domingo, 26 de abril de 2015

Atlas de histología vegetal y animal



Tipos celulares

MASTOCITO

CÉLULA CEBADA

Son células que se encuentran normalemente en tejidos conectivos, derivan de células mieloides y poseen numerosos gránulos en su interior que poseen sustancias como la histamina y la heparina. Están relacionadas con el sistema inmune, con las reacciones de hirpersensibilización y alérgicas. Probablemente son células filogenéticamente antiguas ya que se encuentran en todas las especies con circulación sanguínea. Tienen un aspecto redondeado y sus gránulos presentan metacromasia. Fueron descubiertas por Paul Ehrlich que las llamó Mastzellen (en alemán, que nutren o engordan) ya que pensaba que sus granos (servían para alimentar al tejido que las rodeaba) eran restos de un proceso fagocítico.
Morfología
Al microscopio óptico las células presentan una forma redondeada u ovoide y en humanos su diámetro varía entre 8-20 micras dependiendo del órgano examinado. El núcleo no es segmentado y ocupa una posición central, pero lo más característico de este tipo celular, es su citoplasma que está cargado de gránulos con propiedades metacromáticas. Es decir, que tienen capacidad de virar el color del colorante con que se tiñen, por ejemplo, cuando se usa azul de toluidina y azul de metileno los granos se observan de color rojizo. Esto se debe a su contenido en heparina, un glicosaminoglicano sulfatado.
Al microscopio electrónico, las células cebadas presentan microvellosidades o pliegues ondulados en su superficie. Sus gránulos aparecen rodeados de membrana y su contenido presenta diferencias interespecíficas, lo cual afecta a su morfología. Presentan un aspecto finamente granular en el caso de los roedores, mientras que aparecen laminillas concéntricas en los seres humanos. También a microscopía electrónica se observan gránulos de diferentes electrondensidades lo que demuestra diferentes contenidos dentro de un mismo mastocito.
Origen y distribución
Por su parecido funcional y morfológico con los leucocitos basófilos se pensó en un principio que se originaban de ellos o de un progenitor mieloide común. Pero en realidad los mastocitos parecen originarse de una célula madre progenitora multipotencial diferente que se encuentra en la médula ósea. Además, y a diferencia del basófilo, la célula cebada sale de la médula ósea como célula inmadura agranular, circula por el torrente sanguíneo como célula aún no diferenciada y migra al tejido conjuntivo para madurar y realizar su función. Son células móviles que se encuentran en todos los tejidos vascularizados concentrándose alrededor de vasos sanguíneos de pequeño calibre. Sin embargo, el mayor número de células cebadas se observa en los tejidos conectivos de la piel (dermis) y de los tractos respiratorio y digestivo (conjuntivos de mucosas y submucosas).
Los mastocitos no son una población celular homogénea. Por sus características morfológicas y funcionales se pueden distinguir dos grandes grupos: las localizadas en el conectivo de la piel y el peritoneo, y aquellas que se encuentran sobre todo en la lámina propia del intestino. Incluso, estudios funcionales más precisos sugieren que existen más de dos tipos de mastocitos. Estas características diferentes se consiguen una vez que la célula ha llegado a sus destino.
Función
La función de los mastocitos es muy variada y a veces similar a la de otras células inmunitarias como los basófilos, monocitos y neutrófilos. Los mastocitos pueden fagocitar, procesar antígenos, liberar citoquinas y liberar sustancias vasoactivas. Son las células en las que se basa la respuestas alérgicas. Se caracterizan estas células por la gran cantidad de receptores que presentan en su membrana plasmática, la mayoría de los cuales intervienen en procesos migratorios y en la regulación de su actividad.
Estas células poseen en la membrana plasmática gran cantidad de receptores para la fracción constante de las inmunoglobulinas E (IgE). Sus gránulos citoplasmáticos contienen moléculas preformadas (mediadores primarios) o moléculas en forma de precursores que la célula sintetiza según su necesidad (mediadores secundarios). Entre los mediadores primarios se encuentran la histamina, heparina y factores quimiotácticos de eosinófilos y basófilos. Entre los secundarios están los que derivan del ácido araquidónico como las prostaglandinas y leucotrienos y los que no derivan como diversas interleuquinas y otros factores (activador de plaquetas, de necrosis tumoral).
La función mejor descrita para estas células está relacionada con las reacciones alérgicas relacionadas con las IgE. Estas inmunoglobulinas las genera el organismo ante la presencia de un antígeno que en este caso llamamos alérgeno. La primera exposición al alérgeno causa producción de IgE, las cuales se fijan a sus receptores en las células cebadas, quedando sensibilizadas ante el determinado alérgeno. Sin embargo, en una segunda exposición al alérgeno se une a la IgE lo que desencadena la liberación del contenido de los granos de los mastocitos y por tanto la reacción alérgica. Esta puede ser local, en la mucosa nasal provocando rinitis, o en lo pulmones, asma; o puede ser general provocando un choque anafiláctico. En general la liberación de histamina y de diversos mediadores lipídicos aumenta la permeabilidad de las paredes vasculares, lo que induce la salida de proteínas plasmáticas al conjuntivo y favorece la formación de edemas. La liberación de leucotrienos inducen la contracción del músculo liso en vías respiratorias. Además, liberan factores quimiotácticos que atraen a eosinófilos y neutrofilos que neutralizarían en parte la reacción debido a la antihistamina que liberan los eosinófilos y la capacidad de defensa de los neutrófilos. Los signos y síntomas típicos de una reacción alérgica son el prurito, el edema de la piel, el eritema cutáneo (enrojecimiento de la piel), la tumefacción de la mucosa nasal y la secreción nasal acuosa, los espasmos y el aumento de la secreción mucosa en vías respiratorias.
Pero además estas células han sido objeto de recientes estudios que sugieren que por su posición estratégica perivascular y perineural, y la gran cantidad de mediadores que presentan sus granos, están involucradas también en el inicio de respuestas inmunes e inflamatorias. En los últimos años se han descubierto una cantidad enorme de receptores que las células cebadas presentan en su membrana así como de mediadores químicos presentes en sus granos. Esto ha hecho que se hayan descubierto al menos 20 patologías de tipo no alérgico en las cuales estas células participan, entre ellas arteroesclerosis, dermatitis atópica, cistitis, migrañas, osteroporosis, soriasis y diversos tumores.


