Aunque parezca extraño, el violín es, después del piano, el instrumento musical más moderno. A diferencia de los instrumentos de viento, del arpa y del tambor, cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos, el violín, o mejor dicho, algo que lo recuerda de lejos, no hizo su aparición en Europa hasta el siglo XII, y lo trajeron los cruzados a su regreso* de Oriente. A decir verdad, no se trataba de un instrumento único, sino de varios, de formas extravagantes y de sonidos muy diversos, que sólo tenían en común la característica de que, para tocarlos, era preciso frotar un arco sobre sus cuerdas.
Esos curiosos instrumentos, que pueden ser considerados, sin duda, como los antepasados de nuestro violín. procedían, muy probablemente, de la lejana India. Sn verdad, es en esa tierra fabulosa donde encontramos los instrumentos de arco más antiguos: concretamente, la ravanastra y el sarangi.
EL MAGO DE LOS VIOLEROS
Parece que el inventor del violín fue un tirolés, un tal Gaspar Tieffenbrucker, establecido en Bolonia hacia la mitad del siglo xvi. En el mismo período, los italianos Gasparo da Saló y Andrea Amati ya habían empezado a construir violínes de gran valor y perfección. Así, pues, ellos fueron los primeros violeros. Violero es el fabricante de instrumentos de cuerda, tanto de arco como de punteo; por ejemplo, la guitarra.
Parece que el inventor del violín fue un tirolés, un tal Gaspar Tieffenbrucker, establecido en Bolonia hacia la mitad del siglo xvi. En el mismo período, los italianos Gasparo da Saló y Andrea Amati ya habían empezado a construir violínes de gran valor y perfección. Así, pues, ellos fueron los primeros violeros. Violero es el fabricante de instrumentos de cuerda, tanto de arco como de punteo; por ejemplo, la guitarra.
Antonio, hijo de Amati, junto con Giovanni Maggini y Antonio Guarnieri del Gesu, elevaron, en el siglo xvm, el arte de los violeros a tal nivel de perfección, que sólo el gran cremonés Antonio Stradivarius consiguió superarlo. Stradivarius, el mago de los violeros, fue discípulo de Amati durante seis años, y parece que fue ahijado del maestro, que le profesaba mucho cariño. Celosísimo de su trabajo, en el que nunca permitió intervenir a nadie —contrariamente a su maestro, que se hacía ayudar por los discípulos—, se convirtió muy pronto en el violero más célebre que recuerda la historia.
Los violines por él construidos son excepcionales; la factura es de una rara perfección; al barniz secreto que empleó se atribuye el hecho de que, a medida que pasa el tiempo, aumentan la dulzura y sonoridad de las voces de sus instrumentos. Los “Stradivarius” jamás han sido igualados, porque el gran artesano murió sin revelar el secreto de su construcción; actualmente son muy raros, y estas preciosísimas piezas de museo valen una fortuna.
Sarangi – Su caja armónica está excavada en un bloque de madera, y va cubierta de pergamino. Sobre ella hay “res cuerdas tirantes. El sarangi posee un timbre de voz muy suave y misterioso. De él derivó, con toda probabilidad, la llamada viola de amor, instrumento de voz dulcísima y llena de inflexiones tiernas y delicadas. Este último instrumento fue, precisamente, el que inspiró la idea del violín moderno.
DE QUÉ SE COMPONE UN VIOLÍN
Contemplando un violín nos daremos cuenta, ante todo, de que está formado por dos partes principales: la caja sonora y el astil o mango-. La primera consiste en una verdadera y auténtica caja de madera, de una forma especial: en los lados, como puede observarse, está curvada, para facilitar el paso del arco, cuando éste toca las cuerdas.
La tabla superior se llama tabla armónica o cubierta. Es de madera de abeto seco y lleva dos agujeros en forma de S, a través de los cuales se amplía el sonido que producen las cuerdas en la caja.
Contemplando un violín nos daremos cuenta, ante todo, de que está formado por dos partes principales: la caja sonora y el astil o mango-. La primera consiste en una verdadera y auténtica caja de madera, de una forma especial: en los lados, como puede observarse, está curvada, para facilitar el paso del arco, cuando éste toca las cuerdas.
La tabla superior se llama tabla armónica o cubierta. Es de madera de abeto seco y lleva dos agujeros en forma de S, a través de los cuales se amplía el sonido que producen las cuerdas en la caja.
