sábado, 28 de enero de 2017

Geometría descriptiva

Bóvedas

La Bóveda de claustro (denominada también Bóveda claustral o Bóveda de rincón, a veces de forma más completa Bóveda en rincón de claustro) es un tipo de bóveda con planta cuadrada.1 Se trata a veces como una cúpula que se erige directamente desde una planta cuadrada o poligonal, estando su superficie exterior dividida en secciones por aristas o nervios. Se denomina así por encontrarse al inicio solamente en los claustros o corredores de medios cañones que se cruzan. Es una bóveda muy habitual en el románico español.

Características

Esta bóveda se deriva al girar en planta 45° de manera que los ejes coincidan con las diagonales del plano original. Los cuatro ángulos de la planta cuadrada se cortan, por lo que desaparecen las líneas de arranque, sosteniéndose la bóveda únicamente sobre 4 puntos de apoyo. Los arcos que originan sus aristas pueden ser rebajados, de medio punto o apuntados.
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La bóveda de la Capilla Sixtina es un conjunto de pinturas al fresco realizadas para decorar la bóveda de la Capilla Sixtina, en la Ciudad del Vaticano (Roma). Fue pintada entre 1508 y 1512 por Miguel Ángel y es una de las obras pictóricas más complejas de toda la historia del arte, encargada por el papa Julio II para sustituir la pintura que había en aquel momento a base de un fondo azul con estrellas doradas, que había sido realizada por Piero Matteo d'Amelia, según la tradición de los templos paleocristianos.1
En la bóveda de cañón rebajada, el artista diseñó una complicada arquitectura simulada donde incluyó el desarrollo de historias del Génesis, narradas desde el extremo del altar hasta la puerta de entrada de la capilla en más de 500 m2 de espacio. Desde 1508 hasta el otoño de 1512 Miguel Ángel trabajó solo en su realización, sin ayudantes. El 1 de noviembre de 1512 se celebró la primera misa en la capilla, después de acabada la pintura de la bóveda.

