El Mausoleo del Che Guevara1 es un monumento en Santa Clara, una localidad de la isla caribeña de Cuba. Alberga los restos del político, guerrillero y dirigente comunista cubano argentino Ernesto Guevara y veintinueve de sus compañeros combatientes que murieron en 1967 durante el intento de Guevara de impulsar un levantamiento armado en Bolivia. El área total incluye una estatua de bronce de 22 pies del Che que es conocida como el Complejo Escultórico Ernesto Guevara.
Guevara fue enterrado con todos los honores militares el 17 de octubre de 1997, después de que sus restos exhumados fueron descubiertos en Bolivia y devueltos a Cuba. En el lugar, hay un museo dedicado a la vida de Guevara y una "llama eterna" encendida por Fidel Castro en memoria del Che .
Santa Clara fue elegida como la ubicación del monumento en memoria de la toma de la ciudad por parte de las tropas de Guevara el 31 de diciembre de 1958, durante la Batalla de Santa Clara. El resultado de esta batalla final de la Revolución Cubana fue que el entonces gobernante cubano Fulgencio Batista tuvo que salir huyendo al exilio.
Cerca de allí, en otra parte de la ciudad, un tren de suministros militar de la época de Fulgencio Batista fue descarrilado por Guevara durante la batalla y también permanece en su ubicación original.
El Mausoleo de los Mártires de Artemisa es un conjunto monumental y recinto mortuorio construido en 1977 en la ciudad de Artemisa (Cuba) en homenaje a los combatientes artemiseños caídos en el asalto al cuartel Moncada en Santiago de Cuba en 1953, acción comandada por Fidel Castro que se considera el inicio de la Revolución Cubana, que triunfaría en 1959.
El monumento incluye también otros tres héroes de Artemisa que tomaron parte en aquella acción y cayeron en combate posteriormente durante la guerra en la Sierra Maestra. Este mausoleo es un símbolo de la provincia de Artemisa. Fue la primera obra conmemorativa de carácter funerario construida en el período revolucionario y fue declarado Monumento Nacional de Cuba en 1987.
Historia de su creación
En 1976 se realizó en Santiago de Cuba un proyecto para perpetuar la memoria de los caídos en la acción del 26 de julio. A petición de los familiares de los combatientes artemiseños que tomaron parte en esa gesta, fue aprobada por el gobierno la construcción de un monumento ubicado justamente en Artemisa. Se encomendó la tarea a un equipo compuesto por los arquitectos Augusto Rivero, Marcial Díaz y María Dolores Espinosa. La obra fue inaugurada con motivo del aniversario XXIV de los hechos, por Fidel Castro, el 16 de julio de 1977.
Concepción arquitectónica conmemorativa
El monumento no se concibió como una obra de marcada función ritual, por el contrario debía verse como una obra vigente, representando la permanencia de las ideas de los héroes en la vida cotidiana, de proyección de hacia la comunidad que los vio nacer.
El Cubo de la Victoria es la obra distintiva del Mausoleo. El mismo se sitúa sobre la lápida de grandes proporciones, revestida de granito, que cobija la sala funeraria. En la cara frontal del cubo se muestra un vitral con la conocida imagen de la victoria con Fidel Castro y un grupo de rebeldes en la Sierra Maestra alzando sus fusiles.
A la sala funeraria se accede mediante un túnel que constituye la entrada del monumento, cuyas paredes están cubiertas de bajorrelieves de barro cristalizado con imágenes históricas de la época batistiana y relativas a la acción del Movimiento 26 de Julio y a José Martí, reclamado como autor intelectual del asalto.
La sala funeraria contiene los nichos con los restos mortales de los combatientes colocados en paredes inclinadas, en forma de talud. La sala no está completamente cubierta por la lápida que le sirve de techo, de modo que quedan aberturas al exterior sobre los taludes donde se incrustan los nichos que permiten que entre el aire, la luz, las hojas desprendidas de los árboles y la lluvia en singulares cascadas. En el centro de la sala se halla un nicho central, en el cual se depositan flores en homenaje a los caídos.
Por último, debajo del Cubo se encuentra una sala-museo con exposiciones históricas y piezas pertenecientes a los asaltantes. La salida en forma de escalera de caracol con una puerta en la fachada lateral del Cubo.
Junto a la entrada un muro con una frase de Fidel Castro, tomada del Alegato La historia me absolverá, recibe al visitante: "Mis compañeros, además, no están ni olvidados ni muertos: viven hoy más que nunca, y sus matadores han de ver aterrorizados como surge de sus cadáveres el espectro victorioso de sus ideas."
Otros monumentos del complejo
El complejo monumentario comienza en la Carretera Central entre Guanajay y Artemisa con varios túmulos conmemorativos dispuestos en la parte derecha de la carretera (de Artemisa hacia La Habana) que indican la partida de los asaltantes hacia Santiago de Cuba. Los túmulos tienen en total 17 cubos de mármol en su cima, cada uno con el nombre de un héroe. Se escogió este elemento geométrico por ser el más simple y puro, como representación de las ideas por las cuales lucharon.
El 17 de enero de 2000, tras una reparación capital, al monumento le fue agregado un nuevo panteón, donde descansan los restos de combatientes artemiseños que intervinieron en las acciones del 26 de julio o la Sierra Maestra, fallecidos después del triunfo de la Revolución de 1959.
Restos mortales de los combatientes
Caídos en el Asalto al Moncada y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo el 26 de julio de 1953:
- Tomás Álvarez Brito
- Antonio Betancourt Flores
- Flores Betancourt Rodríguez
- Gregorio Careaga Medina
- Rigoberto Corcho López
- Alfredo Corcho Cinta
- José Costa Velázquez
- Guillermo Granados Lara
- Emilio Hernández Cruz
- José A. Labrador Díaz
- Marcos Martí Rodríguez
- Carmelo Noa Gil
- Ismael Ricondo Fernández
- Lázaro Hernández Arroyo
Caídos en la Sierra Maestra:
- José Ramón Martínez Álvarez
- Julio Díaz González
- Ciro Redondo García
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