La cubierta está ligeramente arqueada, para modificar el sonido, que resulta límpido si la curvatura es alta, e intenso si es media. En el interior de la caja, la cubierta está sostenida por un postéenlo llamado alma, para soportar la fuerte presión de las cuerdas tirantes (igual a 8 kilogramos).
La tabla inferior puede construirse con madera de haya o de arce. El astil va sujeto a la caja por una base llamada talón.
Sobre la parte superior, arqueada, lleva una caja abierta (a la que se llama cejilla), atravesada por cuatro llavecitas giratorias, clavijas, sobre las que están enrolladas las cuerdas.
Sobre la parte superior, arqueada, lleva una caja abierta (a la que se llama cejilla), atravesada por cuatro llavecitas giratorias, clavijas, sobre las que están enrolladas las cuerdas.
Haciendo girar las clavijas se regula la tensión de las cuerdas. La parte superior del astil, sobre la que corren los dedos del violinista, se llama diapasón, pieza convexa de ébano. En el extremo opuesto de la caja, se encuentra el cordal, especie de pequeña espátula convexa, con cuatro agujeros, para atar en ellos las cuerdas.
Sobre la cubierta en posición vertical, hay una tablilla llamada puente, porque en efecto sirve de puente para las cuerdas. manteniéndolas elevadas sobre la caja y el astil.
Las cuerdas son cuatro y las notas que cada una de ellas produce en el “vacío” es decir, sin que sean apretadas por los dedos , son: I cuerda: SOL, II cuerda: RE; III cuerda: LA; IV cuerda (prima): MI. Pueden ser de tripa de animal —y entonces producen un sonido dulce y aterciopelado—, o bien de acero, en cuyo caso el sonido : resulta más áspero, pero también más potente!
El arco está formado por una vara de madera reforzada por alma metálica; a ella se fija una cinta de crin de caballo.
Dado que las cuerdas del arco suelen desgastar las cuerdas del violín al rozarlas, aquéllas se frotan con “pez griega”, que las hace un tanto adhesivas.
Dado que las cuerdas del arco suelen desgastar las cuerdas del violín al rozarlas, aquéllas se frotan con “pez griega”, que las hace un tanto adhesivas.
EL VIOLÍN EN LA ORQUESTA
El violín ocupa en la orquesta un puesto de importancia primordial, y podemos decir, sin mas. que la orquesta nació con el violín. Y ello es debido a dos motivos básicos: a sus inmensas posibilidades, que permiten obtener cualquier sonido, y a que la voz de estos instrumentos es tan delicada que es necesaria la presencia de un grupo numeroso de ellos para “hacer frente” a la sonoridad del metal y de los timbales.
El violín ocupa en la orquesta un puesto de importancia primordial, y podemos decir, sin mas. que la orquesta nació con el violín. Y ello es debido a dos motivos básicos: a sus inmensas posibilidades, que permiten obtener cualquier sonido, y a que la voz de estos instrumentos es tan delicada que es necesaria la presencia de un grupo numeroso de ellos para “hacer frente” a la sonoridad del metal y de los timbales.
Son muy sugestivos los efectos musicales que pueden conseguirse con la masa de violines. Una serie de notas repetidas con rapidez (trémolo) puede dar la impresión de la lluvia, como, por ejemplo, hizo Beethoven en el pasaje del temporal de su 69* Sinfonía (Pastoral).
Una lenta melodía, tocada ligeramente con las notas más agudas, como en el preludio del acto 3 de la “Traviata”, de Verdi, inspira una sensación de profunda y trágica tristeza; una rápida sucesión de notas da la impresión del ulular del viento; el punteado, la de los acordes de una guitarra; y así, sucesivamente.
Y no olvidemos la enorme importancia del violín como solista. Todos los grandes compositores han escrito magníficas obras maestras para violón solo, para violín acompañado por otros instrumentos, o para violín solo y orquesta (concierto para violín y orquesta).
LOS GRANDES VIOLINISTAS DE LA HISTORIA:
Giuseppe Tortini (1692-1770): Su juventud estuvo lleno de aventuras, duelos y raptos. Aprendió a tocar el violín sin ayuda ajena. Uno de sus contemporáneos escribió sobre él: “Sabía sacar al violín un sonido maravilloso. Dominaba con igual facilidad la técnica de los dedos y la del arco. Sin fatiga aparente, superaba con pureza las mayores dificultades.” Es famosa su composición “El trino del diablo”, pieza cuya ejecución requiere por parte del violinista, una habilidad fuera de lo común.
