viernes, 10 de abril de 2015

Evolución


La antropología evolucionista es el estudio interdisciplinario de la evolución de la fisiología humana y el comportamiento humano y la relación entre los homínidos y losprimates no homínidos. Se base la antropología evolucionista en la ciencias naturales y las ciencias sociales. Varios campos y disciplinas incluyen:
La antropología evolucionista está relacionada con la evolución biológica y cultural de los humanos, pasados y presentes. Es basada en un enfoque científico, y une campos como la arqueología, la ecología del comportamiento, la psicología, la primatología y la genética. Es un campo dinámico y interdisciplinario, aprovechándose de muchas líneas de evidencia para comprender la experiencia humana, pasada y presente.
Generalmente los estudios de la evolución biológica están relacionados con la evolución de la forma humana. La evolución cultural supone el estudio del cambio cultural sobre el tiempo y el espacio y incorpora los modelos de transmisión cultural con frecuencia. Nota que la evolución cultural no es la mísma que la evolución biológica, y que la cultura humana supone la transmisión de información cultural, que comporte en maneras distintas de la biología humana y la genética. El estudio del cambio cultural se realiza cada vez más tras cladística y los modelos genéticos.

La antropología evolucionista


La Antropología se constituye como ciencia a mediados del siglo XIX con la teoría evolucionista como telón de fondo, pero si bien la constitución oficial de la disciplina fue hace unos 150 años, la curiosidad antropológica existió desde mucho antes. Con el descubrimiento de América por Europa, occidente se vio súbitamente enfrentado a un mundo distante e imprevisto. Se plantearon muchos interrogantes existenciales. Otras formas de normas eran posibles, otras creencias, otras tradiciones que ponían en duda el mensaje divino. Los pueblos descubiertos fueron caracterizados estereotípicamente de un extremo al otro, representaban tanto "los primitivos salvajes, viviendo al límite de la naturaleza", como la representación arquetípica del "buen salvaje", viviendo en armonía con la naturaleza, en permanente felicidad e igualdad, acaso aquello era el paraíso y no el infierno. La aparición de la otredad, de la dicotomía nosotros/otros fue vital para el desarrollo de la pregunta antropológica. Diversos son los antecedentes que significaron el advenimiento de la antropología evolucionista, seguramente el desarrollo de las ciencias biológicas y de la teoría evolucionista fue uno de los principales alicientes. La astronomía demostraba que la tierra no era el centro del Universo, la teoría evolucionista demostraba que ya nada era estable, no había verdades absolutas, ya todo estaba supeditado al cambio. Los teóricos veían en los pueblos no europeos el espejo de los diferentes estadios por los cuales la humanidad había pasado. Desde una sociedad definida "por ausencia de atributos materiales" ("sin" estado, sin propiedad privada, sin diferenciación social, sin..) paulatinamente empezaron a aparecer "con" hasta complejizarse completamente. Si "en algún momento todo fue como América…", esto significaba que América era el espejo del origen. Se convoca así a estudiar a los pueblos salvajes, a conocer los orígenes del pueblo europeo, y ya no tendrían que ir misioneros o soldados ignorantes que confunden "a orangutanes con hombres", tendrían que ir hombres formados científicamente, "objetivos", utilizando los métodos prestados de las ciencias naturales: que a través de la observación, la descripción, la comparación, la clasificación, permitiera arribar a leyes generales.
Nacía la antropología evolucionista, la primera corriente teórica de esta ciencia. Su objetivo era comparar los pueblos, describirlos y clasificarlos para comprender el desarrollo histórico de la civilización. La teoría de la evolución social descansaba en algunos supuestos, la sociedad iría progresando en forma natural a través de sucesivos estadios, cada uno de los cuales correspondería distintos modos de subsistencia, distintas instituciones, creencias y costumbres. Se sucedieron diversas comparaciones históricas, occidente fue ubicado en el lugar preponderante de antemano, desde donde todas las otras sociedades serían juzgadas y evaluadas. La idea del progreso indefinido sustentaba esta concepción. La civilización representaba el grado máximo de desarrollo, así lo evidenciaban las formas materiales y espirituales que "habían probado ser las mejores". Las generalizaciones basadas en comparaciones proliferaron. Concepciones que entendían el desarrollo progresivo de la humanidad desde "lo simple a lo complejo" se sustentaban en un evolucionismo unilineal que tambien alegaba que "lo simple es lo anterior". La complejidad se medía por acumulación de lo material en un proceso natural e inevitable.

La teoría antropológica de Morgan y Tylor

Morgan y Tylor fueron los dos sistematizadores más importantes de la primera corriente teórica de la antropología. Lewis Morgan (1818-1881) concibió a la historia humana dividida en tres etapas: salvajismo - barbarie - civilización, las sociedades fueron ubicadas en lugares ya establecidos en pos de su desarrollo material e institucional. Europa ocupaba el lugar preponderante. Para Edward Tylor (1832-1917) las invenciones eran buenos catalogadores evolutivos para discernir quien estaba más evolucionado: "era evidente que una escopeta era mucho más compleja que un arco", así los artefactos y la tecnología podían ordenarse siguiendo patrones evolutivos coherentes. Supuso que las comparaciones que permitirían descubrir las etapas sociales de la evolución sólo serían logradas con la extrapolación de los métodos de las ciencias naturales a lo social. Porque el comportamiento humano tambien respondía a leyes mecánicas, naturales y generales, podían descubrirse las regularidades que subyacían a las diferencias y agruparlas en una secuencia evolutiva. A partir de aquí la antropología tuvo su objeto de estudio: "las sociedades primitivas". Desde Tylor (1871) "… nuestros pensamientos y nuestras acciones se ajustan a leyes tan concretas como las que determinan el movimiento de las olas y el crecimiento de las plantas y animales", así se hace posible su generalización en pos de clasificar patrones culturales:

"... un conjunto de salvajes es como cualquier otro" dejando de lado las "peculiaridades por tener poca importancia". "La civilización industrializada se convirtió en la medida de todo lo demás...donde un género de sociedades se definió en términos de lo que le faltaba al segundo, pero no viceversa." (Krotz, 1987).

La antropología al servicio del imperialismo

Es importante tener en cuenta el contexto en el cual la antropología evolucionista emergió: Europa se encontraba sumida en la vorágine industrial y en un progreso sin precedentes que supuso un avance tecnológico que fue catalogado como "indefinido o ininterrumpido". Las grandes potencias necesitaban imperiosamente nuevas fuentes de materias primas, mano de obra barata y mercados donde colocar sus productos manufacturados. La antropología se constituye como ciencia en un contexto imperialista. Se dio una carrera entre las potencias por la posesión exclusiva de regiones ricas en materias primas, nuevos mercados, bajos salarios, tierra barata. En 1885 se produce en Berlín la nueva "creación del mundo" (Worsley), las potencias europeas se reparten el mundo para sus colonias. El evolucionismo supuso el sustento científico de tal proceso, los esquemas evolucionistas legitimaban la colonización en base a la superioridad material de occidente. Supuestos tales como "todos los hombres tienen derecho al progreso", o "el hombre blanco debe en su misión civilizadora hacer conocer sus formas materiales y espirituales superiores a aquellos pueblos que las desconocen" eran moneda corriente en la época. La civilización constituía la perfectibilidad, el grado máximo de civilización, el punto culmine del progreso racional, era un deber "moral" que el Europa llevara a los pueblos inferiores al progreso: "Las consecuencias político-ideológicas de esta teoría son bien conocidas. Los pueblos considerados inferiores, lo son por ley natural y no hay cambio histórico posible. De aquí al racismo como doctrina seudocientífica habrá un paso" (Lischetti, 1995). En este contexto a la antropología solo le cabe describir las “sociedades atrasadas” antes de que sean transformadas por occidente, porque "son el espejo de lo que fuimos". Así nutrido de un etnocentrismo sin precedentes, la colonización se justifica científicamente. El razonamiento evolucionista no fue producto de una artimaña maquiavélicamente planeada, pero tal razonamiento apareció en el momento justo en que los imperios se expandían y sin duda sirvió para justificar tal expansión.

