lunes, 20 de febrero de 2017

Nuevo testamento - Religión

eventos en la vida de Jesucristo

El beso de Judas es uno de los episodios evangélicos de la Pasión de Jesús, el que da paso al Prendimiento.
Según los Evangelios, en el año 33 de la era cristiana, Judas Iscariote delató a Jesús de Nazaret en el Huerto de Getsemaní mediante un beso. Este momento ha sido representado en diversas manifestaciones artísticas, mientras el beso ha simbolizado tradicionalmente a la traición.
En las obras de arte se representa a Judas dando un beso a Jesús en la cara, cuando lo cierto es que el beso tendría que haber sido en la mano, pues era costumbre besar a los maestros en la mano. Para describir el beso, tanto el Evangelio de Mateo (26:47-50) como el Evangelio de Marcos (14:43-45) utilizaron el verbo griego kataphilein, el cual significa ‘besar tiernamente, intensamente, firmemente, apasionadamente’. Es el mismo verbo que utilizó Plutarco para describir el famoso beso que Alejandro Magno le dio a su eunuco y amante Bagoas.1 No utilizaron el verbo más usual, philein: ‘besar’ (principalmente la mano, como debería haber hecho Judas ante un maestro como Jesús).
En el apócrifo Evangelio de Judas (56-57) se da una versión gnóstica de la historia, según la cual fue Jesús quien pidió a Judas que le traicionara: «Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me cubre (...). La estrella que indica el camino es tu estrella».

En la Biblia

  • Evangelio de Mateo, capítulo 26
    • 47 Mientras todavía hablaba, vino Judas, uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
    • 48 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: «Al que yo besare, ese es: prendedle».
    • 49 Y enseguida se acercó a Jesús y dijo «¡Salve, maestro!». Y le besó.2
  • Evangelio de Marcos, capítulo 14
    • 43 Luego, hablando él aún, vino Judas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los principales sacerdotes y de los escribas y de los ancianos.
    • 44 Y el que le entregaba les había dado señal, diciendo: «Al que yo besare, ese es: prendedle, y llevadle con seguridad».
    • 45 Y cuando vino, se acercó luego a él, y le dijo: «Maestro, maestro». Y le besó.2
  • Evangelio de Lucas, capítulo 22
    • 47 Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, era uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.
    • 48 Entonces Jesús le dijo: «Judas, ¿con un beso entregas al hijo del hombre?».2

