viernes, 10 de abril de 2015

zoología


«Anatomía de las aves»

Una quilla en la anatomía de las aves es una extensión del esternón (hueso del pecho). La quilla recorre longitudinalmente a lo largo de la línea media del esternón y se extiende hacia fuera, perpendicular al plano de las costillas. La quilla provee un anclaje por cada lado para los músculos del vuelo, pectorales y supracoracoideos, que bajan y suben las alas respectivamente. La quilla no existe en todas lasaves, en particular algunas aves no voladoras carecen de esta estructura.
Históricamente, la presencia o ausencia de una estructura de quilla pronunciada fue usada para una clasificación amplia de las aves en dos cladosCarinatae (de carina, quilla) que tienen una quilla pronunciada; y ratites (del latín ratis, "balsa" referido a la forma aplanada del esternón) que tienen una estructura de quilla sutil o carecen por completo de ella. Sin embargo, esta clasificación ha caído en desuso a medida que los estudios evolutivos han demostrado que todas las aves no voladoras evolucionaron de aves voladoras. La definición actual de Carinatae incluye ahora todos los taxones de aves modernas.





Los sacos aéreos son órganos que poseen las aves, que se llenan y vacían de aire con cada inspiración y espiración. En ellos no hay intercambio gaseoso; este trabajo, que consiste en retener el oxígeno y expulsar el dióxido de carbono, lo realizan los pulmones. Sus funciones son aumentar la ligereza del ave, ayudar en la respiración y evitar un aumento excesivo de la temperatura causado por el vuelo.
Los sacos aéreos permiten un flujo unidireccional del aire, haciendo que, en el sistema respiratorio de las aves, éste tenga un mayor contenido en oxígeno que el aire de los pulmones de los mamíferos.
Los sacos aéreos poseen unas paredes muy finas con epitelio escamoso, rodeadas de unos pocos vasos sanguíneos. Son dilataciones de la membrana bronquial que se extienden por el cuerpo como una especie de prolongación de los pulmones y penetran algunos huesos y órganos. Están unidos a los pulmones por unos tubos delgados.
El número de sacos puede variar de siete a catorce, aunque la mayoría de las aves tienen nueve sacos aéreos: uno interclavicular, dos cervicales, dos en la zona anterior del tórax, dos en la posterior y dos abdominales.
Dichos sacos permiten a las aves captar más aire del que captamos los mamíferos, permitiendo que los parabronquios estén continuamente intercambiando gases, haciendo muy eficiente su respiración. Además, están conectados por los huesos neumáticos (llenos de aire) lo que facilita el vuelo al haber menos peso relativo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario