«Células de la sangre»
Los eritroblastos son células eritropoyéticas. En humanos, el proceso de producción de eritrocitos o glóbulos rojos pasa por varios estados eritroblásticos.
En la línea de eritropoyesis, el primer eritroblasto presente en humanos (que proviene del proeritroblasto) se denomina eritroblasto basófilo. Este eritroblasto es pequeño, de unas 12 micras, y posee un citoplasma basófilo debido a la presencia de abundantesribosomas encargados de sintetizar la hemoglobina (la proteína que transporta el oxígeno). El eritroblasto basófilo capta ferritina de la sangre por pinocitosis para aumentar su contenido en hierro.
Del eritroblasto basófilo se diferencia el eritroblasto policromatófilo cuando su contenido de hemoglobina pasa a ser muy alto. Esto sucede porque esta proteína es ácidófila y enmascara la afinidad por tintes básicos de los ribosomas. Su cromatina está más condensada que en estados anteriores.
El siguiente estado en la transformación es el eritroblasto ortocromático, eritroblasto ortocromatófilo o normoblasto. Puesto que los eritrocitos son acidófilos por definición, el prefijo de estos eritroblastos incide en que ya poseen esta característica acidofilia. Esta modificación se debe a una menor presencia de ribosomas, porque ya no se requiere una síntesis de hemoglobina activa.
El normoblasto sufre la pérdida del núcleo (que es fagocitado por macrófagos) dando lugar al reticulocito o eritrocito inmaduro. Tras unos días de maduración en la médula ósea finalmente la abandona entrando en el torrente sanguíneo y pasando a ser un eritrocitomaduro.
En vertebrados no mamíferos la pérdida del núcleo no siempre sucede, manteniéndose por tanto eritrocitos nucleados en el torrente sanguíneo.
Eritropoyesis.
En condiciones normales la serie eritroblástica importa entre un 30 y 35 % de los elementos nucleados de la médula ósea. La secuencia madurativa de esta serie se inicia con el proeritroblasto, el cual da origen al eritroblasto basófilo, éste al eritroblasto policromático y aleritroblasto ortocromático.
Los cambios morfológicos que se experimentan durante su maduración se caracterizan por una notable disminución del tamaño nuclear de los eritroblastos, con condensación progresiva de la cromatina y desaparición de los nucleolos. El citoplasma evoluciona perdiendo la intensa basofilia propia de los estadios más jóvenes, y adquiere la acidofilia típica que le proporciona la hemoglobina en los estadios más maduros.
Una vez finalizada la maduración del eritroblasto ortocromático, el núcleo, expulsado de la célula por un mecanismo no del todo conocido, es posteriormente fagocitado por las células del sistema mononuclear fagocítico de la médula ósea. Con la pérdida del núcleo, el eritroblasto ortocromático se transforma en reticulocito, elemento anucleado que todavía posee cierta capacidad de síntesis de RNA, proteínas y hemoglobina, gracias a la persistencia de algunas mitocondrias, ribosomas y restos de reticuloendoplasma. A medida que el reticulocito madura va perdiendo retículo granulofilamentoso hasta transformarse en un hematíe o eritrocito maduro, desprovisto de él. El reticulocito permanece algunos días en la médula ósea, pasando luego a sangre periférica, donde persiste durante 24 horas y finaliza su maduración. El tiempo que tarda en madurar el proeritroblasto a reticulocito es de 3-4 días.
El hierro, imprescindible para la síntesis hemoglobínica es captado por los eritroblastos a través de diversos mecanismos, entre los que destaca el fenómeno de la rofeocitosis. Este metal se acumula en el interior de los eritroblastos en forma de inclusiones constituidas por varias moléculas de ferritina rodeadas de una membrana, que reciben el nombre de siderosomas. A nivel óptico y con la tinción de Perls, los siderosomas aparecen como pequeños gránulos de tonalidad verde-azulada, localizados en el citoplasma de los eritroblastos. Los eritroblastos que contienen moléculas de ferritina se denominan sideroblastos. Opticamente los sideroblastos corresponden, por regla general, a eritroblastos en estadios madurativos avanzados (eritroblastos policromáticos u ortocromáticos); sin embargo, a nivel estructural se ha comprobado que todos los eritroblastos, incluso los elementos más jóvenes de la serie, pueden contener moléculas citoplasmáticas de ferritina, cuya demostración ultraestructural es básica para la filiación eritroide de una célula determinada.