(Lucas 22:47-48) “Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?”En las Escrituras Judas Iscariote representa al mejor prototipo de falso discípulo de Cristo. Hoy vamos a estudiar las características muy especiales y sutiles que distinguen a un Judas dentro de la iglesia, también el Espíritu Santo nos va a revelar cómo y de qué manera, algunos cristianos se parecen tanto a ese nefasto personaje.
¿Quién de ustedes se animaría a ponerle el nombre de Judas a alguno de sus hijos? El nombre de Judas siempre aparece al final en la Biblia y siempre asociado con un estigma infame (Mr. 3:19) “El que le entregó” (Lucas 6:16) El que llegó a ser el traidor”. Siempre que alguno es traicionado por otro se dice: “Ese tipo es un Judas”.
1. ¿QUIÉN ERA JUDAS?
Judas era originario de un pueblo que se llamaba Queriot, que se hizo de fama porque allí vivían muchos sicarios, hombres asesinos a sueldo, y la palabra Iscariote significa precisamente sicario. Judas provenía de la ciudad de los sicarios, de los asesinos a sueldo.
ERA UNO DE LOS DOCE DEL SEÑOR. Judas fue llamado por Jesús y le dio a él lo mismo que dio a los demás (Lucas 9:1-2) “Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para sanar enfermedades. Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos”. Judas escuchó todas las enseñanzas del Maestro, vio sus milagros, caminó con Él al igual que todos los otros discípulos, pero nunca fue salvo.
¿Es posible que alguien haya podido caminar con Jesús, ser enseñado personalmente, haber visto sus milagros, y recibido dones para predicar, sanar, levantar muertos y no ser salvo? Sí es posible (Mateo 7:21-23) »No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros? ”Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!
¿Sabía Jesús que Judas lo iba a traicionar? (Juan 6:70-71)— ¿No los he escogido yo a ustedes doce? —repuso Jesús—. No obstante, uno de ustedes es un diablo. Se refería a Judas, hijo de Simón Iscariote, uno de los doce, que iba a traicionarlo. Entonces ¿por qué lo escogió? (Juan 13:18; 21) »No me refiero a todos ustedes; yo sé a quiénes he escogido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura: “El que comparte el pan conmigo me ha puesto la zancadilla”. Para que se cumpla la profecía y para darnos la revelación del misterio que hay detrás de la persona de Judas.
2. ¿QUÉ REPRESENTA JUDAS EN LAS ESCRITURAS?
Judas representa la excelencia del humanismo en la iglesia. Judas era el más brillante y talentoso de los discípulos de Jesús, excelente administrador y con pensamientos elevados. Siempre estaba dando buenas ideas, era muy servicial, celoso de los bienes materiales. Era prudente, por eso a él Jesús nunca le dijo “apártate de mi Satanás”.
ERA HUMANISTA, FRIO Y CALCULADOR (Juan 12:3-6) María tomó entonces como medio litro de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, que era uno de sus discípulos y que más tarde lo traicionaría, objetó: ¿Por qué no se vendió este perfume, que vale muchísimo dinero para dárselo a los pobres? Dijo esto, no porque se interesara por los pobres sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo que echaban en ella. Para él los números eran más importantes que el amor.
El calculaba los beneficios materiales para la obra, y para su propio bolsillo.  Pero el amor nunca calcula; al amor siempre le parece demasiado poco todo lo que da; el único deseo del amor es dar hasta lo último; y cuando ha dado todo lo que tenía, aún le parece demasiado poco. No hemos ni empezado a ser cristianos si pensamos en darle a Cristo y a Su Iglesiasolo losuficiente como Judas.
Judas tenía un amor mezquino e interesado por Jesús, en cambio María dio todo al Señor sin calcular el costo. Uno que tiene el espíritu de Judas dice: “Tu ofrenda debe ser conforme al tamaño de tu necesidad”; “No voy a ir este domingo a la iglesia porque el lunes tengo examen”; “En lugar de salir y predicar a la gente ¿por qué mejor no levantamos una ofrenda para comprar una radio?”. La gente fría y calculadora en la iglesia es como Judas, solo desean ver resultados en lo material. Por esa razón en muchas iglesias los comités administrativos tienen mayor autoridad que los consejos espirituales.
ERA HABIL Y MAQUINADOR (Marcos 14:1-2) Faltaban sólo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo. Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo.» Judas era hábil e inteligente para los negocios y muy codicioso, y es probable que los escribas y fariseos ya lo conocían, por eso lo escogieron para negociar la entrega de Jesús (V.10-11)Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús. Ellos se alegraron al oírlo, y prometieron darle dinero. Así que él buscaba la ocasión propicia para entregarlo.
Hay gente que se ha hecho muy famosa y rica creando métodos para hacer crecer a las iglesias, han desarrollado grandes ideaspara que los cultos sean más atractivos, para levantar un gran liderazgo; para que la iglesia se vuelva más atractiva para el mundo, para hacer crecer las finanzas, etc. Pero todos esos métodos tienen una condición: entregar al verdadero Jesús y cambiarlo por otro (Gálatas 1:6-10) Me asombra que tan pronto estén dejando ustedes a quien los llamó por la gracia de Cristo, para pasarse a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, sino que ciertos individuos están sembrando confusión entre ustedes y quieren tergiversar el evangelio de CristoPero aun si alguno de nosotros o un ángel del cielo les predicara un evangelio distinto del que les hemos predicado, ¡que caiga bajo maldición! Como ya lo hemos dicho, ahora lo repito: si alguien les anda predicando un evangelio distinto del que recibieron, ¡que caiga bajo maldición! ¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.
FUE EL PRIMERO EN HACER DE CRISTO UN NEGOCIO (Mateo 26:14-16)Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote, fue a ver a los jefes de los sacerdotes. ¿Cuánto me dan, y yo les entrego a Jesús? —les propuso. Decidieron pagarle treinta monedas de plata. Y desde entonces Judas buscaba una oportunidad para entregarlo. Para muchos Cristo se ha vuelto un gran negocio que rinde muchos dividendos. La mayoría de los grandes congresos y conciertos cristianos son organizados para promocionar a cantantes y pastores que viven haciendo giras por todo el mundo ganando cifras millonarias. Judas viene a ser el maestro y precursor de todos ellos. Para muchos la fe se ha convertido en un negocio mundial. Enlace y los pactos – Venta de amuletos de la Universal - la venta de coberturas apostólicas. Judas es el que roba usando la palabra.
ERA CODICIOSO Y AMABA EL DINERO (Lucas 22:2-6) Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban algún modo de acabar con Jesús, porque temían al pueblo. Entonces entró Satanás en Judas, uno de los doce, al que llamaban Iscariote. Éste fue a los jefes de los sacerdotes y a los capitanes del templo para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús. Ellos se alegraron y acordaron darle dinero. Él aceptó, y comenzó a buscar una oportunidad para entregarles a Jesús cuando no hubiera gente. El deseo de dinero puede llegar a ser algo terrible, y cegar la decencia, la honradez y el honor. Puede hacer que no se tengan escrúpulos con tal de obtener lo que se quiere. Judas descubrió muy tarde que algunas cosas cuestan demasiado.








