El coeficiente de reparto (K) de una sustancia, también llamado coeficiente de distribución (D), o coeficiente de partición (P), es el cociente o razón entre las concentracionesde esa sustancia en las dos fases de la mezcla formada por dos disolventes inmiscibles en equilibrio. Por tanto, ese coeficiente mide la solubilidad diferencial de una sustancia en esos dos disolventes.
Donde [sustancia]1 es la concentración de la sustancia en el primer disolvente y, análogamente [sustancia]2 es la concentración de la misma sustancia en el otro disolvente.- .............:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=1fba6edb712b4e9e74ea11403a350120497ac754&writer=rdf2latex&return_to=Coeficiente+de+reparto
Extracción líquido-líquido
El término extracción se define como la transferencia de una sustancia de una fase a otra. Aunque también se utilizan técnicas de extracción sólido-líquido, la más frecuente es la extracción líquido-líquido, conocida simplemente como extracción, que se lleva a cabo entre dos líquidos inmiscibles utilizando un embudo de decantación. Las dos fases líquidas se una extracción son:
- Fase Acuosa: agua o disolución acuosa.
- Fase Orgánica: disolución o disolvente orgánico inmiscible con el agua.
Conviene distinguir entre los términos extracción y lavado. Ambos definen la misma operación, aunque se realizan con distinto fin, y la terminología cambia según cuál sea la fase de la que se parte: la extracción se refiere al paso del compuesto orgánico de interés de una fase acuosa a un disolvente orgánico, mientras que el lavado se realiza con una disolución acuosa para retirar de la fase orgánica incompuesto no deseado.
Fundamento Teórico
Supongamos que una disolución de un compuesto A en un disolvente 1 se extrae con otro disolvente 2, inmiscible con el primero, en el cual el compuesto A es más soluble. Dicho compuesto se repartirá entre ambos disolventes hasta llegar a una situación de equilibrio. Finalmente, las dos fases líquidas inmiscibles se separarán en el embudo de decantación, quedando abajo la de mayor densidad
La relación de las concentraciones del compuesto A en cada disolvente, a una temperatura dada, es una constante llamada coeficiente de reparto (K). Para un mismo compuesto, el coeficiente de reaparto depende de la temperatura del par de disolventes considerados.
donde [A]1 y [A]2 son las concentraciones en el equilibrio del compuesto A en los disolventes 1 y 2, respectivamente. Realizando una aproximación, puede considerarse que la concentración del compuesto A en cada disolvente se correlaciona con la solubilidad de dicho compuesto en al disolvente puro. Por tanto, el éxito de una extracción depende de la solubilidad relativa del compuesto a extraer en el par de disolventes elegidos. Un aspecto muy importante de la técnica de extracción es que, para un mismo volumen final de disolvente orgánico, es más efectivo realizar varias extracciones con un volumen menos que una única extracción con todo el disolvente.
Únicamente cuando K es muy grande (100) sería suficiente realizar una única extracción. Para compuestos solubles en agua donde K sea próximo a 1, solamente se extraerá una pequeña cantidad del compuesto. En ese caso hay que recurrir a la técnica de extracción líquido-líquido en continuo. La mayor parte de los compuestos orgánicos tienen coeficientes de reparto entre un disolvente y agua mayores de 4. Por tanto, una extracción doble o triple generalmente extraerá de una disolución acuosa la mayo parte del compuesto orgánico (Esquema 1). En ocasiones, conviene saturar la fase acuosa con cloruro sódico, ya que la solubilidad de los compuestos orgánicos en disoluciones acuosas saturadas con electrolitos fuerte es mucho menor que en agua (efecto salino).
Esquema 1
Procedimiento experimental
Las etapas de que consta un proceso de extracción o lavado son las siguientes:
- Preparación del material.
- Adición de las fases.
- Agitación de la mezcla.
- Separación de las fases.
- Secado de la fase orgánica.
- Filtración y eliminación del disolvente.
- Preparación del material.
