jueves, 11 de junio de 2020

CRUZADAS - HISTORIA Y PERSONAJES

BATALLAS

La Batalla de Macriplagi (Makryplagi o Makry Plagi, en griego: Μάχη του Μακρυπλαγίου) fue un encuentro entre las fuerzas del Imperio bizantino y los latinos del Principado de Acaya. Los bizantinos estaban debilitados y desmoralizados después de la deserción de un gran número de mercenarios turcos a los aqueos. En Macriplagi, los bizantinos fueron decisivamente derrotados, lo que, junto con la derrota en la Batalla de Prinitza el año anterior, terminó con el intento griego de reconquistar Morea.

Peloponnese Middle Ages map-es.svg


Antecedentes[editar]

Después de la batalla de Pelagonia (1259), el emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo adquirió una serie de fortalezas en el sudeste del Peloponeso (Morea), cedidos por el capturado príncipe de Acaya Guillermo II de Villehardouin a cambio de su liberación.1​ Guillermo también prometió convertirse en vasallo de Miguel, pero en cuanto regresó a Morea renunció a este juramento, y comenzó a negociar con el Papa y otras potencias latinas para un esfuerzo conjunto contra los bizantinos. 2
La guerra estalló a fines de 1262 o 1263, cuando Miguel VIII envió una expedición a Morea. Este ejército estaba compuesto principalmente de mercenarios turcos y tropas griegas de Asia Menor y estaba dirigido por su medio hermano, el sebastocrátor Constantino Paleólogo.3​ Constantino obtuvo un gran éxito inicial, capturando la mayor parte de Laconia y avanzando hacia el norte con el objetivo de tomar la capital aquea, Andravida. Fue derrotado, sin embargo, por una fuerza latina más pequeña en la batalla de Prinitza, y disperso su ejército.4

Escaramuzas en Mesiskli y sitio de Nikli[editar]

A principios de 1263 o 1264, Constantino Paleólogo decidió reanudar las operaciones, con el objetivo final de dominar el Principado de Acaya para siempre. Reunió a sus tropas, entró en el territorio controlado por los aqueos y avanzó hasta Sergiana en el norte de Elis, y estableció su campamento en un lugar llamado «San Nicolás de Mesiskli».5​ Guillermo con sus propias tropas marchó a su encuentro, y reunió a sus hombres listos para la batalla. Según la Crónica de Morea, el líder de la vanguardia bizantina, el gran conostaulo Miguel Cantacuceno, cabalgaba delante de las líneas bizantinas, pero su caballo tropezó y fue muerto por los aqueos. Consternado por la muerte de su lugarteniente más valiente, el sebastocrátor Constantino se retiró y pasó a poner sitio a la fortaleza de Nikli.6
Ahí, sin embargo, los mercenarios turcos, más de mil hombres a caballo bajo sus líderes Melik y Shalik, lo confrontaron y le exigieron que se les pagase sus atrasos de seis meses. Irritado por esta demanda, y preocupado por su falta de éxito hasta ese momento, el sebastocrátor airadamente se negó, después de lo cual los dos caudillos desertaron a Guillermo con la mayor parte de sus hombres. Esta deserción hizo disminuir la moral bizantina. Constantino, fingiendo enfermedad, decidió levantar el sitio, y se fue de Morea a Constantinopla, dejando al gran doméstico Alejo Files y al parakoimomenos Juan Macreno al mando.6

La batalla y consecuencias[editar]

Files tomó su ejército y marchó hacia Mesenia, donde ocupó el paso de Macriplagi, situado cerca del Castillo de Gardiki en las fronteras de Mesenia con el Peloponeso central. Guillermo, reforzado por el experimentado contingente turco y que poseía un ejército superior, había marchado a Mesenia para defender la fértil provincia. El ejército aqueo atacó a los bizantinos, a pesar del hecho de que tenían fuertes posiciones en el terreno elevado. Los dos primeros ataques fueron repelidos, pero el tercer ataque, liderado por el comandante Ancelino de Toucy, rompieron las líneas bizantinas y estos huyeron en pánico.7
La derrota bizantina fue completa, y los generales Files, Macreno, y Alejo Cabalário, junto con muchos nobles griegos, fueron capturados.8​ Los prisioneros fueron llevados a Guillermo en Veligosti; donde una conversación notable se dio entre el príncipe aqueo y Files, que ilustra las posiciones respectivas de los latinos y los griegos bizantinos: cuando Guillermo exclamó que esta derrota fue un castigo de Dios sobre Paleólogo por violar sus juramentos, Files replicó que «Morea pertenece al Imperio de Romania y la herencia que le corresponde al emperador. Es contrario a lo que dices, tu quien rompió su juramento a su señor».9
Guillermo luego marchó al sur hacia la fortaleza bizantina de Mistra. No tomó la fortaleza, pero repobló y fortificó la antigua ciudad de Esparta, saqueando la provincia circundante y luego se retiró a Nikli. A pesar de sus éxitos en evitar una rápida conquista bizantina de su principado, sin embargo, Guillermo había agotado los recursos de sus dominios: la lucha constante había devastado y despoblado el país. El conflicto se degeneró en escaramuzas en ambos lados antes de ser suspendidas por completo. Las negociaciones en las que Miguel VIII propuso casar a su hijo y heredero, Andrónico II Paleólogo con la hija y heredera de Guillermo, Isabel fracasó debido a la oposición de los barones aqueos.10​ En los años posteriores, Guillermo buscó la ayuda y la protección del poderoso Carlos de Anjou, de quien se convirtió en vasallo bajo los términos del Tratado de Viterbo. Temiendo enfrentar a Carlos, la atención bizantina se volvió para otro lugar y Guillermo consiguió evitar una ofensiva bizantina a gran escala contra su Principado. Un prolongado periodo de tranquilidad siguió, pero los conflictos internos terminarían por dar ventaja a los bizantinos, que recuperaron gradualmente el control de la región a inicios del siglo XIV.









La Batalla de Neopatria (en griego: Μάχη της Νέαι Πάτραι) se libró a principios de 1270 entre el ejército bizantino que estaba sitiando la ciudad de Neopatria (actual YpatiGrecia) y las fuerzas de Juan I Ducas, el gobernante de Tesalia. Juan Ducas fue tomado por sorpresa en su capital por las tropas bizantinas, pero consiguió escapar al disfrazarse como un caballero, y se dirigió hacia el Ducado de Atenas. Ahí, se alió con Juan I de la Roche, y regresó con un ejército latino, atacando por sorpresa el campamento bizantino. A pesar de que su ejército era numéricamente inferior, Juan I Ducas obtuvo una aplastante victoria sobre el desorganizado ejército bizantino.

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Antecedentes[editar]

En 1259, el Imperio de Nicea, dirigido por Miguel VIII Paleólogo, había conseguido una gran victoria en la Batalla de Pelagonia contra una coalición de sus principales adversarios europeos, el Despotado de Epiro, el Reino de Sicilia y el Principado de Acaya. Esta victoria se había logrado en gran parte debido a la deserción de Juan Ducas, el hijo ilegítimo de Miguel II de Epiro.1​ 2​ Esta victoria permitió que Miguel Paleólogo consolidara su territorio en Europa, además, el debilitamiento de Epiro y de los estados latinos permitió al Imperio realizar la reconquista de Constantinopla en 1261 y restablecer el Imperio bizantino, y teniendo a Miguel como emperador.3​ Las fuerzas nicenas fallaron, sin embargo, en subyugar a Epiro: Juan Ducas volvió rápidamente a jurar lealtad a su padre, y la población local permaneció leal a Miguel II. Los nicenos fueron expulsados de la zona en 1259, y luego fueron derrotados y expulsados de Tesalia en 1260.4
En 1266 o 1268, Miguel II de Epiro murió, y sus posesiones fueron divididas entre sus hijos: su hijo legítimo mayor, Nicéforo I, heredó lo que restaba de Epiro, mientras que Juan, que se había casado con la hija de un líder valaco tesalio («Gran Valaquia»), recibió Tesalia con su capital Neopatria.5​ 6​ 7​ Ambos hermanos eran hostiles con el restaurado Imperio bizantino, que pretendía recuperar sus territorios, y mantuvieron estrechas relaciones con los estados latinos del sur de Grecia. Sin embargo, Miguel VIII trató de anexarlos a través de matrimonios dinásticos: Nicéforo se casó con su sobrina Ana Paleóloga Cantacucena, mientras que uno de sus sobrinos, Andrónico Tarcaniotes, se casó con la hija de Juan Ducas, que recibió el título de sebastocrátor.6​ 8​ 9​ Miguel fracasó en su objetivo ya que ambos hermanos le siguieron siendo hostiles. Después de la unión profundamente impopular de las Iglesias en 1274, Nicéforo y Juan ofrecieron refugio para los disidentes y críticos de las políticas religiosas de Miguel.10
A través de estas negociaciones con respecto al Acta de Unión y sumisión de la Iglesia ortodoxa griega a la Sede de Roma, Miguel evitó el peligro de un ataque latino concentrado en su Estado, y estaba libre para actuar contra sus enemigos. Inmediatamente, lanzó ofensivas contra las posesiones sicilianas en Albania, y contra Juan Ducas en Tesalia.1112

La batalla[editar]

Para la campaña contra Tesalia (la fecha es incierta, pero recientes académicos lo colocan entre 1272/1273 o 1274/1275),nota 1​ Miguel reunió una enorme fuerza, en su gran mayoría mercenarios, que las fuentes contemporáneas colocaron, ciertamente exagerando, en 30.000 (Paquimeres habla de 40.000 hombres, incluyendo las fuerzas navales). Estos estuvieron bajo el mando de su propio hermano, el déspota Juan Paleólogo, y el general Alejo Cabalario. Esta fuerza fue enviada contra Tesalia, y estaba apoyada por la armada bizantina bajo el protostrator Alejo Ducas Filantropeno, que atacaría los principados latinos e impediría que ayudaran a Juan Ducas.10​ 17​ 15​ 18
Ducas fue tomado completamente por sorpresa por el rápido avance de las fuerzas bizantinas, y se encerró con algunos de hombres en su capital, Neopatria, que los bizantinos procedieron a sitiar. Ducas, sin embargo, recurrió a una estratagema: escaló los muros de la fortaleza con una cuerda y, disfrazado como un caballero, consiguió atravesar el cerco bizantino. Después de tres días, llegó a Tebas, donde pidió la ayuda de Juan I de la Roche, el duque de Atenas.9​ 19
Los dos gobernantes firmaron un tratado de alianza, por lo cual el hermano de Juan de la Roche y heredero, Guillermo I, se casaría con la hija de Juan Ducas, Helena y recibiría las fortalezas de GraviaSiderocastroGardiki y Zituni como dote.15​ A su vez, de la Roche dio a Ducas 300 o 500 caballeros (dependiendo de la fuente) con los que regresó rápidamente a Neopatria. Las fuerzas bizantinas se habían debilitado considerablemente, con varios destacamentos enviados a capturar otros fuertes o saquear la región y, además, y eran además difíciles de controlar y no muy cohesionadas, dados los muchos grupos étnicos que servían en la misma.15​ 19​ Según el historiador veneciano Marino Sanudo, cuando Juan Ducas y Juan de la Roche subieron una colina y avistaron el enorme campamento bizantino, de la Roche profirió, en griego, una frase de Heródoto: «hay muchas personas aquí, pero pocos hombres». De hecho, las tropas bizantinas entraron en pánico bajo el rápido ataque del pequeño pero disciplinado ejército latino, y se desmembraron completamente cuando un contingente cumano cambió abruptamente de bando. A pesar de los intentos de Juan Paleólogo para reorganizar sus fuerzas, estas huyeron y se dispersaron.9​ 15​ 19

Consecuencias[editar]

Con la noticia de este éxito, los latinos se animaron y reunieron una armada para atacar a la armada bizantina, que estaba anclada en Demetrias (cerca de la moderna Volos). Inicialmente, los latinos hicieron buenos progresos, causando muchas bajas en la tripulación bizantina. Sin embargo, justo cuando la victoria parecía inminente, Juan Paleólogo llegó con refuerzos y cambió el rumbo de la batalla. A pesar de esta victoria, sin embargo, el déspota desprestigiado por el desastre de Neopatria: renunció a su cargo y murió después ese mismo año.

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