Expolio es la denominación de un tema y motivo iconográfico cristiano que presenta a Jesús antes de su crucifixión, en el momento en el que es despojado de la túnica inconsútil (sin costuras) que Herodes le había mandado poner,1 y que la costumbre designaba como recompensa para los soldados romanos, que en vez de repartírsela, para evitar romperla, se juegan a suertes, por lo que permaneció intacta. La exégesis que hacen los propios evangelios es el cumplimiento de una profecía del Antiguo Testamento (Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes);2 y también se la considera un símbolo de la unidad de los cristianos.3 Tradicionalmente se representa de color púrpura o rojo.
Los pasajes donde se narra esta escena en la que se despoja a Cristo de sus vestiduras (significado de la palabra "expolio"),4 bien en el Gólgota, o bien durante el Via Crucis, están en el Evangelio de san Juan,5 el Evangelio de san Mateo6 y el Evangelio de san Marcos.7 El Evangelio de Nicodemo (uno de los apócrifos)8 también recoge este momento, precisando que no se le desnudó, sino que se sustituyeron sus vestiduras por un perizonium (el «paño de pureza» que cubre sus partes pudendas en la representación habitual del crucificado).









Expulsión de los mercaderes del Templo es la denominación de una escena evangélica protagonizada por Jesucristo en las vísperas de la Pascua judía. Aparece en todos los Evangelios; aunque, mientras que en los sinópticos ocurre al final (Evangelio de Mateo, capítulo 21, versículos 12-17, Evangelio de Marcos, capítulo 11, versículos 15-18, Evangelio de Lucas, capítulo 19, versículo 45); en el Evangelio de Juan ocurre al principio (capítulo segundo, versículos 13-25). Esto ha producido que algunos estudios bíblicos los identifiquen como dos hechos diferentes.
En este episodio Jesús visita el Templo de Jerusalén, el llamado Templo de Herodes, cuyo patio es descrito como "lleno de ganado" y tablas de cambistas, que cambiaban las monedas griegas y romanas por monedas judías y tirias (las únicas que podían ser usadas en las ceremonias del Templo). Jesús se molestó tanto por esa situación que formó un látigo con varias cuerdas y a golpes hizo salir al ganado y tiró las mesas de los cambistas y de los vendedores de palomas, haciendo caer las monedas por el suelo.
Expulsión de los mercaderes del Templo, de Giovanni Paolo Pannini.
En el Evangelio de Juan, esta es la primera de las tres veces que Jesús va a Jerusalén para la Pascua. En esta versión se recoge que durante el Festín de la Pascua Jesús realizó un milagro no especificado, lo que causó que la gente creyera en Él, pero Él no se fiaba de ellos, pues los conocía todos. Algunos estudiosos han discutido que Juan haya podido incluir esta última declaración sobre conocer a todos los hombres para retratar a Jesús como conocedor de almas y mentes (Brown et al. 955), por lo que Juan daría a entender la naturaleza divina de Jesús.
Este evento satisface el criterio del atestiguamiento múltiple y, para los estudiosos del Jesús histórico, acredita el hecho de que este evento estuvo relacionado con el arresto y la crucifixión de Jesús.

De acuerdo a los sinópticos, Jesús apuntó específicamente a los cambistas y vendedores de palomas y justificó sus acciones citando al Libro de Isaías y al Libro de Jeremías:
Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones.—Isaías; 56, 7
y
Pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones—Jeremías; 7, 11
La cita de Isaías viene de una sección que instruye sobre cómo obedecer la voluntad de Dios si los judíos no estaban autorizados a orar dentro del Templo y entonces conversar con Dios.
La atmósfera mercantil que rodea a los cambistas y el ganado extraña al lector moderno, que no puede evitar comparar su propia experiencia del culto oación en una iglesia o en una sinagoga con las circunstancias del antiguo culto judío, que implicaba la matanza en sacrificio de animales. Si bien los judíos podían cambiar monedas, era específicamente necesario que los no judíos hicieran el cambio de dinero.
Es casi seguro que el área en cuestión era la Corte de los Gentiles, una zona del complejo del Templo destinada específicamente para la compraventa animales para el sacrificio y para que los peregrinos judíos pudieran cambiar la moneda extranjera por la moneda local apropiada.

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