El material necesario para llevar a cabo una extracción está representado en la figura 1. La extracción en si se realiza en un embudo de decantación que debe estar provisto de un tapón y una llave que ajusten y giren perfectamente sin causar pérdidas. El tapón y la boca esmerilada no deben engrasarse nunca. Para evitar que se queden adheridos, deben mantenerse limpios, sin restos de productos orgánicos o inorgánicos.
Figura 1
Colocar el embudo de decantación sobre un aro metálico unido a un soporte. Antes de realizar la adición de cualquier disolución al embudo hay que comprobar que la llave esté cerrada. Para facilitar la adición se utiliza un embudo cónico y siempre es conveniente colocar un vaso de precipitados grande debajo el embudo, por si éste se rompiera o la llave perdiese. A medida que las fases se van extrayendo del embudo, se recogen en erlenmeyers.
- Adición de las fases
Utilizando un embudo cónico, verter al embudo de decantación la disolución que se va a extraer y seguidamente el disolvente extractor (Figura 1). No llenar el embudo más de tres cuartas partes de su volumen ni introducir disoluciones calientes.
- Agitación de la mezcla
- Tapar el embudo y tomarlo firmemente con ambas manos, sujetando con una la llave y con la otra el tapón.
- Colocar el embudo en posición horizontal y agitar suavemente imprimiendo un movimiento circular. Al agitar un disolvente volátil su presión de vapor aumenta, generándose una sobrepresión en el interior del embudo; para eliminarla, invertir el embudo y abrir la llave con cuidado. Si mientras se agita no se elimina la sobrepresión, el tapón podría saltar bruscamente y derramarse parte del contenido del embudo.
- Cerrar la llave de nuevo y repetir la operación de agitar y abrir la llave varias veces.
- Separación de las fases
Apoyar el embudo sobre el aro, quitar el tapón y esperar hasta que las fases se separen por completo y se observe claramente la línea de separación. So la interfase no fuese nítida (emulsión), consultar el apartado 5.
Antes de proceder a sacar del embudo la fase inferior, comprobar que el tapón se ha retirado. Si la llave se abriera con el tapón puesto, después de salir las primeras gotas de líquido se produciría en el interior del embudo una disminución gradual de la presión con respecto al exterior, lo que impediría la salida de su contenido.
La fase inferior se saca del embudo abriendo la llave, y se recoge en un erlenmeyer. Al principio se la separación, la llave se abre completamente y a medida que el volumen de la fase inferior va disminuyendo, se cierra gradualmente hasta que la línea de separación de las fases se aproxima a la llave. Para evitar que las gotas de la fase inferior que han quedado sobre las paredes del embudo se pierdan, girar el embudo ligeramente alrededor de su posición vertical y añadir ese pequeño volumen a la fase anteriormente separada. Si quedara algo de líquido en el vástago del embudo, golpearlo suavemente para que descienda.
La fase superior se vierte por la boca del embudo a otro erlenmeyer, evitando así que se impurifique con restos de la fase inferior que hayan quedado en la llave o en el vástago. Si la fase superior tiene que lavarse o extraerse de nuevo, no es necesario sacarla del embudo.
Es importante no desechar ninguna de las fases hasta que no haya certeza sobre la naturaleza, acuosa u orgánica, de cada una (Apartado 2.4).
En los casos en que haya que realizar una extracción múltiple, el proceso se repite de nuevo. La fase acuosa final se extrae de nuevo con más disolvente, tantas veces como haga falta. Finalmente se reúnen todas las fases orgánicas y se procede a la eliminación de los restos de agua.
- Secado de la fase orgánica.
El conjunto de fases orgánicas recogidas en las diferentes extracciones se lava con disolución saturada de cloruro sódico, que retiene el agua de la fase orgánica con el fin de incrementar la solvatación de la sal. A continuación, se eliminan las trazas de agua utilizando un agente desecante inerte, generalmente sulfato sódico o magnésico anhidros.
