AVIVA TU ESPÍRITU EN ÉSTA NAVIDAD
En ésta época se suelen avivar las emociones y los sentimientos de las personas, todo empieza a verse distinto, hay mucha luz y mucho brillo, todo alrededor se viste de fiesta y de regocijo. Comienza a suceder algo especial en la atmósfera y si no se cuenta con el discernimiento que viene de Dios, fácilmente se puede caer en las trampas que atrapan el espíritu especialmente en esta época.
Se puede ver cómo las personas se llenan de adrenalina por ir de compras, las distintas invitaciones no se hacen esperar, el comer y el festejar parece que se convierten en lo más importante de la navidad. Unos ríen, gozan y celebran; mientras que otros se llenan de recuerdos dolorosos y su espíritu no es atrapado por el avivamiento que se da en la navidad, sino por la melancolía y la tristeza que encierra el hecho de no tener lo que se desea o a quien se desea para disfrutar como lo hacen otros de esta época de fin de año.
De una u otra manera la época se torna emotiva, es como si se terminara no sólo el año sino una etapa de la vida, unos celebran porque fue un éxito y otros guardan la esperanza de que el año que viene las cosas sean diferentes a como se dieron en este año, es una oportunidad para dejar atrás muchas cosas y volver a empezar el 1ro. de enero con una nueva perspectiva de la vida. El punto es que sin querer nos dejamos atrapar por esta época, de una manera muy sutil nos vemos envueltos en el tradicionalismo y la cultura que se ha impregnado en el último mes del año.
Desde que conocí a Jesucristo he podido comprender que ningún día es más o menos importante que otro, comprendí que el enemigo utiliza sus artimañas para atrapar a las personas en creencias y costumbres que esclavizan, pude entender que para Jesús, el momento en que entregó su vida en la cruz, el día de su resurrección y nuestro nacimiento en Él, es más importante que su propio nacimiento y que Él tiene el poder de avivar el espíritu de las personas en cualquier época del año, en cualquier día y en cualquier momento. No estoy en contra de las celebraciones que traen regocijo, paz, amor y unión familiar, pero sí estoy en contra de convertir estas celebraciones en una tradición. No existe una fecha para amar, compartir, regalar, celebrar las bendiciones de Dios o el nacimiento de Jesús; es más, en lugar de celebrar su nacimiento celebremos su resurrección, el milagro que nos da la vida.
Todos los días son especiales y deberíamos aprovechar todo tiempo para darle gracias a Dios por lo que nos permite disfrutar diariamente, principalmente por la oportunidad que nos da de recibirlo en nuestro corazón, ser salvos y conocerle.
No esperemos a que llegue el 31 de diciembre para trazar las metas y los propósitos que queremos alcanzar, no esperemos a que llegue el 1ro. de enero para empezar a ponernos en la tarea de hacer algo para alcanzarlos. Cada día es una bendición, una ocasión especial para un nuevo comienzo, una oportunidad llena expectativas y la mejor de ellas es entregar nuestra vida a Jesús.
Decide dejarte avivar en ésta época por el Espíritu Santo de Dios y echa fuera todo espíritu que pretenda esclavizarte y estancarte. Abre tus ojos, quita las vendas y no te dejes atrapar por tradiciones y costumbres desagradables ante los ojos del Señor. Disfruta no sólo de este mes sino de todos los meses del año, así es la vida con el Señor, todos los días con Él son fechas especiales.
En lugar de permitir que tu espíritu se avive con la atmósfera y el ambiente de ésta época, permítele a tu espíritu avivarse con el amor de Jesús. Es el día indicado para abrirle las puertas de tu corazón y dejarlo entrar, es el momento oportuno para que le entregues tu vida, tus necesidades, sueños y deseos más profundos; déjalo obrar en tu vida de una manera sobrenatural, creé en su entrega por ti en la cruz, recibe el perdón de tus pecados y prepárate para que el poder de su resurrección se haga vivo y real en ti a partir de este momento. No tienes que esperar a que llegue el nuevo año para que tu vida empiece a cambiar, tu vida cambia en el momento en que decides creerle al Señor, ya no volverás a sufrir por lo mismo y darás un giro totalmente diferente ¿quieres comprobarlo?
