Cavidad oral
Los frenillos bucales son bandas de tejido conectivo fibroso, muscular o mixto,1 recubiertas de una membrana mucosa ubicada en la línea media y de origen congénito.
Al igual que cualquier otro frenillo; los frenillos bucales sirven como barrera de los órganos para que no se desplacen de su lugar normal, como es el caso de la lengua, por ejemplo.
Los frenillos bucales son tres: frenillo lingual (frenulum linguae), frenillo labial superior (frenulum labii superioris) y el frenillo labial inferior(frenulum labii inferioris).
Los frenillos pueden ser fácilmente rasgados por golpes fuertes en la boca o cara, siendo a veces consecuencia de abuso físico.
- En el caso de el Frenillo lingual, la anquiloglosia, también conocida como la lengua de corbata, es una anomalía congénita en el que dicho frenillo es más corto que lo normal; de manera que la punta de la lengua no puede sobresalir más allá de los dientes incisivos inferiores.
- La patología en el Frenillo labial superior, es la más frecuente y suele provocar la separación (diastema) de las piezas dentales incisivas centrales superiores. La causa puede deberse a la presencia de un frenillo hipertrófico. Las consecuencia de tener frenillo labial superior de implantación baja, produce principalmente un problema estético de diastema interincisal. En casos extremos, puede generar también dificultad para mover el labio superior o alteraciones de la fonética del paciente produciendo un sonido balbuceante o de silbido por el espacio existente.
- Frenillo labial inferior: Al igual que el Frenillo labial superior, puede presentar una hipertrofia, aunque menos frecuente. A su vez, puede llegar a ocasionar recesión gingivalde los incisivos centrales inferiores.
Los frenillos bucales son unas formaciones en banda de tejido conectivo fibroso, muscular o fibromuscular que están recubiertas de mucosa, que van desde el reborde alveolar hasta la mucosa del labio, mejilla o lengua. Pueden afectar a los niños y si no se trata también a los adultos.
Problemas que ocasionan los frenillos bucales
En condiciones normales no provocan ninguna patología, pero a veces pueden dar problemas clínicos ortodóncicos, protésicos, fonéticos o periodontales. Hay tres tipos de frenillos bucales: labio superior, labio inferior y lingual.
Frenillo labial superior
El frenillo labial superior es una banda de tejido que va desde el vestíbulo bucal y porción media del labio superior hasta la línea media del maxilar.
Es el causante del diastema o separación de los incisivos centrales superiores, fundamentalmente en niños que necesitarán ortodoncia.
En los adultos suele provocar problemas con las prótesis, ya que interfiere en la retención y/o estabilidad de las mismas, o provocan irritación en la zona. Normalmente los frenillos largos y con inserción anómala se tratan mediante cirugía y ortodoncia, para eliminar el frenillo y cerrar el espacio entre los dientes.
Frenillo labial inferior
El frenillo labial inferior es una estructura anatómica que cuando se inserta en la papila interdentaria entre los incisivos inferiores puede provocar problemas periodontales que luego necesitan un injerto de conectivo, ya que provoca una ausencia de encía queratinizada en la zona.
Esto conlleva a una mayor tendencia a la inflamación y a la recesión gingival.
Frenillo lingual
El frenillo lingual corto es seguramente el que más preocupa a los padres, ya que predomina en los niños y provoca una menor movilidad de la lengua y alteraciones en la fonación. Para comprobar el grado de anquiloglosia y si hay necesidad de tratamiento, se hace una prueba muy sencilla para ver si el paciente puede o no tocar con la punta de la lengua con la boca abierta la cara palatina de los incisivos superiores. También se mira cuánto puede sacar la lengua fuera.
El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico dependiendo del caso. El tratamiento conservador se puede hacer en casos de anquiloglosia moderada antes de los 6-8 años, y consiste en hacer ejercicios de mecanoterapia para forzar la movilidad de la lengua.
El tratamiento quirúrgico se hace en casos severos y mejor a partir de los 6-8 años.
se define como una membrana mucosa situada bajo la lengua. Si dificulta o impide el movimiento normal de ésta, se dice que hay anquiloglosia o frenillo sublingual corto.
En la India, es ocasionalmente cortado en una práctica de yoga llamada Kechari mudra para permitir que la lengua llegue a la cavidad nasal en prácticas espirituales. Si gran parte de este frenillo es quitado, esto puede derivar en problemas graves.
Se trata de un repliegue de la mucosa que va desde la base de la boca hasta la lengua a nivel de su línea media en su cara inferior. Este repliegue puede ser sólo mucoso, fibroso e incluso muscular, pudiendo sujetar la lengua a la base de la boca.
Al nacer, la lengua es corta y el frenillo tirante, pero al crecer el niño la lengua se hace más fina y larga. El frenillo también se alarga con el uso y por lo tanto la verdadera lengua ligada es muy rara.
