sábado, 18 de abril de 2015

cultura educativa



historia educativa :
Las civilizaciones orientales
Introducción


a evolución cultural de la India es, a pesar de su respeto por la tradición, enormemente compleja. Las numerosas influencias que se han ido sumando a lo largo de su historia han hecho del conjunto cultural indio un mosaico de lenguas, etnias religiosas y modos de entender la vida que, aún hoy, son causa de muchos de los conflictos que se producen en el país.
Ya desde la antigua época Neolítica se produjeron choques étnicos y, varios siglos antes de Cristo, diferentes religiones se disputaban las creencias de la población. Si a esto se añade la gran variedad geográfica de la península Indostánica y el hecho de que la India es paso obligado de los contactos entre el este y el oeste de Asia, resultará fácil entender que la variedad es la característica de este país.
Rasgos generales

Desde el punto de vista de la geografía, la India ofrece notables diferencias a lo largo y ancho de su territorio (incluimos en el análisis geográfico el valle del Indo, que en la actualidad pertenece a Pakistán).
El Norte está ocupado por la llanura indogangética, recorrida por el Indo en el Oeste y por el Ganges en el Este. Hacia el Sur se extiende el conjunto de montañas y mesetas que configuran el Decán y que ocupan el triángulo de la península Indostánica, que separa el océano Índico, dando lugar al mar Arábigo y al golfo de Bengala.
Las diferencias climáticas y de vegetación de este conjunto son enormes. La llanura del Indo es semidesértica, mientras la del Ganges, sometida al monzón del golfo de Bengala, resulta mucho más húmeda. En el Decán contrasta la continentalidad de su zona central con la importante influencia del mar en todos sus márgenes costeros y en el bajo valle del Ganges.
Todo el conjunto queda cerrado al Norte por la imponente muralla de la cadena del Himalaya.
En este marco geográfico se desarrolló, desde comienzos del milenio tercero, una de las grandes civilizaciones asiáticas: la India. Sus primeros pobladores fueron los drávidas y se asentaron en el valle del Indo, dando lugar a la cultura de Harappa y Mohenjo-Daro. Esta cultura, de carácter urbano muy desarrollado, tiene un origen oscuro y para algunos historiadores pudo tratarse de una cultura llegada desde lejos al valle del Indo y sometedora de la población indígena.

Sello de Mohenjo Daro
Hacia el 1400 a. de C. las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro fueron destruidas (y con ellas gran parte de su cultura) por la invasión de nómadas indoeuropeos, que se impusieron a los drávidas. Esta nueva etnia extendió su dominio hacia el Ganges pero apenas entró en el Decán, que quedó ocupado por pobladores dravídicos.
Las llanuras del Indo y del Ganges han estado sometidas, desde los comienzos de la historia de la India, a constantes invasiones. Independientemente del constante trasiego de gentes que se produjo en época temprana, desde Mesopotamia hasta el Indo, las tierras del norte de la India se vieron sometidas a las ocupaciones de los persas, griegos, hunos, musulmanes, afganos, turcos, mongoles y, finalmente desde el siglo XVII, por los europeos (sobre todo ingleses).
Esta constante llegada de pueblos diferentes es la que ha hecho de la India un complejo conglomerado del que resulta difícil extraer pautas culturales uniformes y generalizadas. Cabe, no obstante, hablar de una civilización india antigua, en la que se configuraron caracteres que han perdurado a lo largo del tiempo.