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.” Mateo 22:37 (Dio Habla Hoy).
¡Deseo que todos los días de tu vida, tu espíritu sea avivado sólo por el Espíritu de Dios!
Reflexión de Navidad
Pensar en estos días en donde todo mundo celebra la Navidad me llevo a pensar en algo en especial.
Primero decir que la Biblia no describe el día especifico del nacimiento de Jesús, lo mas probable es que no nació un 25 de Diciembre como todo mundo lo celebra. La Biblia había desde hace muchos antes profetizado el nacimiento del Mesías y que sería en Belén (“Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.” Miqueas 5:2 (Reina-Valera 1960)), pero no especifico nunca un año, un mes o un día en particular.
Cuando la época que llamamos Navidad se acerca hay de toda clase de pensamientos, desde aquellos que celebran estás fechas, aquellos que no le dan tanta importancia y aquellos que se preocupan por pelear con medio mundo para dejar claro que Jesús no nació en estas fechas.
Yo me pregunto: ¿Importa realmente que día o mes nació Jesús?, pienso que ¡No!, lo importante que es que NACIÓ y que por medio de Él nosotros ahora podemos alcanzar perdón para nuestros pecados.
Yo creo que para Dios mismo no es importante el día o el mes del nacimiento de Jesús, porque si así hubiese sido, Él hubiese especificado el día, mes y hora, pero no lo hizo porque sabe que somos capaces de darle más importancia a esos detalles que al mismo hecho de valorar su nacimiento como principio de la salvación del mundo.
La Biblia dice que Jesús al nacer fue puesto en un pesebre: “Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.” Lucas 2:7. La Biblia ni siquiera menciona el lugar exacto de su nacimiento, es decir la dirección exacta del lugar especifico que nació en Belén. ¿Por qué no lo menciona?, porque me imagino que Dios considera que si lo supiéramos haríamos de ese lugar un sitio de comercio y turismo, dándole más importancia al lugar que al hecho de que Jesús nació para darnos vida y vida en abundancia.
Quizá alguien me pregunte: ¿Es bueno o malo celebrar la Navidad?, yo considero que más allá de pelear sobre si celebrar o no la navidad, lo que debemos celebrar cada día es el hecho de que Jesús vino al mundo, nació, creció, desarrollo su Ministerio y murió por nosotros y todo comenzó a través de su nacimiento, si Él no hubiese nacido, ahora estuviéramos perdidos, pero gracias a que nació, creció y murió por nosotros, ahora disfrutamos de una vida que solo Él ofrece.
No pierdas el tiempo en pelear, en contradecir, en tratar de aclarar si es o no bueno celebrar esto o aquello. Que tu corazón este centrado en una sola cosa en especial y es que gracias a JESÚS HOY TENEMOS VIDA.
¿Importa cuando nació?, ¿Importa cómo fue?, ¿Importa el lugar especifico?, ¿Importa la fecha exacta?, pienso que no, lo importante realmente es que VINO AL MUNDO para que el mundo fuera salvo por Él.
Lo importante de Jesús fue lo que hizo por nosotros y eso fue morir en la cruz por nuestros pecados, en sustitución de nosotros, el Justo muriendo por los injustos.
Tú puedes celebrar lo que quieras, pero si Jesús aun no ha nacido en tu corazón, entonces en balde fue su venida a este mundo. A Dios más allá de que celebres una fecha en especifica lo que quiere es que puedas abrir tu corazón para que Jesús entre y nazca en tu vida y con ello puedas recibir la vida eterna que Él tiene preparada para los que creen en Él y confiesan su Nombre.