El proeritroblasto es la célula más inmadura de la serie roja capaz de ser identificada ópticamente como tal. Su tamaño es grande con un núcleo redondo central de gran talla que ocupa la mayor parte de la célula, por lo que la relación nucleocitoplasmática es elevada. La cromatina muestra una estructura finamente reticulada, y posee uno o dos nucleolos mal limitados. El citoplasma es intensamente basófilo debido a su gran riqueza en polirribosomas, y queda reducido a una delgada franja perinuclear en la que se aprecia una zona más clara, de forma semilunar, que corresponde al centrosoma de la célula. En ocasiones presenta unas protusiones citoplasmáticas a modo de casquetes bastante característicos de este estadio madurativo. El eritroblasto basófilo es una célula de menor tamaño que posee un núcleo central con cromatina algo más madura. El citoplasma todavía tiene un color basófilo intenso. La relación nucleocitoplasmática disminuye progresivamente debido al rápido descenso del tamaño nuclear. El eritroblasto policromático tiene un tamaño inferior y un núcleo redondo y central, cuya cromatina está fuertemente condensada. La relación nucleocitoplasmática alcanza el 25%. El citoplasma, en el que se ha iniciado poco a poco la síntesis hemoglobínica, va perdiendo basofilia y adquiere una tonalidad gris rosada, acidófila. Es la última célula eritroblástica con capacidad mitótica. El eritroblasto ortocromático tiene un tamaño pequeño con núcleo intensament picnótico y cromatina muy condensada de aspecto homogéneo. El citoplasma muy acidófilo va aumentando su contenido hemoglobínicohasta adquirir la tonalidad propia del hematíe maduro. Este eritroblasto puede sintetizar proteinas y hemoglobina. El núcleo, una vez finalizada su maduración, es expulsado de la célula por un mecanismo no del todo conocido, siendo éste posteriormente fagocitado por las células del sistema mononuclear fagocítico de la médula ósea.
Con la pérdida del núcleo el eritroblasto ortocromático se transforma en reticulocito, elemento anucleado que todavía posee cierta capacidad de síntesis de RNA, proteínas y hemoglobina, gracias a la persistencia de algunas mitocondrias, ribosomas y restos de reticuloendoplasma. Su tamaño es algo superior al del hematíe maduro (8-9 um), y conserva un cierto grado de basofilia (policromatofilia). Tras la tinción vital con azul de metileno o azul de toluidina se objetiva en su interior una sustancia reticulada granulo-filamentosa, que no es más que la precipitación del colorante sobre restos de ribosomas, RNA mensajero y otras organelas celulares. A medida que el reticulocito madura, va perdiendo el retículo granulofilamentoso hasta transformarse en hematíe maduro, desprovisto del mismo. El reticulocito permanece algunos días en la médula ósea, pasando luego a sangre periférica, donde persiste 24 horas y finaliza su maduración. El tiempo que tarda en madurar el proeritorblasto a reticulocito es de 3-4 días. El recuento del número de reticulocitos en sangre periférica es un dato muy útil para establecer el índice de efectividad global de la eritropoyesis y determinar el origen central o periférico de una anemia, así como para enjuiciar el carácter regenerativo o arregenerativo de los síndromes anémicos. Los valores normales de los reticulocitos en sangre periférica oscilan entre 35 y 75 x 109/l. Valores inferiore indican una eritropoyesis insuficiente. El hematíe o eritrocito es el elemento más maduro de la eritropoyesis. Su misión fundamental es la captación de oxígeno y su transporte a los tejidos. Los eritrocitos son elementos anucleados, de color rosado y de forma redondeada u oval, con una depresión o zona más clara en el centro.
Los cambios morfológicos que se experimentan durante su maduración se caracterizan por una notable disminución del tamaño nuclear de los eritroblastos, con condensación progresiva de la cromatina y desaparición de los nucleolos. El citoplasma evoluciona perdiendo la intensa basofilia propia de los estadios más jóvenes, y adquiere la acidofilia típica que le proporciona la hemoglobina en los estadios más maduros.
Una vez finalizada la maduración del eritroblasto ortocromático, el núcleo, expulsado de la célula por un mecanismo no del todo conocido, es posteriormente fagocitado por las células del sistema mononuclear fagocítico de la médula ósea. Con la pérdida del núcleo, el eritroblasto ortocromático se transforma en reticulocito, elemento anucleado que todavía posee cierta capacidad de síntesis de RNA, proteínas y hemoglobina, gracias a la persistencia de algunas mitocondrias, ribosomas y restos de reticuloendoplasma. A medida que el reticulocito madura va perdiendo retículo granulofilamentoso hasta transformarse en un hematíe o eritrocito maduro, desprovisto de él. El reticulocito permanece algunos días en la médula ósea, pasando luego a sangre periférica, donde persiste durante 24 horas y finaliza su maduración. El tiempo que tarda en madurar el proeritroblasto a reticulocito es de 3-4 días.
El hierro, imprescindible para la síntesis hemoglobínica es captado por los eritroblastos a través de diversos mecanismos, entre los que destaca el fenómeno de la rofeocitosis. Este metal se acumula en el interior de los eritroblastos en forma de inclusiones constituidas por varias moléculas de ferritina rodeadas de una membrana, que reciben el nombre de siderosomas. A nivel óptico y con la tinción de Perls, los siderosomas aparecen como pequeños gránulos de tonalidad verde-azulada, localizados en el citoplasma de los eritroblastos. Los eritroblastos que contienen moléculas de ferritina se denominan sideroblastos. Opticamente los sideroblastos corresponden, por regla general, a eritroblastos en estadios madurativos avanzados (eritroblastos policromáticos u ortocromáticos); sin embargo, a nivel estructural se ha comprobado que todos los eritroblastos, incluso los elementos más jóvenes de la serie, pueden contener moléculas citoplasmáticas de ferritina, cuya demostración ultraestructural es básica para la filiación eritroide de una célula determinada.
El proeritroblasto es la célula más inmadura de la serie roja capaz de ser identificada ópticamente como tal. Su tamaño es grande con un núcleo redondo central de gran talla que ocupa la mayor parte de la célula, por lo que la relación nucleocitoplasmática es elevada. La cromatina muestra una estructura finamente reticulada, y posee uno o dos nucleolos mal limitados. El citoplasma es intensamente basófilo debido a su gran riqueza en polirribosomas, y queda reducido a una delgada franja perinuclear en la que se aprecia una zona más clara, de forma semilunar, que corresponde al centrosoma de la célula. En ocasiones presenta unas protusiones citoplasmáticas a modo de casquetes bastante característicos de este estadio madurativo. El eritroblasto basófilo es una célula de menor tamaño que posee un núcleo central con cromatina algo más madura. El citoplasma todavía tiene un color basófilo intenso. La relación nucleocitoplasmática disminuye progresivamente debido al rápido descenso del tamaño nuclear. El eritroblasto policromático tiene un tamaño inferior y un núcleo redondo y central, cuya cromatina está fuertemente condensada. La relación nucleocitoplasmática alcanza el 25%. El citoplasma, en el que se ha iniciado poco a poco la síntesis hemoglobínica, va perdiendo basofilia y adquiere una tonalidad gris rosada, acidófila. Es la última célula eritroblástica con capacidad mitótica. El eritroblasto ortocromático tiene un tamaño pequeño con núcleo intensament picnótico y cromatina muy condensada de aspecto homogéneo. El citoplasma muy acidófilo va aumentando su contenido hemoglobínicohasta adquirir la tonalidad propia del hematíe maduro. Este eritroblasto puede sintetizar proteinas y hemoglobina. El núcleo, una vez finalizada su maduración, es expulsado de la célula por un mecanismo no del todo conocido, siendo éste posteriormente fagocitado por las células del sistema mononuclear fagocítico de la médula ósea.
