domingo, 21 de junio de 2015

Política

Sistemas políticos

Progresismo es una corriente política de centro-izquierda, formada por doctrinas filosóficas, éticas y económicas que persiguen el progreso integral del individuo en un ambiente de igualdad, libertad y justicia.
Aunque el término tiene precedentes de la Revolución francesa, el progresismo contemporáneo nació de las luchas por los derechos civiles e individuales que dieron vida a movimientos sociales como el feminismo, el ecologismo, el laicismo, lasexodiversidad, entre otros.
El Progresismo plantea el ¨progreso indefinido¨ y la renovación de la sociedad, la economía, la política y el Estado. En ese sentido es totalmente opuesto alconservadurismo.
Los Progresistas propugnan que deben ser las capacidades del individuo y no las condiciones al nacer las que determinen el límite de sus aspiraciones. Por lo tanto el progresismo propone que el Estado debe generar las condiciones para que sea el esfuerzo humano la única variable que determine la desigualdad social.- ...........................................................................:https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=9487a1936dacfb6ee2a17018a2ab9d5f218d75ee&writer=rdf2latex&return_to=Progresismo

Contexto histórico

El "progreso indefinido" es una idea de origen iluminista, que nació en Próximo Oriente con la misma civilización y se procuró legitimidad teórico-racional durante la Ilustración francesa del Siglo XVIII. Se basa en la noción de que el ser humano procede de un pasado "enfermo", "sucio", "ignorante" y "primitivo", y que poco a poco se dirige hacia un futuro "sano", "limpio", "culto" y "avanzado". La arqueología, no obstante, sugiere más bien lo contrario, a saber: que la civilización ha provocado la caída del ser humano del estado de gracia, haciéndolo un ser cada vez más débil, enfermo y dependiente de la tecnología que ha creado. La idea de las tradiciones religiosas era similar: existió una "Edad de Oro" edénica (Satya o Kritta Yuga para los hindúes) en la que el ser humano era más perfecto, y tras la cual sucede un trauma que causó la degeneración humana y la aparición de la miseria y la enfermedad, culminando en la Edad de Hierro (Kali Yuga para los hindúes). A pesar de esto, la espiral industrial en la que está sumida la humanidad sigue propagando la falacia de que el crecimiento económico infinito es viable, que la torre de Babel puede ascender indefinidamente, que las cosas van a mejor y, en suma, que el ser humano "ha mejorado".
De esta manera, los liberales burgueses de la Ilustración francesa fueron progresistas a ojos de los monárquicos partidarios del régimen absolutista. El Absolutismo fue dejando paso a monarquías y repúblicas más o menos constitucionales. Pero para ciertos sectores de la izquierda más radical,estos cambios siguieron siendo exiguos. Los liberales cambiaron el papel y pasaron a ser "conservadores" ante las ideas más revolucionarias aún de la izquierda política. Así es como actualmente se asocia a la izquierda marxista con el progresismo.

Combate a la religión

Cuando observamos atentamente las expresiones de quienes quieren excluir o sacar la religión de la vida social, podemos leer entre líneas un pensamiento básico expresado por medio de distintas sentencias.
Esas expresiones áridas que se inician con frases hechas como "Hemos llegado al siglo XXI, estamos en la época de la computadora y la Internet, los hombres han llegado a la luna…" y que continúan con sugerencias como "debemos ser modernos, armonizar con la época, no quedar rezagados en el tiempo…", conducen siempre a la misma conclusión. Dado que vivimos en una época "muy avanzada", no deberíamos prestar mucha atención a "las normas y principios predeterminados hace cientos de años", o bien, por lo menos, deberíamos revisarlas de acuerdo con los parámetros de la época "avanzada" en que vivimos.
En resumen, este pensamiento común se apoya en el supuesto de que las fuentes religiosas (es decir, la inspiración divina) son anticuadas y no pueden explicar la época "avanzada" en la que estamos.
En lo esencial, en esta idea yace la suposición de que la gente que vive ahora es intelectualmente más desarrollada y moderna que la que vivió hace cientos o miles de años. Este concepto conduce a la conclusión de que las sociedades que recibieron el mensaje de los libros venerados --el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el Corán-- y sobre los que se basaron las religiones Providenciales, son intelectualmente retrógradas, es decir, menos talentosas que las del hombre moderno, lo cual implica dos argumentos, uno más moderado que el otro. El primero y más radical pertenece a quienes repudiaron sinceramente los libros sagrados por ser revelaciones divinas. Dicen que los mismos fueron escritos directamente por los profetas, con lo que niegan las raíces divinas y que hayan sido revelados. En este caso les resultan muy provechosos los conceptos de "época avanzada - época atrasada", por medio de los cuales pueden reivindicar que los profetas eran "retrógrados", al igual que la sociedad "oscurantista" en que vivían, comparados con el hombre moderno. Por lo tanto afirman que esos libros no pueden estar dirigidos, de ninguna manera, a la "sociedad avanzada" de la época moderna, dado que son producto de la época en que aparecieron.
El segundo argumento, posiblemente más moderado, aunque más contradictorio y no expresado francamente, es el de aquellos que confiesan sus vacilaciones acerca de la autenticidad de los libros santos. Aceptan que los libros sagrados son revelaciones divinas, pero dicen que se dirigen solamente a las personas que vivían cuando fueron revelados, ya que también creen en el concepto de "progresión" descrito antes. De aquí que asumen que las sociedades modernas son mentalmente más adelantadas que las antiguas debido a que "superaron y dejaron atrás" los contenidos de los libros divinos.
Como resultado de todo esto tomó cuerpo una terminología convencional. Quienes desean obrar plenamente de acuerdo con los libros santos, son definidos como "conservadores". Quienes rechazan esos libros o los consideran como "fuera de moda", son llamados "progresistas". Para los que aplican esta terminología, ser "conservador" es el peor de los defectos y ser "progresista" es la mayor de las virtudes.