Hoy quiero invitarte a que el propósito por el que Jesús vino a este mundo se cumpla en tu vida, ¿Cómo?, entregándole tu corazón a Él. Si nunca conscientemente le has entregado tu corazón a Jesús, hoy quiero invitarte a que repitas la siguiente oración junto conmigo:
“Señor Jesús, reconozco que soy pecador, reconozco que tu viniste a este mundo y moriste en mi lugar, hoy te pido perdón por todos mis pecados, me arrepiento con todo mi corazón de todo lo que hice, dije o pensé, reconozco que tu eres Dios y por lo tanto este día te acepto como mi Señor y Salvador personal, toma mi vida y transfórmala, ya no quiero ser el mismo, crece en mi para que yo pueda menguar, pero sobre todo ayúdame a hacer tu perfecta voluntad. Amén”
Si hoy conscientemente y con corazón sincero realizaste esta oración, debes estar seguro que Jesús te ha perdonado de cualquier pecado que hubieses cometido, hoy el propósito por el que Jesús vino a este mundo se ha cumplido en tu vida, pues Él vino para darte vida y vida en abundancia.
¡Jesús nació, creció y murió por ti y por mi!
Tema: “¿Qué significa la Navidad?”
Texto: Lucas 2:7
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.
Lo primero que se nos viene a la mente en estas épocas de Navidad es la comida, el vestuario, la familia, las vacaciones, celebraciones, regalos, etc. Pero, ¿Realmente será esa la navidad que deberíamos celebrar?
Navidad es la celebración del nacimiento de Jesús, aunque muchos de nosotros sabemos que bíblicamente no nació en esta época, pero el mundo entero ha tomado esta fecha para celebrar su nacimiento.
¿Esta mal celebrar la navidad?, personalmente creo que si nuestro objetivo fuera celebrar el nacimiento de Jesús, no tendríamos que esperar una vez al año para celebrarlo, puesto que Jesús nace cada día en muchos corazones que deciden permitirle que entre ha morar en ellos.
No confundamos el nacimiento de Jesús con fiestas paganas, fiestas que lejos de llevar el objetivo de rendirse ante el Rey de reyes y Señor de señores, llevan otros objetivos que no tienen nada que ver con agradar a Dios.
En estas fechas se dan la mayor cantidad de robos, la mayor cantidad de accidentes, niños quemados por la mal utilización de pólvora y muchas cosas mas, que lejos de ser buenas son malas. ¿Será esa la navidad que Jesús quiere que celebremos?
Para mi navidad es el nacimiento de Jesús en muchos corazones, un día fue navidad en mi vida, porque Jesús nació en mi corazón y hasta hoy en día sigue acá. Que mi objetivo principal en la vida es celebrarle todos los días, ¿Cómo?, puesta tan fácil como tratar de llevar una vida ordenada y agradable a El, una vida que busque por todos los medios que su nacimiento en mi corazón sea deseo de querer ser santo porque El lo es.
Amigo mío, que estas fechas tu objetivo numero uno sea el recordar que Jesús ya nació en tu corazón y por ente tienes que celebrarlo cada día de tu vida a través de decirle no al pecado y si a la vida santa que Jesús quieres que lleves.
Y si tu que me lees aun no le has entregado tu vida a Jesús, permite que la navidad llegue a tu vida, que Jesús nazca en tu corazón y a la vez te regale vida eterna.
El no vino a la tierra para ser celebrado, el vino a la tierra a morir por ti, para que tu ahora vivas por El y para El.
Tema: “El Nacimiento de Jesús estuvo lleno de humildad”
Texto: San Lucas 2: 7
“Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón”.
Una de las cosas que Jesús menciono en su ministerio acá en la tierra fue que aprendiéramos de El que era manso y humilde de corazón, para que así pudiéramos encontrar descanso para nuestra alma.
Esas palabras las dijo un Rey que nació de una manera más que humilde. Siendo Rey de reyes no eligió nacer en un palacio con muchas comodidades, sino más bien de la forma que estaba escrito y es un ámbito humilde.
