y deterioro cognitivo al suspender el tratamiento (Dulcan M. 1990). La cefalea también es mencionada como un efecto secundario posible. Como efectos adversos poco comunes tenemos: tics, depresión, disminución o retraso pondoestatural, taquicardia, hipertensión arterial y síntomas psicóticos (Dulcan M. 1990). Se reconoce el potencial para producir dependencia por las anfetaminas; ha sido reportada dependencia a mefentermina asociado con psicosis crónica (Joshi and Bhat 1988). La administración regular de anfetaminas, y, con menos frecuencia de metilfenidato, determina la aparición de tolerancia a los efectos conductuales y psicológicos, lo que ocasiona que se aumenten las dosis, con el consiguiente riesgo de aparición de manifestaciones psicóticas. La supresión brusca en habituados puede llevar a la aparición de cuadros depresivos importantes. INTERACCIONES: Toda medicación simpaticomimética se puede potenciar si se administra junto con psicoestimulantes. Los IMAO enlentecen el metabolismo de los estimulantes y así potencian los efectos tóxicos. USOS EN TERAPÉUTICA PSIQUIÁTRICA: Cuando se decide el uso de psicoestimulantes, se debe informar tanto al paciente como a sus familiares de las características de la medicación y como se va a usar. Es necesario conocer las condiciones de salud del paciente. El tratamiento de los trastornos de déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con drogas psicoestimulantes tiene sus limitaciones; la respuesta es parcial o nula aproximadamente en el 20% de los pacientes, existe la posibilidad de efectos rebote, de abuso potencial, y de efectos adversos. Desde que en 1937 se descubrieron los efectos calmantes de las anfetaminas sobre la hiperactividad, se han realizado estudios controlados que han documentado la eficacia del tratamiento estimulante en niños hiperactivos. Drogas estimulantes que potencian la actividad dopamínica, como el metilfenidato, la pemolina y las anfetaminas, son importantes en el tratamiento del TDAH, mejoran los síntomas de una forma dosis-dependiente, también mejoran la autoestima y el funcionamiento tanto académico como ocupacional (Toone B. and Van Der-Linden G. 1997). Ha sido reportada la utilidad de la d.anfetamina en el tratamiento de atención deficitaria, en niños con trastornos profundos del desarrollo sin empeorar los síntomas del trastorno (Geller B. et al. 1981, citados por Rogeness G. 1983). En estudios realizados por Van Kammen, 107 pacientes esquizofrénicos que recibieron anfetaminas, no evidenciaron cambios en los síntomas psicóticos, 81 pacientes señalaron mejoría clínica (Van Kammen et al. 1980). En otra investigación realizada por el mismo autor, se encontraron cambios heterogéneos en 45 pacientes esquizofrénicos a los que se les administró d.anfetamina, 18 pacientes empeoraron, 14 pacientes no cambiaron, 13 pacientes mejoraron. (Van Kammen D. et al. 1982). Se ha demostrado que algunos pacientes depresivos responden a d.anfetamina con una elevación del humor (Silberman E. et al. 1981). La respuesta humoral a la d.anfetamina, aparece correlacionada con una respuesta favorable al tratamiento con imipramina, y a bajos niveles de MHPG urinario previos al tratamiento. Baja respuesta a la d.anfetamina, aparece correlacionada con una respuesta favorable a amitriptilina y a niveles altos de MHPG. La elevación transitoria del humor, en respuesta a anfetaminas o a metilfenidato ocurre en una proporción substancial de sujetos normales. Parece ser más frecuente en hombres jóvenes, y menos frecuente en mujeres ancianas, con un alto grado de variación individual en las respuestas. Los hallazgos de los autores, concernientes a predicción de respuesta al tratamiento, no pueden considerarse demostrativos del valor para seleccionar un antidepresivo específico (Brown P. and Brawley P. 1983). Las propiedades estimulantes del humor y alterantes psicomotores de las anfetaminas, le dan particular interés como potencialmente terapéuticas en pacientes depresivos. La administración IV de d.anfetamina en un grupo de depresivos endógenos, produjo marcado incremento en activación psicomotora y en el recuerdo de material emocionalmente importante. Las anfetaminas también se han relacionado con mejoría en items de escalas psiquiátricas vinculadas a depresión ansiosa y a alteraciones paranoides. Los pacientes depresivos señalaron mayor elación siguiente a la administración de anfetaminas. Los pacientes bipolares exhibieron una tendencia significativamente mayor a responder con euforia que los monopolares. La diversidad de las respuestas y la independencia de las dimensiones de las respuestas individuales, determinaron la heterogeneidad de la literatura sobre anfetaminas. Estudios han demostrado respuestas similares en activación y elevación del humor, así como variabilidad considerable de respuestas individuales en voluntarios no depresivos. Pacientes bipolares respondieron más frecuentemente con euforia incrementada que los unipolares, no hubo diferencias significativas entre los dos grupos en otros aspectos como activación o depresión. Lo que sugiere que la respuesta anfetamínica puede depender de predisposiciones biológicas y de personalidad. Hay datos que soportan el concepto de una vulnerabilidad subyacente en pacientes esquizofrénicos comparados con pacientes depresivos. Estudios han señalado, que pacientes depresivos quienes no evidencian respuesta antidepresiva con anfetaminas, pueden ser distintos electrofisiológicamente, y que factores genéticos pueden ser importantes al determinar respuestas de anfetaminas, independientemente de los niveles de éstas en sangre (Silberman E. et al. 1981). Bulimia nerviosa es una condición en la que el paciente sucumbe a la necesidad de comer en exceso. Durante el episodio bulímico, gran cantidad de alimento de alto valor calórico es ingerido de forma rápida. Metilanfetamina IV ha reducido notablemente la ingesta alimenticia en pacientes bulímicos, además ha producido euforia, disminución del apetito, incremento de la vigilia. La metilendioxi-meta-anfetamina (MDMA) (éxtasis) puede aliviar los síntomas de los desórdenes de estrés post-traumático (DSPT) en pacientes resistentes a otros tratamientos sin efectos secundarios graves (Mrthoefer MC, Wagner MT 2010). DOSIFICACIÓN: La dosis de dextroanfetamina es de 5 a 15 mg cada 3 a 4 horas, o de 20 a 45 mg/día. Existen fórmulas de liberación sostenida. La dosis de anfetamina puede variar desde 10 a 90 mg/día. La dosis de 10 mg es activa. Dosis activa de dexanfetamina 5 mg. Dosis activa de metanfetamina 3 mg. CONTRAINDICACIONES: El uso de psicoestimulantes tiene las siguientes contraindicaciones: glaucoma, patología cardiovascular, hipertiroidismo, hipertensión arterial, síntomas psicóticos. En pacientes con antecedentes de abuso de sustancias, si se decide el uso la medicación debe ser administrada bajo la responsabilidad y control de otra persona. Los psicoestimulantes no deben ser usados junto con IMAO. Pacientes con tics, ansiedad intensa, antecedentes personales o familiares de enfermedad de Gilles de la Tourette, tienen contraindicado el uso de psicoestimulantes. Pacientes con convulsiones no deben usar psicoestimulantes a menos que sea bajo la autorización de un neurólogo (Wikinski S. Jufe G.2006). Lisdexanfetamina LDX es una prodroga anfetamina aprobada para niños y adultos con TDAH. Se ha señalado que mejora la lectura así como la ejecución en adultos y niños. No tiene efectos sobre el sueño (Kollins S. 2010). |
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