Tipos celulares

LA NEURONA

Introducción
Las neuronas, junto con las células gliales, forman el sistema nervioso central y el periférico de los animales. Mediante estos sistemas los animales pueden comunicarse con el exterior, tanto captando estímulos como emitiendo señales, conocer cómo está el interior de su propio cuerpo, y también les permite mover partes de su organismo y desplazarse. Las neuronas están especializadas en la recepción, procesamiento y emisión de información mediante mecanismos químicos y eléctricos que están fundamentalmente asociados a su membrana plasmática.
Esta función no la puede realizar una célula individualmente sino que lo hacen grupos más o menos numerosos de neuronas conectadas entre sí formando circuitos. Las neuronas se comunican entre ellas mediante unas especializaciones en sus membranas celulares denominadas sinapsis, gracias a las cuales se establecen circuitos neuronales. Algunas neuronas se comunican con las células musculares mediante sinapsis especializadas denominadas placas motoras.
El número de neuronas en el encéfalo humano se estima que es de 86.000 millones, sin contar con la médula espinal, ni el sistema nervioso periférico, mientras que en un encéfalo de ratón se estiman unos 71 millones (revisado en Herculano-Houzel 2009). En humanos, la mayoría de las neuronas están en el cerebelo, casi 70.000 millones y buena parte del resto en la corteza cerebral, unos 15.000 millones. Las neuronas tienen una morfología celular característica que generalmente se divide en tres dominios: dendritas, soma (también llamado cuerpo celular o pericarion) y axón, en cada uno de los cuales se pueden describir subdominios. Las neuronas se pueden clasificar según diversos criterios como la forma celular, el tamaño, sus tipos de conexiones con otras neuronas o con los músculos, así como la naturaleza química de los neurotransmisores que liberan. Estos últimos son moléculas con las que las neuronas se comunican entre sí y con otras células como las musculares.
Neuronas