La cantidad residual de agua presente en la fase orgánica es imperceptible ya que, además de estar en baja proporción, está en su mayor parte disuelta en el disolvente. Por tanto, la aparición de agua en el fondo del erlenmeyer proviene de un error experimental en la separación de las fases. Si esto sucede, en lugar de añadir el desecante, se debe introducir de nuevo la mezcla en el embudo y separar el agua existente. Sólo debe añadirse el desecante si no se observan gotas de disolución acuosa en la fase orgánica.
Se añade a la fase orgánica una cantidad de desecante proporcional a la cantidad de disolvente, suficiente para cubrir el fondo del erlenmeyer. Se agita ligeramente alrededor de su posición vertical, se deja en reposo y se tapa para evitar la evaporación del disolvente. Se espera un tiempo (generalmente es suficiente de 10 a 15 minutos), hasta que la turbidez inicial desaparezca y la disolución esté completamente transparente.
- Filtración y eliminación del disolvente.
El agente desecante hidratado se filtra por gravedad sobre un matraz (Figura 2) utilizando un embudo cónico y un filtro de pliegues o una placa filtrante. El erlenmeyer, el agente desecante y el filtro se lavan con el mismo disolvente para evitar pérdidas de producto. El disolvente se elimina a presión reducida en el rotavapor, aislándose de este modo el compuesto extraído, que posteriormente deberá purificarse.
Figura 2
Elección del disolvente
A la hora de elegir un disolvente para realizar la extracción de un compuesto orgánico disuelto en agua, hay que tener en cuenta que debe cumplir los siguientes requisitos:
a) Ser inmiscible en agua.
b) Disolver menor que el agua a la sustancia que se pretende extraer.
c) Tener un punto de ebullición bajo, de manera que, una vez finalizada la extracción, el soluto pueda recuperarse eliminando el disolvente a presión reducida en el rotavapor.
d) No reaccionar con el producto que se quiere extraer.
e) No ser inflamable ni tóxico y, entre varios disolventes posibles, elegir el más barato.
En la Tabla 1 se muestra una relación de disolventes miscibles e inmiscibles con el agua, así como la solubilidad máxima que presentan en ella, la cantidad de agua que adsorben en contacto con una fase acuosa y su densidad.
Tabla 1
Orden de las fases
En los procesos de extracción o lavado, donde se utiliza una disolución acuosa y otra orgánica, el orden de las fases depende de sus densidades relativas. Los disolventes halogenados, más densos que el agua, (Tabla 1) quedan por debajo de ésta, mientras que el resto, al ser menos densos, quedan por encima.
La mayor parte de las disoluciones acuosas que se utilizan en procesos de lavado contienen un 5-10% de soluto. Por tanto, la densidad de estas disoluciones está muy próxima a la del agua (1.0 g/mL). La densidad de una disolución saturada de cloruro sódico (36.7 g de NaCl en 100 mL de agua) es 1.2 g/mL.
Excepcionalmente puede presentarse el caso de una disolución en un disolvente orgánico menos denso que el agua, que, al tener una concentración de soluto muy alta, aumente su densidad considerablemente y resulte mayor que la de la fase acuosa. Como norma general, para evitar errores irrecuperables, no se debe descartar ninguna de las fases hasta que no se esté seguro de cual es la que interesa, y de que el producto se ha extraído por completo. Si existen dudas a la hora de decidir cual es la fase acuosa y cual la orgánica, la siguiente prueba puede resultar de gran utilidad.
1. Separar la fase inferior y añadir una pequeña cantidad de agua a la fase que ha quedado en el embudo, independientemente de su naturaleza.
2. Dependiendo de que dicha fase sea acuosa u orgánica, tras la adición de agua se observarán en el embudo una o dos fases. Si la que quedaba inicialmente en el embudo fuera orgánica, aparecerán dos fases. En tal caso, separar la pequeña cantidad de agua añadida. Si fuera acuosa, se observará una sola fase, y el haber añadido una pequeña cantidad de agua sólo habrá producido una ligera dilución, que carece de importancia práctica.
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