Hacia el último tercio del S. XIX, nace la teoría del evolucionismo cultural y, con ella, la ciencia antropológica anglosajona. La idea de evolución, es decir, el cambio paulatino de las sociedades hacia formas considerablemente más perfectas, es mucho más antigua. Sin embargo, es en el S.XIX cuando aparecieron, con las premisas y la lógica de la Ilustración, distintas teorías evolutivas.

Son varios los motivos que hacen surgir esta teoría en este momento histórico. El clima intelectual evolucionista de la época, con el desarrollo de la filosofía de la historia de Hegel, el materialismo histórico de Marx y el evolucionismo biológico de Darwin, es uno de ellos. La segunda revolución geográfica y colonial que tiene lugar en el S. XIX es otro de los factores. La segunda expansión europea, realizada por los países que hicieron su revolución industrial y como consecuencia de la misma. Tal revolución supone por una parte, un nuevo contacto de occidente con culturas diferentes y extrañas y hace surgir la necesidad de conocerlas para dominarlas. Por otra, aparece una ideología evolucionista con el fin de legitimar la empresa colonial: los pueblos avanzados deben civilizar a los pueblos primitivos, pues éstos tienen que recorrer el mismo camino. Se difunde la religión del "progreso", como los conquistadores ibéricos difundieron el catolicismo.

Pueden citarse como precursores del evolucionismo a Gobineau (teoría de la inferioridad racial) y a el musulmán Ibn Jaldún. Entre los primeros evolucionistas destacan Henry S. Maine, Juan Jacobo Bachofen, Numa Denis Fustel de Coulanges, John F. Mc Lennan.

Y los clásicos del evolucionismo son Edward B. Tylor, Lewis Henry Morgan y Sir James Frazer.

Edward B. Tylor, expresa en el primer párrafo de su obra Cultura primitiva el objeto y las características de la nueva ciencia:

"La Cultura o la Civilización, tomada en su amplio sentido etnográfico, es ese complejo conjunto que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otras actitudes y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad. La situación de la cultura entre las diversas sociedades de la humanidad, en la medida en que es susceptible de ser investigada según unos principios generales, es una materia adecuada para el estudio de las leyes del pensamiento y de la acción humanos. Por una parte, la uniformidad que tan ampliamente caracteriza la civilización puede atribuirse en gran medida, a la uniforme acción de causas uniformes; mientras, por otra pate, sus diversos grados pueden considerarse como fases del desarrollo o evolución, cada uno de ellos como resultado de una historia anterior, y dispuesto a desempeñar su propio papel en la configuración de la historia del futuro. El presente volumen está dedicado a la investigación de estos dos grandes principios en varios departamentos de la etnografía, con especial atención a la civilización de las tribus inferiores en relación con la civilización de los pueblos superiores".

Sobre los métodos de análisis de la información, Tylo habla especialmente de un método inventado por él, llamado mètodo comparativo estadístico:

"Mi objetivo es mostrar que el desarrollo de las instituciones puede ser investigado sobre una base de tabulación y clasificación. Con este fin he tratado un tema del mayor interés tanto real como teórico, la formación de las leyes del matrimonio y de la filiación, respecto al cuál he estado recogiendo el testimonio encontrado entre 300 y 400 sociedades que van desde insignificantes hordas salvajes a las grandes naciones cultas. Las reglas particulares han sido catalogadas en cuadros sinópticos, a fin de cerciorarse de lo que puede llamarse "adhesiones" a cada costumbre, mostrando qué sociedades tienen la misma costumbre, o qué otras costumbres les acompañan o quedan fuera de ellas. Nuestra tarea consistirá en inferir a partir de la repetición o la ausencia de estas costumbres, su dependencia respecto a las causas que actúan en toda la humanidad".