La mayoría de nosotros nacimos en hospitales en donde nuestras madres tuvieron muchas comodidades, me atrevería a decir que ninguno de los que me leen nacieron en un pesebre, ni mucho menos en un establo, sino que todos por muy humilde que fuera nuestra familia nacimos en un lugar digno o de una manera digna, no así nuestro Salvador.
Jesús es el perfecto modelo de humildad, desde su nacimiento, hasta su ascensión, jamás se vanaglorio de ser Dios, sino que mantuvo su humildad siempre.
¿A cuantos de nosotros nos falta esa humildad que tuvo Jesús?, muchos de nosotros ya sea porque Dios ha depositado en nosotros dones especiales o porque la gente habla bien de ti, ya crees que eres el mejor en algo, cuando realmente el que si en verdad era mejor en todo JAMÁS se vanaglorio de eso.
Esta época nos tendría que llevar a reflexionar sobre la importancia de ser humilde en nuestro caminar, a Dios le encanta los humildes de corazón, no habla de menospreciarte a ti mismo, sino de reconocer que todo viene de lo alto y que no tengo que tener mayor concepto de mi, que el que debo tener.
Si Jesús siendo Dios y siendo Rey, nació y vivió de una forma humilde en todo sentido, ¿Por qué nos quejamos de nuestro estado?, debemos aprender a agradecer a Dios por todo lo que nos da, sea mucho o poco, tenemos que entender a poder ser felices en lo poco, para que Dios permita que llegue a nuestra vida lo mucho.
El nacimiento de Jesús es una muestra mas de la importancia de la humildad, es por eso que te invito a que tratemos de ser humildes en nuestro caminar, a ver a tu hermano como mayor que ti, sin menospreciarte a ti mismo, siendo servidor de todos para agradar a Dios.
Jesús además de nacer de una forma humilde, también dijo que no venia para ser servido, sino para servir y para dar su vida por muchos.
“UNA VERDADERA NAVIDAD”
Lectura: Lucas 2:25-35
Una cita de nuestra guía devocional para Adviento en nuestra iglesia me hizo volver a pensar en mi enfoque de la Navidad:
“Evitemos a toda costa la tentación de hacer que nuestra adoración navideña nos aleje de la tensión y el dolor de la vida llevándonos a un reino de belleza irreal. Cristo vino al mundo real, a la ciudad donde no había lugar para Él, y a un país donde Herodes, el asesino de inocentes, era el rey. Él viene a nosotros, no para protegernos de la dureza del mundo, sino para darnos la valentía y la fortaleza para soportarlo; no para arrebatarnos del conflicto de la vida por medio de algún milagro, sino para darnos paz – Su paz – en nuestros corazones, por medio de la cual podemos estar calmados y firmes mientras el conflicto arrecia, y tener la capacidad para ofrecerle a un mundo destrozado la sanidad que trae la paz”.
“Evitemos a toda costa la tentación de hacer que nuestra adoración navideña nos aleje de la tensión y el dolor de la vida llevándonos a un reino de belleza irreal. Cristo vino al mundo real, a la ciudad donde no había lugar para Él, y a un país donde Herodes, el asesino de inocentes, era el rey. Él viene a nosotros, no para protegernos de la dureza del mundo, sino para darnos la valentía y la fortaleza para soportarlo; no para arrebatarnos del conflicto de la vida por medio de algún milagro, sino para darnos paz – Su paz – en nuestros corazones, por medio de la cual podemos estar calmados y firmes mientras el conflicto arrecia, y tener la capacidad para ofrecerle a un mundo destrozado la sanidad que trae la paz”.
Cuando María y José dedicaron a su bebé Jesús para Dios, Simeón les dijo: “He aquí, Éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones” (Lucas 2:34-35).
La Navidad no es alejarse de la realidad sino un avance hacia ella junto con el Príncipe de Paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario