«Astrogeología»
El Período Copernicano, en la escala de tiempo geológico lunar, comienza hace 1.100 millones de años y continúa hasta el presente. El nombre procede del cráter Copérnico, que es un ejemplo prominente de cráter brillante, pero que no marca la base del período. No se conocen mares de basaltos que hayan erupcionado durante este período, y por esta razón se cree que la actividad geológica interna de la Luna cesó definitivamente en este momento.1
La base del Período Copernicano se define sobre la base del reconocimiento de que los materiales recién excavados sobre la superficie lunar son por lo general "brillantes" y se oscurecen a lo largo del tiempo como resultado de los procesos de meteorización del espacio. Operativamente, este período se definió originalmente como el momento en que los cráteres de impacto perdieron sus sistemas de rayos brillantes. Sin embargo, esta definición, recientemente ha sido objeto de algunas críticas ya que algunos cráteres son brillantes por razones de composición que no están relacionadas con la cantidad de meteorización que han soportado. En particular, si el cráter se forma en las tierras altas (que se compone de materiales brillantes de anortosita) seguirá siendo brillante, incluso después de haber sido degradado.
Sus equivalentes en la Tierra son la Era Neoproterozoica y el conjunto del Eón Fanerozoico. Así, mientras en la Tierra floreció la vida animal, en la Luna la actividad geológica estaba llegando a su fin.
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Las herencias aristotélica y platónica en astronomía. Modelos físicos y matemáticos del universo. El modelo de Ptolomeo
La teoría heliocéntrica de Copérnico: ¿revolución o reforma?
La polémica sobre instrumentalismo (o ficcionalismo) y realismo: el prólogo de Osiander y el De Revolutionibus. 1. Prefacio de N. Copernico a su obra. 2. Prefacio de A. Osiander. |
T.S. Kuhn afirmó en La revolución copernicana, que la revolución no se encontraba en el texto de Copérnico sino en las consecuencias inmediatas de la difusión y la defensa realista que hacen Kepler y Galileo de sus hipótesis. La reforma de la astronomía llevada a cabo por Copérnico era la respuesta a la crisis en que se encontraba la disciplina tras catorce siglos de dominio del modelo ptolemaico y la revivificación del modelo de las esferas homocéntricas en la astronomía islámica. Poner orden en la disciplina habría sido el objetivo de su innovación. Sin embargo, tesis historiográficas más recientes rechazan la adecuación del modelo de cambio científico de Kuhn para explicar adecuadamente la astronomía de este periodo. A juicio de autores como A. Elena, ni la astronomía estaba sufriendo un periodo de crisis ni permite comprender el origen de la insatifacción de Copernico con los modelos vigentes. La cuestión ¿por qué se decidió a abordar una reforma en la astronomía de tal envergadura? no es pues un interrogante menor. Como también señalan Rioja y Ordóñez (1999, 110)
es verdad que la astronomía ptolemaica había ido acumulando errores que exigían cambios capaces de traer la reforma del calendario. Pero también es cierto que la corrección de esos errores no exigía necesariamente afirmar algo tan difícil de admitir como el movimiento vertiginoso de la esfera que pisamos.
Puede afirmarse que las causas de la insatisfacción de Copérnico con la astronomía de su tiempo son:
Copérnico estaba comprometido con una epistemología realista y entendía que el astrónomo no debía contentarse con "salvar las apariencias", componiendo descripciones geométricas de los movimientos celestes independientemente de su correspondencia con la realidad. Por el contrario, concibió la tarea del astrónomo como la descripción de la auténtica constitución del universo aunque era consciente de las dificultades de tal empresa dada la vigencia de la cosmología aristotélica, una cosmología en la que era impensable una Tierra dotada de varios movimientos.
El Período Eratosteniano es el período más extenso en la escala de tiempo geológico lunar. Comienza hace 3.200 millones de años y finaliza hace 1.100 millones de años, aproximadamente.
Su nombre procede del cráter Eratóstenes, cuya formación marca el inicio de este período. La formación del cráter Copérnico marca su fin y el comienzo del Período Copernicano. El masivo vulcanismo basáltico que había caracterizado al período anterior (Ímbrico) disminuyó y llegó a cesar durante este largo lapso de tiempo lunar. Los flujos de lava lunar más jóvenes identificados a partir de imágenes orbitales son ubicados tentativamente cerca del final de este período, de modo que puede afirmarse que desde hace aproximadamente de 1.100 millones de años no existe vulcanismo significativo en la Luna.1
Su equivalente en la Tierra comprende la mayor parte de la Era Neoarcaica (del Eón Arcaico), Era Paleoproterozoica y Era Mesoproterozoica (del Eón Proterozoico).