Con la pérdida del núcleo el eritroblasto ortocromático se transforma en reticulocito, elemento anucleado que todavía posee cierta capacidad de síntesis de RNA, proteínas y hemoglobina, gracias a la persistencia de algunas mitocondrias, ribosomas y restos de reticuloendoplasma. Su tamaño es algo superior al del hematíe maduro (8-9 um), y conserva un cierto grado de basofilia (policromatofilia). Tras la tinción vital con azul de metileno o azul de toluidina se objetiva en su interior una sustancia reticulada granulo-filamentosa, que no es más que la precipitación del colorante sobre restos de ribosomas, RNA mensajero y otras organelas celulares. A medida que el reticulocito madura, va perdiendo el retículo granulofilamentoso hasta transformarse en hematíe maduro, desprovisto del mismo. El reticulocito permanece algunos días en la médula ósea, pasando luego a sangre periférica, donde persiste 24 horas y finaliza su maduración. El tiempo que tarda en madurar el proeritorblasto a reticulocito es de 3-4 días. El recuento del número de reticulocitos en sangre periférica es un dato muy útil para establecer el índice de efectividad global de la eritropoyesis y determinar el origen central o periférico de una anemia, así como para enjuiciar el carácter regenerativo o arregenerativo de los síndromes anémicos. Los valores normales de los reticulocitos en sangre periférica oscilan entre 35 y 75 x 109/l. Valores inferiore indican una eritropoyesis insuficiente. El hematíe o eritrocito es el elemento más maduro de la eritropoyesis. Su misión fundamental es la captación de oxígeno y su transporte a los tejidos. Los eritrocitos son elementos anucleados, de color rosado y de forma redondeada u oval, con una depresión o zona más clara en el centro.
Glóbulos rojos: función, producción
Las células sanguíneas denominadas eritrocitos o glóbulos rojos tienen como función principal el transporte de oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos. Esta función pueden cumplirla gracias a la presencia de la hemoglobina, la que tiene la capacidad de ligar el oxígeno y transportarlo hacia los tejidos por medio del torrente circulatorio.
Los glóbulos rojos normales son discos bicóncavos de un diámetro aproximado de 8 micras y un espesor de 2 micras, el que es menor en el centro. El volumen medio de los glóbulos rojos es de 83 micras cúbicas. Los eritrocitos presentan una gran capacidad de deformación; por lo tanto, su forma puede cambiar cuando atraviesan las paredes de los capilares.
Génesis de los glóbulos rojos
Los sitios de producción de los glóbulos rojos pueden variar, dependiendo de la edad del individuo. Así, en las primeras semanas embrionarias los glóbulos rojos se producen en el saco vitelino. El hígado, el bazo y los ganglios linfáticos asumen la producción en el segundo trimestre del embarazo. Al final del embarazo y a partir del nacimiento, la producción de glóbulos rojos se desarrolla en la médula ósea.
Hasta los cinco años de edad, la médula ósea de todos los huesos produce glóbulos rojos. A partir de los 20 años, la médula de los huesos largos ya no produce eritrocitos, los que se producen en la médula de los huesos membranosos como las vértebras, esternón, costillas y huesos ilíacos.
En la médula ósea existe una población de células denominadas células madre pluripotenciales, de las cuales se puede formar cualquier tipo de célula sanguínea. El número de estas células disminuye con la edad, pero se reproducen durante toda la vida de la persona. También existe otra población, denominada células madre unipotenciales, que es capaz de formar un tipo particular de célula, ya sea los eritrocitos o los leucocitos.
En la línea de producción de los glóbulos rojos, a partir de la célula madre unipotencial se origina el proeritroblasto, la primera célula que se puede reconocer como perteneciente a la serie de los eritrocitos. Esta célula se divide varias veces y puede originar entre 8 y 16 eritrocitos maduros. Posteriormente se obtienen los eritroblastos basófilos, con bajo contenido de hemoglobina. De aquí se originan los eritroblastos policromáticos, con una cantidad mayor de hemoglobina. En virtud de una nueva división y por la formación de grandes cantidades de hemoglobina, se obtienen los eritroblastos ortocromáticos, los que posen una coloración roja. Posteriormente, el citoplasma de estas células se llena con hemoglobina hasta una concentración de 34%, el núcleo se condensa y la célula es expulsada. Esta célula, que se denomina reticulocito, posee una cantidad pequeña de material basófilo constituido por residuos del aparato de Golgi, mitocondrias y algunos organelos citoplasmáticos. El material basófilo desaparece en uno o dos días y estamos frente a un eritrocito maduro. La concentración de reticulocitos en la sangre es poco menor de 1%. Los glóbulos rojos producidos duran en la circulación aproximadamente 120 días, luego de los cuales son destruidos por el sistema reticuloendotelial.
