martes, 7 de abril de 2015

zoología


 «Anatomía y fisiología de los mamíferos»

Se llama maslo o tronco a la región formada por los huesos coxígeos cubiertos por los tejidos blandos y por la piel poblada de cerdas; es lo que comúnmente se llama origen o principio de la cola de los cuadrúpedos.
En los caballos finos es mucho mas delgado que en los bastos y en todos se calcula y conoce su energía por la resistencia que oponen cuando se les coge para levantarlo. En el ganado vacuno es una de las partes que tientan los abastecedores para graduar el estado de carnes en que se encuentra la res.




Se llama menudillo a la articulación o juntura de la caña con la cuartilla y los huesos seramoideos de los cuadrúpedos.
Para ser perfecto debe seguir por su parte anterior la línea de la caña, cuando esta tiene el aplomo; sus partes laterales serán ligeramente redondeadas sin estar deprimidas en la superior; la posterior se continúa con el tendón y es un poco mas prominente interiormente.
Su volumen debe ser proporcionado al de la extremidad pero mas bien grande que pequeño porque es débil, muy flexibles y se arruina con facilidad y pronto porque no puede soportar el peso del cuerpo, mas la carga que se le eche y las reacciones por el apoyo de los pies en el terreno.





Se llama omasolibro o librillo al tercer estómago de los rumiantes, mas aplanado que el bonete, oblongo, encorvado, situado oblicuamente al lado derecho del abdomen entre el hígado y el saco derecho de la panza, aplicado por el lado izquierdo al bonete y por el derecho a la base del cuajo.
Se distinguen en él dos caras:
  • la anterior mira al hígado y al diafragma
  • la posterior al saco derecho de la panza
Se distinguen igualmente dos encorvaduras:
  • la mayor, de figura convexa está atada al cuajo y a la panza por el epiplon
  • la menor, cóncava corresponde a la parte superior del bonete
La cara interna presenta la continuidad de la gotiera y los dos orificios de este receptáculo, de los cuales el uno corresponde al bonete y el otro al cuajo. También se notan en ella una multitud de láminas colocadas en grupos y fijas a lo largo de la grande encorvadura; su borde inferior se halla flotante y libre y se dirige hacia la gotiera esofágica. Cada grupo presenta en su mitad una hoja central y está compuesto de un número más o menos considerable de láminas, arregladas simétricamente a derecha e izquierda y son menos anchas a medida en que se apartan de la lámina impar y están separadas en su base por láminas dentelladas. Todos estos grupos diferentes entre sí por su número y tamaño tienen sus hojas llenas de pezoncillos cónicos más o menos gruesos y elevados a proporción, que se aproximan al interior del librillo y forman por el lado de este receptáculo una multitud de gotieras en las que se sientan y detienen las sustancias fibrosas.
El orificio del librillo que corresponde al cuajo es redondo y deja paso libre a las materias que han de depositarse en el cuarto estómago. Las membranas que constituyen esta cavidad son idénticas a las de los demás estómagos pero con la diferencia de que la interna o foliculosa produce las láminas de que acabamos de hablar y la base de los bordes dentellados se debe a la membrana carnosa. El librillo recibe mayor número de vasos que la panza y el bonete, lo que indica una secreción mayor y más abundante.
Este receptáculo sirve para contener los alimentos que tienen que sufrir las últimas mutaciones para ser completamente digeridos. Retiene las materias fibrosas que no han sido suficientemente masticadas las reduce y empapa de los líquidos que las hace cambiar de naturaleza para la quimificación.



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