Poema de Juan Ramón Jiménez sobre el nacimiento de Jesús
Jesús, el dulce, viene...
Las noches huelen a romero...
¡Oh, qué pureza tiene
la luna en el sendero!
Palacios, catedrales,
tienden la luz de sus cristales
insomnes en la sombra dura y fría...
Mas la celeste melodía
suena fuera...
Celeste primavera
que la nieve, al pasar, blanda, deshace,
y deja atrás eterna calma...
¡Señor del cielo, nace
esta vez en mi alma!
Poema corto Camino a Belén
Va un burrito caminando
paso a paso hacia Belén
florecitas lo saludan
y él no sabe bien por qué.
En su lomo va María
y a su lado va José
al pasar algunos días
un niñito ha de nacer.
¡Arre! ¡arre borriquito!
¡arre, arre! Y llegarás.
Lleva pronto a los viajeros,
ya después descansarás.
El ladrón del portal. Poema para niños de la Navidad
Era ya noche en Judea,
contaba un niño pastor
cuando al pasar junto a un pueblo
No fue una sonrisa hueca,
ni fue un gesto juguetón.
Tampoco mostraba queja
aunque muy pobre nació.
Fue una sonrisa perfecta
que… ¡estaba llena de Amor!
Pero al verlo tan humilde,
durmiendo sobre un cajón,
me llegué a sentir muy triste.
Y tan gran pena me dio
que, aprovechando un despiste,
lo tomé como un ladrón
para llevarlo conmigo
y poder darle algo mejor.
Cuando, al momento siguiente,
Su madre ya no lo vio
fue a buscarlo entre la gente,
mas tampoco lo encontró.
Preocupada por su suerte
casi moría de dolor
Y llorando dulcemente
entre lágrimas cantó:
'¿Quién apagó las estrellas
llevándose su color?
¿Quién nos ha dejado a oscuras
robando a quien hizo el sol?
¿Quién prefiere andar perdido
y no tener Salvador?
¿Quién se ha llevado a mi Niño?
¿Quién ha robado al Señor?'
Viendo que allí lo querían
tan bien como lo haría yo,
aunque el miedo me vencía,
tuve que hacer confesión:
“Yo me lo llevé un ratito,
lo guardé en mi corazón,
para decirle bajito:
Niño, te quiero un montón.”
La madre, con gran alivio,
sonriendo respondió:
'Para hacer eso, cariño,
no hay que secuestrar a Dios;
basta con que lo compartas
con cuanta más gente, mejor.
Y que, allá donde tú vayas,
hagas bien y des amor.'
Yo, que aún era pequeño,
aprendí bien la lección.
Y desde entonces recuerdo
que ese Niño, que era Dios,
No solo me amó primero,
sino que me hizo mejor.
Papa Noel vuela de aquí a allá
en su trineo por ocho renos tirado
regalos reparte de Madrid a Panamá
pero mi regalo no ha dejado.
¿Creerá que he sido travieso?
Pienso mientras veo su estela pasar
¡Muy bueno fui, lo confieso!
Y aun así, paquetes no vi llegar.
Pero de pronto, en el suelo de la habitación
vi mi carta, que no llegó al buzón
¡No llegarán mis juguetes
esta Navidad no habrá paquetes!
Y de pronto, sonriendo tras la ventana
estaba Papá Noel que me pidió
"Duerme tranquilo hasta mañana".
Y al día siguiente al despertar
ahí estaba, Papá Noel no me olvidó
había un paquete que decía: ¡Feliz Navidad!
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