Entre los factores que regulan la producción de eritrocitos están las situaciones siguientes.
1. Anemia. Cuando existe esta patología a consecuencia de hemorragias o cualquier otra causa, se disminuye la cantidad de oxígeno transportada a los tejidos y la médula ósea reacciona produciendo grandes cantidades de glóbulos rojos.2. Grandes alturas. Aquí la cantidad de oxígeno en el aire está disminuida, por lo tanto el transporte de oxígeno a los tejidos es insuficiente y los glóbulos rojos se producen rápidamente, aumentando su número.3. Patologías. La insuficiencia cardíaca prolongada y algunas enfermedades pulmonares pueden originar que disminuya el volumen de sangre que pasa por los vasos periféricos, o bien que se dificulte la absorción de oxígeno por la sangre cuando atraviesa los pulmones. Esto origina situaciones de hipoxia que aumentan la producción de glóbulos rojos, pudiendo llegar a aumentar el hematocrito y el volumen total de sangre.
La producción de glóbulos rojos se encuentra estimulada por la hormona denominada eritropoyetina, en cuya ausencia las situaciones de hipoxia no estimulan la producción de eritrocitos. Esta hormona se forma principalmente en el riñón y en menor cantidad en el hígado. La eritropoyetina tiene por acción principal la estimulación de la producción de proeritroblastos a partir de las células eritropoyéticas madres en la médula ósea. La producción de eritropoyetina se inicia principalmente en situaciones de hipoxia, estimulando la producción de eritrocitos en cantidad suficiente para mejorar el transporte de oxígeno a los tejidos. Una vez que completa la cantidad de células para el transporte de oxígeno, la producción de eritropoyetina se detiene. En ausencia de eritropoyetina, la médula ósea produce muy pocos glóbulos rojos, y frente a un exceso de esta hormona la producción de glóbulos rojos puede llegar hasta 10 veces o más del valor normal.
Cuando la médula ósea produce glóbulos rojos con rapidez se liberan células a la sangre en sus formas inmaduras; por lo tanto el porcentaje de reticulocitos puede elevarse llegando a representar entre 30 y 50% del número total de eritrocitos. Con una elevación mayor de la velocidad de producción, aparece en la sangre circulante un alto número de eritroblastos.
Tradicionalmente se pensaba que los blastos eran las formas más inmaduras hematopoyéticas. Actualmente se sabe que los blastos son células con un grado de maduración intermedia. Los linfocitospequeños, tradicionalmente considerados maduros, son aproximadamente equivalentes, en grado de maduración a las CFC mieloides.
La característica funcional que marca la transición de CFC a blasto es el notable incremento en la síntesis proteíca; de hecho los blastos son las primeras células que poseen proteínas propias, de células maduras, que las identifican como pertenecientes a una linea celular determinada. Por ejemplo los “proeritroblastos” son las primeras células en la que se puede demostrar la presencia de cadenas de globinas , los megacarioblastos son las primeras células identificables que contienen diversos tipos de glicoproteínas plaquetarias; los mieloblastos son las primeras células que se identifica la enzima mieloperoxidasa; los monoblastos son los primeros elementos que muestran grandes cantidades de esterasas no específicas (por ejem.. alfa naftil-acetato esterasa).
La característica morfológica mas importante de los blastos es la cromatina fina (esto es la presencia de grumos finos o pequeños de un material azurófilo en el interior del núcleo); esta característica está íntimamente relacionada con la síntesis de proteínas.
La mayor parte de las células del organismo poseen en su núcleo 46 largas moléculas lineales de DNA. Durante la mitosis estas se desarrollan en forma muy compacta, las estructuras resultantes son los cromosomas. Después de la mitosis, durante la interfase, las moléculas quedan sola parcialmente enrolladas, estas zonas, más compactas, corresponden a la cromatina (las porciones desenrolladas son tan delgadas que no se observan con el microscopio de luz). Sin embargo las porciones desenrolladas son las partes con capacidad funcional ya que a partir de ellas se producen copias de RNAm que llevan al citoplasma la información para la síntesis de proteínas, los RNAt necesarios para la traducción genética, se copian también de éstas zonas.