Imagen de una sección de la corteza y del hipocampo de una rata impregnada con la ténica de Golgi en corte. Con esta ténica sólo se ponen de manifiesto una proporción muy pequeña de las neuronas totales.
Morfología celular
Las neuronas están dividas en tres dominios: soma, dendritas y axón. El tamaño y forma del soma, la densidad y forma de las dendritas, así como la disposición, longitud y patrón de ramificación de los axones son diferentes para cada tipo de neurona.
Neurona

Imagen de una neurona de la corteza cerebral de una rata impregnada con la técnica de Golgi. Se distinguen los tres principales compartimentos de las neuronas: dendritas, soma y axón.
El soma de las neuronas puede ser muy variable, pudiendo tener forma piramidal, esférica, estrellada, fusiforme o en cesta. El tamaño medio de un soma neuronal es de unas 20 µm, aunque puede variar bastante dependiendo del tipo de neurona. En su interior se encuentran el núcleo, normalmente en posición central, retículo endoplasmático, aparato de Golgi, mitocondrias, endosomas, elementos del citoesqueleto, etcétera. El cuerpo celular o soma es el dominio del que parten las dendritas y también el axón.
Las dendritas son el principal elemento de recepción de información de las neuronas. El término dendrita proviene del griego “dendron”, que significa árbol. Este aspecto de ramas hace que para referirse al conjunto de dendritas de una neurona se hable de árbol dendrítico. Normalmente una neurona posee más de una dendrita principal, que son las que surgen directamente del soma. La disposición espacial de las dendritas principales y su ramificación determinan la forma del árbol dendrítico. El número, la forma, la longitud y la ramificación de las dendritas es variable entre los distintos tipos de neuronas. Todas estas características son importantes porque determinan cómo se va a integrar la información que reciben. Las dendritas de muchas neuronas poseen unas pequeñas protuberancias especializadas en recibir información denominadas espinas dendríticas, las cuales son el elemento postsináptico de la sinapsis (ver más adelante). Se denominan entonces dendritas espinosas, mientras que las que carecen de espinas se denominan dendritas lisas. En las dendritas se encuentran mitocondrias, otros compartimentos membranosos como retículo endoplasmático, cuerpos multivesiculares, endosomas y elementos del citoesqueleto como microtúbulos, filamentos intermedios y filamentos de actina.
El axón es inicialmente una prolongación delgada que parte del soma o de una porción dendrítica gruesa y próxima al soma. El punto de inicio del axón se denomina cono axónico, porque su diámetro disminuye de manera clara. El axón puede tener una longitud variable, desde menos de 1 milímetro a varios metros, dependiendo del tipo neuronal. Normalmente el axón es ramificado y por ello también se habla de árbol axónico. A cada una de las ramas se les llama colaterales axónicas. El axón es el responsable de transportar y transmitir la información, recogida e integrada por las dendritas y el soma, a otras neuronas. No es, sin embargo, un elemento pasivo puesto que hay también procesamiento e integración axónica de la información. A pesar de que las colaterales axónicas son generalmente muy finas, sus extremos se engruesan para formar el botón sináptico, que es generalmente el elemento presináptico (ver más adelante). Aquí se produce la liberación de neurotransmisores.
Neuronas

Imágenes procedentes de secciones gruesas impregnadas con la ténica de Golgi en corte.
Tipos de neuronas
Neuronas