Preparación

El papa Julio II fue quien, en 1509, encargó a Miguel Ángel la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina.
Por recomendación del arquitecto Giuliano da Sangallo en el año 1505, Julio II llamó a Roma al escultor Miguel Ángel para hacerle la propuesta de la realización de su tumba; presentó el artista un magnífico mausoleo, que una vez aceptado por el papa, marchó a Carrara para escoger los mármoles necesarios. Mientras en el Vaticano se encontraba Bramante, que había sucedido en el cargo de arquitecto a Sangallo, empieza su trama contra Miguel Ángel y convence al papa que no debe construir una tumba para un vivo, el papa renuncia de momento y sin consultar a Miguel Ángel, decidió que sería él quien decorara la bóveda de la capilla Sixtina. Sus enemigos, Bramante al frente, pensaron que no podría llevarla a buen término y que así perdería el prestigio alcanzado. Miguel Ángel, al enterarse y ofendido por no querer ser recibido por el papa, huyó a Florencia, finalmente después de varios requerimientos papales, se encuentra con él en Bolonia, donde realizó una estatua de Julio II en bronce, regresó a Roma y firmó el contrato para la decoración al fresco de la bóveda de la capilla Sixtina el 10 de mayo de 1508.3
Cerca de un año pasó Miguel Ángel realizando esbozos y preparando el encargo de Julio II que se convertiría en una de las creaciones más impresionantes del arte occidental. Se puede hacer una idea de este proyecto en los dibujos preparatorios guardados en el Museo Británico de Londres. La decoración de la bóveda, por deseo de Julio II, había de ser con las figuras de los doce apóstoles y en el centro la bóveda estaría llena de adornos según costumbre de la época. Ya en la primera idea esbozada por Miguel Ángel se observa la compleja articulación de una arquitectura simulada para encajar las figuras. Según una carta de Buonarroti, dirigida a su amigo Fatteschi, sobre Julio II:
... cuando había hecho algunos dibujos, me pareció que resultaría cosa pobre; por lo que me dio otro encargo, de incluir las historias de más abajo y me dijo que hiciera en la bóveda lo que quisiera.4
Las relaciones entre Julio II y Miguel Ángel fueron de discusiones constantes, pero siempre con la admiración mutua que sentían el uno por el otro. No era normal en aquellos tiempos, el hecho que el comitente dejara plena libertad para escoger el tema y menos si de un papa se trataba. Seguramente fue por la confianza que tenía, no solamente en la capacidad artística, sino también en la gran cultura y en las cualidades de hombre de ideas, junto a la gran fama que ya había conseguido Miguel Ángel.5
Dibujo hecho en el soneto, guardado en la Casa Buonarroti, donde se ve como le cae la pintura sobre él.
El tema escogido, con interpretación neoplatónica, es la historia del mundo y de la humanidad antes de la venida de Cristo. Aunque la narración empieza del altar hasta la entrada, Miguel Ángel empezó el trabajo desde la pared de la entrada hasta el fondo del altar. Cuatro años pasó el artista afrontando grandes dificultades, a causa de la inexperiencia del pintor con la técnica de la pintura al fresco, cuando tenía pintada una parte de la bóveda se cubrieron los frescos con una capa blanca de sales, por lo que tuvo que recurrir a los consejos de Giuliano da Sangallo y de Francesco Granacci.6 Tuvo que montar otra vez los andamios y además pasó dificultades económicas por falta de pago, como se tiene noticia por la carta que dirigió a su hermano el 18 de septiembre de 1512:
... que yo no tengo ni un grosso y estoy, puede decirse que, descalzo y desnudo, y no puedo recibir lo que aún falta que me paguen mientras no haya terminado la obra; y padezco grandiosas privaciones y fatigas.7
Vasari dice que desde la pintura de la bóveda, realizada tendido sobre el andamio, cayéndole pintura por encima, Miguel Ángel, tenía dificultades con sus ojos. Cuando acabó la obra, el propio pintor contó en clave humorística en un soneto dirigido a su amigo Giovanni da Pistoia, en qué condiciones había tenido que realizarla. Este soneto se conserva en la Casa Buonarroti.8
De afanarme en este trabajo me he ganado un bocio como las paperas que les produce el agua a los gatos de Lombardía... Los lomos se me han hundido en la panza, hago del culo, para contrapeso, grupa, y, perdidos los ojos, doy pasos en falso. Por delante se me alarga la pelleja, y, al inclinarme hacia atrás, se me rejunta de tal modo que quedo tenso como arco sirio. Con ello, mis juicios resultan erróneos y extravagantes, pues mal se puede apuntar y disparar con cerbatana torcida. Defiende tú ahora, mi muerta pintura y mi honor, pues ni éste se halla en buen lugar, ni soy yo pintor.9
Entre los estudios realizados para las sibilas, destaca los de la Sibila libia del año 1511 y conservados en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, pertenece a una fase avanzada pero no la definitiva, pues la figura aparece desnuda, con un torso muy musculoso que parece viril, además el antebrazo izquierdo acabará en la pintura, más abajo que en el dibujo y el torso ganará en inclinación, en el reverso de este mismo dibujo hay un estudio sobre la posición de las piernas.10
Los relieves de Jacobo della Quercia en la portada principal de la iglesia de San Petronio en Bolonia realizados entre 1425 y 1438, con numerosas escenas del Génesis, incluyendo "La Creación de Adán" y la "Creación de Eva" pudieron servir de inspiración a Miguel Ángel, teniendo en cuenta que el artista vivió en Bolonia en 1507 mientras trabajaba en la estatua de bronce de Julio II.11
Bóveda de la Capilla Sixtina (1508–12)

Estructura

El techo de la Capilla Sixtina está dividido en varias secciones, que los elementos arquitectónicos simulados consiguen multiplicar los marcos de la bóveda y separan las nueve escenas del Génesis que son las que reciben mayor atención gracias a su complejidad, sobre los lunetos de las ventanas y las enjutas laterales es donde están los antepasados de Cristo, los triángulos donde se encuentran los tronos de los Profetas y las Sibilas y finalmente las enjutas de las esquinas o pechinas donde están las cuatro historias clave de la Salvación del pueblo de Dios (Israel).12
Se le da una semblanza gótica a la estructura de la bóveda, pero Miguel Ángel no hizo ninguna crucería diagonal, solamente los triángulos podrían recordar en algo al estilo gótico, de hecho, se parece más a una nave central de un salón romano o también de un templo románico, organizado en tramos transversales.13