Economía y sociedad de la India antigua


esde comienzos del III milenio hasta la llegada de las oleadas de indoeuropeos hacia el 1400 a. de C. se desarrolló la llamada cultura del Indo. Sus centros arqueológicos más importantes son las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro (por ello se habla también de la cultura Harappa) que fueron habitadas por los drávidas. De este periodo se sabe poco, entre otras cosas porque esta primera cultura urbana sufrió un corte brusco que la dejó sin evolución posterior al ser destruida por los indoeuropeos.
En cualquier caso, el alto grado de desarrollo urbano que muestran sus ciudades hace suponer que la agricultura (probablemente de regadío), la ganadería y la artesanía llegaron a alcanzar cotas importantes. Parece también adecuado pensar que la cultura del Indo practicó un importante comercio con Occidente, ya que en varios lugares de Mesopotamia se ha encontrado un tipo de sellos que, pudiendo ser marcas de propiedad, proceden de estas ciudades del valle del Indo.
La llegada de los indoeuropeos o arios (la palabra ario proviene del sánscrito y significó noble) hacia el 1400 a. de C., supuso la desaparición por aniquilamiento de la cultura Harappa y el comienzo de un nuevo periodo: la época Védica, que desde el punto de vista de la economía debió de significar un retroceso. El comercio internacional perdió su anterior importancia y la base económica quedó limitada a la agricultura, fundamentalmente cerealística (cebada, trigo y, más tardíamente, arroz), al cultivo de algodón como fibra textil y a un artesanado rural del que se desprendía un comercio limitado.
Esta situación inicial fue mejorando con el paso del tiempo en un proceso de desarrollo poco conocido, pero imprescindible, para comprender los niveles que más tarde llegaría a alcanzar. En ese proceso fue fundamental la relación e integración entre indoeuropeos y población drávida.
Con respecto a la estructura social, poco se sabe del periodo de la cultura del Indo, aunque parece razonable pensar que las ciudades como Harappa y Mohenjo-Daro debieron estar gobernadas por reyes y por una clase dominante, mientras que la gran parte de la población se dedicaba a las tareas agrícolas y ganaderas. Esta idea la sugiere la propia estructura urbana, donde aparecen casas de grandes dimensiones y con ciertos lujos junto a los llamados "poblados de trabajadores" con viviendas de reducido tamaño y todas iguales.
Mucho más importante para el desarrollo futuro de la sociedad india fue la estructuración de castas, impuesta por los indoeuropeos. La división social en castas tuvo una supuesta justificación de origen religioso, pero parece indudable que con ella los dominadores se aseguraban una situación de privilegio. Las castas iniciales fueron cuatro: los Brahmanes o sacerdotes, Shatrias o guerreros nobles y grandes propietarios, Vaisias u hombres libres (campesinos, artesanos y comerciantes) y Sudras u hombres sometidos (campesinos, pescadores, cazadores, siervos, etc.).
Fuera de la división en castas estaban los Parias o intocables, que no podían acercarse a nadie que perteneciera a cualquier casta. Estos se encargaban de los oficios considerados impuros, como el de curtidores. Este grupo fue completamente marginado del resto de la sociedad.


Mentalidad y Pensamiento


ueden resaltarse unos rasgos generales de la civilización india que permiten descubrir algunos de sus aspectos más característicos. Esos rasgos son: un enorme apego a la tradición, cierta indiferencia por la cronología, gusto por las clasificaciones ordenativas y un profundísimo sentimiento religioso que dirige casi todos los aspectos de su vida.
El apego a la tradición queda demostrado por la larga pervivencia de creencias sociales y religiosas, así como por la perdurabilidad de los cánones estéticos. El desinterés por la cronología incide tanto a nivel personal como social y proviene de las creencias religiosas, ya que al suponer un constante proceso de reencarnación se pierde la idea de limitación temporal a una sola vida. La rígida ordenación social en castas da buena muestra del gusto por las clasificaciones. Y la profunda religiosidad queda patente en el gran número de religiones y la infinidad de sectas, que con el paso del tiempo han ido generándose.
De todas estas características se desprende, de forma evidente, la importancia de la religión en el mundo hindú. El origen de la concepción de la existencia, dominada por lo religioso, se pierde en la cultura del Indo. Hacia finales del segundo milenio debieron fijarse los Veda, o libros sagrados, que fueron la base del Brahmanismo (más recientemente se ha denominado a esta religión con el término Hinduísmo).
Los Veda (el Saber) son una compleja recopilación literaria, sagrada, e incluso técnico-científica, que se distribuyeron en cuatro textos: el Rig-Veda, el Sama-Veda, el Yajur-Veda y el Atharva-Veda. Este ordenamiento es de época ya avanzada y el último de los Veda es un añadido aún más tardío. Desde el punto de vista religioso, los Veda son el saber sagrado que Brahma transmitió a los hombres. Brahma era la antropomorfización (forma humana) de Brahman, que tan sólo era una idea abstracta que indicaba lo absoluto.

Imagen que representa el dios Brahma
Brahma, como dios concretizado, era el creador y junto a él aparecieron dos divinidades más de significación opuesta: Vishnú, que era el dios conservador y Shiva, que era el dios destructor. Esta concepción de dos fuerzas contrarias que se complementan debió realizarse por la influencia del Avesta de Zaratustra, cuya huella ya se notaba en el Rig-Veda. Junto a los tres dioses citados, los hindúes pronto desarrollaron otras divinidades menores en una concepción claramente panteísta del mundo que le daba categoría divina a todo tipo de fuerzas naturales, animales o plantas. Las divinidades femeninas estaban concebidas como representaciones de la energía.

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