historia de alemania :
La Revolución de 1820 en las potencias absolutistas europeas
Aunque ya hemos comentado que la mayor parte de las Revoluciones de 1820 sucedieron en el sur del continente europeo, lo cierto es que también hubo protestas y movimientos en Alemania, Reino Unido, Francia y Rusia. Lógicamente, estos no llegaron tan lejos como los de España, Grecia,Portugal e Italia, pero cabe destacar que fueron importantes en la creación de esa conciencia común que desembocaría en las posteriores revueltas de 1830 y 1848.
Alemania fue la primera zona en expresarse contra la nueva situación política europea, aunque no fueron movimientos lo suficientemente fuertes como para llegar a causar revoluciones de un tamaño remarcable. El nacionalismo alemán, gracias al romanticismo en las artes, se expandió por todos las naciones integrantes de la Confederación Germánica. Se pretendía lograr la unificación de todos los reinos y principados bajo una misma nación. En 1818 se produjeron varias manifestaciones estudiantiles de carácter liberal y nacionalistas.
Tan solo un año más tarde, el canciller austríaco Metternich prohibió las manifestaciones estudiantiles, impuso un sistema de censura a las publicaciones y ordenó la vigilancia de las universidades. En otras palabras, intentó reprimir con fuerza el sentimiento nacionalista y liberal alemán. Lo logró hasta 1830.
El Reino Unido era probablemente la potencia más avanzada de todas las que asistieron al Congreso de Viena. Pero aún con todo, también tuvo movimientos y protestas. En este caso fueron movimientos radicales que buscaban una transformación de la democracia de la monarquía parlamentaria británica. La forma en la que se reprimieron estas reivindicaciones fue brutal y tuvo un lugar concreto donde sucedió: el St. Peter’s Field (Manchester). Allí fueron asesinadas 15 personas y entre 400 y 700 fueron heridas.
Francia, cuna de todos los movimientos liberales de finales del siglo XVIII, se encontraba en el siglo XIX siendo el centro del absolutismo europeo. Fueron los encargados de terminar con el Trienio Liberal en España y los grupos ultramonárquicos estaban a la orden del día. El duque de Richelieu y Jean-Baptiste de Villèle limitaron las libertades civiles hasta un punto similar al Antiguo Régimen.
La población, especialmente los liberales, no podían hacer demasiado. Por eso se fomentó la creación de las sociedades secretas. Los carbonarios surgieron en Francia, de la misma forma en la que lo habían hecho en Piamonte y en Nápoles. Sin embargo, todos sus intentos de insurrección fueron abortados por los monárquicos y no consiguieron provocar un levantamiento general.
Rusia fue el último país al que se extendieron las Revoluciones de 1820. Todo sucedió tras la muerte del zar Alejandro I el 1 de diciembre de 1825. En ese momento, los oficiales liberales rusos, entre los que se encontraban Muraview y Pestel, se sublevaron para que el heredero fuera Constantino en lugar de Nicolás, quien tenía fama de reaccionario absolutista.
Pero Constantino renunció al trono y el 26 de diciembre se produjo una revolución por parte de los liberales dentro del ejército que querían evitar el ascenso de Nicolás I. La falta de organización y la improvisación provocó la derrota de los liberales, que fueron reprimidos con mucha dureza.
De todas las potencias, el único movimiento que sería más importante en el futuro, sería el nacionalismo alemán. Gracias a él, Prusia conseguiría su ansiada unificación, desbaratando así los planes de Metternich y de los dirigentes del Imperio Austríaco. Pero la semilla del liberalismo que se sembró en el resto de los países florecería con el paso de los años, causando nuevos movimientos y conspiraciones que provocarían las revueltas de 1830 y 1848.
La historia de Berlín
De asentamiento a ciudad
Los primeros dos asentamientos del Berlín actual eran Cölln, en la actual isla de los museos y Berlín, en la orilla norte del río Spree. Ambos asentamientos fueron fundados en el siglo XIII: Cölln fue mencionada por primera vez el 28 de octubre de 1237. Esta fue la fecha adoptada para el día de la fundación de Berlín. En el año 1307 Cölln y Berlín se unieron creando así una única ciudad.
Después de algunos disturbios Federico II declaró en 1451 esta doble ciudad como su residencia. Después de que Berlín sufriera incendios, peste y guerra Feredico Guillermo ayudó a la promoción de Berlín durante su reinado (1640-1688). En esa época se construyó en Berlín un fuerte y suntuosas calles como por ejemplo la actual calle “Unter den Linden“ (Bajo los tilos)
Capital y crecimiento arrasante
En 1701 después de la autoproclamación del elector Federico III a rey Federico I de Prusia, la ciudad ascendió a corte y ciudad capital. En esa época se levantaron innumerables contrucciones famosas. Bajo el reinado del rey Feredico Guillermo I (El “rey de los soldados“) y después del rey Federico II (Federico el Grande) Berlín se convirtió de 1740 a 1786 en una de las ciudades industriales líderes de Prusia.