Pietro Nordini (1722-1793) Este violinista fue, sin duda, el mejor discípulo de Tartini. Debe la fama a sus composiciones, que se caracterizan por una dulcísima y suave melancolía.
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Gaetano Pugnani (1731-1798) – Era turinés, y estudió el violín en Roma, con Pasquale Bini, discípulo de Tartini. Tocaba el instrumento con fuerza y vigor. Su estilo estaba lleno de nobleza. Fue primer violín de la Cappeila Reale de Turín, y tuvo discípulos ilustres, Viotti entre ellos. Dejó escritas muchas composiciones.
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Giován Batista Viotti (1753-1824)Discípulo de Pugnani, fue el más grande violinista de la escuela piamontesa.Establecido en Inglaterra, dirigió, durante largo tiempo el King Theatre (Teatro del rey) Escribió muchísimas composiciones entre los cuales el conocido “Concierto en la menor”.
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Nicolás Paganini (1782-1840): Fue, verdaderamente, el más grande violinista de todos los tiempos. Su técnica era asombrosa. Su mano izquierda volaba sobre el diapasón del violín, como si estuviera separada del cuerpo. La gente llegó a atribuirle un poder diabólico. Paganini no sólo fue un virtuoso excepcional, sino también un gran compositor. Sus conciertos para violín y orquesta, especialmente el “N? 1 en re mayor”, son verdaderamente magníficos. (Ampliar Este Tema)
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Yehudi Menuhin Nació en Nueva York, en el año 1916. Es uno de los más grandes violinistas de la actualidad. Dio su primer concierto en San Francisco, a los siete años de edad. A los nueve, actuó en la Manhattan Opera House, de Nueva York, mereciendo entusiastas aplausos. A los once años, ya actuaba en los más importantes teatros de Europa, El gran físico Einstein, violinista aficionado, le dijo después de escucharlo “¡Con su arte me da usted la prueba de la existencia de Dios!” Menuhin posee un Stradivarius de 1733, y un Guarnieri del Gesu, asegurados en 66.700 dólares.
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CÓMO SE TOCA UN VIOLÍN: Es tan difícil tocar este instrumento que hace falta por lo menos cinco años de estudio, antes de poder sacar notas que no parezcan maullidos. Mas cuando el instrumento está en manos de un ejecutante experto ¡Que maravilla! No existe sonido más bello, conmovedor, rico y melódico que el del violín. De todos los instrumentos musicales, es aquel capacidad de de expresión se aproxima mas a la de la voz humana. El violín hasta gimen, ríe y llora. Se llama ataque al modo en que el arco “arranca” notas a las cuerdas. Se puede tocar el violín no solo con el arco, sino también “punteando”
las cuerdas con el dedo índice de la mano derecha, a la altura del puente. A esa manera tan característica de tocar el violín se llama punteado.
las cuerdas con el dedo índice de la mano derecha, a la altura del puente. A esa manera tan característica de tocar el violín se llama punteado.
El violín se compone de diferentes elementos, cada uno con una función determinada. El más importante es la caja de resonancia, que es la parte del violín que más caracteriza el sonido que produce. La caja de resonancia está hecha de madera, tiene forma de óvalo con recortes laterales en forma de C. Estos recortes permiten la movilidad del arco. Para cerrar la caja hay dos tapas horizontales curvas: la de la parte superior tiene dos orificios en forma de F para que salga el sonido. La parte inferior es totalmente homogénea. Para mantener la estructura las dos tapas del violín están unidas por una barra interior. A esta parte se le llama el alma del violín.
El arco es una vara de madera ligeramente curvada, que sirve para mantener la tensión de unas celdas que lleva fijadas a sus extremos. Estas celdas se frotan con la cuerda, provocando el sonido del violín. En uno de sus extremos se encuentra el talón del arco. Que es la zona por donde el violinista lo agarra con su mano derecha. En el talón, el arco del violín lleva un tornillo para regular la tensión de las celdas. Se guarda siempre destensado.
