martes, 21 de abril de 2015

Pseudohistoria



De acuerdo con la leyenda, la lanza Sagrada (también conocida como lanza del Destinolanza de Longino o lanza de Cristo) es el nombre que se dio a la lanza con la que un soldado romano, llamado Longino según un texto bíblico apócrifo, atravesó el cuerpo deJesús cuando estaba en la cruz.- .............................:http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=29e43bca8bb1d0eaf896fd3565cc564d3d55ecbd&writer=rdf2latex&return_to=Lanza+Sagrada



De acuerdo a la leyenda, la Lanza Sagrada (también conocida como Lanza del Destino, Lanza de Longinus o Lanza de Cristo) es el nombre que se le dio a la lanza con la que un soldado romano (llamado Longinus según un texto bíblico apócrifo) atravesó el cuerpo de Jesús cuando estaba en la cruz. 

El nombre del soldado que atraviesa el costado de Cristo no es mencionado en la Biblia pero en las referencias más antiguas que se tienen de la leyenda, el evangelio apócrifo de Nicodemo, de fecha desconocida, alrededor del siglo IV, también llamado Hechos de Pilatos, el soldado es identificado como un Centurión llamado Longinus en el que además se menciona a los ladrones crucificados junto a Jesús: Gestas y Dimas. 

Una forma del nombre Longinus también aparece en una miniatura en los Evangelios Ilustrados por Rábula (actualmente en la Biblioteca de Laurencia en Florencia) Ilustrados por Rábula en el año 586. 

En la ilustración, el nombre Longinus está escrito en griego sobre la cabeza del soldado que perfora el costado de Cristo. Esta es una de las primeras referencias del nombre, si es que no es una inscripción hecha posteriormente. 

La tradición Cristiana, refiriéndose a la novela La Lanza de Louis de Whol(1955), lo identifica como Gaius Cassius Longinus. 

Lanza de Longinus, Lanza Sagrada 

La Lanza del Vaticano. 

La lanza era desconocida hasta que San Antonio de Piacenza (DC 570), describiendo los lugares santos de Jerusalén, nos dice que él había visto en la Basílica del monte de Sion “la corona de espinas con la cual coronaron a nuestro Señor y la lanza con la cual lo perforaron en el costado”. Una mención de la lanza también se hace en el Breviario la Iglesia del Santo Sepulcro. 
La presencia en Jerusalén de esta importante reliquia es atestiguada por Cassiodorus(485-585) así como en Los Viajes de Gregorio (538-594) quien nunca estuvo en Jerusalén. 

En 615 Jerusalén y sus reliquias fueron capturados por las fuerzas persas de rey Khosrau II. Según el Chronicon Paschale, la punta de la lanza, que se había quebrado, fue dada en el mismo año a Nicetas que la llevó a Constantinopla y la depositó en la iglesia de Hagia Sophia. Esta punta de lanza, que fue fijada en un “ycona”, o icono, en 1244 fue vendido por Baldwin II de Constantinopla a Luis IX de Francia y fue guardado con la corona de espinas en la Sainte Chapelle de París. Durante la revolución francesa estas reliquias fueron llevadas a la Bibliothèque Nationale y subsecuentemente desaparecidas. (La actual “corona de espinas” es una guirnalda.) 
En cuanto a la porción más grande de la lanza, Arculpus la vio en la iglesia del Santo Sepulcro alrededor de 670 en Jerusalén, sin embargo no hay otra mención de ella tras el saqueo de 615. Algunos dicen que la porción más grande de la reliquia de llevó a Constantinopla en algún momento durante el siglo VIII, posiblemente al mismo tiempo que la Corona de Espinas. En algún momento, su presencia en Constantinopla parece ser claramente atestiguada por varios peregrinos, particularmente de origen Ruso. Y aunque posteriormente fue depositada en varias Iglesias , parece ser posible rastrearla a diferencia de la reliquia de la punta. Sir Juan Mandeville declaró en 1357,que había visto la cuchilla de La Lanza Sagrada en París y también en Constantinopla, y que la reliquia de esta última ciudad era mucho más grande que la de Paris. 

Cualquiera que haya sido la reliquia de Constantinopla, cayó en las manos de los turcos, y en 1492, bajo circunstancias minuciosamente descritas en La Historia de los Papas (escrita por Pastor), el sultán Bajazet le envió la reliquia a Inocente VIII para forzar al Papa a que continuara guardando preso a su hermano Zizim(Cem). En este punto hubo en Roma grandes dudas de su autenticidad, según relata Johann Burchard, por la presencia de otras lanzas rivales en París (La punta que había sido separada), Núremberg (La Lanza de Viena) y Armenia (La Lanza de Etschmiadzin). A mediados de 1700, el Papa Benedicto XIV dijo que obtuvo un dibujo exacto de la punta de La Lanza de París y que comparándola con la reliquia en la Basílica de San Pedro estaba satisfecho de que las dos formaran una sola cuchilla. 

La reliquia nunca ha salido de Roma donde se encuentra preservada bajo el domo de la Basílica de San Pedro aunque la Iglesia Católica Romana no ha hecho declaraciones sobre su autenticidad. 

La Lanza de Etschmiadzin. 

La lanza que se encuentra en Echmiadzin, Armenia, fue descubierta durante la Primera Cruzada. En 1098 el Cruzado Peter Bartholomew dijo tener una visión en la que San Andrés le decía que La Lanza Sagrada estaba enterrada bajo la Catedral de San Pedro en Antioquía. Tras mucho escavar en la catedral, la lanza fue descubierta. Esto se consideró un milagro por parte de los Cruzados quienes fueron capaces de derrotar al ejército Musulmán que repelía el asedio a la ciudad y capturaron decisivamente Antioquía. 