Periodo lunare che si estende da 3,8 a 1,2 miliardi d'anni fa, caratterizzato da un nuovo episodio vulcanico.
I crateri da impatto nel periodo Eratosteniano, contrariamente a quelli del periodo Imbriano, sono ben conservati ma gli ejecta sono quasi totalmente cancellati.
Definizione tratta dall'articolo "I misteriosi rilievi di Tolomeo" di Piergiovanni Salimbeni e Raffaello Lena, pubblicato su Nuovo Orione n° 97 - giugno 2000. Ringraziamo l'autore e l'editore per la gentile concessione.
El Período Nectárico, en la escala de tiempo geológico lunar, abarca el intervalo comprendido entre 3920 y 3850 millones de años atrás durando aproximadamente 70 millones de años (aunque las fechas son estimadas, y pueden variar dependiendo de la literatura consultada)1 2 Es el período durante el cual Mare Nectaris y otras grandes cuencas se formaron por grandes impactos. Se encuentra comprendido entre los periodos Pre-Nectárico e Ímbrico Inferior.- .......................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=154bde93d87d825bf56ed7add004191261c5319f&writer=rdf2latex&return_to=Per%C3%ADodo+Nect%C3%A1rico
Era Nectárica (3.920 – 3.850 Ma)
Representación, a escala proporcional, de la duración de los cuatro eones que constituyen la edad de la Tierra (arriba) y de las cuatro eras en que está subdividido el eón Hadeico (en el medio); por último (abajo), señalización de la duración de la era Nectárica. Autor: Geofrik.
La era Nectárica (3.920 – 3.850 Ma) es la tercera división del eón Hadeico; está caracterizada por el bombardeo meteorítico intenso tardío que debió experimentar la Tierra (al igual que los demás planetas rocosos) y por la atmósfera y la corteza sólida primitivas de que disponía nuestro planeta. Su duración es de unos 70 Ma, lo que traducido a las escalas descritas en la entrada “Escalas de Tiempo Geológico (1/1000 y 1/Ma)” equivaldría a:
NOTA: Dentro de la era Nectárica sólo se reconoce un período: el período Nectárico.
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Es importante considerar que el bombardeo meteorítico que debió experimentar la Tierra durante esta era posee especial importancia, ya que posiblemente tuviese una marcada influencia sobre el origen de la vida en nuestro planeta (la cantidad de energía que pueden liberar los meteoritos al chocar contra la Tierra es muy alta, pudiendo elevar la temperatura superficial del planeta a escala global).
Representación artística de los efectos del bombardeo meteorítico intenso tardío sobre la superficie de la Tierra. Autor: desconocido.
A mayor masa y velocidad del bólido al colisionar con la Tierra, mayor es el incremento de la temperatura. Por ejemplo, se ha calculado que el impacto de un objeto de 500 km de diámetro contra la Tierra primitiva podría ser capaz de formar transitoriamente una atmósfera espesa de vapor de roca y liberar tal cantidad de energía que llegara a esterilizar la superficie de nuestro planeta (es decir, la elevación de la temperatura sería de más de 110 ºC en todo el globo, suficiente para aniquilar cualquier forma de vida que hubiera podido surgir sobre esa Tierra inhóspita) y poner completamente en ebullición los océanos del planeta.
Reconstrucción digital en vídeo de cómo sería la colisión de un asteroide de 500 km de diámetro contra la Tierra en la actualidad. Autor: desconocido.
Un desastre así se puede prolongar miles de años, durante los cuales precipitaría de nuevo toda el agua vaporizada. Tan sólo un tipo conocido de microorganismos podría sobrevivir a esta catástrofe: los hipertermófilos, que viven óptimamente en aguas a 80-110 ºC. Pero eso siempre y cuando el diámetro del planetesimal sea inferior de 50-60 km. Posiblemente, el número de colisiones gigantescas de este tipo que ocurrieron durante los primeros 500-700 millones de años no excedió de 12.
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