la acción de las benzodiacepinas en el organismo y cómo se desarrollan los procesos de tolerancia y adicción. En el Capítulo II se trató el tema de la necesidad de reducir la dosis en forma lenta y gradual y se dieron ejemplos prácticos de reducción de las dosis. Este capítulo trata de lo que ocurre mientras las benzodiacepinas se van eliminando del organismo durante su reducción y después de la suspensión total de la ingestión. Principalmente, se trata el tema de los síntomas de abstinencia y de cómo afrontarlos si éstos se manifiestan.
Cabe recalcar que los síntomas de abstinencia se pueden reducir y en gran parte, hasta evitar, si la reducción de la dosis es lenta y si se la adapta a las necesidades personales, como se mencionó en el Capítulo II. A pesar de esto, algunas personas que consumen benzodiacepinas a largo plazo empiezan a sentir síntomas de "abstinencia" aunque sigan tomando la droga. Esto se debe al desarrollo del proceso denominado de tolerancia a la droga (Capítulo I o cual a veces hace que los mismos doctores aumenten la dosis o añadan otro tipo de benzodiacepina. El análisis del estudio llevado a cabo en los primeros 50 pacientes que se dirigieron a mi clínica para el tratamiento de adicción a las benzodiacepinas, demostraba que todos ellos ya tenían síntomas cuando se presentaron por primera vez mientras estaban tomando benzodiacepinas (12 de ellos estaban tomando al mismo tiempo dos tipos de benzodiacepinas que les habían sido recetadas). Esos síntomas comprendían una vasta gama de manifestaciones de tipo psicológico y físico, conocidos como síntomas de abstinencia de benzodiacepinas. En estos pacientes, el proceso de la lenta reducción de la dosis de benzodiacepinas provocó un leve aumento de esos síntomas, los cuales disminuyeron después de la suspensión total del fármaco.
La gente que tenía síntomas severos después de la suspensión de las benzodiacepinas generalmente había abandonado la droga demasiado rápidamente. La falta de explicaciones acerca de los síntomas a menudo incrementaba el malestar y provocaba miedos ("¿Me estaré volviendo loco?") y esto, de por sí, magnificaba los síntomas. A causa de estas experiencias que los asustaban, estos pacientes terminaron padeciendo de un trastorno similar al síndrome de estrés post-traumático ("post-traumatic stress disorder" o PTSD). Sin embargo, el comprender los motivos por los cuales puede surgir cualquiera de estos síntomas y la naturaleza de los mismos puede ayudar mucho a aliviar el desconcierto y el miedo asociados a la suspensión de las benzodiacepinas y además, puede ayudar a prevenir secuelas a largo plazo. Las reacciones provocadas por la suspensión del fármaco, en efecto, constituyen una respuesta normal a la interrupción de muchas drogas que se consumen de forma crónica, como el alcohol, los opiáceos, los antipsicóticos, los antidepresivos, e incluso algunos medicamentos indicados para la angina de pecho y para la hipertensión.
Mecanismos de reacción a la suspensión de la droga. Por lo general, las reacciones provocadas por la suspensión de la droga consisten en una imagen que refleja como en un espejo los efectos opuestos a los que la droga tenía al principio del tratamiento. En el caso de las benzodiacepinas, la interrupción improvisa después del consumo crónico puede hacer que la falta de sueños mientras se duerme sea reemplazada por insomnio o pesadillas; el relajamiento muscular por un aumento de tensión y espasmos musculares; la tranquilidad por ansiedad o pánico; los efectos anticonvulsivos por convulsiones epilépticas. Estas reacciones son provocadas por la abrupta exposición de los mecanismos de adaptación que se habían producido en el sistema nervioso como respuesta a la presencia crónica de la droga. La rápida suspensión del fármaco abre las compuertas, lo cual da como resultado una hiperactividad de rebote de todos los sistemas que habían sido atenuados por la presencia de las benzodiacepinas y que ahora ya no encuentran resistencia. Casi todos los mecanismos excitativos del sistema nervioso empiezan a funcionar "en sobremarcha" y hasta que no se producen nuevas formas de adaptación al estado en que se encuentran en ausencia de la droga, el cerebro y el sistema nervioso periférico permanecen en un estado de hiperexcitabilidad y son extremadamente vulnerables al estrés.