Otra Lanza se ha preservado en Cracovia, Polonia, desde el 1200. Aunque se alega que ha estado en esa ciudad por ocho siglos, los registros Alemanes indican que es una copia de La Lanza de Viena. El emperador Enrique II la mandó a hacer con pequeñas astillas de La Lanza original. Otra copia le fue entregada al rey de Hungría al mismo tiempo. 

Otra historia escrita por William de Malmesbury cuenta que Hugh Capet le entregó La Lanza Sagrada al Rey Athelstan de Inglaterra sin embargo parece deberse a una idea errónea. 

El artista Jeffrey Vallance creó ilustraciones é hizo varios duplicados de la lanza y los distribuyó alrededor del mundo, proponiéndose confundir la identidad de la lanza verdadera para las generaciones futuras. 

La Lanza de Viena (La Lanza Hofburg) 

Leyenda 

Los emperadores del Sacro Imperio Romano tenían su propia Lanza, atestiguada desde el tiempo de Otto I (912-973). En el año 1000 Otto III le dio a Boleslaw I de Polonia una réplica de la Lanza en el Congreso de Gniezno. 

En 1084 Enrique IV le agregó una banda de plata con la inscripción "Clavus Domini" (El Clavo del Señor). Esto se basaba en la creencia de que esta era la lanza de Constantino El Grande que encerraba como reliquia un clavo usado para la crucifixión. En 1273 se utilizo por primera vez en la ceremonia de coronación. 

Alrededor de 1350 Carlos IVmandó ponerle una banda de oro sobre la de plata con una inscripción que dice "Lancea et Clavus Domini" (La Lanza y el Clavo del Señor). En 1424 el Emperador Sigismund del Sacro Imperio Romano tenía una colección de reliquias, incluida La Lanza, que trajo de su capital en Praga a su natal Núremberg y decretó que ahí se guardara por siempre. A esta colección se le conoce como Reichskleinodien o la Regalía Imperial. 

Cuando el ejército revolucionario Francés se aproximó a Núremberg en la primavera de 1796 los consejeros de la ciudad decidieron mover el Reichskleinodien a Viena, Austria, para mantenerlo seguro. La colección fue confiada al entonces Barón Von Hügel, quien prometió devolver todos los objetos en cuanto la paz fuera restaurada y la seguridad de la colección estuviera asegurada. Sin embargo, el Sacro Imperio Romano fue disuelto en 1806 y Von Hügel aprovechó la confusión sobre quién era el legítimo dueño y vendió la colección entera, incluyendo La Lanza, a los Habsburgo. Cuando los consejeros de la ciudad descubrieron la venta solicitaron que les fuera devuelto el Reichskleinodien pero fueron rechazados. Como parte de la Regalía Imperial, La Lanza fue almacenada en el Schatzkammer (Tesorería Imperial) en Viena y se le conoció como La Lanza de San Mauricio. 

Durante la Anschluss, cuando Austria se anexó a Alemania, Adolfo Hitler tomó la lanza, la cual fue devuelta a Austria por el General Norteamericano George S. Patton al terminar la Segunda Guerra Mundial y fue guardada temporalmente en el Museo Kunsthistorisches y devuelta al Schatzkammer. 

En 2003 el Metalúrgico Inglés y Escritor de Ingeniería Técnica, el Dr. Robert Feather, obtuvo permisos extraordinarios no solo para examinar la lanza en un ambiente de laboratorio, sino también para remover cuidadosamente las bandas de oro y plata que la mantienen unida. En la opinión del Dr. Feather y otros expertos la creación aproximada de la cuchilla de La Lanza es del Siglo VII, un poco anterior a lo que el Schatzkammer estimaba. 

Se encuentra expuesta en el Schatzkammer (Tesoro Imperial), que es una de las colecciones del Palacio Imperial de Hofburg, 
considerada como parte del Museo de Historia del Arte de Viena (Kunsthistorisches Museum). 



Una Curiosa Primacía 

La toma de posesión del tesoro constituyó un gesto de benevolencia sorprendente, considerando que Hitler despreciaba a la casa de Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en un tren blindado provisto de una guardia de SS, y cruzaron la frontera alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi. Stein creía que, cuando Hitler tuviera la lanza en su poder, sus ambiciones latentes de conquista empezarían a crecer y florecer. 

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su control. La leyenda parece haber sido confirmada por una inquietante coincidencia que marcó el final de su conexión con la Lanza. 

Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza, junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad, defendida por 22.000 SS, 100 panzers y 22 regimientos de artillería. Durante cuatro días, la veterana división Thunderbird martilleó a estas formidables defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler cumplía 56 años- la bandera americana victoriosa fue izada sobre las ruinas. 

Durante los días siguientes, mientras las tropas norteamericanas localizaban a los supervivientes nazis y comenzaba el largo proceso de los interrogatorios, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno Militar, al mando del teniente William Horn, era enviada en busca del tesoro de los Habsburgo. Por casualidad, un proyectil había facilitado su tarea, volando una pared de ladrillo y dejando a la vista la entrada de la bóveda. Después de algunas dificultades con las puertas de acero de la misma, el teniente Horn entró en la cámara subterránea y echó una ojeada a la polvorienta oscuridad. Allí, sobre un lecho de descolorido terciopelo rojo, estaba la fabulosa lanza de Longinos. El teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945, está registrada en los textos de historia. 

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