Otro componente necesario para la síntesis de proteinas son los ribosomas, partículas observables solo con microscopio electrónico y componentes de RNAr y varias proteínas. El RNAr se forma también al copiarse ciertas partes del DNA. Las moléculas de RNAr deben sufrir algunas transformaciones y unirse con varias proteínas para formar el ribosoma, y durante este proceso se acumulan alrededor del DNA que les dio origen; estos cúmulos son los “nucleolos”.
Cuando los ribosomas terminan su maduración salen al citoplasma en donde se lleva a cabo la síntesis proteíca. Si los ribosomas son abundantes producen “basofilia” citoplasmática, pues aunque cada uno de ellos no se observa con el microscopio de luz, cuando estan presentes en gran cantidad fijan colorantes básicos como azul de metileno de las coloraciones de Romanowsky.
Tinciones de Romanowsky
Los colorantes de Romanowsky (Wrigth, Giemsa, Leishman, May Grünwald) son mezclas de 2 colorantes primarios, el Azul de metileno y la eosina. El azul de metileno (color azul), es un colorante básico, en las células se une a sustancias ácidas que se tiñen de color azul. Para fines prácticos el único ácido que se encuentra en la suficiente cantidad para ser identificado por la tinción en el RNAr. El ADN y los mucopolisacáridos ácidos, también abundantes, tienen esta característica tintorial.
La eosina es un colorante ácido, en las células se unen a las proteínas básicas que se observan de color naranja, dos ejem.. son: la Hb y la proteína básica de los eosinófilos.
Durante el proceso de maduración de los colorantes de Romanowsky, el azul de metileno se oxida dando lugar a colorantes secundarios. Los más importantes son los Azures de metileno, de color azul brillante, que son también colorantes metacromáticos. Cuando las moléculas de un colorante metacromático estan desordenados en una solución, el color observado es el natural (azul), sin embargo, cuando dichas moléculas se ordenan en el espacio muy juntas unas de otras forman un color distinto (Rojo).
Durante la tinción, si el Azur de metileno tiñe una sustancia cuyos sitios de unión con el colorante están ordenados en el espacio y muy cercanos unos a otros (sustancias metacromáticas), las moléculas quedan también ordenadas y se produce el fenómeno de metacromasia, es decir, la sustancia se tiñe de color violeta a rojo, dependiendo del grado de orden de las moléculas.
Los 2 componentes más importantes que siendo ácidos poseen esta cualidad metacromática, son el DNA y los mucopolisacáridos ácidos (glicosaminoglicanos), esta la razón por lo que la cromatina y las estructuras que poseen mucopolisacáridos se tiñen de color rojo a violeta. Si las moléculas de azur de metileno se fijan a estructuras ácidas cuyos sitios de unión para el colorante no se encuentran ordenadas (típicamente ribosomas) dichas sustancias se tiñen de color azul (no metacromático).
Serie Eritrocítica Normal.
Maduración:
Un proeritroblasto se divide formando 2 eritroblastos basófilos de 1ra. Generación que a su vez se divide formando 4 eritroblastos basófilos de 2ª. Generación ; estos a la vez dan origen a 8 eritroblastos policromatófilos de 1ª generación que forman 16 eritroblastos policromatófilos de 2ª. Generación . estos últimos ya no se dividen sino que maduran hacia el mismo número de eritroblastos ortocromáticos, estos al perder el núcleo forman los reticulocitos que finalmente dan origen a los eritrocitos o glóbulos rojos maduros.
Un proeritroblasto se divide formando 2 eritroblastos basófilos de 1ra. Generación que a su vez se divide formando 4 eritroblastos basófilos de 2ª. Generación ; estos a la vez dan origen a 8 eritroblastos policromatófilos de 1ª generación que forman 16 eritroblastos policromatófilos de 2ª. Generación . estos últimos ya no se dividen sino que maduran hacia el mismo número de eritroblastos ortocromáticos, estos al perder el núcleo forman los reticulocitos que finalmente dan origen a los eritrocitos o glóbulos rojos maduros.
Tamaño:
El tamaño celular disminuye a medida que progresa la maduración debido a que, aunque las células aumentan su volumen por síntesis de proteínas, cuando se dividen forman células de la mitad de volumen de la original.
El tamaño celular disminuye a medida que progresa la maduración debido a que, aunque las células aumentan su volumen por síntesis de proteínas, cuando se dividen forman células de la mitad de volumen de la original.