Síntomas de abstinencia de tipo agudo. El efecto más marcado de las benzodiacepinas es su efecto ansiolítico, por eso mismo nacieron y adquirieron importancia como tranquilizantes. Como resultado, casi todos los síntomas de abstinencia de tipo agudo son precisamente aquéllos que están relacionados con la ansiedad. Estos síntomas han sido descritos como manifestaciones que acompañaban los estados de ansiedad en personas que jamás habían tomado una benzodiacepina y que ya habían sido reconocidos como síntomas psicológicos y físicos relacionados con la ansiedad mucho antes que se descubrieran las benzodiacepinas. A pesar de esto, algunos grupos de síntomas son particularmente típicos de la suspensión de la ingestión de benzodiacepinas. Tales síntomas comprenden la hipersensibilidad a los estímulos sensoriales (los ruidos, la luz, las sensaciones táctiles, gustativas y olfativas) así como las distorsiones de la percepción, entre las cuales podemos citar como ejemplos la sensación de que el suelo se mueve con movimiento ondulante, las sensaciones de movimiento en general, la impresión de que las paredes o el suelo se inclinan, la sensación de caminar sobre algodón. También parece haber una incidencia más elevada de la que en general se había observado en los estados de ansiedad de fenómenos de despersonalización, sensación de irrealidad (desrealización), y de sensación de hormigueo o entumecimiento. Las alucinaciones, la distorsión de la imagen corporal (p. ej. "siento que mi cabeza es como una pelota de fútbol o como un globo"), la sensación de insectos andando por la piel, contracciones musculares y la pérdida de peso no son para nada inusuales durante la reducción y después de la suspensión de la ingestión de benzodiacepinas mientras que estas manifestaciones no son comunes en estados de ansiedad.
La Tabla 1 lista una serie de síntomas que los pacientes de mi clínica de desintoxicación describieron espontáneamente. Sin duda es una lista muy larga y probablemente no abarca toda la gama de síntomas que se pueden producir. Por supuesto, no todos los pacientes padecen de todos los síntomas y ninguno de los síntomas es inevitable. Los síntomas de abstinencia parecen identificar y dirigirse a los puntos más vulnerables del paciente: si éste es propenso al dolor de cabeza, las jaquecas se hacen más fuertes durante la reducción de la dosis y/o después de la suspensión; si tiene una cierta predisposición al "colon irritable", se pueden agravar los síntomas digestivos. Casi siempre, estos síntomas son pasajeros y se pueden minimizar. Si se comprende bien cuál es la causa que los desencadena, provocan menos miedo y parecen menos importantes o extraños. Además, los pacientes pueden aprender técnicas para aliviar o controlar muchos de estos síntomas: pueden hacer mucho para ayudarse a sí mismos.
