La batalla de Landshut tuvo lugar el 21 de abril de 1809 en Landshut, Baviera (actualmente Alemania), y fue librada entre fuerzas de Francia, Wurtemberg y Baviera bajo el mando de Napoleón y fuerzas austríacas bajo el mando el General Johann von Hiller. Pese a ser duplicados en números, los austríacos lucharon ferozmente hasta la llegada de Napoleón al campo de batalla, lo que llevaría a una clara victoria de la coalición francesa.
Preludio[editar]
Hubo dos enfrentamientos en Landshut. El primero ocurrió el 16 de abril, cuando Hiller empujó a una división de defensores bávaros fuera del pueblo. Cinco días después, luego de la victoria francesa en Abensberg, el ala izquierda del ejército austriaco (36 000 hombres) se retiró hacia Landshut (esta fuerza estuvo una vez más al mando de Hiller). Napoleón creía que éste era el principal ejército austríaco y ordenó a Jean Lannes que persiguiera al enemigo. Las tropas de Lannes alcanzaro a Hiller el 21 de ese mes. Hiller había decidido defender Landshut para permitir a su tren de equipaje emprender la retirada. En Landshut había dos puentes que cruzaban el río Isar, y éste tenía una isla en el centro. Hiller había colocado un puesto de avanzada de caballería en la parte norte del pueblo. Su fuerza principal se desplegó en Landshut y al sur, sobre terreno elevado. Temprano en la mañana, Hiller fue informado sobre el hecho de que una fuerza francesa (57 000 hombres) había cruzado el Isar río arriba en Moosburg. Masséna se encontraba al mando de esta fuerza.1
La Batalla[editar]
Hiller se había dado cuenta que no iba a poder mantener su posición por mucho tiempo, mientras que Masséna estaba tratando de bloquear su retirada. A estas alturas, su caballería fue obligada a retroceder por las tropas de Lannes y los austriácos fueron empujados de vuelta a Landshut. Así fue que los franceses rápidamente tomaron el puente norte que cruzaba el río Isar, y los austríacos se replegaron a la parte principal del pueblo para defender el puente sur. Los austríacos trataron de prender fuego a ese puente, pero debido a las lluvias de días anteriores esto solo fue parcialmente efectivo. Sin embargo, los austríacos lograron cerrar las puertas al final del puente, obligando a los franceses a enfrentarse no solo a cruzar un puente quemado, sino también a tener que tumbar las puertas de la ciudad. Napoleón ordenó a Georges Mouton asumir el mando de los granaderos de la 17a Línea. Al enfrentarse a un intenso fuego austríaco de todas direcciones, Mouton ordenó a sus hombres a atacar sin disparar sus mosquetes. Los granaderos llegaron a la puerta y la derribaron, haciendo posible que las tropas bávaras reforzasen rápidamente la brecha.1
La lucha continuó en las calles de Landshut. Sin embargo, los franceses ya había cruzado el puente justo al oeste del pueblo y se encontraban entrando en Landshut por el sur.1
Consecuencias[editar]
Muchos de los defensores fueron capturados, pero Hiller logró replegarse con el grueso de sus fuerzas a Neumarkt am Wallersee. Landshut finalmente cayó en manos de los franceses poco después del mediodía. La fuerza austríaca sufrió aproximadamente 10.000 bajas, al mismo tiempo que perdió 30 cañones, pero más importante fue la pérdida de un gran número de armón, un tren pontón, y miles de vagones de suministros. Las victoriosas fuerzas francesas pasaron gran parte de la tarde saqueando estos suministros.
La batalla de Leipzig (16 al 19 de octubre de 1813), también llamada la «batalla de las Naciones», fue el mayor enfrentamiento armado de todas las Guerras Napoleónicas y la batalla más importante perdida por Napoleón Bonaparte.
Tras la desastrosa campaña en Rusia y las derrotas en la Guerra de la Independencia Española, las fuerzas antifrancesas se habían reagrupado de forma cautelosa en la Sexta Coalición, que comprendía al Reino Unido, Rusia, España, Portugal, Prusia, Austria, Suecia y ciertos pequeños Estados alemanes. Con todos estos países, la Sexta Coalición podía poner en el campo de batalla más de medio millón de hombres (y ciertamente, durante la batalla de Leipzig, las fuerzas aliadas al este del Rin probablemente excedían el millón de soldados). En contraste, las fuerzas de Napoleón se limitaban a unos pocos cientos de miles.