Y, a partir de la información recogida y analizada con sus métodos, Tylor juzga que puede llegar a una teoría, que es la meta de lo que llama etnografía racional. Aplicando el método comparativo a datos etnográficos de pueblos primitivos, a datos arqueológicos y a vestigios prehistóricos, Tylor lanza un esquema de la evolución de la sociedad, que es, en general, ascendente, aunque no se atreva a opinar sobre qué hay antes de la vida primitiva, ni niegue casos de degeneración.

La teoría evolucionista supone un proceso universal de cambio a través de tres etapas (salvajismo, barbarie y civilización). Aunque la tendencia principal sea la que lleva del salvajismo a la civilización, Tylor no puede ser considerado evolucionista unilineal. Así, por ejemplo, el concepto de las supervivencias, que son "procesos, costumbres, opiniones, etc., que han pasado, por la fuerza del hábito, a un nuevo estado de la sociedad, distinto de aquél en que tuvieron su marco original, y sí perduran como pruebas y ejemplos de una situación cultural más antigua, que ha evolucionado a otra más nueva".

Tylor aplica su método al estudio de la evolución de la religión. Traza un esquema que parte del animismo de las razas inferiores y culmina en el monoteismo de los pueblos civilizados.

Lewis Henry Morgan

El estudio de la importancia del parentesco en el funcionamiento de las sociedades es una de sus aportaciones más importantes a la antropología.

Sostiene un evolucionismo unilineal: "la experiencia humana ha sido casi uniforme, las necesidades humanas bajo condiciones similares han sido esencialmente las mismas y las evoluciones del principio mental han sido uniformes en virtud de la identidad específica del cerebro en todas las razas humanas" Aunque añade que " tal unidad psíquica es sólo un parte de la explicación de la uniformidad de los resultados, pues hacen falta además, unas condiciones similares de desarrollo, basadas en el nivel de tecnología del periodo".

Pretende probar empíricamente el progreso con cuatro indicadores a lo largo de siete periodos étnicos. Tales periodos son el salvajismo inferior, medio y superior, la barbarie inferior, media y superior y la civilización. Crea también una tipología evolutiva. Analiza mucho material etnológico americano que conocía bien por sus trabajos de campo.

Respecto a la evolución de la familia, dice Morgan: "Estamos acostumbrados a considerar que la familia monógama ha existido siempre, salvo en aquellos casos excepcionales en que ha sido reemplazada por la forma patriarcal. Por el contrario, el concepto de familia es producto del desarrollo de formas sucesivas, siendo la monógama la última de la serie. Mi propósito será demostrar que ésta fue precedida por formas más primitivas que predominaron durante el periodo del salvajismo y en los estadios inferior y medio de la barbarie, y que ni la forma monógama ni la patriarcal pueden remontar su origen hasta más allá del estado de la barbarie. Ellas son esencialmente modernas. Además, no habrían sido posibles en medio de la sociedad antigua, hasta tanto la experiencia previa de las formas más primitivas prepararan el camino a su introducción en todas las razas del género humano".

Sir James Frazer

Para Frazer, la humanidad ha recorrido tres etapas en la formulación de su pensamiento: magia, religión y ciencia.