TABLA 1. SINTOMAS DE ABSTINENCIA DE LAS BENZODIACEPINAS
SINTOMAS PSICOLOGICOS
Excitabilidad (agitación, inquietud)
Insomnio, pesadillas, otros trastornos del sueño
Aumento de la ansiedad, ataques de pánico
Agorafobia, fobia social
Distorsiones de la percepción
Despersonalización, desrealización
Alucinaciones, falsas percepciones
Depresión
Obsesiones
Ideas paranoicas
Rabia, agresividad, irritabilidad
Mala memoria y falta de concentración
Recuerdos intrusos
Antojos (poco comunes)
Excitabilidad (agitación, inquietud)
Insomnio, pesadillas, otros trastornos del sueño
Aumento de la ansiedad, ataques de pánico
Agorafobia, fobia social
Distorsiones de la percepción
Despersonalización, desrealización
Alucinaciones, falsas percepciones
Depresión
Obsesiones
Ideas paranoicas
Rabia, agresividad, irritabilidad
Mala memoria y falta de concentración
Recuerdos intrusos
Antojos (poco comunes)
SINTOMAS FISICOS
Dolor de cabeza
Dolor/rigidez - (en los miembros, la espalda, el cuello, los dientes, la mandíbula)
Hormigueo, entumecimiento, sensaciones alteradas - (en los miembros, el rostro, el tronco)
Debilidad (piernas que flaquean o "jelly-legs" en inglés)
Cansancio, síntomas similares a los de la gripe
Tics musculares, tirones, tics y sensaciones de "descargas eléctricas"
Temblor
Tinnitus (zumbido en los oídos)
Visión doble/borrosa, irritación o sequedad en los ojos
Temblores
Hipersensibilidad - (a la luz, al ruido, a las sensaciones táctiles, gustativas, olfativas)
Síntomas gastrointestinales - (náusea, vómitos, diarrea,
Estreñimiento, dolor, distensión, dificultad al tragar)
Cambios en el apetito y/o en el peso
Boca seca, gusto metálico, percepción de olores raros
Enrojecimiento/transpiración/palpitaciones
Respiración agitada y excesiva
Dificultades urinarias /problemas menstruales
Erupciones cutáneas, picazón
Convulsiones (poco comunes)
Dolor de cabeza
Dolor/rigidez - (en los miembros, la espalda, el cuello, los dientes, la mandíbula)
Hormigueo, entumecimiento, sensaciones alteradas - (en los miembros, el rostro, el tronco)
Debilidad (piernas que flaquean o "jelly-legs" en inglés)
Cansancio, síntomas similares a los de la gripe
Tics musculares, tirones, tics y sensaciones de "descargas eléctricas"
Temblor
Tinnitus (zumbido en los oídos)
Visión doble/borrosa, irritación o sequedad en los ojos
Temblores
Hipersensibilidad - (a la luz, al ruido, a las sensaciones táctiles, gustativas, olfativas)
Síntomas gastrointestinales - (náusea, vómitos, diarrea,
Estreñimiento, dolor, distensión, dificultad al tragar)
Cambios en el apetito y/o en el peso
Boca seca, gusto metálico, percepción de olores raros
Enrojecimiento/transpiración/palpitaciones
Respiración agitada y excesiva
Dificultades urinarias /problemas menstruales
Erupciones cutáneas, picazón
Convulsiones (poco comunes)
Todos estos síntomas fueron descriptos por pacientes que estaban reduciendo la dosis o que habían suspendido la ingestión de benzodiacepinas; no están listados en ningún orden especial y pocas de estas manifestaciones, si las hay, son típicas de la abstinencia de las benzodiacepinas. Probablemente esta lista no es completa. Distintos sujetos padecen de distintas combinaciones de estos síntomas. ¡No crean que van a tener todos estos síntomas!
LISTA DETALLADA DE SINTOMAS, SUS CAUSAS Y COMO TRATARLOS
Insomnio, pesadillas, otros trastornos del sueño. El sueño producido por las benzodiacepinas, si bien al principio pueda parecer relajante, no es un sueño normal. Las benzodiacepinas inhiben tanto la fase onírica del sueño (sueño "REMS", acrónimo de "rapid eye movement sleep", o sea "fase del sueño de movimientos oculares rápidos") como la de sueño profundo (SWS, del inglés "slow wave sleep" o sea, "sueño de onda lenta"). El tiempo adicional de sueño que proporcionan las benzodiacepinas pertenece principalmente a la fase de sueño ligero, denominado sueño de Fase 2. Las fases REM y SWS son las dos más importantes del ciclo del sueño y son esenciales para la salud. Los estudios sobre la falta de sueño demuestran que cualquier déficit que se pudiera producir se compensa rápidamente por un mecanismo de retorno a los niveles normales ni bien la circunstancias lo permitan.
