sábado, 28 de enero de 2017

Geometría descriptiva

Bóvedas

Una bóveda de diamante(s) es una forma de bóveda utilizada en los estilos gótico tardío y renacentista, que se basa en un elaborado sistema de bóvedas cavernosas de una manera que se parece a los diamantes. Fue ampliamente utilizada sobre todo en los países de Europa Central.
Las bóvedas de diamante son techos cóncavo-convexo tan complejos que, como su nombre indica, evocan las facetas de una piedra preciosa tallada. Apareció por primera vez en 1471 en el palacio de Albrechtsburg en Meissen, Alemania, y se emplearon durante casi un siglo en lugares tan distantes como Gdansk, en el Báltico, y Bechyne en Bohemia Meridional (actual República Checa).
Desde el punto de vista histórico, las bóvedas de diamantes muestran la continua vitalidad de la arquitectura gótica en Europa Central, en un momento en que el redescubrimiento del pasado clásico en la Italia renacentista estaba cambiando el curso de la construcción. Arquitectónicamente, ofrecen algunos de los ejemplos más impresionantes de la experimentación geométrica y versatilidad tanto en espacios sagrados como profanos. El diseño de las bóvedas de diamante implicaba la comprensión de cómo todo el interior se forma mediante una correlación de su geometría, composición espacial y sistema de apoyo. Las bóvedas tienen la capacidad de integrar o compartimentar visualmente los interiores: pueden expandirlos por la recesión sin costuras o disminuirlos por la presencia pesada y claustrofobica de las aristas. Pueden añadir un elemento de irregularidad lúdico de los espacios simétricos, o por el contrario pueden armonizar los interiores de forma extraña. Su plasticidad se ve reforzada por el contrasteant juego de luz y oscuridad a través de sus superficies.
Las bóvedas de diamantes son algunas de las creaciones más originales, aunque menos conocidas, de la arquitectura medieval.








Una bóveda de ligadura, o bóveda de lierne (del francés lier, 'ligar' o 'unir') en la arquitectura gótica es una bóveda de crucería con nervaduras terciarias que se extienden entre otras dos nervaduras, en lugar de partir de un salmer, o ir hasta la clave central. Este tipo de bóveda también se llama a veces bóveda estrellada por las formas de estrella que generan las ligaduras de conexión. En Inglaterra, la bóveda de ligadura entró en uso durante el período del gótico decorado en el siglo XIV. Un buen ejemplo de bóvedas de ligadura está en la catedral de Gloucester. En Francia, se pueden ver ejemplos en la arquitectura flamígera, como en la iglesia de Saint-Pierre, en Caen.
Estructuralmente, la mayor densidad de nervadura en la bóveda supuso que llegasen a ser el verdero soporte estructural, mientras que la delgada superficie de la bóveda cubría meramente los intersticios entre nervaduras.1
El esquema de la planta de la bóveda del coro de la catedral de Ely (derecha) muestra las nervaduras como una línea doble, donde la arista longitudinal principal (líneas verticales medias) y las nervaduras transversales (líneas horizontales alternadas) se cruzan entre sí en las claves centrales (grandes círculos). La nervadura longitudinal corre por el centro del coro, y las nervaduras transversales van desde el vértice de cada ventana a los lados del coro. Las nervaduras diagonales arqueadas van desde los soportes entre las ventanas, desde los salmeres a las claves de bóveda centrales, y los nervios transversales en forma de arco (líneas horizontales alternas) se extienden desde los salmeres hasta la arista principal longitudinal. Los nervios diagonales secundarios arqueados, llamados terceletes, van desde los salmeres hasta las aristas transversales. Las ligaduras (marcadas en negro) se disponen entre las otras nervaduras formando intrincados patrones.









Una bóveda pinjante1 (pendant vaultabhängling) es una forma de bóveda de crucería que se caracteriza por la forma en que se destacan los pinjantes (pendants), decoración colgante que se coloca en las intersecciones de las complejas tracerías de nervios, ligaduras (liernes) y terceletes (tiercerons) del gótico tardío o flamígero, que en la mayor parte de las bóvedas son simplemente medallones decorativos (florónbossagesbossbossenwerk).2 El resultado visual parece engañar al espectador (trampantojo), haciéndole creer que el pinjante es la parte final de un arco que necesitaría ser sustentado por un pilar.
La forma geométrica de algunas bóvedas pinjantes es similar a la de las bóvedas de abanico, pero desarrollada en los 360 grados, no limitada a 90 o 180 como es propio de estas.








Tercelete o arco tercelete1 es cada uno de los nervios —o arcos— de una bóveda de crucería compleja —de las propias del Gótico tardío— que va desde cada uno de los ángulos de apoyo —donde se une con los nervios o arcos diagonales— hasta las claves secundarias de la bóveda —dado que en estas bóvedas complejas hay varias claves de bóveda (habitualmente destacadas con un florón o con un pinjante)—, uniéndose de dos en dos para formar un nervio secundario llamado «ligadura» (lierne en francés),2 que va hasta la clave central.3
Además de su capacidad decorativa, funcionalmente sirven para sostener los tímpanos de la plementería, que en estas bóvedas puede llegar a ser más amplia.


Las bóvedas de tercelete son un paso de complejidad intermedia entre las bóvedas de crucería del Gótico inicial y pleno y las bóvedas de ligadura y bóvedas estrelladas,7 de tracería compleja, llegando a extremos de sofisticación en las bóvedas de abanico y las bóvedas pinjantes.


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