¿Evolución de la mente y herramientas?

Toda la "literatura progresista" se apoya en la falacia de "evolución de la mente humana", la cual fue presentada por Darwin y luego trataron de mejorarla numerosos evolucionistas, aunque siempre fracasaron en el intento.
El principal prejuicio de esta falacia es que la mente humana resulta ser un producto de las herramientas que manipula. De la misma manera que la mente humana crea la herramienta, ¡también la herramienta crea la mente humana!. De acuerdo a esto, la primera herramienta que usó el "hombre primitivo" era de piedra (por ejemplo, una piedra con un borde afilado). Las dificultades que encontró al usarla le obligaron a valerse de la inteligencia, la cual en consecuencia se perfeccionó. Se acepta entonces que cada vez que se usa una herramienta ese acto perfecciona la mente humana.
Quienes hoy día hablan de "progresismo" y pronuncian expresiones estereotipadas como "porqué deberíamos estar confinados a normas de hace catorce siglos en la era de la computadora", en realidad se apoyan en el aserto de "la evolución de la mente humana a través de las herramientas". Al hablar de "era de la computadora" en realidad quieren decir que el instrumento sofisticado de la computadora y las etapas que condujeron a ella, han perfeccionado la mente humana. De aquí la falacia de que al hombre moderno, que usa la computadora u otros ingenios sofisticados, se lo considera más inteligente que el hombre de tiempos pasados que no usaban esos aparatos.
Debido al papel rector del "progresismo", los evolucionistas, a partir de Charles Darwin, se esforzaron por probar como cierta la teoría de "la evolución mental a través de las herramientas". Como se advirtió antes, siempre finalizaron en el fracaso. El principal método que emplearon para demostrar lo que denominaban "evolución mental" fue la correlación de la inteligencia de la persona con el volumen del cráneo. Como el volumen del cráneo de los monos era mucho más pequeño que el de los humanos, se podía afirmar que las herramientas usadas por los seres humanos forzaron a éstos a perfeccionar la capacidad mental, motivo por el cual aumentaron los volúmenes de sus cráneos. Esto es lo que los llevó a hacer diagramas de cráneos que van de los monos comunes a los humanos comunes, intentando llenar el gran hueco que separa a ambos con diversas falsificaciones y distorsiones.

La utopía de Broca

Uno de los defensores más radicales de la evolución de la mente a través del uso de las herramientas fue el antropólogo evolucionista francés Paul Broca. Al sostener la creencia de que "las tribus primitivas tenían volúmenes cerebrales más pequeño debido a su retraso intelectual", dijo que las civilizaciones europeas alcanzaron mayor volumen cerebral gracias a la "civilización avanzada" a que dieron lugar. Fijó el punto de inflexión de esta "civilización europea avanzada" en el siglo XII. Empezó a excavar los cementerios de París para descubrir "cuánto habían aumentado los volúmenes cerebrales europeos" entre los siglos XII y XIX. Asumió que el promedio de los cráneos de los cadáveres enterrados en el siglo XII sería significativamente menor que el de los enterrados en el siglo XIX. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos, sus averiguaciones finalizaron en un completo fracaso. El promedio de 1426 cc del siglo XII decreció a 1409 cc en el siglo XVIII y aumentó a 1462 cc en el siglo XIX. No obstante, un simple cálculo mostraba que las variaciones de los promedios eran un resultado natural de diferencias estadísticas.