En el caso de los sujetos que habitualmente ingieren benzodiacepinas, las fases REMS y SWS tienden a volver a los niveles anteriores al uso de la droga (a causa de la tolerancia) pero permanece el déficit original. Después de la suspensión, aun después de años de consumo de benzodiacepinas, se produce como efecto de rebote un marcado aumento de la fase REMS, la cual también se vuelve más intensa. Por consecuencia, los sueños se hacen más vívidos, se pueden tener pesadillas y esto hace que la persona se despierte frecuentemente durante la noche. Esta es una reacción normal a la suspensión de las benzodiacepinas y, si bien desagradable, es un signo que muestra que el paciente está empezando a mejorar. Cuando se ha compensado el déficit de la fase REMS, generalmente después de unas 4-6 semanas, las pesadillas se hacen menos frecuentes y poco a poco desaparecen.
Después de la suspensión del fármaco, el retorno de la fase SWS parece tardar más, probablemente porque el nivel de ansiedad es alto, el cerebro se encuentra en un estado de hiperactividad y es difícil llegar a relajarse por completo. Puede ser que las personas tengan dificultad en dormirse y pueden experimentar síntomas del "síndrome de piernas inquietas" (en inglés conocida como "restless legs syndrome"), tirones musculares súbitos (movimientos mioclónicos) mientras se están durmiendo o puede ser que repentinamente sientan un sacudón o un sobresalto a causa de una alucinación o a causa de un fortísimo ruido (alucinación hipnagógica), y en estos casos se vuelven a despertar. Estos trastornos también pueden durar varias semanas, a veces hasta meses.
Sin embargo, todos estos síntomas se resuelven con el tiempo. La necesidad de dormir es tan imperiosa que al final del proceso vuelve a prevalecer el sueño normal. Mientras tanto, puede ser útil tomar ciertas medidas para una buena higiene del sueño, como por ejemplo evitar el té, el café u otros estimulantes o el alcohol cerca de la hora de acostarse, escuchar grabaciones para el relajamiento, aplicar técnicas de manejo de la ansiedad y hacer ejercicio físico. También puede ser útil tomar toda o la gran parte de la dosis de benzodiacepinas por la noche durante el período de reducción. En algunos casos, puede ser que se recomiende la administración de otra droga (véase más abajo la sección sobre las drogas coadyuvantes).
Recuerdos intrusivos. Un síntoma muy interesante entre los pacientes que están reduciendo la dosis de benzodiacepinas o que han suspendido el fármaco por completo son ciertos episodios que se pueden denominar "recuerdos intrusivos". De repente, la mente evoca una imagen muy vívida de alguien en quien estas personas no piensan o a quien no ven desde hace años. A veces, hasta les parece ver la cara de la otra persona cuando se miran al espejo. Parece ser que este recuerdo no se evoca intencionalmente y puede aparecer reiteradamente, irrumpiendo en la memoria e invadiendo otros pensamientos. Lo que es muy interesante en este tipo de recuerdos es que generalmente surgen al mismo tiempo en que empiezan a aparecer los sueños vívidos, los cuales pueden aparecer con un retraso de una o dos semanas con respecto al principio de la reducción de la dosis. Dado que los estudios recientes sobre el sueño indican que algunas fases del sueño (REMS y SWS) tienen importancia en las funciones mnemónicas, es probable que los sueños y estos recuerdos estén relacionados entre sí. En ambos casos, este fenómeno puede anunciar el retorno de las funciones mnemónicas a la normalidad y, si bien sean a veces muy desagradables, se los puede considerar como un paso hacia adelante en el camino hacia la recuperación.
Otras características de la reducción y/o suspensión de las benzodiacepinas son la mala memoria y la poca concentración, síntomas que probablemente se deben a los efectos continuos de la droga. Aquéllos que asesoran al paciente tienen que estar dispuestos a repetir sus palabras de aliento reiteradamente, semana tras semana, pues los pacientes simplemente las pueden olvidar muy rápidamente.
Ataques de pánico. Los ataques de pánico pueden surgir por primera vez durante la reducción y/o suspensión del fármaco, a pesar de que algunos pacientes ya tengan una larga experiencia en estos síntomas tan molestos. La actriz Glenda Jackson, que no consumía benzodiacepinas, los describía así: "¡Dios mío, esos ataques de pánico! Crees que te estás muriendo; el corazón late tan fuerte que parece que va a saltar fuera del pecho; te ahogas y empiezas a sentir que no puedes respirar – y todo esto acompañado por estremecimientos y temblores terribles, y por una sensación de estar congelándose de frío" (Revista "Sunday Times", pág. 15, 17 de Octubre de 1999). Estos ataques son característicos de algunos estados de ansiedad y son el resultado de verdaderas tormentas de hiperactividad en los sistemas nerviosos central y periférico, especialmente en los centros involucrados en "reacciones de miedo y huida" como respuesta a situaciones de emergencia. Los centros nerviosos que controlan estas reacciones de miedo han sido inhibidos por las benzodiacepinas y pueden volver con renovadas energías a medida que las benzodiacepinas son gradualmente eliminadas del organismo.
Por más molestos que sean, los ataques de pánico nunca tiene consecuencias fatales y generalmente duran poco más de unos 30 minutos. Además, se pueden aprender a ejercer un cierto control cuando se producen. Más abajo se describen varias formas en que se los puede afrontar. El aprendizaje del manejo de un ataque de pánico es una habilidad que se perfecciona con la práctica y que requiere entrenamiento en la propia casa. Sin embargo, los ataques de pánico, así como otros síntomas de abstinencia, tienden a manifestarse en los momentos más inapropiados, a menudo cuando uno no está en casa. En esas circunstancias, es importante no perder la calma, y no dejarse tentar por el impulso a escapar. El Dr. Peter Tyrer propone la siguiente técnica cuando se produce un síntoma grave debido a la abstinencia, como por ejemplo cuando se produce un ataque de pánico mientras se está empujando el carrito de la compra en un supermercado:
"Comience a respirar de una manera más lenta y más profunda, asegurándose que el aire penetre y llegue hasta la parte inferior de los pulmones en vez de que llegue solamente hasta la parte alta del pecho""Mientras hace esto, sentirá que los brazos y las manos se empiezan a relajar y que, mientras sujeta el carrito del supermercado, ya no se ve la parte blanca en los nudillos de las manos.""No se mueva hasta que no sienta que la tensión fluye hacia afuera y sale por las manos. Con cada respiración profunda Ud. tendría que sentir que la tensión sale y mientras fluye hacia el exterior, los síntomas se alivian o desaparecen."Peter Tyrer, How to Stop Taking Tranquillisers, Sheldon Press, London 1986, p.63.
Darse cuenta de que un ataque de pánico se puede controlar sin recurrir a una pastilla es un gran estímulo para la confianza en sí mismo, y precisamente el aprendizaje de nuevas estrategias para afrontar el estrés a menudo constituye la clave para tener éxito en la suspensión de las benzodiacepinas. Los ataques de pánico generalmente desaparecen en un lapso de tiempo de seis semanas después de la suspensión del fármaco.
Ansiedad generalizada, pánico y fobias. Hay muchas técnicas que no implican el uso de fármacos para ayudar a la gente que padece de ansiedad. Algunas de ellas están listadas aquíabajo, pero está seguramente más allá del alcance de este texto mencionar todas las técnicas que se pueden aplicar y dar explicaciones detalladas sobre cada una de ellas. Ninguna de ellas es esencial para todo aquél que esté reduciendo o que haya suspendido la ingestión de tranquilizantes, pero pueden ser útiles para aquellas personas que tengan dificultades.
(1) Técnicas psicológicas
Terapia del comportamiento
Terapia cognitiva-comportamental
(2) Técnicas médicas suplementarias
(3) Ejercicio físico y otras técnicas
La elección de cada una de estas técnicas y la respuesta a ellas depende mucho de cada individuo. Las distintas técnicas psicológicas han sido ensayadas formalmente y son las que dan los mejores resultados a largo plazo. A pesar de esto, el resultado depende en gran parte de la habilidad del terapeuta, y también de sus conocimientos sobre las benzodiacepinas, y el "rapport" que se crea entre terapeuta y paciente.
