Esculturas urbanas de España del siglo XVIII
El Cristo de los Desagravios y Misericordia, conocido popularmente como el Cristo de los Faroles, fue realizado por el escultor Juan Navarro León en el año 1794 siendo su promotor el capuchino franciscano Fray Diego José de Cádiz.1
Enclavado en uno de los lugares más tradicionales de Córdoba, la Plaza de los Capuchinos, el Cristo de los Faroles se encuentra iluminado por ocho faroles que le rodean y le dan su nombre popular.
La actual fisonomía del Cristo de los Faroles tiene su origen en las verjas que se levantaron en los años 20 del siglo XX y sus faroles fueron sustituidos por otros más hoscos en el año 1984.
Antiguamente, la Plaza de Capuchinos pertenecía al patio del Convento del Santo Ángel (Capuchinos), donándolo dicha congregación a la ciudad, entre otras cosas, por ser lugar de tránsito entre dos barrios muy populares de Córdoba. Mantiene dicha plaza su empedrado original y es el lugar de culto predilecto de Córdoba, ya que amén del Cristo de los Faroles, existen cuatro tallas importantísimas que se procesionan en la Semana Santa. Estas tallas pertenecen a la Hermandad de la Paz y Esperanza y a la hermandad de los Dolores. De hecho la Hermandad de los Dolores, su Cristo de la Clemencia (Amadeo Ruiz Olmos) procesiona con mucha similitud al Cristo de los Faroles.
El Cristo de los Faroles ha sido objeto de innumerables canciones o coplas, entre ellas, la más famosa, del mismo nombre, interpretada por Antonio Molina y que fue base para El Cristo de los Faroles (Película). En el año 2005 se estrenó una marcha procesional realizada por Miguel Angel Font (Sevilla), y regalada a los hermanos costaleros del Cristo de la Humildad y Paciencia de la hermandad de la Paz.
Varios momentos clave tiene la plaza para verla en su esplendor, al atardecer; el Martes Santo, con la cofradía de La Sangre, el Miércoles Santo con la cofradía de La Paz, y el Viernes Santo con la de Los Dolores, también en los vía-crucis de dichas hermandades.
La Fuente de los Mascarones fue una fuente de la ciudad de Madrid situada en el glorieta de San Vicente frente a la Puerta de San Vicente y ya desaparecida.2 Diseñada por Sabatini y realizada por el escultor Francisco Gutiérrez hacia 1775, fue desmontada en 1871 "cuando se construyó el Asilo de Lavanderas".
Descripción
Popularmente conocida con el nombre de el Niñote,5 la fuente aparece representada en diversos grabados y pinturas de la época. Monumental y esenta, presenta una estructura barroca piramidal tallada en granito y piedra caliza. En su base, se asienta sobre un pilón trilobulado sobre el que descansan cuatro grandes veneras o conchas colocadas boca. En su eje central se asienta el cuerpo con los cuatro mascarones que arrojando agua por sus bocas simbolizan cuatro ríos. Al igual que las cuatro fuentes pequeñas que Ventura Rodríguez diseñó para el Paseo del Prado, toda la estructura está rematada con la figura de un niño que cabalga un delfín y sopla el cuerno de una caracola por la que sale un chorro de agua.3 Este detalle, descrito por Pascual Madoz en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar (1845), aparece destacado en el cuadro de José del Castillo La bollera de la fuente de la Puerta de San Vicente, pintado alrededor de 1780 y conservado en el Museo del Prado.6
Uno de los últimos documentos gráficos en donde aparece la fuente de los Mascarones es una fotografía de Alfonso Begué realizada en 1864.7 Fue desmontada para dejar espacio al Asilo de Lavanderas, inaugurado en 1872, y aunque la intención original fue trasladarla a la Casa de Campo, al parecer fue destruida o 'perdida'.
La fuente de Neptuno es una fuente de estilo neoclásico que ocupa el centro de la glorieta a la que popularmente da nombre, dentro de la Plaza de Cánovas del Castillo, en la ciudad española de Madrid. Esta fuente monumental fue propuesta en 1777 y su construcción, empezada en 1782, finalizó en 1786. En su origen estuvo situada en el Paseo de Recoletos, en la bajada de la carrera de San Jerónimo, mirando a la fuente de Cibeles, pero fue trasladada al centro de la citada plaza en 1898. Forma parte de los tres grandes grupos escultóricos diseñados para el Salón del Prado por Ventura Rodríguez, junto con la Cibeles, y la Fuente de Apolo o de las Cuatro Estaciones.
Historia
En la segunda mitad del siglo XVIII Carlos III emprendió una serie de reformas, entre las que se encontraba la modernización de la capital para ponerla a la altura de las grandes urbes como San Petersburgo o París. En este plan de modernización se incluyó la colocación de monumentos emblemáticos, como la fuente de Cibeles, la Puerta de Alcalá y esta, la fuente de Neptuno. Se concibió como parte de las obras de ordenación del Salón del Prado y forma parte de un programa iconográfico inspirado en la mitología grecorromana.
Diseñada por el arquitecto Ventura Rodríguez, el proyecto se inició en 1777, usándose de modelo unos bocetos de madera realizados por Miguel Ximénez. Fue realizada con mármol blanco procedente de Montesclaros (Toledo).1 La obra escultórica fue encargada a Juan Pascual de Mena y este comenzó los trabajos en 1782; pero falleció en 1784, habiendo terminado tan solo la figura de Neptuno, y más próxima al modelo de Hércules Farnesio que a la idea de Ventura Rodríguez.2
Las restantes esculturas del monumento fueron continuadas por el discípulo de Mena, José Arias, además de por José Rodríguez, Pablo de la Cerda y José Guerra. Se conserva el dibujo realizado por Ventura Rodríguez que ingresó en el Museo Municipal de Madrid en 1926 procedente del Archivo de Villa.
Descripción y anecdotario
La fuente se alza sobre un gran pilón circular en cuyo centro se encuentra la figura de Neptuno, dios del mar, una de las doce divinidades del Olimpo, es hijo de Saturno y Rea, y hermano de Júpiter. Se presenta con una culebra enroscada en la mano derecha y el tridente en la izquierda, erguido sobre un carro formado por una concha tirada por dos caballos marinos con cola de pez (hipocampos).a Alrededor del carro nadan focas y delfines que arrojan chorros de agua a gran altura. El dios de las aguas pudo ser símbolo de la Marina que Carlos III reformó para hacerla más competitiva y reforzar el nexo con las colonias.
La hambruna que se vivió en Madrid durante la Guerra Civil, mezclada con el humor castizo provocó sucesos como que se le colocara a Neptuno un cartel colgando de su cuello que decía ‘Dadme de comer o quitadme el tenedor’.3 En 2012, durante una manifestación sindical, las aguas de la fuente fueron teñidas de rojo.4 Es tradicional que los hinchas del club de fútbol Atlético de Madrid se reúnan en su glorieta para celebrar sus títulos y victorias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario