lunes, 3 de diciembre de 2018

NAVIDAD

POEMAS DE NAVIDAD

5 Poesías de Navidad cortasYa está aquí de nuevo la Navidad, las fiestas más esperadas por los niños. La mejor forma de hacer que no tengan unas vacaciones demasiado ociosas, a la vez que se culturizan y aprenden, es gracias a estos poemas navideños.
Con estas cortas poesías, algunas de grandes autores como Gloria Fuertes, no sólo despedirán el año 2013 y recibirán el 2014 con gracia, sino que les ayudará a introducirse aún más en el ambiente navideño. Sin duda cuando los niños recitan los poemas son mucho más entrañables, pero igualmente todos podemos aprender estas poesías, ya que así lograremos que les resulte más fácil aprenderlas y ayudaremos a crear una atmósfera aún más navideña en nuestro hogar.
Poesía de Navidad
Del lejano Oriente
vienen tres camellos:
Melchor y Gaspar
van en los primeros;
detrás Baltasar
en el más pequeño.
Uno trae juguetes;
otro caramelos
y el más chiquito
sólo lleva sueños,
Hasta un pobre establo
les llevó un lucero
y allí, en un pesebre,
al niño Dios vieron.
Melchor de la un tren;
Gaspar, caramelos,
y el buen Baltasar
le entrega sus sueños.
Y el Niño sonríe
y, dando un bostezo,
se pone a soñar
con dulces y juegos.
Los Tres Reyes
La estrella está brillando,
Ya llega la Navidad,
Los Reyes van llegando
Y nos traen felicidad.
Llegan del lejano Oriente
Para ver al niño dios.
Le dan un beso en la frente
Y luego le dicen adiós.
El Villancico del Niño Dormilón, Gloria Fuertes
No te duermas, Hijo,
que están los pastores.
Ellos te traen quesos,
ellos te traen flores.
Hijo, no te duermas,
que vienen los Magos.
Melchor, si le vieras,
los ojos muy largos,
Baltasar muy negros
y Gaspar muy claros.
Hijo, no te duermas
que nace mi llanto.
No cierres los ojos,
que te está mirando
un pastor sin madre
que vino descalzo
a ofrecerte un cuenco.
Cuenco de sus manos
lleno de azulinas
de las de tus campos.
¡Hijo, no te duermas,
que te están rezando!
El Camello Cojito (Auto de los Reyes Magos), Gloria Fuertes
El camello se pinchó
con un cardo del camino
y el mecánico Melchor
le dio vino.
Baltasar
fue a repostar
más allá del quinto pino…
e intranquilo el gran Melchor
consultaba su ‘Longinos’.
– ¡No llegamos,
no llegamos y el Santo Parto ha venido!
-son las doce y tres minutos
y tres Reyes se han perdido-.
El camello cojeando
más medio muerto que vivo
va espeluchando su felpa
entre los troncos de olivos.
Acercándose a Gaspar
Melchor le dijo al oído:
– Vaya birria de camello
que en Oriente te han vendido.
A la entrada de Belén
al camello le dio hipo.
¡Ay qué tristeza tan grande
en su belfo y en su tipo!
Se iba cayendo la mirra
a lo largo del camino,
Baltasar lleva los cofres,
Melchor empuja al bicho.
Y a las tantas ya del alba
-ya cantaban pajarillos-
los tres Reyes se quedaron
boquiabiertos e indecisos,
oyendo hablar como a un Hombre
a un Niño recién nacido.
– No quiero oro ni incienso
ni esos tesoros tan fríos,
quiero al camello, le quiero.
Le quiero -repitió el Niño.
A pie vuelven los tres Reyes
cabizbajos y afligidos.
Mientras el camello echado
le hace cosquillas al Niño.
A las Doce de la Noche
A las doce de la noche
todos los gallos cantaron
y en su canto anunciaron
que el niño Jesús nació.
A las doce de la noche
un gallo me despertó
con su canto tan alegre
diciendo Cristo nació.

No hay comentarios:

Publicar un comentario