De las técnicas médicas suplementarias, todas pueden ser útiles mientras se practican, pero los efectos tienden a ser de breve duración. Por ejemplo, a los pacientes de mi clínica que siguieron un tratamiento de 12 sesiones de acupuntura efectuadas por un acupunturista con una buena preparación tanto en acupuntura China como Occidental, este tratamiento les agradó y se sintieron relajados durante las sesiones pero no hubo mayor mejoría a largo plazo de la que hubo en otros que no habían hecho acupuntura.
Algunos sujetos responden muy bien al yoga y a las técnicas de meditación. En especial, había un paciente que estaba obligar a estar en una silla de ruedas a causa de una parálisis espástica y que también era ciego que pudo suspender la ingestión de todas las benzodiacepinas que tomaba exclusivamente con la ayuda de una técnica de meditación. Asimismo mejoró su espasticidad. Sin embargo, cabe destacar que no todos pueden dedicar la concentración física y mental necesarias para practicar estas técnicas. El ejercicio físico, practicado dentro de las posibilidades de cada uno, es siempre beneficioso para todos.
En conclusión, hay varios enfoques apropiados para distintos tipos de individuos pero es necesario personalizarlos y adaptarlos a las exigencias personales. Si Ud. cree en un cierto método en especial, probablemente ése es el que le hará bien.
Hipersensibilidad sensorial. Una característica típica de la reducción/suspensión es un aumento de la sensibilidad a todo tipo de sensaciones, de tipo auditivo, visual, táctil, gustativo y olfativo. Cuando se llega a casos extremos, estas sensaciones pueden ser muy molestas. Una señora tenía que parar todos los relojes de su casa porque le parecía que el tictac sonaba tan fuerte que no podía soportarlo; muchos han tenido que empezar a usar gafas de sol porque la normal luz del día les resultaba tan intensa que los deslumbraba. Algunas personas sienten que la piel y el cuero cabelludo se vuelven tan sensibles que les parece sentir insectos andando sobre ellos. Los latidos del corazón se perciben más intensamente y hasta puede sentirse un silbido o zumbido en los oídos (tinnitus – véase más abajo). Muchos se quejan por el gusto metálico que notan en la boca y algunos perciben olores raros y desagradables que les parece que provienen de su cuerpo. Estas sensaciones, incluso la de percibir olores desagradables, olores que generalmente ninguna otra persona percibe, ya han sido descritas en estados de ansiedad, aun cuando no se ingieren benzodiacepinas. Como el insomnio y el pánico, probablemente son demostraciones de una actividad exacerbada del sistema nervioso central. Este estado de hipervigilancia es parte de la respuesta de miedo y huida que las benzodiacepinas reducen, pero también vuelve a aparecer como síntoma de rebote durante la reducción de la dosis o con la suspensión total del fármaco.
Estas sensaciones vuelven a la normalidad a medida que progresa la reducción del fármaco, y algunas personas se sienten muy contentas con la renovada claridad, aparentemente extraordinaria, de sus percepciones. Solamente durante la reducción o después de la suspensión se dan cuenta del nivel de embotamiento de los sentidos que las benzodiacepinas habían provocado. Una señora describió lo entusiasmada que estaba cuando, de repente, pudo ver con claridad cada una de las hojas de hierba en su césped, el cual le parecía de un nuevo tono de verde más luminoso que antes; era como si se hubiera levantado un velo delante de los ojos. Por tanto, estas sensaciones no tienen por qué ser motivo de miedo; es más, se las puede considerar como señales de mejoría.
Despersonalización, desrealización. A la reducción o suspensión de las benzodiacepinas se asocian síntomas de despersonalización y de sensaciones de irrealidad, aunque estos síntomas también se produzcan en los estados de ansiedad. Ocurren más a menudo si se ha hecho una suspensión demasiado rápido de benzodiacepinas potentes y parecen ser particularmente pronunciados con la suspensión del Clonazepam (Clonopin / Rivotril). Cuando la persona se encuentra en ese estado, siente que está como despegada de su propio cuerpo y casi tiene la sensación de que lo está observando desde afuera. Experiencias similares se describen en los momentos inmediatamente anteriores a la muerte, cuando la persona siente que está volando por encima de su cuerpo y que está alejada de las cosas que pasan más abajo. También han sido descritos por personas que afrontan casos extremos de emergencia y en sujetos sometidos a torturas. Está claro, entonces, que tales manifestaciones no son típicas del consumo de benzodiacepinas.
Estos tipos de experiencias probablemente representan una reacción normal de defensa que tiene lugar como protección contra un sufrimiento de intensidad intolerable. Puede ser que en estas reacciones esté involucrado un mecanismo cerebral similar al estado de parálisis o de "congelamiento" de ciertos animales cuando se enfrentan con un peligro ineludible. Como en el caso de otros síntomas de abstinencia de las benzodiacepinas, estas manifestaciones se resuelven con el tiempo y no deben ser interpretadas como anormales o como signos de locura.
Alucinaciones, ilusiones y distorsiones de la percepción. El síntoma de abstinencia de las benzodiacepinas que provoca más temor a volverse loco son las alucinaciones. Algunas personas que han suspendido el fármaco a un ritmo demasiado rápido o de modo repentino han tenido alucinaciones horribles, pero para que el lector se tranquilice, hay que destacar que éstos son casos extremadamente inusuales si se siguen los programas de reducción que proponemos en el Capítulo II. Si realmente se producen alucinaciones, generalmente son de tipo visual, por ejemplo algunos pacientes han relatado que habían visto un gran murciélago posado sobre el hombro, o que habían visto aparecer cuernos de la cabeza de alguien, pero también pueden producirse alucinaciones auditivas, olfativas y táctiles. De cualquier manera, hay otras alucinaciones que parecen asustar menos, como las de ver pequeñas criaturas, generalmente insectos, lo cual puede estar asociado con la sensación de sentir insectos que andan por la piel (alucinaciones similares se producen en los casos de abstinencia de cocaína y de las anfetaminas). En algunos casos, las alucinaciones se combinan con ilusiones perceptivas y percepciones falsas. Por ejemplo, un abrigo colgado de una puerta puede provocar la ilusión óptica de estar viendo a una persona. Otras distorsiones de tipo perceptivo son las de ver que el suelo es aparentemente oblicuo y que las paredes se inclinan hacia adentro.
Probablemente, los mecanismos que se ponen en funcionamiento en el caso de estos síntomas son similares a los que causan el "delirium tremens", con los clásicos ejemplos de alucinaciones de elefantes de color rosa o ratas en los casos de "delirium tremens" como manifestación de abstinencia del alcohol. Como ya hemos mencionado en el Capítulo I, las benzodiacepinas provocan profundos trastornos en todo el cerebro, y la suspensión improvisa puede estar acompañada por una liberación de dopamina, serotonina y otros neurotransmisores que causan alucinaciones en los trastornos psicóticos, así como también en casos de abstinencia de alcohol y en casos de abuso de cocaína, anfetamina y de LSD.
Una vez que las alucinaciones, que en ese momento parecen reales, se reconocen "simplemente" como alucinaciones, éstas se vuelven inmediatamente menos alarmantes. No son signos que anuncian el principio de la locura sino simplemente un ejemplo de las "bromas" que hacen las benzodiacepinas en el cerebro, el cual, a su debido tiempo, recobra su normal funcionamiento por sí solo. Generalmente, un buen asesor puede tranquilizar a la persona que padece de alucinaciones provocadas por la abstinencia de las benzodiacepinas. De cualquier modo, las personas que reduzcan la dosis de benzodiacepinas gradualmente no deberían preocuparse por esto.
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