Conclusión

En resumen, nunca se demostró que fuese cierta la teoría de que las herramientas usadas desarrollaran la mente humana y por lo tanto las civilizaciones que avanzaron técnicamente también hayan avanzado intelectualmente. Frente a esta concepción se establece la de pensadores como Oswald Spengler quien sostenía que las técnica era la devoradora de los hombres y no el progreso propiamente como sostienen los progresistas.

progresismo
Es un término vago e impreciso que se utiliza para designar el pensamiento o la actitud favorables al progreso en su más amplio y multidimensional sentido: cultural, político, social, económico, científico.
Este término —tan impreciso como su contrario: el de <conservadorismo—generalmente designa la postura humana de optimismo respecto de las posibilidades de avance, adelanto, desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad. Significa vocación de mejoramiento social y de lucha por la superación de las trabas que lo detienen. Fe en el progreso. Durante el siglo XVI el concepto de progreso estuvo vinculado con el ascenso gradual hacia formas de civilización cada vez más elevadas. A principios del siglo XVII Francis Bacon definió al progreso como el avance del conocimiento y la aproximación a la verdad. El enciclopedismo francés fue, en el siglo XVIII, una intensa profesión de fe en el progreso ilimitado de las ciencias, las letras y las artes, desligadas ya de las ataduras del dogma. Era la confianza ciega en las posibilidades de la razón como el motor del progreso humano. Durante el siglo XIX el concepto de progresismo estuvo principalmente ligado con el de libertad. Progresista era el que amaba la libertad y luchaba por su consolidación en la sociedad. En España hubo un partido político de corte liberal que se denominó progresista y cuyo objetivo era la ampliación de las libertades públicas. En la segunda parte del siglo pasado, bajo la influencia del <darwinismo, el progreso se fundó en la evolución de la sociedad y en su adaptación a la naturaleza. Después, en los tiempos en que se acentuó la preocupación social, al concepto se lo vinculó con nuevas metas humanas. Progresista era quien luchaba por la justicia social. El término tuvo, según se ha visto, un contenido variable en el tiempo. Empero siempre significó la lucha por aquellos objetivos que, dependiendo de las circunstancias de lugar y de tiempo, la sociedad anhelaba con mayor fuerza.
En este sentido, el concepto de progresismo ha estado referido en los últimos tiempos a los de <izquierdismo y vanguardismo, aunque sin las connotaciones radicales que estos términos tienen. En efecto, las personas o ideas progresistas, al favorecer el cambio y el adelanto sociales, son de izquierda y están en la avanzada social. Buscan eliminar los defectos de una sociedad injustamente organizada —con toda la estructura del atraso político y social a cuestas— para remplazarla por órdenes socio-económicos más equitativos y sensatamente dispuestos. Sin embago, su pensamiento no implica, como el izquierdismo, una ruptura con el pasado. Con frecuencia se denominaprogresista al izquierdista moderado. Este concepto ha sido utilizado por los marxistas para cohonestar sus alianzas tácticas con elementos de otras vertientes ideológicas —católicos, socialdemócratas, demócrata-cristianos y otros— en determinadas coyunturas políticas o trances electorales. Por ejemplo, en la declaración aprobada por 81 partidos comunistas de todo el mundo reunidos en Moscú en 1960, se habla de una burguesía nacional “no conectada con los círculos imperialistas”, a la que se califica de“progresista”.
Sin embargo, en los últimos años, dentro del proceso de revisión de varios de los conceptos políticos tradicionales que se ha producido después del naufragio de los regímenes marxistas, la palabra progresismo ha tomado una nueva dirección. No han cambiado sus connotaciones contrarias a lo “retrógrado”, o sea a lo que quiere caminar hacia atrás o volver atrás las cosas, pero califica preferentemente a las concepciones que, dentro de las ciencias sociales, reconocen y asumen la complejidad de la realidad social y actúan en consecuencia. Lo utópico, lo que no tiene contacto con la realidad, lo simplista, lo superficial, lo anticientífico no es progresismo. Este concepto se opone a los fundamentalismos o integrismos que, rehuyendo la complicación de los problemas humanos y de la vida social, responden a ellos con diagnósticos monocausales y soluciones dogmáticas. El progresismo, así entendido, se empeña en encontrar respuestas reales y se aleja lo mismo de los simplismos que de los utopismos.

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