Feredico el Grande ordenó construir nuevas obras arquitectónicas bajo la dirección del arquitecto Knobelsdorff. El número de habitantes ascendió a 150.000. Sobretodo en el reinado de Feredico el Grande se impulsaron la ciencia, la investigación, el arte y la cultura. Berlín se convirtió en el centro de la Ilustración alemana.
Entre 1806 y 1808 las tropas de Napoleón ocuparon la ciudad. En 1814 con la victoria de la “batalla del pueblo“, la Cuádriga, que había sido tomada por Napoleón, fue vuelta a poner sobre la puerta de Bandeburgo. En las décadas siguientes se construyeron lujosas construcciones arquitectónicas del clasisismo, obra del arquitecto Schinkel y artísticos jardines de Lenné. Desde mediados del S. XIX, Berlín tuvo un gran progreso económico y la población creció enormemente.
Capital del Imperio alemán
En 1871, cuando se fundó el Imperio Alemán, Berlín contaba con 800.000 habitantes. Guillermo I, rey de Prusia de 1861 a 1888, fue coronado como emperador de Alemania. Berlín se convirtió en la capital del Imperio Alemán y en 1895 contaba con un millón y medio de habitantes. De 1888 a 1918 reinó el último emperador alemán Guillermo II quien fue exiliado después de la Primera Guerra Mundial en 1918.
La terrible derrota de la Primera Guerra Mundial en 1918 llevó al imperio y a su capital a una profunda crisis, en la cual se proclamó la República. Pese a las condiciones económicas y a las revueltas revolucionarias hubo un florecimiento cultural en los años 20. Berlín se volvió el centro de los “Golden Twenties“ (los dorados años 20) gracias a las innovadoras escenificaciones teatrales, a los grandiosos estrenos de películas, al Music-Hall y a su incomparable vida nocturna.
En 1933 Adolf Hitler tomó el poder. Bajo su mandato comenzaron las persecuciones a los judíos, comunistas, homosexuales, oposición y otros grupos de gente. Uno de los capítulos más oscuros de la historia había comenzado. En 1936 se celebraron los XI Juegos Olímpicos de verano en Berlín y sólo unos pocos imaginaban la melomanía de Hitler.
El 1 de septiembre de 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, Berlín contaba con 4,5 millones de habitantes. Los bombardeos aéreos que comenzaron en 1941 se cobraron hasta la fecha de la recapitulación, el 8 de mayo de 1945, a un tercio de la población y un sin número de pérdidas materiales.
Reconstrucción y Reparto
Después del terror de la dictadura nazi y el final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, Berlín estaba en ruinas y su población reducida hasta la mitad. La ciudad fue dividida entre la Unión Soviética (Este), los Estados Unidos de América (Suroeste), Gran Bretaña (Oeste) y Francia (Noroeste).
A partir del 25 de junio de 1948, las tres partes occidentales fueron bloqueadas por el sector soviético. Los Aliados ayudaron a la ciudad por aire a través de las llamadas “Rosinenbombern“ con las cuales se levantó el bloqueo el 12 de mayo de 1949.
Con la fundación de la República Democrática Alemana el 7 de octubre de 1949, Berlín oriental se convirtió en la capital de la naciente república. El gobierno de la RDA se trasladó entonces a la parte este de la ciudad. No obstante, los berlineses podían circular sin problemas a la parte oeste para acudir a sus trabajos.
La construcción del Muro el 13 de agosto de 1961 selló la división de Berlín. A partir de este momento se prohibió a los habitantes del este de la ciudad viajar a la parte oeste. Poco después de la visita de John F. Kennedy en el año 1963 se cerró un pacto para poder cruzar la frontera. Por aquel entonces, la estación Friedrichstraße desempeñó un papel importante con su gran sala de espera, hoy en dia el llamado “Tränenpalast“ (Palacio de las lágrimas)
Caída del Muro y reunificación
El 9 de noviembre de 1989 se abrió el muro de manera un poco inesperada después de que durante seis meses los ciudadanos de la RDA huyeran por Hungría y la URSS. ¡Toda la ciudad celebró la caída del muro! Los ciudadanos de la antigua RDA pudieron volver a moverse libremente.
Con la reunificación de Alemania el 3 de octubre de 1990 Berlín volvió a ser la capital de Alemania. Desde 1999 el gobierno trasladó su sede de Bonn a Berlín convirtiéndose ésta última en el centro político de Alemania. Desde el 19 de abril de 1999 el parlamento se reune en la sede diseñada por Sir Norman Foster, quien basó su diseño en el antiguo Parlamento.
Su cúpula de vidrio se ha vuelto una atracción para los turistas de todo el mundo. En enero del año 2000 con motivo del festival de cine "Berlinale" se inauguró el Sony Center completando así el nuevo centro de Berlín en la Potsdamer Platz.
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