Las nueve historias del Génesis

La Embriaguez de Noé.
Pecado original y expulsión del Paraíso.
Creación de Eva.
Estas escenas ocupan el área central de la bóveda y atraen la mayor atención del público. En esta sección rectangular se encuentran narradas nueve escenas del Génesis, pudiendo agruparse en trípticos: las tres primeras historias desde el altar hablan de la Creación del Mundo; las tres siguientes, de la Creación del Hombre y de su expulsión del Paraíso; y, las tres últimas, ilustran la historia de Noé. Algo raro en el orden de los frescos es que al entrar a la capilla por la puerta principal, la primera escena que vemos pintada es la de La embriaguez de Noé, en otras palabras, las escenas están pintadas en el orden inverso.
Las escenas son las siguientes:
  • 1. La Embriaguez de Noé (Génesis IX, 23). Se observa a Noé embriagado y dormido, Cam avisa a sus hermanos Sem y Jafet, que con su manto tapa la desnudez de su padre. El aspecto escultural de las figuras y su aptitud clásica revelan la influencia de los relieves antiguos.14
  • 2. El Diluvio Universal (Génesis VII, 18). El pintor representó la escena con un gran dramatismo, se aprecia en los rostros la angustia y el horror delante de la furia de los elementos, según Ascanio Condivi, primer biógrafo de Miguel Ángel, esta fue la primera escena que pintó en la bóveda, las dificultades que pasó con la pintura le hicieron decidir trabajar solo, sin ayudantes. Las figuras en posiciones diversas muestran violentos escorzos.15
  • 3. El Sacrificio de Noé (Génesis VIII, 20). Esta escena es la más académica, con un gran ritmo de composición y con una perspectiva rigurosa que se resalta con la posición en esquina del altar del sacrificio, las figuras están ordenadas dentro de una geometría ovalada.16
  • 4. Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso (Génesis II, 4). Desde esta zona se encuentra la segunda fase de la pintura, así se cree que una vez retirados los andamios Miguel Ángel pudo contemplar desde la distancia el efecto de sus pinturas, y en consecuencia, se ve un aumento en la medida de las figuras, así como la disminución del número, naturalmente también es la necesidad ilustrativa en las siguientes escenas para las historias que cuenta. Esta escena corresponde a dos narraciones el pecado original y la expulsión del Paraíso, con un equilibrio perfecto y una torsión de las figuras en contrapposto, aquí se ve una clara alusión a Masaccio en comparación con su pintura Los primeros Padres.17
  • 5. Creación de Eva (Génesis II, 21: Entonces Yahvé Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar). Del costado de Adán surge Eva con las manos en posición de rezar a Dios, su creador. La desnudez de Eva carece de seducción, el cuerpo presenta una gran pesadez y el rostro está realizado con trazos gruesos pareciéndose a una matrona romana, mientras Adán se muestra con un rostro tranquilo y con una sensación de dulzura en su sueño.18 Como modelo para esta representación el artista se inspiró en las esculturas que había visto en el año 1494, realizadas por Jacopo della Quercia para la puerta Magna de la Basílica de San Petronio de Bolonia. Se puede observar en este fresco la simbología de los cuatro elementos, en el suelo rocoso, la tierra, en el fondo una superficie de agua azul, el aire en toda la pintura y finalmente el fuego en el color rojo de la túnica de Dios.19
  • 6. La creación de Adán (Génesis I, 26: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza). Nadie como Miguel Ángel había sabido plasmar la creación de la vida humana con tanta sencillez y fuerza este misterio, la feliz idea de transmisión por contacto de los dedos, como si fuera un punto de electricidad, según Ernst Gombrich es «uno de los más grandes milagros del arte».
La creación de Adán de Miguel Ángel, en la Capilla Sixtina, con el Creador a punto de tocarlo con un dedo para darle la vida.
La inspiración de Miguel Ángel pudo venir del himno medieval Veni Creator Spiritus donde se pide que el dedo de la mano paterna derecha (digitus paternae dexterae) de a los fieles, amor y corazón. Existe un contraste entre la estructura esférica del manto que envuelve al Creador con todos los ángeles y el alargar la línea de su cuerpo hacia Adán, rebosando energía y una dinámica violenta. Adán en cambio, muestra una soberbia belleza con unas formas armónicas e indolentes dando la mano para encontrar la vida.20
Creación del sol y las plantas.
  • 7. Separación de las aguas y la tierra (Génesis I, 9). Aquí representó a Dios volando con los dos brazos extendidos para mostrar la energía en sus manos y dando orden para la separación de las aguas y la tierra.21
  • 8. Creación de los astros y las plantas (Génesis I, 4). En este tramo, se representan el tercer y cuarto día de la creación, la figura de Dios de espaldas crea las plantas y el lado de frente con un gesto poderoso crea los astros, la doble presencia quizás alude a la omnipresencia del Creador.22
  • 9. Separación de la luz de la oscuridad (Génesis I, 4). Con una gran originalidad en el escorzo, las dos manos separan la noche del día, como si fuese un atlante, Dios, soporta el peso del cosmos.23
Se alternan en estas escenas algunos desnudos masculinos llamados ignudi los cuales dan un toque sensual a la obra, y algunos medallones que representan otros momentos en la historia de la Biblia, pintados como si tuviesen un grabado imitando el bronce. El tamaño de los frescos es distinto. La primera pintura es pequeña y está enmarcada por cuatro ignudi y dos medallones de bronce donde se muestra el esbozo de una escena.
La segunda se representa en el mismo espacio que la anterior pero esta vez, también sobre lo que sería el marco de los desnudos y los medallones, por lo que esta escena es más grande que la anterior. Y así se alternan las escenas, una pequeña, y luego una grande.
Otra cuestión fue que Miguel Ángel pintó la escena del Sacrificio de Noé antes del Diluvio, cuando se sabe que el Sacrificio que hizo fue precisamente para dar gracias a Dios por haberse salvado del Diluvio y porque este hubiese terminado. Esto lo hizo probablemente, porque el espacio grande necesitaba ser usado por el Diluvio para resaltar este aspecto.