Napoleón, para restablecer su dominio en Alemania, logró dos victorias muy disputadas en Lützen (2 de mayo) y en Bautzen (20 de mayo), aunque no pudo derrotar en ninguna de ellas de una forma decisiva a las fuerzas ruso-prusianas. Estas victorias llevaron a un breve armisticio, aunque este duró menos tiempo de lo que era usual. Las fuerzas de la Coalición, mandadas por Gebhard Leberecht von Blücher, el príncipe Carlos XIV Juan de Suecia (el antiguo mariscal de Napoleón, Jean Baptiste Bernadotte) y Carlos Felipe de Schwarzenberg, Príncipe de Schwarzenberg, siguieron la estrategia trazada por el Plan Trachenburg de evitar choques con Napoleón, aunque buscando el encuentro con sus mariscales, quienes le llevaron a la victoria en Grossbeeren, Kulm, Katzbach y Dennewitz.
El mariscal Nicolás Oudinot fracasó en su intento de conquistar Berlín con su ejército de 60.000 hombres, y Napoleón se vio forzado a retirarse hacia el oeste debido al peligro que le acechaba al norte, cruzando el Elba a finales de septiembre y concentrando sus fuerzas en los alrededores de Leipzig para proteger sus líneas de suministro y hacer frente allí a los aliados. Napoleón organizó a su ejército en Leipzig, aunque sus tropas se extendían desde Taucha hasta Stötteritz (donde Napoleón instaló el puesto de mando), y curvando luego la línea al sudoeste hacia Lindenau. Los prusianos avanzaban desde Wartenburg, mientras que austriacos y rusos lo hacían desde Dresde y las fuerzas suecas se aproximaban por el norte. En total, los franceses contaban con 190.000 soldados, mientras que los aliados tenían casi 330.000, con gran cantidad de artillería por ambas partes (haciendo un total aproximado de unos 2500 cañones sobre el campo de batalla).
La batalla se inició el 16 de octubre con un ataque de 78.000 soldados aliados desde el sur y 54.000 por el norte, mientras Napoleón concentraba el grueso de su ejército en el sur. La ofensiva aliada tuvo poco éxito y se retiró de nuevo, pero ahora las rebasadas fuerzas de Napoleón no podían romper las líneas enemigas, lo que dio lugar a una dura lucha estancada. Al día siguiente los contendientes libraron escaramuzas mientras esperaban que llegaran los refuerzos y fueran reorganizados. Los franceses recibieron solo 14.000 hombres adicionales, mientras que los aliados tuvieron 145.000 efectivos de refuerzo, lo que incrementó enormemente su capacidad ofensiva. El 18 de octubre, los aliados lanzaron un gran asalto por todas partes. En más de nueve horas de lucha, en las que ambos contendientes sufrieron grandes pérdidas y sólo la bravura de las tropas francesas evitó la ruptura de sus líneas, los franceses fueron lentamente empujados hacia Leipzig.
Napoleón vio finalmente que la batalla estaba perdida, y en la noche del 18 al 19 de octubre empezó a retirar a la mayoría de su ejército cruzando el río Elster. La retirada se desarrolló en orden hasta la entrada de la tarde, cuando el único puente fue destruido por error, haciendo que la retaguardia francesa fuera capturada por los aliados, mientras trataban de cruzar el río a nado.
El número total de bajas es incierto, aunque se estiman entre los 80.000 y los 100.000 muertos o heridos entre ambos contendientes. Tomando un cálculo aproximado de 95.000, la Coalición podría haber perdido unos 55.000 y los franceses 40.000, con alrededor de 30.000 franceses prisioneros. Entre las bajas se encontraba el mariscal francés Józef Antoni Poniatowski, quien había recibido el bastón de mando de mariscal el día anterior. La batalla terminó con la presencia del Primer Imperio francés al este del Rin, y añadió algunos Estados alemanes a la Coalición.
La batalla se recuerda en la ciudad de Leipzig con numerosos monumentos (Völkerschlachtdenkmal) y por las 45 piedras apiladas que señalan las líneas más importantes de las tropas francesas y aliadas.