A veces también se observa un frenillo a nivel de los dientes incisivos centrales superiores, el cual produce una separación entre ellos. Este frenillo no suele producir un espacio muy importante y mejora al salir los dientes de los lados; ocasionalmente si esto no fuera así y la separación se mantuviera, podría realizarse tratamiento ortodóncico y cortarlo.
El frenillo verdadero es realmente muy poco frecuente y excepcionalmente será capaz de producir tirantez e inmovilidad de la lengua, dando problemas a la hora de mamar e incluso con posterioridad a la hora de hablar. Solamente lo consideraremos importante en el caso de que la punta de la lengua no pueda sobresalir más allá de los dientes o del borde de las encías o cuando la punta de la lengua tenga una muesca cuando el niño saque la lengua al máximo.
Tener la lengua con un menor movimiento no suele ser causa de problemas para el habla y menos para una alimentación (succión) correcta. Por este motivo, únicamente en los raros casos antes citados de frenillo verdadero, se podrá pensar en cortar el frenillo. Esta intervención no deberá realizarse nunca antes del año de edad (mejor entre los 2-3 años de edad), pues puede tener problemas de hemorragia, infección o que deje un tejido cicatricial residual.
La anquiloglosia o lengua anclada ocurre cuando el frenillo lingual es anormalmente corto y poco elástico y puede restringir los movimientos de la lengua.
Se ha descrito en un 1,7-4,8% de los recién nacidos y es tres veces más frecuente en los niños que en las niñas. En algunos casos, otros miembros de la familia lo han padecido también.
Hay diferentes tipos de frenillo sublingual, el más frecuente es el que llega hasta la punta de la lengua. Pero también existe el frenillo submucoso que no se ve a simple vista pero que ancla la lengua al suelo de la boca y hace que la lengua tenga forma de cuchara.
¿Qué consecuencias puede tener la anquiloglosia?
A veces, ninguna; muchos bebés pueden amamantar bien por la elasticidad del frenillo o las características de la boca. Sin embargo, en otras ocasiones aparecen dificultades con la lactancia y se observa:
En el niño, un mal enganche al pecho que da lugar a:
- Incapacidad para conseguir o mantener un agarre profundo al pecho: el niño se suelta frecuentemente.
- Tomas largas y cansadas para el bebé: pide mucho y está mucho tiempo al pecho.
- Incapacidad para ingerir suficiente cantidad de leche; lenta ganancia de peso.
- A veces, mientras el niño amamanta, puede escucharse un chasquido lingual, por la pérdida del vacío.
En la madre que amamanta:
- Pezones doloridos y grietas, que favorecen la infección (mastitis).
- Sensación de baja producción de leche, ya que el niño mama mucho tiempo.
- Hipogalactia: Cuando a pesar de mamar mucho tiempo, el bebé no extrae bien la leche puede producirse inicialmente ingurgitación, seguida de una pobre producción láctea.
- Destete temprano.
A largo plazo, la anquiloglosia puede producir problemas con el lenguaje y la dentición, que deberán ser valoradas cuando llegue el momento.
¿Qué hacer en caso de anquiloglosia?
En primer lugar, un profesional cualificado debe hacer una cuidadosa valoración de la lactancia, en concreto de los movimientos de la lengua y de cómo hace el bebé la toma.
Algunas madres encuentran el enganche más estable y menos doloroso cuando el niño amamanta con la cabeza en hiperextensión (echada hacia atrás). También puede ser útil que sea el niño el que encuentre la postura más adecuada con la madre semirreclinada (técnica de autoenganche).
En el caso de que la anquiloglosia complique la lactancia y no mejore modificando la postura de enganche, el tratamiento es quirúrgico. El procedimiento se denomina frenulotomía (también llamada frenectomía,frenotomía, frenilectomía o frenulectomía) y consiste en cortar el frenillo con bisturí o tijeras (cirugía convencional) o láser. Una vez indicada, la cirugía debe efectuarse lo antes posible para evitar más complicaciones y que el amamantamiento continúe.
¿Tiene alguna contraindicación la cirugía?
A veces el frenillo lingual tiene un efecto protector para que la lengua no caiga hacia atrás y ocluya las vías respiratorias, como en el caso de niños con la mandíbula muy pequeña (microretrognatia) o la lengua muy grande (macroglosia). En estos casos, la frenulotomía no se debe realizar.
También hay que valorarla cuidadosamente si el niño tiene poco tono muscular (hipotonía) porque también el frenillo lingual previene la obstrucción de las vías respiratorias con la lengua.
Antes de realizar la frenulotomía, debe consultarse con un profesional cualificado.
¿El tratamiento quirúrgico es eficaz?
Sí, siempre que esté bien indicado; es decir, si se ha determinado correctamente que el frenillo lingual era la causa de las dificultades con la lactancia. En este caso, se ha demostrado que tras la cirugía, el dolor de las madres disminuye y aumenta la cantidad de leche que se produce.
Una vez intervenido quirúrgicamente, se han de seguir las indicaciones médicas para el cuidado de la cicatrización, para evitar que el frenillo se vuelva a organizar.
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