La bóveda de arista es el elemento arquitectónico abovedado que se utiliza para cubrir espacios cuadrangulares; resulta de la intersección de dos bóvedas de cañón, que se cruzan perpendicularmente. Geométricamente, está generada por dos superficies semicilíndricas ortogonales cuyas líneas de intersección, o aristas, son arcos de elipse que se cruzan en el vértice superior.
Su utilización no sólo se extiende por su fácil construcción con cimbras, sino porque permite distribuir los empujes de las cubiertas hacia los muros exteriores con gran facilidad.
Los ingenieros y arquitectos romanos la extendieron por el Imperio utilizándola como alternativa a los sistemas adintelados y las cubiertas planas para espacios pequeños. En instalaciones importantes, los baños romanos fueron cubiertos a menudo con enormes bóvedas de aristas, como son los casos de las Termas de Diocleciano en Roma, construidas entre 298 y 305 o las Termas de Cluny en París.
Mantenida durante la Alta Edad Media por su facilidad de construcción, se convierte en uno de los sistemas de cubrición más extendidos del arte románico. El primer ejemplo de una bóveda de arista estructural se halla en la iglesia arquetipica del primer románico, el también llamado Románico Lombardo, la basílica de San Ambrosio en Milán del año 1088-1099.
Salvo notables excepciones –Santa Magdalena de Vezelay, en el Camino francés de peregrinación a Santiago– su desarrollo se circunscribe a las naves laterales y a las cubiertas de la tribuna. Las grandes iglesias de peregrinación a Santiago como la de Santa Fe de ConquesSan Martín de ToursSan Sernin de Toulouse o la propia Iglesia catedral de Santiago de Compostela son excelentes ejemplos de su desarrollo técnico.
Loggia renacentista de bóveda de arista en el Palazzo della Ragione de Palladio, en Vicenza.
Abandonada por la bóveda de crucería en el Gótico, se recupera con nueva fuerza y brío constructivo en el Renacimiento, sobre todo en el Quattrocento italiano donde Brunelleschi es firme defensor de sus posibilidades constructivas y decorativas. El Barroco la compatibiliza con otras cubriciones hasta que la modernidad y sus nuevas soluciones arquitectónicas la relegan al carácter de solución artesanal tradicional.













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