Diferentes tipos de neuronas con morfologías características en diferentes regiones del sistema nervioso central. La mayoría de las formas neuronales son multipolares, aunque tambén las hay mono, pseudo y bipolares.
Clasificar a las neuronas en tipos es complicado puesto que la diversidad en morfología, conexiones, neurotransmisores o propiedades eléctricas es enorme. De hecho, en el hipocampo de rata se ha llegado a proponer que pueden existir tantos tipos de neuronas como neuronas hay. Quizá esto no sea extrapolable a otras regiones encefálicas pero, sin embargo, da una idea de la complejidad neuronal.
En función del efecto de los contactos sinápticos se suele hablar de cinco grandes, aunque no bien delimitadas, categorías de neuronas: inhibidoras que hacen contactos locales, inhibidoras que contactan con células muy alejadas, excitadoras que hacen contactos locales, excitadoras que estimulan a células alejadas y neuronas neuromoduladoras que influencian la neurotransmisión.
También se pueden clasificar por la morfología neuronal. Por ejemplo, según el número de prolongaciones que parten desde el soma, tanto dendritas como axones, conjuntamente denominadas neuritas, podemos hablar de neuronas unipolares o pseudounipolares cuando sólo hay una, bipolares cuando hay dos (normalmente una hace de dendrita y la otra de axón) y multipolares cuando hay más de dos. La mayoría de las neuronas del encéfalo son multipolares. La morfología del soma, o del árbol dendrítico o axónico, también se utiliza para definir tipos neuronales. Así, tenemos neuronas piramidales: con el soma en forma de pirámide en la corteza cerebral, estrelladas: con el árbol dendrítico orientado en todas las direcciones presentes en la retina, en candelabro: poseen colaterales axónicas que tienen ese aspecto en la corteza cerebral, etcétera. Otra forma de división es la presencia de pocas o numerosas espinas en las dendritas y entonces hablamos de neuronas espinosas o no espinosas (con dendritas lisas).
La diana o dianas con las que hacen contacto las neuronas también sirve como elemento distintivo ya que es un aspecto importante de la funcionalidad neuronal. Las neuronas que tienen terminaciones en zonas sensoriales como la piel, el ojo, etcétera y que captan estímulos se denominan sensoriales primarias, otras contactan con los músculos y se llaman motoneuronas. Cuando las neuronas emiten prolongaciones que hacen contactos sinápticos sobre neuronas muy alejadas en el encéfalo se habla de neuronas de proyección, mientras que cuando son próximas se denominan interneuronas.
Según el tipo de neurotransmisor las neuronas se dividen en excitadoras, si producen una despolarización (disminución del gradiente eléctrico de la membrana postsináptica) en la célula diana e inhibidoras si producen una hiperpolarización (aumento del gradiente eléctrico de la membrana postsináptica). Estos efectos son mediados por los neurotransmisores que se liberan en la sinapsis. Así, el glutamato y el aspartato son los principales neurotransmisores excitadores, mientras que el GABA y la glicina son generalmente inhibidores. Pero existen otros muchos transmisores que tienen actividad excitadora o inhibidora. Las neuronas también se pueden nombrar según el neurotransmisor que liberen. Por ejemplo, las neuronas que liberan acetilcolina se denominan colinérgicas, aquellas que liberan dopamina, dopaminérgicas, las que liberan GABA, GABAérgicas, etcétera.
Sinapsis y neurotransmisores
Las sinapsis estructuras celulares donde se intercambia información entre dos neuronas. En ellas participan tanto la neurona que emite la información (neurona presináptica) como la que la recibe (postsináptica). Hay dos tipos de sinapsis en el sistema nervioso: las químicas y las eléctricas.
Sinapsis químicas
En las sinapsis químicas el elemento presináptico es normalmente un terminal axónico y el elemento postsináptico normalmente una dendrita o una espina dendrítica. Ambos elementos están separados por una hendidura sináptica, o espacio sináptico, de unos 20-30 nanómetros. El proceso básico de comunicación consiste en la llegada de una señal eléctrica (potencial de acción) al elemento presináptico, la cual provoca la exocitosis de vesículas que se encuentran en dicho compartimento. Durante este proceso se liberan a la hendidura sináptica las moléculas que se encontraban en el interior de dichas vesículas. Estas moléculas se denominan neurotransmisores, las cuales difunden hasta el elemento postsináptico, donde serán reconocidas por receptores de membrana a los que se unirán. Dicha unión, según el tipo de receptor activado, puede desencadenar una cascada de señalización en el interior del elemento postsináptico o también un cambio en su potencial de membrana, o ambos a la vez. De esta manera la señal eléctrica de la neurona presináptica se convierte en una señal química o eléctrica en la neurona postsináptica. Cada neurona participa en multitud de contactos sinápticos. Sumados los que se forman en sus dendritas y soma junto con los que realizan sus terminales axónicos, se cuentan por miles los contactos en los que una neurona puede participar. Se piensa que cada neurona recibe información, de promedio, a través de unas 10.000 sinapsis y que envía información a través de unas 1.000. Si esto lo multiplicamos por el número de neuronas estimado en un encéfalo, por ejemplo de un humano adulto, nos podemos hacer una idea del enorme número de puntos de comunicación (entre 100 y 500 billones) y de la complejidad del sistema nervioso.
Sinapsis

Esquema de las sinapsis químicas simétricas y asimétricas.
Tipos de sinapsis químicas
Neuronas

Tipos más frecuentes de sinapasis químicas.
La sinapsis más común es la que se establece entre un terminal axónico y un elemento dendrítico, bien sobre la propia dendrita o sobre una espina dendrítica. A este tipo de sinapsis se les llama axo-dendríticas o axo-espinosas, respectivamente. Se nombra en primer lugar el elemento presináptico seguido del postsináptico. Así hay axo-somáticas, axoaxónicas y dendro-dendríticas. No se han encontrado somato-axónica. También se ha demostrado que algunas neuronas son capaces de hacer sinapsis consigo mismo, es decir, uno de sus terminales axónicos forma una sinapsis con una de sus dendritas. A este tipo de sinapsis se les llama autapsis. Por último, las neuronas que contactan con los músculos, provocando su contracción, forman unas sinapsis muy grandes denominadas placas motoras, en las que el elemento presináptico es un terminal axónico y el postsináptico una célula muscular.
Existe una clasificación de las sinapsis basada en sus características morfológicas observadas con el microscopio electrónico de transmisión, distinguiéndose sinapsis tipo I y tipo II. Las tipo I son aquellas en las que las proteínas asociadas a la membrana del elemento postsináptico forman un cúmulo mucho mayor que las que se asocian con la membrana del elemento presináptico. Por ello, estas sinapsis también se denominan asimétricas y se ha demostrado que en su gran mayoría provocan despolarización (excitación) de la neurona postsináptica. Las sinapsis tipo II tienen aspecto de simétricas, es decir, las membranas pre- y postsinápticas presentan cúmulos proteicos similares. Este tipo de sinapsis normalmente se dan en los cuerpos celulares de las neuronas, en los troncos de las dendritas y en los propios axones. Se ha demostrado que en la mayoría de los casos producen hiperpolarización (inhibición) de la neurona postsináptica.
Sinapsis químicas

Imágenes de microscopía elctrónica de transmisión donde se muestran imágenes de sinapsis químicas. A) Sinapsis asimétrica sobre una tronco dendrítico, que hace de elemento postisnático. B) Detalle de una sinapsis asimétrica sobre una espina. Se observan algunas vesílas liberando su contenido a la hendidura sinática. C) Dos sinapsis asimétricas sobre el mismo terminal postsináptico.
Plasticidad
Las sinapsis químicas no son estructuras fijas, de tal forma que puede cambiar el tamaño de los elementos presinápticos y postsinápticos, puede variar el número de receptores, el número de vesículas o la forma de la superficie de membrana del contacto sináptico, y todo ello en función de la actividad de dicha sinapsis. Esta capacidad de cambio se denomina plasticidad sináptica. El cambio (o cambios) que potencia o debilita la comunicación sináptica en función de la actividad neuronal y que se mantiene en el tiempo se denomina potenciación a largo plazo (LTP, del inglés “long term potentiation”) o depresión a largo plazo (LTD, del inglés “long term depression”), y se cree que estos cambios son la base para la formación de recuerdos o el almacén de información (memoria). Un recuerdo no sería una sinapsis, sino la actividad de una red de neuronas conectadas con sinapsis modificadas.
Neurotransmisores Los neurotransmisores son las moléculas que comunican las neuronas entre sí. Son liberados principalmente desde el terminal presináptico y viajan por la hendidura sináptica hasta la membrana del elemento postsináptico, donde son reconocidos por receptores de membrana que transducen la señal mediante cambios en el potencial de membrana o generando una cascada de señalización citosólica. Los neurotransmisores pueden ser aminoácidos como el glutamato, ácido gamma-aminobutírico (GABA) o el aspartato; monoaminas como la dopamina, la serotonina o la adrenalina; polipéptidos como la somatostatina, el neuropéptido Y o la sustancia P; pero también hay otros tipos de neurotransmisores como la acetilcolina, la adenosina o la taurina.
Sinapsis eléctricas
Las sinapsis eléctricas son uniones en hendidura que se establecen entre dos neuronas contiguas. Son mucho menos frecuentes que las sinapsis químicas. Las uniones en hendidura contienen unos complejos proteicos denominados conexones que permiten la comunicación directa entre citoplasmas vecinos. A través de estos complejos pueden difundir iones de modo que una despolarización de membrana se puede transmitir instantáneamente a la célula adyacente, sin necesidad de la mediación de neurotransmisores. También pueden cruzar la unión en hendidura otras moléculas tales como segundos mensajeros, ATP, etcétera. Esta comunicación es bidireccional, aunque las neuronas pueden regular el flujo de información mediante la abertura o cierre del complejo de conexones. Es mucho más rápida que las sinapsis químicas y por ello está presente en circuitos que requieren una gran rapidez en la comunicación o cuando se necesita coordinar la actividad de poblaciones celulares (un ejemplo son las vías que participan en los reflejos vestíbulo-oculares). Este tipo de sinapsis se encontró por primera vez en fibras gigantes del ganglio abdominal de cangrejo de río y después en muchos vertebrados, principalmente en peces.
Excitabilidad y potencial de acción
Una de las principales características de las neuronas es la capacidad de procesar información mediante cambios en el potencial de membrana de su membrana plasmática. El potencial de membrana es la diferencia de carga eléctrica entre el exterior y el interior celular, lo cual se debe a una distribución desigual de iones a un lado y otro. Los iones implicados son principalmente el sodio (Na+), el potasio (K+) y el cloro (Cl-), además del calcio (Ca2+). Sodio, cloro y calcio están más concentrados fuera que dentro de la neurona, mientras que el potasio está más concentrado dentro. Esto implica que la carga eléctrica extracelular debido a los iones es positiva respecto a la intracelular, estableciéndose así un gradiente eléctrico. El potencial en reposo es de unos -70 mV, el cual se crea y se mantiene con bombas de membrana que sacan y meten iones en contra de sus gradientes con gasto de energía. Los neurotransmisores, mediados por sus receptores de membrana, causan cambios en el potencial de membrana: si aumenta se llama hiperpolarización (inhibición; por lo que disminuye la posibilidad de que se genere un potencial de acción en la neurona postsináptica) y si disminuye despolarización (excitación; aumentando la posibilidad de generar un potencial de acción). Estos cambios de potenciales es lo que las neuronas manejan como información.
Cuando la información, es decir, un cambio en el potencial de membrana, se integra en las dendritas y el soma de la neurona y una despolarización consigue llegar hasta el segmento inicial del axón, entra en funcionamiento un mecanismo de propagación de dicha despolarización en la membrana del axón que permite transmitirla a lo largo de todas las ramas y colaterales del árbol axónico, llegando a todos los terminales axónicos que forman sinapsis donde desencadena la liberación del neurotransmisor o neurotransmisores presentes en las vesículas sinápticas. La descarga eléctrica que modifica el potencial de membrana de las neuronas y se propagada por los axones es lo que se llama potencial de acción. Cuando se produce un cambio en el potencial de membrana, bien sea una despolarización o una hiperpolarización, la concentración de iones a uno y otro lado de la membrana tiende de nuevo a su potencial de reposo, unos -70 mV, gracias a las bombas de iones responsables de restablecer las concentraciones existentes antes de la perturbación, dejando así la membrana receptiva para un nuevo estímulo.

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