jueves, 16 de abril de 2015

anatomía humana



Cavidad oral

El bolo alimenticio es el resultado de la trituración del alimento por los molares mediante el proceso de masticación, al que se añade la insalivación, o mezcla con la saliva, la cual inicia la degradación de los carbohidratos presentes en el alimento. El objetivo de este proceso es aumentar la relación superficie-volumen de las partículas alimenticias y así facilitar la acción de las enzimas digestivas sobre estas.El bolo alimenticio, una vez dentro de la boca, es empujado por la lengua contra el paladar y luego hacia la faringe. El bolo es deglutido de una sola vez,1hecho que es realizado de manera consciente y voluntaria.
Después se suceden diversas acciones automáticas (reflejos): las paredes del esófago se contraen y propulsan el alimento hacia el estómago, mientras el velo del paladar se eleva evitando que el bolo alimenticio pase a las fosas nasales. La epiglotis, por su parte, es un cartílago que actúa como válvula, tapona la laringe para que el bolo no entre en las vías respiratorias.
Ya en el esófago, una serie de contracciones musculares secuenciales de las paredes del órgano, llamadas movimiento peristáltico, hacen que el alimento descienda finalmente hasta el estómago, pasando a través del cardias.
Una vez en el estómago, el bolo entra en contacto con los jugos gástricos compuestos por agua, ácido clorhídricorennina (ácido que degrada la leche),mucina y pepsina. Al cabo de 1 a 5 horas, el factor intrínseco junto con los movimientos peristálticos convierten el bolo en un líquido llamado quimo. Luego las ondas de contracción empujan el quimo hacia el píloro, donde entrará dentro del intestino delgado.
El bolo alimenticio es lo que se forma en la boca una vez que una masa de alimentos ha sido triturada por los dientes mediante el proceso de masticación y mezclada con la saliva.
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En la boca se forma el bolo alimenticio.
De acuerdo con esto, podemos decir que el bolo alimenticio es la masa blanda de comida masticada y empapada de saliva que pasa desde la bocaal esófago y estómago mediante la deglución. Como contrapartida, definimos deglución como el acto reflejo por el que el bolo alimenticio pasa de la boca al esófago y después al estómago.
Gráficamente, podemos imaginar, entonces, que el bolo alimenticio, formado en la boca por los alimentos mezclados con la saliva, realiza un viaje a través del aparato digestivo.
La formación del bolo alimenticio persigue aumentar la relación superficie-volumen de las partículas alimenticias y así facilitar la acción de las enzimas digestivas mientras el bolo transita por el aparato digestivo.


Lo primero que hacemos al comer es llevarnos un bocado a la boca. La masticación es un primer paso importante para un correcto proceso digestivo. Se debe masticar triturando bien los alimentos, con tiempo y sin prisas, ensalivando bien el bocado y saboreándolo. La boca, los dientes, la lengua, la saliva... todos intervienen en la formación del bolo alimenticio, que es una primer masa blanda preparada para ser ingerida o tragada.
Al tragar el alimento (bolo alimenticio), éste pasa a la faringe (conducto del tubo digestivo situado al final de la boca y detrás de las fosas nasales que conduce al esófago) y a través de la epiglotis (membrana situada en la laringe que abre y cierra el paso de alimentos al esófago controlando la deglución o trago del bolo alimenticio) pasa al esófago, que conduce el alimento hasta el estómago. El esófago (tubo que comunica la boca con el estómago) está dotado de unos movimientos ondulatorios (peristálticos) que facilitan el movimiento controlado del alimento a través del tubo digestivo.

En el estómago se mezclan los alimentos con los jugos gástricos absorbiendo las proteínas (substancias que intervienen principalmente en la formación de tejido muscular) y formando el quilo (líquido de aspecto lechoso producido en el estómago al iniciarse las primeras transformaciones alimenticias en la digestión). En el estómago los alimentos se ablandan y sufren unas primeras transformaciones químicas que los preparan para la asimilación de nuestro organismo.






Una cresta alveolar (también conocida como margen alveolar) es una de las dos crestas mandibulares ya sea en el techo de la boca, entre los dientes superiores y el paladar duro o bien en la parte inferior de la boca detrás de los dientes inferiores. Las crestas alveolares contienen los (alveoli) de los dientes. Se pueden sentir con la lengua en el área justo encima de los dientes superiores o debajo de los dientes inferiores. Su superficie está cubierta de pequeñas crestas.
Los sonidos que se hacen con la lengua tocando la cresta alveolar al hablar se llaman consonantes alveolares. Ejemplos de consonantes alveolares que existen en el idioma español son, por ejemplo, [t], [d], [s], [n], [l] como en la palabras tallo, dado, soso, nuevo y león.
En muchos otros idiomas, las consonantes transcritas con estas letras se articulan de forma ligeramente diferente, y a menudo se describen como consonantes dentales. En varios idiomas las consonantes se articulan con la lengua tocando la cresta alveolar superior o cerca de ella. Las primeras se llaman oclusivas alveolares, y las segundas fricativas alveolares.


Bajo el término topografía alveolodentaria se incluyen todas las relaciones anatómicas de los dientes in situ con su hueso alveolar de sostén, resto de las estructuras periodontales y otros tejidos blandos vecinos.
Las relaciones topográficas alveolodentarias tienen una gran importancia, entre otras razones(exploración, examen y diagnóstico de procesos patológicos: inflamatorios, degenerativos, infecciosos y neoplásicos), para guiar la conducta operatoria durante laexodoncia y en general para todos los procedimientos quirúrgicos en los maxilares. Abordaremos los aspectos generales de la topografía alveolodentaria, los detalles particulares se estudian con cada grupo dentario y dientes específicos.
Vamos a explicar primero la estructura ósea básica de maxilares mandíbula. Tanto en los maxilares como en la mandíbula podemos localizar un cuerpo del hueso, a partir del cual se extienden un número de procesos, de ellos el que está relacionado directamente con los dientes es el proceso alveolar, que incluye los alveolos donde se articulan las raíces dentarias. Además, incluyen hueso esponjoso y externamente, la superficie de dichos huesos está revestida por una lámina cortical compacta. La estructura general de los maxilares es más ligera, incluye proporcionalmente mayor volumen de hueso esponjoso, una cavidad neumática (el seno maxilar) y paredes delgadas, porosas. La mandíbula es un hueso más potente y robusto, con predominio de hueso compacto y proporcionalmente menos hueso esponjoso (fig. 1.22).

Fig. 1.22. Estructura ósea básica de maxilares (arriba) y mandíbula (abajo).
Se considera el hueso alveolar como la parte de maxilares y mandíbula que forma losprocesos alveolares de dichos huesos, es decir, el hueso que está relacionadodirectamente con las raíces dentarias a través de la articulación alveolodentaria, y que posee por tanto los alveolos donde se articulan los ientes.
Para determinar la extensión del hueso alveolar, se traza una horizontal imaginaria que pase inmediatamente después del fondo de los alveolos-ápices radiculares. Elhueso alveolar es la porción ósea extendida entre dicha línea y las crestas alveolares, fuera de la línea tenemos el hueso basal (figs. 1.23 a la 1.28).
Fig. 1.23. Hueso alveolar. Se muestra un corte frontal de la mandíbula, encía resecada.
Fig. 1.24. Anatomía del hueso alveolar (vista superior de la mandíbula, dientes extraídos).
Fig. 1.25. Anatomía del hueso alveolar. Acercamiento de una zona del proceso alveolar maxilar, dientes.
Fig. 1.26. Anatomía del hueso alveolar. Hemimandíbula derecha edente con la tabla ósea externa o vestibular resecada, zona premolar-molar.
Fig. 1.27. Imagen radiográfica del hueso alveolar. a) Radiografía periapical de la mandíbula, dientes permanentes.b) “Aleta de mordida” derecha, dientes temporales.
Fig. 1.28. Anatomía del hueso alveolar y sus estructuras vecinas relacionadas. Radiografía oclusal de la mandíbula.
El hueso alveolar se forma, crece y desarrolla en dependencia de la presencia de los dientes (los dientes y el hueso alveolar forman una unidad anatomofuncional). En los niños, antes del brote dentario, no existe hueso alveolar, este aparece con el brote de los dientes temporales, adquiere su máximo desarrollo cuando se instaura completamente la dentición permanente y se mantiene íntegro mientras persistan los dientes en posición y funcionantes. Con la pérdida de los dientes, el hueso alveolar se reabsorbe, solo persisten el hueso basal y los rebordes alveolares residuales (fig. 1.29).

Fig. 1.29. Reducción de la dimensión vertical del tercio inferior de la cara (subnasal-gnation)
con la edad.
El hueso alveolar se reabsorbe y los dientes reducen la longitud de sus coronas por la atrición. Se forman surcos y pliegues en la piel de la cara, a la vez que se proyecta el mentón hacia delante (fascies senil) (fig. 1.30). Estos cambios se incrementan por causa de la pérdida de dientes (sobre todo si no hay rehabilitación oportuna por prótesis), aumento de la atrición y enfermedad periodontal (fig. 1.31).
Fig. 1.30. Cráneo totalmente edente. Reabsorción severa del hueso alveolar. Los rebordes alveolares
residuales son casi inexistentes, solamente pueden apreciarse en los segmentos anteriores
de los arcos. Persiste solamente el hueso basal.
El proceso de reabsorción ósea debido a la pérdida de dientes siempre se produce en alguna medida. No es posible evitarlo por completo, pero puede minimizarse con la instalación oportuna de prótesis rehabilitadoras confeccionadas de acuerdo con los principios biomecánicos correctos.
Los métodos y técnicas de la exodoncia están diseñados en correspondencia confactores propiamente dentarios, por ejemplo: forma y tamaño de las raíces dentarias, sección transversal radicular, variaciones anatómicas de las raíces, y también atendiendo a las particularidades de la topografía alveolodentaria: posición del diente en los alveolos y en relación con el hueso total, relación entre las tablas óseas externa (vestibular) e interna (lingual), densidad ósea (proporción del hueso compacto y el esponjoso), relación de los dientes y los alveolos con estructuras vecinas de sus huesos correspondientes. En el maxilar: piso de las fosas nasales, piso de la órbita, seno maxilar, bóveda palatina, tuberosidad. En la mandíbula: conducto mandibular, agujero mentoniano, línea oblicua, línea milohioidea, zona retromolar, rama mandibular.
Así, todas las estructuras anatómicas del hueso donde están articulados los dientes deben ser conocidas con precisión por el estomatólogo, de modo que sea capaz de tenerlas en cuenta para la ejecución correcta de las maniobras operatorias, para evitar daño al paciente y lograr el mejor resultado sanitario.

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