La batalla de Ligny fue un combate librado el 16 de junio de 1815 entre las tropas francesas y las prusianas antes de la batalla de Waterloo, que se saldó con la victoria de las fuerzas francesas de Napoleón sobre el ejército prusiano de Gebhard Leberecht von Blücher.
Trasfondo[editar]
Los prusianos se habían desplegado a lo largo del arroyo de Ligny, tomando todas las granjas, y se habían situado en unas posiciones defensivas relativamente buenas. Sin embargo, Blücher había estrechado demasiado su flanco izquierdo y había expuesto el derecho a la artillería francesa.
La batalla[editar]
Napoleón inició el ataque entre las 14:30 y las 15:00, ordenando a parte del II y al III Cuerpos de ejército atacar la granja de San Amaund y la misma Ligny. Este primer ataque contra Ligny tuvo éxito al principio, pero poco después los franceses fueron expulsados. El ataque contra San Amaund tuvo más éxito, y los franceses rompieron las líneas prusianas, a pesar de que éstos ofrecieron una fuerte resistencia. Este combate se prolongó hasta las 17:00.
Se divisaron algunas tropas aproximándose al flanco izquierdo francés, por lo que Napoleón detuvo su ataque mientras enviaba a un ayudante de campo para averiguar si estas eran prusianas o francesas. Finalmente, resultó ser el I Cuerpo de ejército francés de Erlon, pero cuando estaban a punto de entrar en combate se dieron la vuelta, provocando el enfado del emperador. El mariscal Ney les conminó a ayudar en la batalla de Quatre Bras, y en definitiva, el I Cuerpo de ejército no participó en ninguno de los enfrentamientos.
Debido a la confusión, el ataque de Napoleón se demoró alrededor de una hora, mientras las fuerzas prusianas se reagrupaban y trataban de contraatacar, aunque la maniobra no les resultó eficaz. Los prusianos fueron finalmente rodeados, y el centro huyó cuando Napoleón envió a su Guardia Imperial para aplastarles. Sin embargo, la obstinada defensa mostrada por ambos flancos prusianos y la carga de caballería liderada por Blücher (que antes había sido Húsar) evitó al ejército prusiano ser totalmente rodeado. A la caída de la noche, sobre las 21:00, todas las formaciones prusianas habían abandonado el campo de batalla. En el ala derecha, el I Cuerpo de ejército prusiano del Teniente General Ziethen se retiraba lentamente con la mayor parte de su artillería, dejando una retaguardia cerca de Brye para ralentizar la persecución francesa. A la izquierda, el III Cuerpo de ejército del Teniente General Thielemann se retiraba prácticamente ileso, dejando una fuerte retaguardia para cubrir la retirada en Sombreffe. Estas formaciones de retaguardia conservaron sus posiciones casi hasta la medianoche antes de seguir al ejército en retirada.
Conclusión[editar]
Si el II Cuerpo de ejército de Ney y el III Cuerpo de ejército de caballería no hubieran bloqueado al ejército aliado en la batalla de Quatre Bras aquel mismo día, las unidades aliadas podrían haber alcanzado la carretera de Nivelles-Namur en el lado derecho de las posiciones prusianas, de la misma forma en que los prusianos llegaron por el flanco izquierdo de las líneas aliadas en la batalla de Waterloo dos días más tarde. Ésta fue la razón por la que Napoleón envió a Ney a bloquear las carreteras en el cruce de Quatre Bras. Su estrategia era cruzar la frontera casi en secreto y atacar a los ejércitos aliados antes de que éstos pudieran llegar a unirse, lo que podría haber dejado a su ejército en inferioridad numérica.
De haber sido capaz de enfrentarse a ellos por separado, los ejércitos aliados hubieran sido los que se hubieran encontrado en inferioridad numérica. En palabras de Wellington, sorprendido por la estrategia del Emperador, «Napoleón me ha embaucado». Al conducir a los prusianos de vuelta a sus líneas y al enviar a Grouchy con un Cuerpo de ejército para perseguirlos y evitar que se reagruparan y pudieran ayudar a las formaciones de Wellington, Napoleón pensó que había hecho lo suficiente para prevenir el agrupamiento enemigo.
Se produjo posteriormente un intenso debate sobre qué hubiera pasado en el caso de que el I Cuerpo de ejército de Erlon hubiera tomado parte en Ligny o en Quatre Bras, pero en definitiva, no lo hizo, y Napoleón fue a encontrarse con su destino en Waterloo.
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