Características tintoriales:
Las células más inmaduras son más azules (basofilas) que las maduras, pues contienen mayor cantidad de ribosomas para síntesis de proteínas (sobre todo de globinas, en este caso). Los ribosomas, y por lo tanto la basofilia, disminuyen gradualmente hasta desaparecer por completo en el eritrocito maduro, que ya no sintetiza Hb.
Las células más inmaduras son más azules (basofilas) que las maduras, pues contienen mayor cantidad de ribosomas para síntesis de proteínas (sobre todo de globinas, en este caso). Los ribosomas, y por lo tanto la basofilia, disminuyen gradualmente hasta desaparecer por completo en el eritrocito maduro, que ya no sintetiza Hb.
La eosinofilia está presente desde el proeritroblasto pues en este se inicia la síntesis de cadenas globínicas, la eosinofília va aumentando a medida que se acumula más Hb en la célula.
- En el proeritroblasto y en el eritroblasto basófilo el citoplasma es azul por la gran cantidad de ribosomas aculta la escasa cantidad de Hb esosinófila.
- En el eritroblasto policromátófilo (el término significa “avidez” por varios colores), las cantidades de Hb y ribosomas son más o menos equivalentes en términos de tinción y el citoplasma se tiñe de gris, una mezcla de azul y naranja.
- En el eritroblasto ortocromático (de color “correcto”, similar al del eritrocito), aunque todavía existen ribosomas, la tinción impartida por estos es ocultada por la eosinofilia que resulta de la gran cantidad de Hb presente, lo mismo sucede en el reticulocito.
- El eritrocito ya no contien ribosomas y su tinción eosinófila es consecuencia solo de su contenido de Hb.
Núcleo:
El núcleo del proeritroblasto tiene cromatina fina y nucleolos, pues en esta etapa celular la necesidad de síntesis proteíca y por lo tanto de RNAm, RNAr y RNAr es máxima.
El núcleo del proeritroblasto tiene cromatina fina y nucleolos, pues en esta etapa celular la necesidad de síntesis proteíca y por lo tanto de RNAm, RNAr y RNAr es máxima.
A medida que procede la maduración la cromatina se va enrollando (condensando), es decir, los grumos que la componen se van haciendo más gruesos, la cromatina llega a un grado muy grande de compactación en el eritroblasto ortocromático, pues la necesidad de síntesis de RNAm, RNAt y RNAr ha disminuido.
NOTA: Una característica de los nucleos de los eritroblastos en condiciones normales, es que son casi perfectamente esféricos además la condensación de la cromatina es muy simétrica.
Características morfológicas de las células de la serie eritrocítica normal.
Proeritroblasto: son células grandes y poseen un núcleo que ocupa la mayor parte del diámetro celular, la cromatina es fina, los nucleolos, aunque presentes, no son muy prominentes, y el contorno nuclear es circular y el citoplasma es muy basófilo.
Eritroblasto basófilo: tienen características similares al proeritroblasto pero la cromatina se empieza a condensar simétricamente y ya no hay nucleolos.
Eritroblasto policromatófilo: la cromatina más condensada y citoplasma de color gris.
Eritroblasto ortocromático: de cromatina muy condensada y citoplasma color naranja.
Reticulocito: en el citoplasma del eritroblasto ortocromático se forma un anillo de contracción que empuja al núcleo hacia un lado, dividiéndose posteriormente la célula de manera asimétrica, por un lado queda la mayor parte del citoplasma, el nuevo reticulocito, y por el otro el núcleo con un pequeño anillo citoplasmático.
El reticulocito todavía posee algunos ribosomas distribuidos difusamente en su citoplasma; sin embargo la gran cantidad de Hb presente, que se tiñe con eosina, impide visualizar la escasa basofilia producida por los ribosomas.
El azul de cresilo brillante o el nuevo azul de metileno, son colorantes que simultáneamente tiñen y aglutinan a los ribosomas, aunque los ribosomas tienen un tamaño muy pequeño, los cúmulos de cientos o miles de ellos se observan como pequeños puntos o fibrillas basófilos. El retículo que da su nombre a la célula no existe en realidad, es un artificio útil que permite distinguir a los reticulocitos de los eritrocitos maduros.
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