El mástil es la parte que une el violín con el sistema de clavijas, esta superficie sirve para tocar las diferentes notas del violín. En ella se apoyan los dedos de la mano izquierda del violinista. En la parte superior del violín está la voluta, comúnmente rematada en forma de espiral. Esta parte tiene unos orificios para insertar las cuatro clavijas, cuya función es tensar y destensar las cuerdas del violín, para afinarlo.
Por la parte central del violín tenemos el puente, que es una pequeña pieza de madera en la que se apoyan las cuerdas, una vez tensadas. Entre el mástil y el puente se delimita la zona donde puede frotarse el arco para producir el sonido del violín. Y por último tenemos el cordal y la barbada (opcional esta última). En el cordal se coloca el otro extremo de la cuerda. Tiene unos tornillos para afinar el violín de forma más precisa. Toda la tensión del cordal (provocada por las cuerdas del violín) descansa en un pequeño botón situado entre las tapas.
También se puede colocar una almohadilla, que facilita la sujeción del instrumento y su adaptación a la fisionomía del violinista. Esta almohadilla se retira cada vez que se guarda el violín en su caja.
Los tamaños principales del violín son: ¼ ½ ¾ y 4/4 (que es el que utilizan los adultos).
En el interior de la caja se encuentra el alma del violín, que es una pequeña barra cilíndrica de madera dispuesta perpendicularmente entre la tapa y la tabla armónica del lado derecho del eje de simetría de la caja (esto es: prácticamente abajo, hacia la derecha, de la zona en donde se apoya el puente), del lado contrario al alma, a lo largo de la cara interna de la tapa, se encuentra adherido con cola un listón llamado barra armónica. Tanto el alma como la barra armónica cumplen dos funciones: ser soportes estructurales (el violín sufre mucha tensión estructural) y transmitir mejor los sonidos dentro de la caja de resonancia.
La caja de resonancia tiene, en el violín de orquesta, 35,7 cm de longitud, y se encuentra orlada por rebordes en ambas tablas; tales rebordes cumplen, además de una función decorativa, la función de reforzar el instrumento.
Por fuera, la caja de resonancia se continúa por el mango o mástil (también llamado diapasón aunque en este caso no debe se confundido con el instrumento homónimo utilizado para la afinación), el mástil, diapasón o “mango” concluye en un clavijero, oquedad rectangular en la que se insertan las cuerdas anudadas y tensionadas allí mediante sendas clavijas para cada cuerda, las clavijas son como llaves simples de sección ligeramente conoidal; luego del clavijero, un remate llamado -por su forma- voluta (aunque en ciertos casos la voluta se encuentra sustituida por otras formas, por ejemplo una cara humana o la figuración de una cabeza de león). En cierto ángulo, las líneas de la voluta, en perspectiva, hacen una línea recta y continua con las cuerdas, especialmente mi y sol, y se juntan en el horizonte. Esto permite saber, cuando el violín está puesto en el hombro, cuándo se encuentra correctamente recto. Sobre el mango se ubica el diapasón del violín o tastiera, éste suele ser de ébano ya que esta madera produce ese sonido “maderil” que los instrumentos de cuerda frotada requieren además el ébano es sumamente duro y denso por lo que la fricción de las cuerdas no daña el diapasón. En violines antiguos pueden encontrarse tastieras de marfil. Sobre la tapa de la caja se encuentra el ponticello o puente el cual mantiene elevadas las cuatro cuerdas, en la parte posterior de la caja de resonancia, unida a ella por un nervio flexible que se engancha a un botón, se encuentra otra pieza (tradicionalmente de madera de ébano) de forma triangular llamada el cordal, como su nombre lo indica, el cordal sirve para retener las cuatro cuerdas, estas se apoyan en los siguientes puntos: los orificios del cordal, el ponticello, la cejilla ubicada sobre el astil y las clavijas. Cuando se quiere atenuar el sonido, se aplica sobre el puente una especie de tabique llamado sordina.
Desde fines de siglo XIX es común añadir a la parte trasera de la caja de los violines una mentonera o “berbiquí” desmontable, aunque tal aditamento no es indispensable, (la invención de este añadido se atribuye a Louis Spohr); en cambio sí es de bastante importancia el barniz (tradicionalmente “gomalaca” diluida en alcohol) con el cual se recubre, en su parte externa, a la mayor parte del violín.
La singular acústica del violín ha sido muy estudiada durante todo el siglo XX, destacándose las investigaciones del alemán Ernst Cladni, del cual deriva toda una formulación llamada esquema de Cladni.
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