La magia se fundamenta en la existencia de cierto orden en la naturaleza, que es percibido por el salvaje, al tratar de descubrir las leyes de la naturaleza para servirse de ella y para librarse de las cosas que le amenazan. Esta magia es simpática o simpatética. No ser refiere a la emotividad sino a la afinidad entre los seres y las cosas de la naturaleza. Para Frazer, la magia es falsificación de la ley natural y guía engañosa de la conducta, por lo que puede denominársele una ciencia mentirosa y la hermana bastarda de la ciencia. Aunque la magia ha sido utilizada por los más astutos para explotar a sus semejantes, ha cumplido también funciones positivas, apuntalando instituciones claves de una sociedad, como el poder real o la propiedad. El fracaso de la magia lleva a los hombres más clarividentes a refugiarse en la religión.

La religión nace del fracaso de la magia. La creencia y la práctica son esenciales para la religión, auqnue la práctica no se exprese necesariamente en el rito (sacrificios, oraciones o ceremonias externas), sino en el comportamiento ético (caridad, compasión o castidad), para imitar la naturaleza divina. Para Frazer, la religión es una súplica a un ser superior, que suele acceder a la misma, aunque no necesariamente, mientras que la magia es una manipulación de un poder en una relación de causa y efecto. Tal diversidad de principios explica la innegable rivalidad que se ha dado en la historia de la humanidad entre el sacerdote y el mago.

Poco a poco la explicación religiosa comienza a ser menos satisfactoria... por eso las mentes más perspicaces, al profundizar en los misterios del universo, llegan a rechazar la teoría religiosa como inadecuada y, en consecuencia, la religión considerada como una explicación de la naturaleza es desplazada por la ciencia.

Para Frazer, que refleja el optimismo positivista de fines del S. XIX, la esperanza del progreso, tanto moral e intelectual como material, en el futuro está condicionado por la ciencia. Pero este optimismo tiene sus límites, porque no se trata de un ciclo totalmente cerrado. En su último análisis, magia, religión y ciencia no son más que teorías del pensamiento, y así, como la ciencia ha desplazado a sus predecesores, así también puede reemplazarla más tarde otra hipótesis más perfecta. Frazer se imagina la historia de la humanidad como un tejido de tres hilos, el negro de la magia, el rojo de la religión y el blanco de la ciencia, y se pregunta: ¿de qué color será el tejido que las Parcas están hilando en el telar incansable del tiempo? ¿Blanco o rojo? No podemos saberlo. Una luz débil y vacilante ilumina a lo lejos el principio del tejido. Nubes y tinieblas ocultan la otra extremidad.

Respecto a su teoría sobre el totemismo, dice que un totem es cierta clase de objetos de objetos materiales a los que el salvaje profesa una veneración supersticiosa, en la creencia de que existe entre él y cada uno de esos objetos una relación íntima perfectamente determinada. El totem a diferencia del fetiche, no es un individuo, sino una clase de seres, ordinariamente de animales o de plantas, a los que el primitivo no mata ni come, y a veces, de cosas inanimadas y aún artificiales. Hay al menos tres clases de totem: el del clan, que se transmite por herencia a todos los miembros del clan; el sexual, que es común a los varones o mujeres de la tribu; y el individual, que es exclusivo de un individuo y que no se transmite.

La relación totemismo-sociedad es muy clara, el totemismo ha hecho mucho para "fortificar los lazos sociales y, por lo tanto, para servir a la causa de la civilización. El progreso de ésta depende, en efecto, de la cooperación coordial de los hombres en sociedad, de su confianza y buena voluntad mutuas, de su disposición a sacrificar los intereses personales a los intereses de la comunidad. Una sociedad así unificada es fuerte por sí misma y puede sobrevivir... Los individuos que tienen el mismo totem se miran como parientes unos a otros, y están prestos a ser amigos y a asistirse recíprocamente, en caso de dificultad o de peligro. Y el lazo totémico es a veces sentido más eficazmente que el de la sangre. Un sentimiento de obligaciones y de responsabilidades comunes abarca a todo el clan totémico. Cada uno es responsable, aun a costa de su vida, de los actos de todos los demás. Cada uno siente y está dispuesto a vengar la herida infligida a otro, como hecha a él mismo". - 

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